Una serie de conflictos que debemos afrontar
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, septiembre 5, 2019

El paso del tiempo deja una profunda huella en todos nosotros. Ir cumpliendo años es un juego en el que parece que perdamos… mientras ganamos.
Cada etapa de la vida está caracterizada por una serie de conflictos que debemos afrontar para nuestro propio desarrollo personal. Entre los 40 y 60 años, el conflicto se produce entre el estancamiento y la generatividad. Mientras que la integridad del yo y la desesperación corresponden a la etapa vital a partir de los 60 años.
La generatividad es la dimensión de la personalidad que se refiere al grado de participación activa en la construcción de un futuro saludable. Esta dimensión de la personalidad desarrolla actitudes de comprensión y consideración hacia los demás, ser capaz de ver el centro de los problemas más allá de las apariencias y es la que ofrece consejos a partir de sabiduría adquirida con el tiempo.
Por el contrario, el estancamiento hace referencia a la falta de crecimiento personal y de desarrollo de estas habilidades generativas. Se caracteriza por baja tolerancia a la frustración, un pobre manejo de la incertidumbre y de las cuestiones que requieren de un análisis complejo.
Integridad del ego frente a desesperación. La integridad del ego se refiere a la capacidad de recuperación de las personas ante las adversidades, es decir, la resiliencia. Se caracteriza por sentimientos de satisfacción con la propia vida, punto de partida para que la persona muestre un buen autocontrol.
Por el contrario, la dimensión de la desesperación está vinculada a la falta de integridad del ego. Está asociada a sentimientos de desesperación, se pierde el sentido de vida significativa y se genera gran hostilidad hacia los demás y hacia las situaciones que no se comprenden.
Las dimensiones de generatividad y de integridad aumentaron de manera constante desde los 43 hasta los 70 años. Por el contrario, el estancamiento alcanza los niveles más altos al acercarse a los 60 años para comenzar entonces un descenso hasta los 70.
La dimensión de la desesperación alcanza el punto más alto en edades más tempranas a partir de cumplidos los 50 años. Sin embargo, los sentimientos de desesperación disminuyeron drásticamente entre los 60 y los 70 años.
Los sentimientos de desesperación y el estancamiento parecen retroceder con el tiempo, mientras que lo positivo parece resaltar más a medida que pasan los años. Durante el último ciclo de nuestra vida, los sentimientos de desesperación disminuyeron como consecuencia de un aumento en la integridad del ego.
El estancamiento también disminuyó más tarde, mientras que la generatividad y la integridad se mantienen constantes o en aumento con el paso del tiempo. Parece que esta disminución del estancamiento se relaciona también con la integridad del yo que genera un nuevo sentido de desarrollo personal.
No hay que perder la esperanza. Parece que una buena resolución de conflictos en los últimos estados vitales puede generar una disminución considerable de los sentimientos de desesperación y un aumento significativo de las dimensiones positivas de la personalidad. Quizás por eso debamos empezar a afrontar la etapa de la mediana edad con entusiasmo, con un sentido más profundo, sin sentimientos de desesperación y en la creencia absoluta.
Saludos.
Patricio Varsariah.