Para encontrar la verdad, debes convertirte en ella. Haz el trabajo del alma. El primer maestro espiritual que necesito es mi propia alma. Todo crecimiento espiritual comienza en el interior y se abre camino hacia el exterior. Lo aprendí después de años de intentar reconectarme conmigo mismo. Ningún gurú, libro o religión puede hacerte espiritual. Nunca te sentirás lo suficientemente espiritual si sigues buscando en otros todas las respuestas. Regresa a tu interior.

La espiritualidad no se enseña. Es "despertar" lo que ya está ahí. Para encontrar la verdad, debes convertirte en ella. Nadie puede iluminar tu camino. Debes encender tu propia llama. Haz el trabajo interior. Puedes leer libros, seguir a maestros y esperar que alguien te "ilumine". Pero nadie puede darte sabiduría espiritual. Los maestros pueden señalar el camino, pero no son el sendero. Tu alma ya lo sabe. Debes sentirlo por ti mismo. Ninguna enseñanza puede reemplazar esa experiencia interior. La fe ciega es fácil. 

Tienes que crecer de adentro hacia afuera. Nadie puede enseñarte, nadie puede hacerte espiritual. No hay otro maestro que tu propia alma. Los maestros pueden mostrarte el camino, pero solo tú puedes recorrerlo. Mi mayor transformación no provino solo de los libros. Provino de mi curiosidad. De mis dudas. Y de todas las preguntas que la creencia ciega nos impide hacer. De cuestionar lo que ya no se siente verdadero. Y de estar más alineado con mis valores, mi propósito y mi paz.

No esperes que alguien te salve. No busques la versión de éxito espiritual de otro. Siéntate con tu propia alma. Pregúntale qué necesita. Confía en ella. Deja que te enseñe las cosas que has estado ignorando.
No estás perdido. Estás aprendiendo. Es lo más espiritual que existe.

No eres una gota en el océano. Eres todo el océano en una gota. No necesitas tenerlo todo resuelto. Solo necesitas ser honesto contigo mismo y obtener las respuestas que deseas.

La espiritualidad ha sido una práctica diaria para mí. Son las decisiones conscientes las que marcan la diferencia. La decisión de responder y fluir con la vida donde la gente reacciona. Perdonar cuando es difícil. Ser amable conmigo mismo cuando mi mente quiere entrar en una espiral. Ser padre me enseñó a tener "presencia" y "paciencia" más rápido que cualquier meditación o libro. Todo eso es trabajo del alma. Y solo yo o tu puedes hacerlo. Solo tu alma sabe qué es real para ti. Pero tienes que escuchar. Te vuelves espiritual escuchando. Eso es todo. Siéntate. Apaga las muchas distracciones que te drenan el alma. No tienes que llenar cada minuto libre con podcasts, música o noticias. No le tengas miedo al silencio. Cuando te sientes contigo mismo, descubrirás que las respuestas siempre estuvieron ahí.

No necesitas más para sentir tu camino hacia la "espiritualidad". Necesitas atención. Mientras te sientas, deja que los pensamientos fluyan. No los juzgues. Obsérvalos. Y déjalos ir. Así es como creas espacio para volver a tu interior. Y cuando empiezas a vivir desde y en ese espacio, empiezas a reconectarte contigo mismo. Un día a la vez. Te vuelves menos temeroso de quién eres y más curioso sobre en quién te estás convirtiendo. No tienes que llegar a ningún sitio para ser espiritual. Estás exactamente donde necesitas estar.

Tu alma enseña y habla como se tensa tu cuerpo cuando te mientes a ti mismo. Como una inspiración repentina cuando estás solo con tus pensamientos. Como el sueño recurrente que sigues rechazando. La persona que más te irrita refleja lo que niegas en ti mismo. Años de ignorar tu alma hacen de la vida un desgaste diario. Empieza a honrar tu verdad. Cada vez que le dices "sí" al mundo y "no" a tu alma, te verás obligado a decir "sí" por las malas, a través del agotamiento y el resentimiento. Nunca podrás escapar de ti mismo. Tu alma repetirá lecciones hasta que dejes de correr. A tu alma no le importa tu puesto. Le importa tu consciencia de lo que te dice.

Ni siquiera tienes que retirarte de la vida. El alma enseña viviendo. A través de las relaciones, los desafíos e incluso las cosas con las que luchas. Nunca puedes alcanzar un estado espiritual perfecto (sin ira, miedo, frustraciones, preocupaciones o simplemente felicidad). Tu alma quiere que lo sientas todo: la rabia, la alegría, las frustraciones. La experiencia humana no está exenta de muchas emociones. ¿No puedes usar la espiritualidad para evadir la vida real? Tu alma lo verá. Nunca serás demasiado evolucionado para sentir ira. No uses "Todo sucede por una razón" para evitar sentir lo que estás pasando.

¡No maldigas la oscuridad, enciende una vela! No se alcanza la iluminación imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad. Olvídate de las revelaciones sensacionalistas. La espiritualidad también es cómo te comunicas con otros seres humanos. Lo que haces cuando nadie te ve. Adónde va tu mente cuando estás estresado o frustrado. Sé más consciente de esas experiencias. 

Ningún gurú ni maestro debería pedirte que te conviertas en un santo. No puedes. Pero sí puedes despertar tus reacciones inconscientes y ser mejor. Te pido que despiertes a quién eres. Que vivas y trasciendas conscientemente. Esto no significa que nunca más te sentirás perdido. Lo harás. Yo sí. Pero incluso en la confusión, sabrás a dónde recurrir. A tu interior. Si empiezas a sentirte inseguro, desconectado o abrumado, solo tienes que volver a casa.

Mañana olvidarás todo esto. La vida te distraerá. No te preocupes. Tu alma es paciente. Seguirá enviando la misma lección con diferentes disfraces. El libro correcto en el momento correcto para guiarte por tu propio camino. Hasta que un día, despiertes a todas las señales. Si finalmente escuchas, nunca te llevará por mal camino. No necesitas perseguir la luz. Tú eres la luz. El alma lo sabe. Regresa a tu interior. Ahí es donde comienza la espiritualidad.

Eres a la vez el buscador y lo buscado, el estudiante y el maestro. Mira hacia adentro y encontrarás lo que necesitas.

Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.

Patricio Varsariah.