¿Por qué todo tiene que moverse tan rápido?
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, noviembre 15, 2018

Todo el mundo y todo lo que hay en él se está acelerando, moviéndose tan rápido que a veces es difícil mantenerse al día. ¿Somos demasiado lentos, o el mundo está cambiando demasiado rápido?
El siglo XXI ha traído un ritmo verdaderamente acelerado. Sin duda estamos viviendo más tiempo, pero nuestra vida cotidiana está sobrecargada. Hemos pasado de viajar a caballo a volar a velocidades supersónicas. Los mensajes de texto han reemplazado las cartas de amor en el buzón. En los primeros días de la televisión, los comerciales se emitían en vivo. Hoy, recorremos los momentos "vacíos" como si cada segundo tuviera que llenarse con información relevante.
De los agricultores del campo que trabajan en la tierra y cuidan sus granjas y animales, nos hemos convertido en personas sedentarias que comen comida chatarra, cada vez más y más gordos.
Pero ¿por qué estamos corriendo? ¿A dónde vamos?
Los libros y artículos que tratan el tema de la "lentitud" se están publicando a un ritmo increíblemente rápido. Somos bombardeados por mensajes que promocionan la importancia de vivir en el momento presente y las críticas son frecuentes sobre cómo vivimos. Es natural que terminemos cuestionando el ritmo vertiginoso de la vida moderna. ¿Por qué todo tiene que moverse tan rápido?
La velocidad es una medida de algo en relación con el paso del tiempo. La aceleración es un aumento en esa cosa durante un período establecido. El tiempo permanece constante en esa ecuación. Lo que cambia es la distancia recorrida, la cantidad de información acumulada o la cantidad de cosas que se realizan. El tiempo en sí no ha cambiado. Todavía hay 24 horas en un día.
El movimiento requiere una fuerza motriz o algún tipo de energía para llegar del punto A al punto B. En este caso, somos la fuerza motriz: nuestros cuerpos, mentes y emociones. Entonces, ¿de dónde sacamos este deseo de ir más lejos, más rápido? Podemos pensar en la aceleración desde dos puntos de vista básicos.
La primera es nuestra propia naturaleza, en otras palabras, lo que somos y lo que nos motiva. Como seres humanos, pasamos nuestras vidas luchando por más, buscando definirnos a nosotros mismos en un mundo que combina velocidad con rendimiento.
Nacimos, luego aprendemos a caminar, correr y andar en bicicleta. La infancia es una serie de hitos que marcan nuestra capacidad para avanzar más rápido hacia la edad adulta. Es divertido al principio, pero luego se convierte en un deber, ¡y ahí es cuando comienza el problema! Ser un niño significa "perder el tiempo" soñando despierto, y echarse a reír por las cosas más tontas. Significa siempre ver el mundo con un ojo fresco y una sensación de asombro.
También podemos considerar nuestra experiencia de vida. Crecemos en un mundo donde todo se mueve muy rápido. La gratificación instantánea ahora gobierna, y la carrera hacia la modernidad está conduciendo a una sociedad donde aquellos que no pueden mantenerse al día simplemente se quedan atrás. Estamos inundados de correos electrónicos y enterrados bajo una montaña de spam. Nuestros teléfonos solo sirven para confirmar que nuestro mensaje ha sido recibido y serán respondidos en breve.
La velocidad del progreso significa que todo se vuelve rápidamente obsoleto.
Pero la era de los consumibles desechables está, con suerte, llegando a su fin. Satisfacer nuestras necesidades básicas se ha convertido en un ciclo de deseos de fabricación y satisfacerlas de inmediato, porque en un momento todo será obsoleto o, peor aún, eclipsado por otro anhelo aún más inútil. Nuestra capacidad de atención se ha reducido debido a las innumerables interrupciones que surgen durante el día. Cualquier contenido que logre entrar en nuestra conciencia solo dura unos segundos antes de que sea hora de pasar a la siguiente tendencia. Nos hemos ahogado en un mar de datos que no pedimos.
¿Cómo pueden nuestros cerebros lidiar con todo eso? ¿Hemos considerado eso? ¿Y qué hay de nuestros cuerpos? ¿Nuestros corazones? ¿Podemos tener este ritmo furioso bajo control? Después de todo, ¿no es esto un progreso? ¿Por qué deberíamos pasear cuando todo el mundo está corriendo?
Las enfermedades relacionadas con el exceso de trabajo están aumentando en la sociedad moderna. Sin suficiente tiempo para nosotros mismos, ¿cómo podemos tener alguno para los demás?
Es importante detenerse a veces, no solo para descansar, sino también para tomar una pausa antes de pasar a otro, un mejor destino y crear armonía entre la naturaleza humana y el planeta en el que vivimos.
Aprecie la quietud y obtenga una mejor comprensión de las opciones basadas en sus necesidades básicas. Haz espacio para el silencio y crea un espacio para las melodías de la vida. Tómate el tiempo para llegar, deja tu carga y date un poco de espacio. Tómese el tiempo para tomar decisiones claras basadas en nuestros deseos individuales cuando nos enfrentemos a la corriente interminable de opciones que se presentan con cada nuevo día.
Bloquee el ruido del bombardeo de la publicidad, elimine su adicción virtual, exprese sus sentimientos con otra cosa que no sean los emoticonos de mensajería instantánea y llegue a las personas que lo rodean, quienes pueden acompañarlo en el camino hacia un mundo diferente. Un mundo sensato, reflexivo y de ritmo más lento.
Tenemos que reducir la velocidad para pensar en el futuro y dejar a la próxima generación un mundo más equilibrado y en mejor armonía con la vida.
He dicho...
Patricio Varsariah.