Tu trabajo es “permanecer trascendental, distante, desapegado”.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, junio 11, 2025

La vida exige mucho de nosotros. Naturalmente, nos dejamos llevar. Reaccionamos. Nos preocupamos. Intentamos controlarlo todo. Pero cuanto más lo intentamos, más nos perdemos. Para recuperar la paz mental, debes dominar el arte del desapego. «Permanece en el mundo, actúa en el mundo, haz lo que sea necesario y, sin embargo, permanece trascendental, distante, desapegado, como una flor de loto en el estanque. Haz lo que debas, pero no te pierdas en él. Esa es la regla.
Sé cómo el loto. El loto crece en el lodo. No escapa del estanque. Pero se eleva por encima del agua. La flor de loto se mantiene limpia en agua sucia. Pero hay más. Sus pétalos repelen la suciedad. El agua se desliza, dejándola impecable.
A menudo nos vemos atrapados en el drama de la vida. Haces tu trabajo y luego te conviertes en tu trabajo. Amas a alguien y su estado de ánimo controla tu respuesta a la vida. Lo intentas, fracasas y ahora eres el fracaso. Triunfas y ahora tienes miedo de perderlo.
Nos apegamos a todo: al éxito, a las personas, incluso a nuestros propios pensamientos. Un mal día nos arruina. Un rechazo se siente como la muerte. Porque entregamos nuestra paz a cosas que no podemos controlar. Pero ¿qué pasaría si trabajaras duro, amaras más, pero luego dejaras ir el resultado? ¿O no exigieras permanencia?
Esa es la sabiduría del desapego. Disfruta de tus posesiones, pero no dejes que te definan. Disfruta de las relaciones, pero no las asfixies. Cuanto más te aferras a algo o a todo, más se te escapa. El desapego te mantiene vivo y libre, pero sin el peso. Porque nada externo a ti decide tu valor.
El loto crece en agua turbia y permanece intacto. Eso es a lo que nos invita a estar. En el ruido, en la rutina, pero libres de él. Observa cómo te apegaste y cómo lo dejaste ir. Regresa a tu interior. La flor de loto nos muestra cómo navegar en el trabajo, las relaciones y el caos, manteniendo la paz interior. No es solo un símbolo. Es una maestra.
No espera a que florezcan las condiciones perfectas. No se queja del barro. Lo usa. No necesitas una vida perfecta para convertirte en una mejor versión de ti mismo. Solo necesitas raíces y dirección. El barro es parte del trato. Dolor, lucha, fracaso y pérdida. Ese es el barro de la vida humana.
Pero el loto no lucha contra el barro. Crece a través de él. Y para eso estamos aquí. No estás aquí para escapar del sufrimiento inevitable. Estás aquí para elevarte y ser mejor a pesar de él.
Evitar la vida, así es como no funciona. Pero podemos trascender las múltiples fuentes de sufrimiento. Eso significa que cuando alguien te lastima, lo sientes, pero no lo conviertes en un muro. Cuando las cosas se desmoronan, aprendes, pero no te amargas. Cuando llega el éxito, lo disfrutas, pero no pierdes tu alma en él. Porque, como el loto, te mantienes arraigado y desapegado, y aun así eres mejor.
El desapego te da permiso para dar un paso atrás, para proteger tu paz. Puedes establecer límites. Puedes desconectarte de las muchas distracciones de la vida que no te sirven. Debemos estar más despiertos. Estar en el centro de la vida, amarlo todo, pero no perderte en ella. "Actúa en el mundo", dice. Haz lo que sea necesario. Preséntate. Pero reconoce quién eres detrás de todo.
Ese es el trabajo de "transcender". El arte del desapego. Pero necesitas ver las cosas de manera diferente para que funcione para ti.
Puedes quedarte en el tráfico y mantener la calma. No tienes que maldecir al conductor que va delante. Puedes amar a alguien sin intentar poseerlo. Cuídalo y preséntate. Pero no exijas que te complete. Porque tu sentido de identidad no está ligado a su presencia. Si pierdes dinero, no pierdas la cabeza. Puedes sentir tristeza sin que te consuma. Responde a la vida. No reacciones. El desapego es que nada te posee. Puedes cuidar sin aferrarte a nada.
El “barro” es nuestra preocupación por lo que piensan los demás, las prisas sin motivo, la sobre consideración y la búsqueda de aprobación. Esos son algunos de los muchos “dramas” de nuestras vidas. Pero el objetivo no es odiar el barro. Es elevarse por encima de él.
Tu trabajo es “permanecer trascendental, distante, desapegado”. No dejes que el mundo se apodere de tu mente. Permanece en el mundo, pero no seas parte de él. Vive como el loto. Permanece en el agua. Y en el “barro”. Simplemente no te conviertas en él. Ese es el arte. Al igual que el loto, no estás aquí para ser perfecto. Estás aquí para ser real. Para elevarte. Para soltar lo que no eres y volver a lo que eres.
No puedes escapar del lodo. No lo ignoras. Creces a partir de él. Y en eso, vives libremente y cobras vida. Baila bajo la lluvia, pero no te ahogues en ella. Así es como vives plenamente vivo, pero completamente libre. Permanece en el mundo. Pero no dejes que el mundo te posea.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.