Un mal que no podra superar la humanidad.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, mayo 15, 2019

Se dice que los ingratos no tienen memoria.Hay personas a las que les das todo...pero el día en que no puedes, solo se acuerdan de lo que no les das. Pero no me ofenden yo siempre hare lo correcto, allá cada cual con su conciencia.
No abuses de la paciencia de las personas buenas. Son personas que pueden perdonarte cientos de veces, pero también son aquellas que cuando deciden irse no vuelven nunca hacía atrás.
Un mal que no podrá superar la humanidad es la ingratitud, un mal que se practica desde el nacimiento de la humanidad.Parece que la predicción bíblica de que en los últimos días, los hijos estarán en contra de los padres, y que el amor se acabará, en algunos casos está ya en cumplimiento. Por el contrario, el agradecimiento es la virtud por la cual las personas reconocen los favores recibidos y reconocen el sentimiento de la generosidad.
Entre los pecados mayores que hombres cometen, algunos dicen es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, atendiéndose a lo que suele decir que de los desagradecidos está lleno el infierno.
Por ingratitud se entiende “el olvido de los favores recibidos”, de acuerdo al diccionario Larousse. Y, Olvidar los favores recibidos, de acuerdo a una serie de autores, ha sido una constante conductual en la historia de la humanidad.
Por eso, no nos ha de extrañar que todos los escenarios de la vida donde se practique la solidaridad, el servicio a los demás de manera desinteresada y altruista, aparezcan los ingratos, porque como ya he señalado, la ingratitud ha sido una constante histórica.
Si algo hay sumamente pecaminoso en la vida, es la ingratitud, ya que ésta revela todas las debilidades de quien la practica, ya que, generalmente, induce a la difamación, injuria y la revelación de secretos de la persona o grupo al que se le debe una determinada gratitud y lealtad.
La ingratitud es un cáncer que amenaza seriamente con destruir reputaciones, relaciones familiares, de amistad y retrasa e impide el fortalecimiento y logro de grandes objetivos institucionales. ** La ingratitud es una perversión humana y, como tal rompe con la unidad y el fortalecimiento de los lasos afectivos necesarios, para que se fortalezca el espíritu de cuerpo de los grupos. Rompe o debilita la línea jerárquica, la credibilidad interna.
Aquí el problema es de principios, de valores, los ingratos abundan y se multiplican cada día más, con ciertas excepciones, teniendo cierta similitud con los brincadores al cuello, que cuando quieren lograr objetivos y fines son atentos, incisivos, cordiales y hasta parlanchines.
La ingratitud llena de desesperanza a los miembros de cualquier grupo. Mata la fe y la confianza, contribuyendo, de esta manera, con la anarquía grupal y su consecuencia: la destrucción de las organizaciones, que es lo que, en fin, desean los enemigos de la unidad y la paz.
Siempre recordemos que el enemigo está al acecho. El enemigo no duerme y para penetrar y destruir a las organizaciones serias, siempre se valen de las debilidades de los ingratos, porque conocen a cabalidad, a quienes siempre quieren brillar como el oro, sin ser oro; ser gigante, siendo enanos. Los ingratos siempre han querido crecer sobre los cadáveres de los demás. Vano y criminal error.
Los ingratos tienen grandes y complejas deformaciones conductuales, por eso se les hace tan difícil practicar la gratitud, ya que para ser agradecido hay que tener grandes condiciones y valores humanos como lo son, entre otros, el equilibrio emocional, el sentido de justicia, el amor al prójimo, el respeto por sí y por los demás, así como el no llevar un basurero de frustraciones y amarguras en el espíritu.
Sin estas cualidades, es muy fácil caer en la ingratitud, que es la peor de las condiciones humanas.
Normalmente, los ingratos o las ingratas son simuladores de lo que no son y disimuladores de lo que son, además, codiciosos, vanidosos, prejuiciosos, insaciables, injustos; son también hipócritas, calumniadores, mentirosos y dados la fabulación, para justificar su ingratitud.
Los ingratos nunca quisieran que los demás sepan que le deben agradecimiento a quien están calumniando.Y por eso son muy extravagantes en sus juicios contra quien o quienes practican la ingratitud. Pintan a quienes les deben favores como lo peor.
Así, quien lo escucha, piensan ellos, le creerá más. No se dan cuentan que la verdad que intentan ocultar, tarde o temprano resplandecerá con más fuerza, para elevar más y más, al que intentan calumniar.
Su labor, guiada por unas series de desequilibrios fruto de una vida cargada de duda y engaño, lo impulsa a romper amistades, lazos de familiaridad, así como a intentar destruir las organizaciones que les han servido de base, para sus logros.
Por eso en la sociedad hay hombres que odian y destruyen y otros que aman y construyen. Los ingratos son los que odian y destruyen.
El ingrato cae fácilmente en la difamación, la injuria y la revelación de secretos, porque es tanto lo que tienen que mentir, para mantener engañados a quienes les transmiten sus mentiras, que cada día la aumentan más, pasando de una mentira a otra, de una fábula a otra.
Los ingratos son mitómanos, es decir, terminan creyéndose sus propias mentiras, para vivir siempre en el mundo de la falsedad y negación de la verdad.
he dicho..
Patricio Varsariah.
He aprendido a no intentar convencer a nadie.
El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro.
El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro.