05.11.2018
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, noviembre 5, 2018
Cuando la vida te golpea llega un día en que no tienes otra que replantearte el sucumbir o renacer. A veces es necesario tomar consciencia de dónde estamos, qué hacemos y si no es lo que queremos parar, encontrar nuestro camino para seguir avanzando,los diálogos con nosotros son reveladores... a veces no caemos en cuenta que hasta en la mirada se nos traducen ciertos males es rectificando cuando a tiempo podemos revirar ese efecto.
El espejo tarde o temprano, nos da una bofetada, nos obliga a replantearnos nuestra vida y, con suerte, a tomar la decisión de intentar vivirla, en adelante, dando importancia a lo que verdaderamente la tiene.
Un día me mire al espejo y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Un rostro pálido, marcado por los golpes de la vida. En ese mismo momento comenzaron las preguntas: Porque me paso esto a mi? Como fue que caí en esto? Que puerta debió permanecer cerrada y yo la abrí? Inmediatamente supe que tenia que hacer algo. Porque mi vida se estaba acabando. Porque me estaba quedando solo. Porque ya no era el mismo. Y entendí que no debía permanecer así por mucho tiempo. Y comencé a mirar hacia arriba. Y ya no me importaba mi historia, ni mis miedos, ni mis fracasos..... Solo quería llenarme de algo bueno. Y comencé a buscar aquello que un día deje en el camino. Y poco a poco vi como mi rostro empezó a cambiar. Así fue que me pude levantar.
El silencio, la soledad, la tristeza....también hablan. Nuestro sentir de cada momento, va ligado quizás a ligaduras demasiado apretadas que hay que saber aflojar poco a poco y con paciencia, todo llegará; no cuando nosotros lo deseemos, sino en su justo momento: Cuando sea el propicio.Meterse dentro de uno mismo, en lo que titulamos recogimiento interior, ayuda muchísimo.
he dicho....