Volver a empezar implica cerrar círculos.
Publicado por Patricio Varsariah el domingo, enero 22, 2023

Creer que tenemos el futuro en nuestras manos es un arma de doble filo: por un lado, nos da seguridad y vitalidad; por otro, puede traernos un enorme vacío. Volver a empezar implica cerrar círculos y dejarlos ir porque algo ha salido mal y puede, incluso, que duela.
Es probable que tú, como todos alguna vez, tengas la necesidad de parar en seco tu vida para darte otra oportunidad de ser feliz. Te verás dando vueltas sin rumbo por el mismo recuerdo de acontecimientos y cosas y no sabrás como salir de ahí, pero serás consciente de que tienes que hacerlo. Es así, el principio es saber que va a llevarte tu tiempo y este depende de muchos factores.
Volver a empezar es tomar conciencia de que algo tiene que cambiar en nuestra vida y de que es necesario sanar heridas para mirar de nuevo al futuro.
El tiempo es fundamental, en las situaciones en las que nos encontramos perdidos, dado que solo así podemos reconstruir nuestros principios. Desde el primer momento en el que nos damos cuenta de que hay que volver a empezar notamos que algo ha cambiado dentro de nosotros y que no somos los mismos: es necesario reconocernos de nuevo. Saber quiénes somos después de los bloqueos emocionales que sufrimos es una obligación para construir relaciones con nuevas personas, desarrollarnos como lo que somos en cualquier ámbito de la vida o simplemente para ser felices con lo que hacemos. Justamente, no darnos el tiempo oportuno para ello es uno de los errores que más comúnmente cometemos: nos disponemos a volver a empezar cuando quizá el daño no esté reparado.
Estar preparado, como he dicho, es una obligación que lleva su tiempo. Este tiempo es muy personal y relativo: no existe una regla para ello, pues la única regla que puede haber depende del grado de pérdida interior, sufrimiento, voluntad y fuerza, entre otras cosas.
Como personas somos diferentes y nuestra capacidad para afrontar distintas situaciones difiere de la del resto. Lo que sí es seguro es que, como todo proceso, este de volver a empezar tiene sus pautas y, de no cumplirlas, puede conducirnos a un retroceso: a veces, pensamos que estamos ya preparados para enfrentarnos a otro comienzo cuando la realidad llega y nos baña por completo. Esta es su forma de decirnos que nos equivocamos y que todavía queda mucho por avanzar.
Este proceso del que hablo, tiene sus idas y venidas y supone uno de los mayores esfuerzos que podemos hacer en nuestra vida: no mirar atrás salvo para seguir adelante es duro, aceptar algo que no entendemos es difícil, aprender a ser sin algo con lo que contábamos es desolador, ver cómo alguien se va antes de tiempo de nuestra vida puede superarnos…
Sin embargo, volver a empezar nos enseña otras muchas cosas que en un principio no se ven y que nos hacen crecer.
El esfuerzo que llegamos hacer cuando nos toca vivir algo así acaba por transformarse en una recompensa positiva que puede llenarnos mucho, en forma de experiencia y bienestar. Es sólo a través del trabajo y del esfuerzo doloroso, por la energía sombría y el valor resuelto, que pasamos a cosas mejores.
Finalmente, tras mucho sacrificio, nos sentiremos libres y plenos emocionalmente: sabremos lo que hemos vivido y nos quedaremos con aquello que de verdad nos es útil, habremos aprendido a vivir con lo que tenemos en el presente y podremos marcar nuestra vida en función de los nuevos principios ya reconstruidos. Volver a empezar será ya el nuevo comienzo que ha surgido del final de otra etapa más que tenía que estar ahí, pero ya no.
Lo que tenga que ser será, a su tiempo y en su momento, porque el destino es incierto y a veces simplemente los vientos no soplan a nuestro favor ni nuestras velas están por la labor de izarse a pesar de nuestro empeño.
Dicen que las mejores cosas no se planean, que simplemente suceden y que es mejor no presionar al tiempo. Porque realmente si algo debe pasar, sucederá de todas maneras. Y si no debe hacerlo, pues no lo hará. Es simple.
Por eso de vez en cuando es bueno no planear ni esperar, dejar de exigir razones por las que seguir avanzando por un camino que no vemos muy claro y bajarnos del mundo de las expectativas y de las programaciones.
Termino este escrito con una frase muy aplicable a nuestra realidad: "No se puede volver a empezar sin estar preparado".
Termino este escrito con una frase muy aplicable a nuestra realidad: "No se puede volver a empezar sin estar preparado".
Gracias por tu generosidad y la paciencia de leerme, espero que hayas encontrado algo útil y si deseas puedes compartirlo ya que el saber aumenta si se comparte.
Saludos.
Patricio Varsariah.