Siempre tenemos opciones.
Publicado por Patricio Varsariah el martes, mayo 7, 2019

Si elegimos la enfermedad, ¿podemos optar por curarla? Recuerda que no escogemos la enfermedad conscientemente, sino que esta nace de nuestras más arraigadas creencias y de nuestra forma habitual de pensar, hablar y actuar.
Los malos hábitos inducidos por nuestras creencias generan actos negativos y una atmósfera propicia para la enfermedad. Examinemos nuestro comportamiento y lo que podemos hacer para cambiar nuestras opciones. ¿Nuestro único objetivo es curar el cuerpo? Si es así, no vamos a conseguir nada, porque, si no cambiamos lo que en primer lugar nos metió en este problema, ¿qué bien podemos sacar de intentar curar sólo el cuerpo? Tenemos la opción, sin embargo, y el conocimiento de este simple hecho puede ser importantísimo.
Muchos de nosotros, demasiados, pensamos que no tenemos elección, que estamos como clavados en un lugar y una situación. Eso no es verdad; siempre tenemos opciones. Cada momento de cada día abunda en elecciones. La forma de respirar, de caminar y de sentarse, de vestirse y de comer, de responder y de reaccionar, la forma de relacionarse... todo esto son opciones.
Luego están las más grandes: la elección del estilo de vida, de la pareja y del trabajo, incluso la elección de la salud. ¿Qué hacemos cotidianamente para conservar nuestra vitalidad y nuestra fuerza o, por el contrario, cómo contribuimos a caer en la enfermedad? Lo que elegimos pensar tiene mucho que ver en esto. Si elegimos pensamientos que nos hacen sentir a gusto con nosotros mismos, nuestras acciones y reacciones serán probablemente positivas; si elegimos pensamientos que minan nuestra autoestima, nos veremos arrastrados hacia experiencias negativas.
Lo que nos sucede cada día es el fruto de nuestras elecciones, incluso de las primeras, cuando decidimos venir nuevamente a este planeta en un punto preciso del espacio y del tiempo.
Yo creo que antes de entrar en el plano físico ya sabemos anticipadamente qué diversas experiencias culturales, sociales y familiares estarán a nuestra disposición. La forma de reaccionar ante estas experiencias es opción nuestra. Digan lo que digan nuestra familia y la sociedad, podemos elegir nuestra forma de reaccionar y decidir si aceptamos o no sus opiniones. Llegamos aquí en una época concreta, de modo que podamos experimentar determinadas circunstancias que nos servirán en nuestro camino espiritual. Nuestra alma sabe lo que hace.
Muy pocas personas escogen conscientemente la enfermedad. La mayoría lo hace subconscientemente: necesitan la enfermedad para satisfacer una necesidad. Hay muchos motivos para ponerse enfermo: Creer que nos contagiaremos de todas las enfermedades que haya en nuestro entorno. Aceptar la enfermedad como algo inevitable. Ignorar la importancia de una buena nutrición. Librarse de algo: «Bueno, no pueden esperar que lo haga si estoy enfermo».
Tener tiempo libre. Descansar. Inspirar compasión o lástima. Descubrir quién nos ama realmente. Pedir cosas de las cuales no nos sentimos merecedores de otra forma. Lograr que se preocupen por nosotros y nos cuiden. Evitar que alguien nos abandone. Poder hacer algo que siempre deseamos hacer pero para lo cual nunca teníamos tiempo. Tener una fantástica excusa para fracasar. Auto castigarnos por «no servir para nada». Seguir la costumbre familiar ante el estrés. No saber sencillamente qué otra cosa hacer. Incluso «necesitar» la desfiguración que causa la enfermedad para ser amado por los valores interiores.
Es muy interesante lo que les sucede a algunas personas, hombres o mujeres, cuando son extraordinariamente bellas. En general son tan admiradas por la belleza de su cuerpo que suelen sentirse como si a nadie le importara verdaderamente la persona que hay en su interior. Ansían ser apreciadas por su inteligencia o sus capacidades, o que se les respeten sus sentimientos. Estas personas tan guapas a veces desearían ser comunes y corrientes, incluso poco atractivas. En ocasiones se complacen deliberadamente en tomar actitudes que contribuyan a destruir su hermosura. O bien pueden llegar a cultivar una enfermedad para descubrir quién las ama realmente.
Las personas bellas también tienen problemas. El amor y la aceptación incondicionales son importantes para todo el mundo.
Finalmente opino que: «Somos mucho más que cualquier problema; ¡somos la solución!».
he dicho..
Patricio Varsariah.
He aprendido a no intentar convencer a nadie.
El trabajo de convencer es una falta de respeto,
es un intento de colonización del otro.
es un intento de colonización del otro.