Estoy obsesionado con escribir un poema que sintetice el deseo, pero ese que se mueve en laberintos superiores, aquel deseo que es capaz de destapar el tiempo.
Cuando logro conectarme con ese momento, las palabras corren por mis ojos, me tocan las pestañas, se deslizan por mi pelo…, descansan en mis piernas, me dibujan los dedos hasta caer por mi espalda marcando el limite, su limite. ¿Como formar el juego de palabras que puedan cincelar lo que mi mente y espíritu quieren realmente decir?. ¿Eso que siente mi piel cuando la idea toma materialismo?. Definitivamente los personajes no deben tener forma humana, de ser así, perderían su esencia, su esencia ígnea, pura, lo que es el deseo como fuerza superior, esa que crea, rompe, da vida….,
¿Pariré algún día ese poema?, ¿cuando? No sé…, lo acabo de engendrar.