Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, octubre 23, 2019

No tienes que ser bueno. No tienes que caminar de rodillas durante cien millas por el desierto, arrepintiéndote. Solo tienes que dejar que el animal blando de tu cuerpo ame lo que ama. Háblame de la desesperación, tuya, y yo te diré la mía. Mientras tanto el mundo continúa. Mientras tanto, el sol y las piedras claras de la lluvia se mueven a través de los paisajes, sobre las praderas y los árboles profundos, las montañas y los ríos. Mientras tanto, los gansos salvajes, en lo alto del aire azul limpio, se dirigen a casa nuevamente. Quienquiera que seas, no importa cuán solitario, el mundo se ofrece a tu imaginación, te llama como los gansos salvajes, ásperos y emocionantes, anunciando una y otra vez tu lugar en la familia de las cosas.