Vive tu verdad.
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, agosto 22, 2025

Llevo años aplicando esta verdad. Te ahorraré el suspenso. Vive tu verdad. Eso es todo. Solo tres palabras. Es una frase aburrida. Y quizás demasiado corta para importar. Pero está transformando vidas. Es más difícil sentarse contigo mismo y admitir: «Esto es lo que soy. Esto es lo que valoro. Esto es lo que no voy a ceder». Así es como quiero vivir.
Tu verdad son los «no negociables» que te hacen sentir viva o vivo. Tu verdad es la lección que te ganaste. La cicatriz que cambia tu forma de ver la vida. La voz que no se calla, por mucho que intentes enterrarla. Ignórala y vivirás la vida de otra persona. Hónrala y finalmente encontrarás tu camino.
Si realmente la aplicas, serás libre. Dejarás de vivir como una sombra de ti mismo. Dejarás de externalizar tu identidad a otros. La mayoría de la gente está demasiado ocupada viviendo una realidad prestada como para preocuparse por su propia verdad. Y luego se despiertan a los 40, 50 o 70 años y se preguntan: "¿Por qué sigo sintiéndome perdido?". Si lo que buscas es claridad vital, no necesitas diez libros de autoayuda. Necesitas volver a tus cimientos. Necesitas detenerte y regresar a lo que es real para ti. Ningún gurú puede darte eso.
La tienes o no. Tu verdad es la obstinada negativa a quedarte, a alejarte de todo lo que te agota, incluso cuando la lógica dice: "Deberías estar agradecido". Es saber cuándo alejarte y cuándo redoblar los esfuerzos, porque tu instinto, no la culpa, es quien manda. Si lo ignoras el tiempo suficiente, la vida te obligará a escuchar, generalmente a través del agotamiento, las crisis o la pérdida del sentido de identidad.
¿No es esa una actitud egoísta ante la vida? No. Es todo lo contrario. Cuando vives tu verdad, dejas de malgastar el tiempo de los demás. Eres honesta u honesto sobre quién eres, lo que quieres y lo que no tolerarás. Esa claridad es un regalo.
La gente sabe lo que representas. Tú sabes dónde te encuentras. Se acabaron las máscaras. Se acabó "encajar". Vivir tu verdad no es rebelarse contra el sistema por el simple hecho de hacerlo. Es tomar las riendas de tu vida. Hay fuerza en esta vulnerabilidad, en derribar muros. La gente la percibe en ti. El mundo la anhela. Y la mayor sanación, para ti y para quienes te rodean, proviene de abrirte. Abrirte de par en par. A tu humanidad, a tus sentimientos. Y, en ultima instancia, a ti mismo.
Vivir tu verdad no significa renunciar a tus responsabilidades. Es una alineación que cambia tu forma de vivir. Si odias algo que haces en el trabajo, deja de fingir que lo amas. Admítelo. Da un paso más. Comparte cómo puedes aprovechar al máximo tu tiempo. Y por qué eso importa. Si estás cansado de interpretar roles, déjalo ir. El mundo no se acabará. Pero esa versión de ti sí. Alinear lo que dices, lo que haces y lo que crees significa negarte a traicionarte. Sí, es lo más incómodo que harás.
Perderás gente. Enojarás a quienes preferían que no dijeras nada. Algunos te llamarán imprudente cuando finalmente vivas tu verdad. Dirán que eres irresponsable, inmadura, incluso egoísta. Eso es solo proyección. Les enoja que hayas dejado de seguir la regla. Pero el precio de ignorar tu verdad no es solo insatisfacción. Es arrepentimiento. Cuanto más miedo le tenemos a un trabajo o una vocación, más seguros podemos estar de que tenemos que hacerlo.
Vive tu verdad. Es la diferencia entre «tengo que» y «elijo hacerlo». Elige el camino que te parezca correcto, no solo el que parezca correcto. Vivir tu verdad puede ser incómodo. Pero es el secreto de tu libertad. La libertad de ser. No garantiza la versión de éxito de todos. Pero garantiza algo mejor: no desperdiciarás tu única oportunidad en la vida actuando en una obra para la que no hiciste una audición. Si hoy fuera tu último día de vida, ¿estarías orgullosa de cómo vives ahora? Tu respuesta es la clave para aclarar tu verdad.
Tu verdad es la lección fundamental que no puedes ignorar. El patrón que se repite en tu vida. Tal vez tu verdad sea: "No puedo quedarme en lugares que aplastan mi curiosidad". O: "Necesito lealtad más que aprobación". Sea lo que sea, nómbralo. Asúmelo. Una vez que lo conoces, las decisiones se vuelven más fáciles. No indoloras, pero sí claras. El bien se construye sobre él. Cuando todo se derrumba, tu verdad es a lo que regresas.
"Vive tu verdad" es una frase aburrida y olvidada que lo cambia todo si se lo permites. La he estado aplicando sin descanso. Y funciona. Decide la tuya. Pruébala. Ajústala si es necesario. Luego vive como si la sintieras. Esa es la única filosofía de vida práctica que vale la pena. Tu verdad no es un sentimiento. Es la esencia de quién eres sin la máscara. Los valores que defenderías, aunque te costara. El trabajo que harías gratis. La versión de ti mismo por la que no te disculpas. Encuéntrala. Es la única manera de vivir sin remordimientos.
La verdad es lo único que nos sobrevive. Todo lo demás es secundario. Incluso quienes te juzgan lo olvidarán. La vida es corta. La verdad es luz. Elige la luz. Es la definición misma de la libertad.
Si mis palabras te trajeron consuelo o reflexión, gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.