El amor debe de ser locura, pero ¿en qué sentido?, en sentido de expresar el amor sin pensarlo, sin premeditarlo, sin calcularlo, sin medirlo, sin trabas, en fin sin realmente sentirlo.

Ahora piénsalo que es no solo lo que mas te conviene, sino lo que le conviene al mundo que le brindes, amor por felicidad y de corazón, o al contrario un compromiso frió, sin final, una insensata mentira cubierta de esperanza y con hechos que expresan precisamenente lo contrario, que nos llenan de anuencia ante la posibilidad de solo sentarnos a esperar que llegue la felicidad, una felicidad que quizás ni siquiera hemos construidos o aportado para que esta sea la voz común del mundo, la ley universal, pero que no por obligatoriedad, sino por convicción propia, que el uno haga feliz al otro y que el otro haga feliz de manera reciproca.