Soy un introvertido no soy “ermitaño”.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, agosto 4, 2025

Ser introvertido no es algo que tengamos que corregir. Es una forma de ser que aporta una luz diferente al mundo, basada en la reflexión, la presencia y la intención. Así que si alguna vez te has sentido demasiado callado... demasiado sensible... demasiado diferente...
No hay nada de malo en necesitar tiempo a solas, ahí es donde redescubrimos nuestra fuerza. Soy introvertido y eso es una parte fundamental de mi identidad. Pero durante mucho tiempo, luché con ello.
No hay nada de malo en necesitar tiempo a solas, ahí es donde redescubrimos nuestra fuerza. Soy introvertido y eso es una parte fundamental de mi identidad. Pero durante mucho tiempo, luché con ello.
Dependiendo del artículo que leas, se estima que entre el 25% y el 40% de la población es introvertida. Pero no me sorprendería que la cifra real fuera mayor.
¿Por qué? Porque a muchos introvertidos se les da bien fingir.
Nos enseñan desde pequeños a ser más sociales, a superar la incomodidad y a adaptarnos a entornos dinámicos y llenos de gente. Muchos aprendemos a sobrevivir, incluso a tener éxito, ocultando nuestra verdadera naturaleza. Ni siquiera sabía que era introvertido hasta que bajé el ritmo y me di cuenta de lo mucho que me agotaba la estimulación constante.
Una vez que empecé a dedicarme tiempo, a reflexionar sobre mis propios pensamientos, empecé a comprender que no tenía nada de malo. Simplemente, mi estructura era diferente. Era introvertido y necesitaba...honores de mí en lugar de resistirla.
¿Qué hace que alguien sea introvertido?
En esencia, la introversión no se trata de ser tímido o antisocial. Se trata de cómo ganamos y perdemos energía. Los introvertidos somos más sensibles a la estimulación externa. Nos sentimos más a gusto en entornos tranquilos y mínimamente estimulantes. Nos recargamos estando solos, no porque nos disguste la gente, sino porque demasiada interacción social puede ser emocionalmente agotadora.
También hay un componente biológico: los estudios sugieren que el cerebro de los introvertidos responde a la dopamina de forma diferente al de los extrovertidos. En otras palabras, no se trata de una peculiaridad de la personalidad. Si eres introvertido, probablemente naciste así.
La necesidad universal del introvertido: “Tiempo para mí”
Una cosa que casi todos los introvertidos compartimos es la profunda necesidad de pasar tiempo a solas. Ese tiempo para mí no es solo una preferencia, es esencial. Es la forma en que procesamos, reflexionamos y regulamos nuestras emociones. Es el tiempo que aprovechamos para reconectar con nosotros mismos, especialmente cuando la vida se vuelve abrumadora.
Pero ¿cómo pasamos ese tiempo? Es diferente para cada persona.
Algunos introvertidos se recargan leyendo o escribiendo. Otros, paseando por la naturaleza. Para algunos, es sentarse tranquilamente con música, dibujar o simplemente tomar un té en un rincón acogedor.
Si te cuento sobre las mías, son las pequeñas cosas las que más importan. Mañanas tranquilas con una taza de café caliente. Escribiendo lo que siento. La comodidad de una lectura, la quietud del atardecer, la magia de la luz de la luna.
Y cuando me siento abrumado, doy un paso atrás. Busco un lugar tranquilo (mi estudio), y me siento conmigo mismo, observando los pequeños detalles a mi alrededor, dejando que mis pensamientos se asienten. Así es como encuentro el camino de regreso. Así es como me reencuentro y me recargo.
Y cuando estoy con otras personas que no es muy común ya que no se trata de estar en una multitud, se trata de conectar. Valoro las conversaciones profundas e intelectuales con las personas que quiero. Verlas sonreír, compartir momentos que se sienten auténticos, esas son las interacciones que me llenan el corazón.
Pero no me malinterpreten: no soy “ermitaño”
Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre los introvertidos es que somos tímidos, callados o ermitaños. Que odiamos hablar, odiamos a la gente y solo queremos quedarnos en casa para siempre. Eso no es verdad
Los introvertidos hablamos mucho cuando estamos con gente de confianza o cuando estamos solos. Buscamos conectar, como cualquier otra persona. Simplemente no queremos cualquier conexión. Anhelamos conversaciones significativas, profundidad y la seguridad de ser nosotros mismos. Cuando se cumplen esas condiciones, nos iluminamos.
