Publicado por Patricio Varsariah el domingo, abril 28, 2019

Cómo me gustan esos días en los que el cielo se convierte en promesa, en los que tu luz, tímida todavía, baña la serranía de mi horizonte, asustado por el pasar de los años, acicalado por el vestigio pardo de lo que fue una multitud, con su crudo y virginal verdor. Cómo me gusta jugar a la adivinanza, saborear si es un sí o es un no, sentir como la vida se viste de incertidumbre, su más fiel vestimenta, contemplar cómo el infinito se desnuda de sus ropajes níveos, de su vestido de nubes enamoradas. ¡Qué sé yo lo que es la vida!, si todavía estoy aprendiendo a bañarme en tus ojos de entereza, góndolas entusiasmadas con las que navegar toda una vida en pureza.