Las hojas del calendario han ido cayendo una a una. Algunas sin prisa y otras sin pausa. No sé si sumar un nuevo diciembre o restar un año. No me salen las cuentas. Me fallan los cálculos cuando de hacer recuento de mi vida se trata. Lo que ayer sumaba, hoy puede que sólo sea una resta. Lo que ayer multiplicaba, hoy quizás es una simple división. Vaya, ¡que los números son mi fuerte! Otro otoño, otra Navidad. En esta época del año suelo estar especialmente sensible y hasta suscept...

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