Los canastos de pescar existen para los pescados; cuando ya se tienen estos, se olvidan los canastos. Las redes para cazar liebres existen para las liebres; cuando ya se tienen éstas, se olvidan las redes. Las palabras existen para los pensamientos; si se tienen los pensamientos, se olvidan las palabras.
¿Dónde encontraré un hombre que olvide las palabras, para poder hablar con él?