Uno de nuestros miedos más comunes: el miedo al rechazo
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, mayo 18, 2017
.jpg)
No voy a dejar que me aplastes.
Hoy quiciera extender mis reflexiones sobre el punto 4 de mi escrito anterior (lo que es realmente importante para nosotros ) en que menciono sobre lo que , opinan los demás de Ti(* 4.- No tome las cosas demasiado personales, aunque parezca personal.) ,y a la incomprensión del entorno. En realidad muchas personas se enfrentan a este tipo de miedo. ¿Pero qué hay detrás? En realidad, detrás de todo esto nos encontramos con algo muy común, uno de los principales miedos del ser humano: el miedo al rechazo.¿Qué está detrás del miedo a las críticas y ser juzgados? Uno de nuestros miedos más comunes: el miedo al rechazo
Es totalmente normal sentir miedo a las críticas especialmente cuando empiezas un nuevo camino, cuando cambias de vida, cuando no sabes hacia dónde te llevará esto. Y muchas veces te encuentras con la incomprensión del entorno. Familia, amigos, conocidos... todos te ven como a alguien que se ha vuelto loco, porque cree que hay otra forma de vivir la vida. Y eso te duele, porque para ti es importante su opinión, porque son personas importantes en tu vida.
Me pasó a mí con familiares muy cercanos y personas en las que confiaba plenamente. Ellos dudaban de que pudiera lograr sobrevivir en un paiz extraño. Pero al mismo tiempo, ¿podía culparles? Si en realidad deseaban lo mejor para mí y esa era su forma de protegerme, alejarme de mi sueño, porque no creían en que fuera posible. Yo pienso que cuando algo se convierte en tu verdadera pasión, la recompensa siempre llega y ese es mi motos para seguir adelante.
Bolviendo a Ellos se que tienen sus creencias, sus propios miedos... y lo proyectan. Todo en la vida es proyección. De hecho, si nos vamos a un plano más profundo, más espiritual, nada de lo que vemos, sentimos o experimentamos existe, todo lo que entendemos por realidad no es más que la proyección de lo que nosotros sentimos, pensamos, tememos. Y es así de claro: yo misma no confiaba en mí cuando comencé este camino, yo mismo no creía que fuera capaz de lograrlo en mi fuero interno. Por eso, el mundo me devolvía eso que estaba sintiendo y temiendo: a personas que tampoco creían en mí. Pero también ésta era mi prueba. Sólo creyendo en mí, a pesar de un entorno poco propicio, lograría que ellos también lo hicieran.
Como dicen, el camino del héroe es solitario al principio. Si ésta es tu pasión, tu sueño... no lo obtendrás sin más, hay un precio que pagar, hay barreras con las que romper, creencias que cambiar, un pasado que dejar. Todos sentimos el llamado, pero sólo unos pocos somos los elegidos...
¿Qué quiere decir esto? Que para reinventarte, cambiar de vida, crecer hay mucho que dejar atrás: viejas creencias, antiguo modo de vida, trabajos seguros, aprobación de la familia y amigos. Sí, algunos incluso llegamos a sentir que nuestro círculo de amigos ya no comparte nuestros valores, nuestra nueva visión de la vida. Duele dejarlos atrás, pero es irremediable. Y no pasa nada, porque más adelante encontraremos a gente nueva que nos entenderá, sintonizará con nosotros y con la que caminaremos juntos en esta nueva aventura.
Ni te imaginas la cantidad de gente interesante, profunda, gente maravillosa, generosa, que he conocido cuando di el paso a una nueva vida. Algunos de países lejanos, clientes o lectores míos, colaboradores, compañeros de trabajo... Y esto enriquece muchísimo. Pero no siempre es el entorno cercano el que no nos entiende o nos critica. A veces son otros, los que no conocemos o no son precisamente nuestros amigos, los que fomentan nuestro miedo a las críticas, miedo al qué dirán. Competidores, supuestos amigos, personas que simplemente no son felices y no quieren vernos triunfar. Pasan por tu vida, la envidia, la ignorancia y personas mal intencionadas.
