Toda la vida real duele, cumple y la felicidad es un resultado.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, noviembre 16, 2022
La vida es una progresión compleja. La vida real es desordenada, frustrante y requiere un esfuerzo significativo. También resulta ser el único tipo de vida que vale la pena vivir.
La vida real duele porque a menudo es desordenada y está llena de contratiempos que desafían tus creencias sobre ti mismo, los demás y el mundo que te rodea.
Sin embargo, a pesar de toda esta incomodidad, la vida auténtica nos permite aprender de nuestras experiencias y crecer como individuos. También nos permite expresarnos auténticamente.
La felicidad de toda la vida radica en ser usado por la vida; herido por la vida, impulsado y aguijoneado por la vida, reabastecido y rebosante de alegría con la vida, luchando por el bien de la vida. Esa es la verdadera felicidad. En el sufrir, una gran parte es dolor”.
La vida real puede ser dolorosa. También puede ser gratificante si tomas el control de la dirección de tu vida. La fea verdad es que la vida real no siempre es conveniente para todos. No siempre tiene un final de cuento de hadas. La paradoja interminable es que aprendemos a través del dolor.
La vida real consiste en aceptar lo bueno y lo malo y mantener el equilibrio a pesar del dolor. También se trata de buscar experiencias que minimicen la miseria y maximicen la alegría; de lo contrario, terminarás arrepintiéndote del pasado y preocupándote por el futuro el noventa por ciento del tiempo.
La vida real es involucrar tus emociones ahora. Aférrate siempre al presente. Cada situación, de hecho cada momento, tiene un valor infinito, porque es el representante de toda una eternidad.
Una vida significativa se trata de vivir tus emociones, no solo de pensar en ellas. Esto significa comprometerte con todos tus sentidos en el momento. La vida se realiza cuando practicas vivir el momento, vivir el ahora. La vida real no tiene por qué ser costosa o complicada.
Puede ser tan simple como dar un paseo por el parque o sentarse junto al fuego con un buen libro. Pasar tiempo a solas con la naturaleza es increíblemente sanador. O hacer un esfuerzo deliberado para disfrutar de las vistas, los sonidos y los olores que te rodean. En otras palabras, no hay desconexión entre tu mente y tu cuerpo.
Tu vida requiere tu presencia consciente para poder vivirla. Estar aquí ahora. Cuando estamos verdaderamente presentes, nuestros sentidos están abiertos y totalmente conectados con todo lo que nos rodea. Nos sentimos enraizados en nuestros cuerpos, lo que nos ayuda a sentirnos más relajados y cómodos. Estar presente también nos permite ver el mundo con más claridad, dándonos una mayor conciencia y compasión por los demás.
Mucha gente corre en piloto automático. Realizan los movimientos, haciendo lo que "tienen que hacer" para ir de un lugar a otro a la hora prescrita cada día. Incluso pueden convencerse a sí mismos de que no hay otra forma de vivir.
Pero si construyes tu vida en torno a la misma rutina durante años, te perderás toda la belleza y la alegría que provienen de conectarte verdaderamente contigo mismo, la naturaleza, el medio ambiente y los demás. Vale la pena revisar el sistema que ha creado para sí mismo de vez en cuando y modificarlo para reflejar la vida que desea o el resultado que espera.
Para vivir una vida significativa, debe experimentar dolor, lucha, pérdida, alegría, éxito y satisfacción a lo largo de las muchas fases de la vida. No hay otra manera de aprender a amar o crecer.
La vida real es incómoda. Planificar para una buena vida requiere esfuerzo. La buena salud significa invertir en mejores hábitos. Una buena relación requiere un compromiso para que funcione. Una gran carrera significa invertir en habilidades indispensables para protegerse a sí mismo en el futuro. La vida real es difícil. Pero también es gratificante y satisfactorio si haces bien la mayoría de las cosas.
Cuando vives plenamente, estás completamente comprometido con lo que estás haciendo; ese proceso puede ser un equilibrio de dolor y alegría.
Enfrenta tu vida, su dolor, su placer, no dejes ningún camino sin tomar. Los eventos, expediciones y experiencias memorables en la vida pueden ser incómodos, pero nos hacen cobrar vida. El dolor que siento ahora es la felicidad que tenía antes. Ese es el trato.
Por mucho que duela, la vida real se trata de lecciones aprendidas, nuevas experiencias, oportunidades de crecimiento, recuerdos felices, superación de desafíos y disfrutar de tiempo de calidad con nuestras conexiones sociales.
La felicidad es un resultado. La felicidad llega cuando hemos vivido y tenemos un respiro del puro olvido. La felicidad, en el sentido vulgar, es solo una experiencia de vacaciones. La felicidad es algo que experimentas, un proceso, no algo que tienes. Es un resultado de comprometerse con la vida. Una vida con sentido se puede encontrar siendo utilizada por la vida.
Una vida sin experiencia, en mi opinión, no es vida en absoluto. Y es por eso que les digo a todos que, incluso cuando duela, nunca dejes de vivir.
La felicidad no puede ser forzada o dictada por fuentes o individuos externos. Se puede cultivar momento a momento para maximizar su potencial y mantenerlo creciendo con el tiempo. Al enfocarse en las cosas que le brindan alegría y comprometerse con la vida a través de los dolores y obstáculos, naturalmente aumentará tu sentido de bienestar y satisfacción con la vida como un todo.
Se alcanza una gran paz interna cuando se tiene la certeza de que estamos haciendo lo posible para ser mejores cada día. Esa gran paz se halla siempre mas allá de las circunstancias personales, radica en ser no en tener, es un flujo natural reconocible. Que encontramos al redescubrir nuestra naturaleza espiritual y se expresa en la madurez amorosa de todas nuestras acciones y de todas nuestras palabras.
Gracias por tu generosidad y la paciencia de leerme, espero que hayas encontrado algo útil y si deseas puedes compartirlo ya que el saber aumenta si se comparte.
Saludos.
Patricio Varsariah.