Si no tuviéramos invierno, la primavera no sería tan agradable: si no saboreáramos a veces la adversidad, la prosperidad no sería tan bienvenida.

El invierno es la época del confort, de la buena comida y el calor, del contacto de una mano amiga y de una charla junto al fuego: es la época del hogar.

Pasa la primavera y uno recuerda su inocencia.
Pasa el verano y uno recuerda su exuberancia.
Pasa el otoño y uno recuerda su reverencia.
Pasa el invierno y uno recuerda su perseverancia.

 Cuando está nublado, por las tardes, y salgo a caminar solo, me parece que la lluvia cae a través de mi corazón y hace que se derrumbe en ruinas.

Saludos.

Patricio Varsariah.