Sentir envidia es también humano. ¿Quién no la ha sentido alguna vez? Yo el primero, por que la envidia es la sensación de que lo que el otro tiene y yo deseo no lo podré tener. Es, además, de las emociones más destructivas que existen. Porque al envidiar, estás alejando de ti la posibilidad de tener eso que ansías. Porque ya has creado la creencia profunda y limitante de que “yo eso no lo puedo tener”. No es en realidad terrible sentir envidia. Pero sí es necesario entenderla, ver qué te quiere decir, qué debes cambiar, qué puedes mejorar de ti, qué aprendes de esta emoción. La mejor manera de rebajarla es desearle felicidad al otro mentalmente y sustituir tu creencia limitadora por otra más poderosa: “algún día yo también lo tendré”. Y obviamente no quedarte sentado, sino trazar un plan de acción para llegar a ello.
Muchas personas me han escrito disiendo que les da miedo que les critiquen, cuando les contesto y les pregunto a quién se refieren exactamente, me dicen de la “gente”. Ese término ambiguo, nada claro, con el que denominamos al demonio que se esconde en esa masa de población indeterminada y a la que vulgarmente llamamos gente. Y cuando les pregunto de qué gente se trata, a veces me dicen que son esos potenciales clientes que les van a rechazar, o ese grupo de conocidos a los que no les caen muy bien o que no nos cae bien a nosotros.
Aquí hay dos cosas importantes a tener en cuenta. Primero pregúntate con total sinceridad: ¿Por qué te importa lo que alguien desconocido opine de ti?
¿Por qué le estás otorgando este poder sobre ti, y más si ni siquiera le conoces todavía? ¿Es que pretendes caerle bien a todo el mundo? ¿Te parece realista gustar a todos o es más bien algo utópico? ¿No será que estás usando esta excusa simplemente para no dar el paso, porque en realidad te aterra pasar a la acción?
Y segundo: sí, es verdad, no les vas a caer bien a todo el mundo. Efectivamente algunos te van a criticar. Es inevitable que cuanto más conocida te hagas, más te expongas, más comentarios negativos podrás tener. Eso sí, serán siempre una pequeña proporción frente a la mayoría que aplaudirá tu trabajo.
Cada cierto tiempo recibo comentarios “bien-intencionados” que pretenden “salvarme” de las garras del New Age, terapias alternativas, el demonio del Reiki, etc. para que me de cuenta de sus peligros y abrace la fe católica. No tengo nada en contra de la fe católica ni mucho menos. La respeto profundamente al igual que a todas las demás religiones, pero tampoco necesito ser salvado por nadie. Todavía, por desgracia, hay demasiada gente con una mente cerrada, dogmática, miedosa, que defiende que lo suyo es lo correcto y lo de los demás no. De ahí tantas guerras que vivimos en el mundo, muchas originadas por el fanatismo religioso. Cuando la verdadera espiritualidad no es la de un Dios en concreto, sino que todo es Dios, todo es Unidad, y no hay religiones buenas ni malas, no hay nada que separar, sino unir, aceptar y amar. Por supuesto, si no estás de acuerdo con mi percepción de la espiritualidad, no pasa nada. Tienes todo el derecho del mundo a pensar como quieras, pero no tienes que salvarme de nada. Lo único de lo que debemos salvarnos es de nosotros mismos: de nuestros miedos.
Y para finalizar, te comparto un Ejercicio del Miedo a las Críticas. Haz una lista del tipo de personas que crees que podrían criticarte (si es posible con nombres, siempre que sean conocidos o cercanos) y preguntate ¿De quién es la crítica que te dolería más? ¿Alguien que ya conoces, alguien muy cercano, o “la gente” que ni siquiera sabes quiénes son? ¿Cuántas personas en total tendrían que criticar tu nuevo proyecto para hacerte sentir mal? No me digas que no lo sabes: ¿1, 5, 100? Pon un número aproximado.
¿Qué crees que podrían criticar exactamente? Piensa en todos los casos posibles que se te ocurran y escríbelos. Ejemplo: “que escribo mal, que no sé de lo que hablo, que quién soy yo para abrir una pagina web, que seguro que me irá mal, etc.” ¿Qué les podrías decir para rebatir estas críticas una por una? Si no lo sabes, imagina que una buena amiga o alguien cercano a quien quieres mucho se está reinventando en tus mismas circunstancias y le critican, ¿qué le dirías a los que la critican para defenderla?
Y por último, me encantaría escucharte. ¿Tienes algún episodio de críticas bien o malintencionadas que has recibido en relación a tu reinvención profesional? Yo creo que son esos ejemplos reales los que nos ayudan a ver que no estamos solos, que las críticas es algo muy común pero que lo importante es no darles tanta importancia, sino seguir nuestro camino, porque lo que vamos a aportar es infinitamente mayor que las críticas que podamos obtener.