En algún momento, nuestras fuerzas nos han abandonado y hemos pensado que nos encontrábamos en medio de un mar embravecido y sin ningún recurso para calmarlo. Es normal, tomamos cientos de decisiones al día y no es extraño que encadenemos unas cuantas malas. Esto sucede tanto en las decisiones cotidianas como con aquellas tienen un mayor peso. Existe un proverbio chino que dice : “No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas”. 

Llega un momento en el que tocamos fondo, todo carece de sentido y sentimos que nos hemos agotado tanto física como mentalmente. Ya no hay vida, ya no hay sentido. Hemos tocado el fondo más absoluto y el dolor nos impide seguir luchando. La fuente de la vida está completamente seca. Y aparece la pregunta :como volver al barco del que somos capitanes...? 

Piensa, tan solo debes volver a unir los puntos, de manera que formes una figura que reconozcas, de la que partas y en la que puedas descansar. Esta es una máxima que muchos cumplimos. Vivimos el presente tanto como podemos, en la medida en la que no hipotecamos demasiado nuestro futuro, dañamos la imagen que tenemos de nosotros o herimos a los demás. Pero, a veces esto es difícil y es aquí cuando llega el momento en el que la falta de sentido se hace notar. 

No debemos dejarnos arrastrar por un mal momento. Está claro que a veces el tiempo pasa ante nuestros ojos y dejamos de vivir realmente para ser como “monigotes” que comen, van al trabajo, vuelven a casa y se encierran en una rutina que nos provoca ese sinsentido que tanto miedo da. A veces, incluso nos encerramos en el pasado reviviendo dolorosos recuerdos que nos impiden avanzar. Otras veces, en cambio, nos centramos tanto en el futuro que olvidamos disfrutar de lo que tenemos en el presente, simplemente posponiéndolo.

Dejemos de lado el pasado y el futuro, saquemos algo de tiempo para nosotros y disfrutemos de cada minuto como si fuese el último. Es difícil, pero todo lo que hacemos en la vida debería gustar. Así que vivámoslo intensamente, haz que cada segundo cobre sentido.

Si la vida ha dejado de tener sentido y queremos escoger “un camino fácil” lo primero que debemos hacer es entregarnos y compartir nuestra existencia con el resto de personas. Esto nos enseñará a amar, a respetar y a valorar la vida. Dar con los ojos cerrados a menudo disipa la niebla que nos hace sentir perdidos, es como si a través de los demás pudiésemos llegar a nosotros mismos, invirtiendo de alguna manera el camino.

Protegiendo a quienes queremos y nos quieren, protegemos también nuestro sentido. Hacemos más fuerte nuestra red de ayuda, de manera que cuando haya una amenaza de caída no descendamos tanto antes de que alguien nos extienda su mano. Además, no se tratará de cualquier mano, sino de una que nos conoce y sabe cómo ayudarnos. Debemos aprender a encontrar y a buscar lo que necesitemos, pero nunca a creer que eso es la solución definitiva a ese sinsentido en el que nos encontrábamos. Ama, respeta, comparte, entrégate. Pero, al mismo tiempo, seamos libres. Libres para encontrarle el propio sentido a nuestra vida.

Cuando vemos que los años pasan y miramos hacia atrás, a veces creemos que hemos desaprovechado el tiempo: que hay cosas que hemos querido hacer y no hemos hecho, que hubieses querido reparar aquel daño surgido de un malentendido, que lo hubieses intentado una vez más o una vez menos… Vemos una vida vacía en el pasado, llena de experiencias que nunca se llevaron a cabo por los miedos y las inseguridades.

Teníamos sueños, ¡claro que los teníamos! Pero nunca llegamos a concretarlos y se quedaron en meras quimeras. Hagamos que nuestra vida cobre el sentido que se merece para que cuando llegues a la vejez y miremos hacia atrás estemos satisfecho con los trazos gordos que hemos trazado, aunque nos hubiese gustado cambiar algún detalle. Que no te tengamos que arrepentirnos de nada, que todo lo que hemos querido hacer lo hemos hecho.

Probablemente, nos hayan quedado muchas cosas sin realizar, pero ¡es normal! Tampoco se puede abarcar todo, pero lo más importante para es sí lo has llevado a cabo. Hagamos que cada día cuente, que si queremos vivir experiencias las vivamos sin limitaciones y sin temores.

Finalmente nuestra vida tendrá sentido, pero debemos hacer un esfuerzo por encontrarlo. No pensemos en el mañana, pensemos en el hoy. Dejemos definitivamente el pasado atrás y empecemos a poner en práctica todo lo que nos gustaría hacer. 

Es el momento de dejar de soñar y empezar a cumplir nuestros sueños mediante acciones. Nadie es dueño de tu felicidad, por eso, no dejes tu alegría, tu paz, tu vida, en manos de nadie.

Saludos.

Patricion Varsariah.