He perdido hasta la cuenta. Los papeles, el lápiz, la libreta...
Mi corazón se encoge y se entristece porque siguen pasando los días en el silencio de esta madrugada. Qué más quisiera yo ser fuerte y transmitirte toda esa fuerza para que tu paso por allí se te haga un poquito más ameno. Prometiéndome a cada momento sonreírte y alentarte aunque tus ojos no puedan verme desde el otro lado de ese mar que nos separa momentáneamente nuestras almas.

Pero estos últimos días se me están haciendo tan largos...que no encuentro el momento de nuestro reencuentro y que vuelvas y te quedes para siempre a mi lado. Los pensamientos se me agolpan, la melancolía aflora...pero tu voz me serena y reconforta, oyéndola latir enérgicamente en mi locuelo corazón, acompasando mis disparatados latidos en esta particular caja tonta que enciende mis fantasías cuando me acurruco en la cama sintiendo tu cuerpo abrazado a mí tarareándome infinitos te quieros en la nana de este sueño.

Cuando se ama... se piensa, se siente, se late, se abriga el corazón de amor, pero también, cuando no está cerca, se necesitan esos abrazos de presencia cálidos y que dan tanta fuerza. No hay tristeza que no termine en sonrisa cuando la espera merece la pena, porque siempre hay un camino por el que poder salvar ese mar que momentáneamente separan nuestras almas...

Al menos esta distancia tiene el tiempo limitado... me cobijare en el cómo será el reencuentro....

Un beso muy grande de este ser que te quiere con el alma.