En ocasiones perdemos la capacidad de reírnos de nosotros mismos y con los demás.Nos machacamos, nos avergonzamos, lo personalizamos todo, lo exageramos o lo minimizamos. Entramos en el mundo de la rigidez y la desvalorización.

Estoy seguro de que si lo intentamos con ahínco ,podemos recordar esa parte de nosotros que solía reír y ser juguetones.
Así, resultará más fácil superar cualquier obstáculo con éxito.Y no es sólo reír para olvidar, es reír para trascender, para afirmar nuestra fuerza y nuestra esperanza en que las cosas pueden cambiar, Tienen que cambiar!

Reírte de ti mismo con humor y picardía, hace parte de iniciar el cambio.

Hoy,date permiso a reírte de ti misma/o, Ponle una pizca de humor a la vida, Agrégale dos gotas de disfrute, Y decóralo con una sonrisa.