Tiempo,a cada cosa su tiempo
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, abril 17, 2015
Hay días mejores y peores, a veces no se puede evitar caer en el más absoluto desánimo, pero la mayoría de las ocasiones depende de nosotros mismos cómo afrontarlos… Así que, recuerda que a cada día debes echarle: Muchas ganas, eso nunca falla. Ganas de levantarse, de desayunar, de salir a la calle, de trabajar, de buscar, de encontrar, de saludar… Con ganas, todo sabe y sale mucho mejor.
Un poquito de genio ahí… Tener carácter es bueno, saber demostrarlo mejor aún. Por eso, si tienes que enfadarte, hazlo, sin ofender a nadie. Ten en cuenta que es mejor desahogarse poco a poco que de una vez. Mucho más llevadero para ti y para los que te rodean.
Cuarto y mitad de paciencia. “La cosa está muy mal”, demostremos que esta frase está pasada de moda, ya cansa. Con paciencia todo, absolutamente todo, se alcanza. No te sientes a esperar, ve a por lo que crees que te pertenece y que, por circunstancias, aún no te ha llegado. Aprende a saborear cada instante sin menospreciar ninguno, al fin y al cabo, todos forman parte de tu vida.
Esperanza a raudales. Porque sin ella es imposible poner un pie fuera de la cama, pero si sabemos que está ahí, esperándonos, daremos un salto y saldremos a la calle dispuestos a darle motivos a esta virtud para seguir existiendo. Que nada ni nadie te la quite.
Como decía mi abuela: Música, maestro. ¿Qué haríamos sin esas canciones que resumen momentos a la perfección, que nos transportan a otra época o que, simplemente, nos hacen compañía? Nunca apagues la radio porque entonces no sabrás qué canción estás dejando de escuchar, quizá sea la que necesitas en ese preciso instante.
Tiempo, a cada cosa su tiempo. No pretendas acabar nada rápido, si has empezado algo no quieras ver los resultados de forma inmediata. Siéntate y disfruta del proceso, de cómo todo sale adelante, de aquel proyecto que tenías en la cabeza y que hoy se va haciendo realidad. Sin interrupciones, sin relojes que marquen las horas, minutos y segundos.
Da una mano a quien lo necesite. O las dos. Fíjate en los que rodean y en sus necesidades, sé consciente de que el mundo no gira en torno a ti. ¿Estás dispuesta/o? Simplemente debes querer escuchar, llamar para interesarte por sus vidas, tener con ellos esos pequeños detalles que marcan la diferencia. Es muy sencillo, a veces de tan sencillo se nos olvida.
Y, por supuesto, échale cariño a cada paso que des. Ya sabes eso de que “donde no hay amor, pon amor y sacarás amor”
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
A todo lo que te reste paz súmale distancia.