La vida solo puede ser vivida y cualquier intento de plasmarla con palabras o justificarla con razones, resulta insuficiente y simplemente imposible.

He conocido personas que tiraron la toalla y solo les queda morir, que poco a poco van muriendo o se van matando porque no han encontrado razón alguna que sostenga su vida. Ellos mismos van enfermando y consumiendo toda esa belleza que hay en su ser.

Todo ello me hace cuestionar sobre las razones que nos impulsan a vivir y relacionarnos con el mundo. Hablando con un amigo me decía que había miles de razones por las que merece la pena vivir y entre ellas estaban: sentirnos felices, saborear los placeres de la vida, llegar a realizarnos, encontrar la paz o la iluminación, alcanzar las metas que uno se proponga, etc.

De alguna forma encontramos una gran energía en las ilusiones, en los deseos o en la esperanza y por otra parte perdemos toda esa energía en las desilusiones, en las frustraciones y en el sufrimiento.

Da la sensación que cualquier razón que impulsa nuestra vida hacia un logro lo que está consiguiendo es perder lo que se está dando durante el transcurso que se consigue el deseado logro, es decir, puede ser que las ilusiones, los deseos y las esperanzas más que impulsarnos a vivir puede que estén impulsándonos a morir, que no nos estén permitiendo vivir y nosotros no nos estemos dando ni cuenta.

Quizás lo que esté diciendo sea una burrada pero siento que la vida no se sustenta ni en las razones, ni en los deseos, creencias, ideas, etc. De hecho por mucho que el ser humano ha intentado crear la vida a través de su conocimiento lo único que ha conseguido es complicarse la vida aún más.

A pesar de la torpeza del ser humano, a pesar de su arrogancia, a pesar de su egoísmo, la vida se sigue sosteniendo,y Yo me pregunto:

¿qué es lo que permite que la vida sea?

¿Qué es la vida?

No necesitamos que ningún entendido especialista en alguna rama del conocimiento nos explique o nos enseñe lo que nosotros mismos somos, porque estaremos todos de acuerdo que nosotros somos la propia vida en toda su expresión. Lo único que necesitamos es mirarnos o sentirnos y descubrir aquello que está tan cerca de nosotros mismos.

¿Qué somos y como se sostiene?

Mientras me hacía esta pregunta he dejado de escribir, he salido de casa y me he puesto a caminar por un hermoso parque que hay donde vivo, sintiendo el cantar insistente de los pájaros, he visto a las lagartijas corretear al encuentro con mis pasos, he sentido todo ese manto de colores que todo lo impregna con una hermosura única en cada lugar.

Cuando preguntas a la gente que sostiene su vidas, la inmensa mayoría hacen referencia a lo que está fuera de ellos. Para unos es la idea de Dios, lo espiritual, para otros lo material, el placer o la idea del amor que se concreta en algo tan reducido como los padres, los hijos o las parejas etc.

Se percibe que eso es algo extremadamente pobre, limitado, demasiado encajonado en el estrecho y pequeño hueco de nuestro arrogante "yo". Algo que no tiene base y que por lo tanto no se sostiene, ya que está a merced de circunstancias siempre cambiantes y ajenas a nosotros.

A medida que me hago mayor voy descubriendo con mayor claridad mi tremenda ceguera y mi absoluta ignorancia. A pesar de ello tengo la osadía de compartir con quien quiera leerlo, lo que me inspira mis reflexiones sobre la vida. Siento que la vida no se sustenta en los deseos, creencias, idas et. siento que es algo que se aleja absolutamente de cualquier comprensión razonada, y que simplemente ha de ser vivida.

La vida es relación. No somos seres aislados que se relacionan. Los seres que se sienten separados, que se identifican consigo mismos, que creen ser seres únicos, no están relacionados si no que más bien utilizan la relación para aprovecharse, para poseer, para aislarse aún más.

Las razones para vivir surgen de nuestro pasado, de nuestra memoria, del interior de nuestro cerebro y se muestren como se muestren nunca percibirán que la verdadera razón que sostiene la vida está fuera de ese limitado y ciego cerebro personal, que la razón de vivir está en el otro y no en uno mismo.

Nosotros somos la relación misma con cada expresión de la vida porque en definitiva somos la vida misma y lo que sostiene esa vida es la compasión, la pasión que surge de la relación como una fuente de afecto y respeto". Cuando se olvida el "si mismo" y los límites de la persona se desdibujan y se funden con el otro y con todo, se comprende el profundo significado de la unión. Lo bello, lo infinito, lo intangible iluminándolo todo, se hace presente y se comprende que eso es la vida en su máxima expresión.

Saludos.

Patricio Varsariah.