Hay veces que alguna gente te desea mal porque no comprende tus señales o tu forma de ser. A veces es gente que tienes muy cerca, personas que no están de acuerdo con tu forma de ser o que simplemente no se han parado a darse cuenta de que no queriendo lo mejor para ti, que no tratando siempre de ser amable y dulce lo que hacen es crearse peores vibraciones para ellos mismos. Aunque yo quede dañado por una mirada desagradable, por la ausencia de cariño, de tacto o si quiera de respeto... ellos salen peor parados. Pero sólo esa persona puede darse cuenta por sí sola, yo no soy quien para decírselo. Aquí lo suelto por si la magia le hace llegar el mensaje.

No me extrañaría que así sucediera. Aún me impresiona ver las visitas de esta WEB, comprobando que lo leéis gente de casi todos los países americanos y la mayoría de los europeos, por supuesto. Eso me llena de responsabilidad y de alegría, y sólo deseo no confundir y sí ayudar en todo lo que mis palabras puedan. Aquí estoy por si quiere escribir alguien; yo siempre contesto. Gracias a esta pagina WEB mi vida cambió, hallando a gente maravillosa y al ser más importante de mi vida.

El ciego seguirá sin ver mientras no decida abrir los ojos. No sabe que su ceguera es la negación de la realidad y su demora carcome el alma llamando tradición a su excusada rutina. Pero hacer lo que siempre se hizo, pensar como siempre se pensó tiene el error de anular la decisión propia, la personalidad del alma y su libertad.

Las mayores verdades con fácilmente comprensibles y asimilables por todos y lo que debe aceptarse bajo dogma, es decir, bajo imposición es siempre falso. Aceptar algo porque se supone que otras personas más evolucionadas me lo imponen para mi bien es una incongruencia gigantesca pues el camino espiritual es libre y personal. El maestro que me dice que sólo él posee la verdad pierde toda su verdad. He leído a muchos maestros y el verdadero maestro jamás deja de ser discípulo. Aprende de todo, de lo bueno y de lo malo, tornando lo malo en bueno como por arte de magia. Y su magia es controlar su presente y su futuro.

Dibuja su porvenir de una manera lógica y sencilla. La misma física cuántica da razón a una de las mayores verdades de la vida. La actitud positiva tiñe todo de luz, el amor inunda la realidad futura si se cree firmemente. Quien proyecta su conciencia iluminada hacia delante tiñe sus días venideros como quien siempre ve la botella medio llena, el error como lección y el traspiés como una oportunidad para mejorar. Quien es así sólo tiene un futuro y sólo tiene una ley. El amor basado en la empatía, en el ponerse en el lugar del otro. No desees para los demás lo que no deseas para ti. Una ley simple y mágica que hace a quien la cumple de la misma manera simple y mágicamente... FELIZ.

Venimos a amar, somos soldados del amor. Dentro de nuestras lecciones para aprender, para crecer, también tenemos que hacer subir la balanza de los seres que aman por sobre los que aún no conocen el amor. Estemos más o menos evolucionados, todos vamos aprendiendo que la luz es el único camino y que la oscuridad es sólo la ausencia de la luz. Es decir, quien odia o es egoísta haciendo prevalecer su maldad es así porque aún desconoce que ese camino no le reportará grandes beneficios a la larga y no sabe que el universo se rige por el equilibrio de la causa y efecto.

Cuando un ser, hagan falta las vidas que hagan falta, se da cuenta de que el mal que hace lo recibe cambia de actitud. Pero somos muy testarudos, necesitamos escarmentar en carne propia; vida tras vida, hasta verlo claro. Tras ese periodo de aprendizaje valoramos la luz y aprendemos que del mismo modo el amor que entregamos lo recibimos también. ¿Qué nos queda entonces que perfeccionar esa verdad y crecer hacia la luz? En realidad todo es muy sencillo.

Ahora no entendemos muchas cosas porque no debemos entender con la cabeza, sino con el corazón. El corazón siente y actúa. No medita ni juzga, no analiza, no necesita la perfección de las fórmulas matemáticas. De hecho, el corazón es quien debe guiar y esto es una lección a aprender; el dejar a un lado la mente física, la densa materia porque somos espíritu. La batalla es doble, y comienza haciendo prevalecer el corazón ante la mente.