Desde siempre he considerado que en esta vida todo es un ciclo. Unos más cortos y otros muy, muy largos pero finalmente se cierran. Hoy quiero hacer una reflexión sobre las amistades que se acaban; ¿significa esto entonces que nunca fueron verdaderamente amigos ? No, se puede ser muy amigo en una etapa de la vida y desencontrarte en otra sin poder remediarlo. Todos los seres humanos estamos en constante evolución y van cambiando nuestros gustos, nuestras prioridades y necesidades. Un amigo es el compañero de trayecto para alguna o varias etapas de tu viaje. Te lo hace más llevadero cuando es cuesta arriba y muy disfrutable cuando hay motivos para reír.

Saber soltar en la vida es muy importante, yo siempre digo que aferrarnos a las cosas, personas, trabajos o relaciones es querer detener el tiempo. Nadie lo ha logrado. Es mejor honrar el paso de alguien por nuestra vida, recordar con nostalgia y sin melancolía los tiempos compartidos. La diferencia entre estos dos términos que equivocadamente usamos como sinónimos, es que la melancolía te hace llegar a creer que todo tiempo pasado fue mejor. Yo en cambio pienso que todos tenemos una herramienta de vida que te invita a no quitar un pie del presente cuando decidas visitar mentalmente el pasado o cuando la idea del futuro incierto te esté inquietando.

Lo mejor está siempre por venir así que aprendamos a decir gracias por lo compartido, desear  luz y bienestar.El quedarte enojado con alguien significa mantener lazos con él o ella. Decir adiós es justamente eso, dejárselo a-Dios y por eso ya no debe preocuparnos a nosotros, que en buenas manos lo hemos encargado.

Si una amistad fue una pieza de vidrio muy fino y se rompe por abandono, traición o malos tratos, es imposible repararla. Siempre se verían las uniones y perdería todo su valor. En cambio una pieza de cerámica cualquiera se puede reparar y difícilmente notas dónde se rompió. Por eso lo auténtico y profundo se termina más de tajo y absoluto que lo superficial y social. Si ya sabemos esta consigna  que todo lo que sube tiene que bajar algún día, pues simplemente disfrutemos cuando estemos en lo alto sin sufrir anticipadamente por cuando habrá de llegar  el momento descender, pero valorando lo hermoso que es estar en lo alto y en compañía.