La mayoría de los introvertidos prefieren-Conversaciones profundas en lugar de charlas informales-Charlas individuales en lugar de reuniones grupales-Cafés tranquilos o paseos por la naturaleza en lugar de fiestas ruidosas-Unos cuantos amigos cercanos frente a decenas de conocidos Y por supuesto, nuestro precioso tiempo a solas no consiste en evitarte, sino en recargarnos para poder presentarnos con el corazón. Porque en verdad no podemos servir de una taza vacía.
Los introvertidos prosperamos en espacios donde podemos pensar, crear y sentirnos ininterrumpidos.
Los introvertidos quizá no seamos siempre los que más hablamos, pero tenemos fortalezas únicas que a menudo se subestiman o se malinterpretan.
Esto es lo que hace nos hace silenciosamente poderosos a los que somos introvertidos:
1. Buscamos significado por encima del ruido. - No nos interesa la charla trivial solo por el hecho de charlar. Queremos conversaciones que importen, de esas que nos hacen pensar o sentir algo real. Por eso la soledad nos llena de energía; nos da tiempo para explorar lo que es significativo para nosotros.
2. Somos oyentes profundos. - Los introvertidos solemos escuchar más de lo que hablamos. No porque no tengamos pensamientos, sino porque nos importa. Queremos comprender antes de responder. Notamos las pausas, los cambios de tono, lo que no se dice. Y cuando hablamos, lo hacemos con intención. Y cuando hablamos, hablamos desde la intención.
3. A menudo estamos más centrados. - Los introvertidos solemos trabajar mejor solos o en entornos poco estimulantes. Pensamos las cosas con detenimiento, evitamos la impulsividad y nos comprometemos con los objetivos a largo plazo. Ese tipo de enfoque genera contribuciones significativas, incluso si ocurren discretamente.
4. Somos profundamente creativos. - Algunas de las mentes más creativas son introvertidas porque la soledad fomenta la innovación. Los artistas trabajan mejor solos... No creo que nada revolucionario se haya inventado en un comité. La soledad nos permite escuchar nuestras propias ideas antes de que el mundo intente redefinirlas.
5. Pensamos con claridad y nos aferramos a los problemas. - Sin distracciones constantes, los introvertidos solemos trabajar de forma más metódica y cuidadosa. Nos tomamos el tiempo para comprender a fondo un problema. Esto nos hace más pacientes, detallistas y persistentes, cualidades que a menudo pasan desapercibidas, pero que marcan la diferencia.
La sociedad moderna suele elogiar el ajetreo, el ruido, la actividad constante, la necesidad de estar siempre "activo". Equiparamos el valor con la visibilidad y la productividad con el propósito. Pero la cultura del ajetreo es agotadora, y los introvertidos somos especialmente vulnerables al agotamiento si no protegemos nuestra energía.
Por eso es tan importante aceptar tu introversión. Incluso cuando el mundo intente decirte que es un defecto, creemos lo contrario. Esta parte de uno no está rota. Es un don. Y cuando nos entregamos plenamente a ella, el mundo la percibe : tu calma, tu claridad, tu fuerza serena.
Los introvertidos podemos ser cualquier cosa. Podemos liderar, inspirar, crear, conectar y amar profundamente. Encontrarás a los introvertidos como: Directores ejecutivos, fundadores y líderes Artistas, escritores e ingenieros Terapeutas, profesores y cuidadores Músicos, guías espirituales e investigadores
Pero esto es lo que nos diferencia: para prosperar, necesitamos dejar de luchar contra nuestra naturaleza. Necesitamos crear sistemas que funcionen con nuestra introversión, no en contra de ella. Esto podría ser así:
Decir no a un plan social sin culpa Establecer límites en torno a su tiempo y energía Priorizar unas cuantas amistades profundas sobre muchas superficiales Encontrar la soledad incluso en un lugar de trabajo ruidoso Confiar en tu instinto cuando sabes que necesitas descanso, no estimulación Y lo más importante: confiar en que lo que necesitas es válido.
Una vez que empiezas a honrar tu mundo interior, algo cambia. Dejas de sentirte inferior. Empiezas a sentirte arraigado. Y desde ahí, tu luz empieza a brillar incluso en silencio.
Los momentos de tranquilidad ayudan a los introvertidos a sentirse arraigados y, desde esa quietud, su luz comienza a brillar.
Reflexiones finales:
Ser introvertido no es algo que tengamos que corregir. Es una forma de ser que aporta una luz diferente al mundo, basada en la reflexión, la presencia y la intención. Así que si alguna vez te has sentido demasiado callado... demasiado sensible... demasiado diferente... Ten esto en cuenta: No eres demasiado. Eres justo lo suficiente. Y este mundo necesita lo que solo tú puedes aportar.
Gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.