tiene un costo hipotecario y un día llega la factura.
Publicado por Patricio Varsariah el martes, abril 19, 2016

De mi experiencia personal. Es muy importante escuchar los síntomas: los mensajes del cuerpo. Me duele la cabeza. Tengo acidez de estómago. Me duele la espalda. Claro, todos sabemos que son síntomas. Un síntoma es una manifestación física o incluso emocional que nos hace tomar conciencia que algo anormal está pasando. Lo que sucede es que el cuerpo es tan noble y resistente que simplemente nos hemos acostumbrado a tener síntomas a lo largo de la vida. Es algo común. Es decir con el tiempo las personas terminamos conceptualizando al síntoma como algo, en virtud de su frecuencia, simplemente normal, y resulta que no lo es. Es más, cuando el cuerpo se cansa de enviarnos mensajes a nuestra conciencia a través de los síntomas estos aumentan de intensidad y/o frecuencia y finalmente consultamos al médico.
Así cuando como pacientes relatamos nuestros síntomas al médico, este sin "sentir" esos síntomas, formula un posible diagnóstico. Vale decir que para lo que para n osotros como pacientes es un síntoma para el medico se denomina "información". Así los médicos piensan en los síntomas, planteándonos diagnósticos posibles, formulándonos un plan de estudios y finalmente estableciéndonos una estrategia terapéutica. El problema es que, muchas veces, debíamos haber llegado antes a la consulta y en consecuencia el medico realizar un diagnóstico tardío que no pocas veces disminuye las posibilidades terapéuticas y modifica negativamente el pronóstico.
Ahora bien, ¿El porqué de los diagnósticos tardíos?. Porque Tu que me lees o Yo que escribo consideramos a los síntomas como nos habíamos acostumbrado a hacerlo, como si fueran normales y la verdad es que los síntomas son el lenguaje que el cuerpo tiene para avisarnos que algo malo sucede y en tanto ellos son una "información". En consecuencia si no tomamos conciencia sobre esa información no podemos actuar a tiempo. Si nos acostumbramos a considerar a los síntomas como "información" y no simplemente como síntomas estaremos "escuchando" los mensajes del cuerpo. Así nos convertiremos en el médico que tenemos más cercano que es justamente lo que quiere nuestro cuerpo.
Tomemos por caso el cansancio. Todos creemos que el cansancio es simplemente cansancio. Es más, ni siquiera lo consideramos como síntoma, y resulta que es uno de los síntomas más frecuentes e importantes. Y , no solo es un síntoma, es "información" que nos indica que estamos sobrecargados, que la carga supera nuestra resistencia y nos pide que actuemos para revertir ese proceso de desbalance permitiendo la recuperación psicofísica para volver a la normalidad. Pero claro, como el cuerpo es tan noble y resistente abusamos de él y seguimos adelante. Pero debemos tener presente que esto no es gratis, tiene un costo hipotecario y un día llega la factura.
Al comienzo escribí sobre tres síntomas frecuentes, el dolor de cabeza, la acidez de estómago y el dolor de espalda. Es probable que para el dolor de cabeza tomemos un analgésico, para la acidez un antiácido y para el dolor de espalda un relajante muscular sin pensar que se tratan de algo más que simples síntomas, debemos percibirlos como "información" o mensajes que el cuerpo nos envía para avisarnos que algo malo o incorrecto sucede y que simplemente tomemos conciencia además de un medicamento de venta libre, que solo debiera usarse ocasionalmente y por corto tiempo.
El cuerpo siempre nos habla y nos envía información. Al principio lo hace en voz baja, si no lo escuchamos va aumentando el tono y volumen del mensaje hasta que nos termina gritando para que lo escuchemos.
En definitiva lo que quiero transmitir como consejo - siendo el primero que debo poner en practica - es que si tenemos un síntoma es porque algo lo provoca y en tanto el síntoma se repita deberíamos "urgente" motivar la consulta médica precoz. Un síntoma es información y si sabemos escuchar los mensajes del cuerpo la consulta médica precoz nos brindara la mejor oportunidad terapéutica. Espero que este consejo les resulte útil y como me dicen continuamente, Yo soy bueno para aconsejar y muy malo para ponerlo en practica, pero la factura recibida en estos últimos tiempos me ha llevado a cambiar de actitud si quiero llegar al final de mi viaje en buena forma.