Publicado por Patricio Varsariah el lunes, octubre 1, 2012

Los cinco sentidos que se pierden
en espirales de humo sin fumar,
la brisa que canta desentonando
a un templo que pudo ser de cristal,
sin señales y sin brújula de sentido común,
una voz que dice "todo está en tu cabeza",
dejando al corazón huérfano de dominios,
sin casta, sin fuego y sin pureza
Una cortina deshecha que reta al olvido,
un sentimiento dividiendo a una estrella fugaz,
una luz de neón sin brillo de madrugada,
una perla enmascarada en un rastrillo,
una urna sin pedestal.
Así las palabras destierran cualquier tipo de magia,
y si soy un músico romántico de los de antaño,
mis dedos no saben de engaños cuando arañan tus poros
ni mis labios saben a sal.
Cualquier despedida improvisada
suena a serenata barata en rebajas,
sin testigos de hojalata con pies de plomo
que aguanten un huracán sin brazos.
Así me marcho sin huellas,
sin besos improvisados sobre la marcha,
me marcho sin ruido y sin silencio,
porque en mi mundo hay un enjambre de pensamientos callados.
Levanto mi mano en un "adiós" semi-valiente,
en una rendición impropia de un guerrero veterano,
pero sé que mi cuerpo cansado agradecerá ese gesto solidario
con el tiempo, todo siempre termina.