En las personas que sufren una enfermedad como la diabetes, la depresión puede quedar enmascarada bajo sus síntomas físicos

Este estudio se ha publicado en "American Journal of Psychiatry", una de las revistas psiquiátricas internacionales más destacadas en este momento. En él, los autores trabajan sobre una hipótesis de varios factores para intentar explicar tal relación. Uno de ellos es el probable autoabandono de los pacientes deprimidos, que cuidan menos su salud en estas circunstancias. "Pero el hecho de esta bidireccionalidad, nos lleva a enfatizar la supuesta neuroinflamación en ambas enfermedades", matiza el experto.

La depresión se esconde tras la diabetes

Uno de los problemas de las personas que sufren un trastorno como la diabetes es que la depresión puede quedar enmascarada bajo sus síntomas físicos. Por tanto, es muy frecuente que esta enfermedad mental no se trate de manera adecuada en las personas diabéticas. Según Lobo, en quienes padecen ambos trastornos, "el tratamiento es, a menudo, el estándar". Si la depresión tiene la intensidad suficiente y no se debe solo a factores psicológicos y sociales en los que se puede intervenir mediante psicoterapia, se recurre a medicamentos antidepresivos, aunque con una mayor cautela, debido a la posibilidad de efectos adversos.

El problema se plantea en los casos de depresión no grave, que son muy frecuentes en este entorno. Son necesarios estudios concretos para documentar la efectividad de pautas de terapia específicas para este tipo de depresiones, cuando se combinan factores de enfermedad física y de patología psíquica. Una de las preocupaciones de esta disciplina es la posibilidad de generar síndromes metabólicos (adiabetesumento excesivo de peso, etc.) con el tratamiento antidepresivo.

El papel de la insulina

Cuando se padece diabetes, los niveles de azúcar (o glucosa) en la sangre están aumentados, ya sea porque no hay insulina o porque los receptores de la célula encargados de recibirla no hacen su trabajo de manera correcta. Todas las células del cuerpo necesitan energía para estar en activo, mantener las funciones vitales y conservar la temperatura corporal y los movimientos musculares. La glucosa entra en el organismo con los alimentos que, mediante el proceso de digestión, se someten a una serie de transformaciones químicas que los convierte en nutrientes, hasta llegar a elementos más pequeños, como la glucosa.

Pero para que ésta entre dentro de las células y pueda utilizarse como energía, se necesita la mediación de la insulina, una hormona que se produce en el páncreas. En la diabetes tipo 1, el páncreas no genera insulina, mientras que en el tipo 2, en general, las células grasas, hepáticas y musculares no responden a la insulina como cabría esperar y no almacenan glucosa para obtener energía.

UN PROBLEMA DE SALUD ECONÓMICO

La diabetes es un problema de salud que merma la calidad de vida de las personas que la padecen y, en muchos casos, acorta la esperanza de vida. Pero también se ha convertido en una auténtica carga económica. Según la Federación Internacional de Diabetes, esta enfermedad endocrina cuesta unos 376 billones de dólares en todo el mundo, es decir, el 11,6% del gasto sanitario mundial. La triste paradoja es que más del 80% del dinero dedicado a combatirla se gasta en los países ricos, cuando el 70% de las personas diabéticas viven en los países más pobres. India cuenta con más de 50 millones de diabéticos y China, con 43,2 millones.

Patricio Varsariah.
Les deseo tanta salud, como gotas tiene la lluvia,