Solo porque quiero vivir plenamente.
Publicado por Patricio Varsariah el martes, marzo 23, 2021

El pasado domingo tuve un mal día a consecuencia del llamado "ataque de abstinencia” y creo que, a consecuencia de ello, en la noche soñé que estaba en una habitación de un hospital, las cortinas blancas y largas, la mesa de madera, la cama grande y cálida, el baño amplio y cómodo para poder llegar a él con el suero y todos aquellos artilugios médicos.
No podía quejarme las vistas eran asombrosas. Desde mi ventana podía contemplar un parque embellecido por el verdor descarado que algunos pinos relucían.
De repente ocurrió algo extraño en mí sueño y es que abriendo mis ojos tímidamente, me levanté de la cama con gran esfuerzo y me acerqué al baño para lavar mi cara. De repente, mientras me miraba al espejo, escuche una voz. Parecía que este me estaba hablando. Sin embargo, era mi voz interior la que pretendía dialogar con mi alma, pero antes mi corazón envejecido me deseaba decirme algo.
Con mis ojos saltones preste atención como quien mira algo realmente atónito y escuche: "Cómo me gustaría volver a ser joven" y Si pudiera volver a nacer cambiaría tantas cosas en las que creo que me equivoqué. Qué tonto fui en no vivir mi vida, en no haber sido lo que yo quería ser sino como los demás esperaban que fuera.
Y en el sueño me preguntaban ¿Por qué habré trabajado tanto? Desperdicié mi vida dando la máxima prioridad al trabajo que solo me daba dinero. Si hubiese sabido que el dinero que acumulé no me la puedo llevar a otra vida, si me hubiese dado cuenta de que no me hacía más feliz, no me hubiese desesperado tanto por perseguirla.
Si en vez de sufrir hubiese comprendido un poco más el destino. Si me hubiese importado menos lo que decían los demás. Ojalá hubiese pasado más tiempo con mi familia. Fueron tantos años alejado de mi diálogo con mi alma, tantos años estresado persiguiendo todo tipo de cosas que ahora mismo no tengo conmigo.
Solamente puedo asegurarme lo corta que es la vida. La terrible sensación de saber que te vas a morir sin haber cumplido tus sueños. A veces siento que mi pecho se cierra, que algo me está quemando por dentro. El enojo y la impotencia se apoderan de mí porque ya no puedo hacer lo que me gusta. Me equivoqué. Si tan solo pudiera volver a nacer, cómo me amaría, cómo me amaría…De lo único que no me arrepiento es de haber amado. Guardo conmigo cada caricia, cada gesto, cada abrazo.
Luego en mí sueño ocurrió algo extraño. Sonó el despertador. Mire mi móvil, lo desactivó y con gran esfuerzo me levantó de la cama y me acercó al baño para lavar mi cara. me miró al espejo, un poco dormido todavía, veo mi imagen borrosa, mi cara arrugada por los años, mi barba blanca de tres días. Humedecí mis ojos, los secó con la toalla y volví a observar mi reflejo.
Un grito eufórico me sacudió. No era viejo. La imagen que el espejo me devolvía era de una persona joven y fuerte. Estaba completamente conmovido. Parecía que la vida me había dado la oportunidad de volver a nacer, de cumplir con todos los deseos que en mi vejez me oprimían el pecho.
Había cierta magia en aquella habitación. Las cortinas blancas bailaban al compás de la suave brisa que sin permiso entraba por la ventana. Los delicados rayos del sol del amanecer, vergonzosos todavía, rozaban mi piel.
Volví a mirarme al espejo y sentí una especie de alivio, como si un manto de luz rosa me abrazara. Todo había sido un sueño.
Había soñado que era anciano y me miré por primera vez con ojos de amor y me dije: "Hoy volví a nacer. Estoy muy entusiasmado por esta oportunidad. Seré libre y viviré la vida que siempre soñé. Ahora sé que jamás alcanzare un punto en la vida en que esté todo resuelto, en que todo esté perfectamente atado con un lazo.
Volviendo a la realidad actual de mi vida, no hay ninguna "escena final, al momento; tan solo una continua película de aventuras, que en algún momento se acabará.
He aprendido a amar el caos de mi existencia, su naturaleza constantemente y cambiante, e impredecible, y permanezco como el silencio inmutable en medio de la tormenta, como el espacio abierto en que la alegría y el dolor, la agonía y el éxtasis, el aburrimiento y la dicha pueden levantarse y hundirse, como las olas del océano.
No hay problemas cuando te conoces a ti mismo como el espacio que lo contiene todo ello.
Decir "sí" a este momento tal como es, decirte "sí" a mí mismo, exactamente tal como soy, no significa que abandone la posibilidad del cambio. No significa que las respuestas no van a llegar, que la tristeza no va a desaparecer, que el dolor no va a menguar, que no habrá una acción inteligente en la siguiente escena.
Significa una alineación total con la escena actual, la cual contiene la inteligencia de todo el universo. Significa una profunda confianza en este instante de la vida -el único instante que existe- soltando las promesas y las ideas acerca de cómo "debería ser" la vida.
En vez de intentar llegar de un salto a la seguridad de un mañana, creo en la incertidumbre de hoy. En vez de correr hacia una respuesta en la siguiente escena, creo en esta escena creativa en la que "aún no hay respuestas".
En vez de tratar de abalanzarme hacia la alegría o la dicha en el futuro, creo en el actual momento de dolor o duda, o en cualquier forma que la inteligencia cósmica esté adoptando.
La certidumbre puede llegar o no con el tiempo, las respuestas pueden relevarse o no, la alegría puede irrumpir o no, los momentos emocionantes pueden presentarse antes o después, pero no pasaré por alto los tesoros de este momento.
Si las respuestas acuden, surgirán del abono del no saber, de la tierra fértil de la duda. Si la alegría me muestra su cara, surgirá del dolor que he sido profundamente tocado.
Si una nueva vida crece, lo hará en la única cuna que existe: el Ahora. Este momento es el punto de acceso, el portal, el pórtico de gracia hacia aquello que siempre he anhelado. No lo saltaré persiguiendo las glorias imaginarias del mañana.
Hoy seguiré con lo que me he propuesto, erradicar totalmente lo que tanto me ha hecho daño a mi salud, no lo hago por conformar a los demás, solo porque quiero vivir plenamente para mí, y para quien me acompaña en la última etapa de mi vida.
Saludos.
Patricio Varsariah