Hay días en que parece como si estuvieses pedaleando sin ir a ninguna parte. En esos casos lo mejor que puedes hacer es, simplemente, seguir pedaleando. Si te dieses por vencido y te detuvieses por completo tendrías la más absoluta de las certezas de que nunca llegarías a ninguna parte. 

En cambio sigue pedaleando y, finalmente, lograrás generar algo de movimiento. Avanzar lentamente es muchísimo más útil que no moverse en absoluto. 

A pesar de que quizás lo mejor que puedas conseguir hoy sea terminar empatado, ello te coloca en situación como para que lo primero que ocurra mañana sea que empieces a avanzar. 

En cada frustración yace la semilla de la oportunidad. 

Oportunidad que está al alcance de aquellos que se resisten a ser desmotivados aún incluso luego de haber estado haciendo movimientos laterales por un tiempo.

Patricio Varsariah.