se rindió, porque no lucho…
Publicado por Patricio Varsariah el martes, mayo 3, 2016

Qué diferencia al que logra mirar la luz al final del túnel, la meta, el sueño anhelado, el que logra vislumbrarlo en su mente, el que logra asomarse desde la colina al valle a la tierra prometida… es justamente eso, la capacidad de mirarla desde antes, y tener la certeza de que existe.
No hace mucho vi un programa acerca de unos hombres que viajaron a una isla remota, y en el trayecto naufragaron y se perdieron, eran tres, el que perdió la esperanza de ser rescatado fue el que se deprimió, perdió las fuerzas también físicas y no podía ni caminar, pues no encontraba el sentido de hacerlo, aunque sus compañeros prácticamente lo arrastraban no lograron hacerlo sobrevivir, el hombre murió prácticamente de desaliento… los otros dos continuaron adelante a algún lugar donde un barco pudiera verlos… esa esperanza fue la que logro mantenerlos con fuerzas para esperar, hasta que tan solo un día y medio después de haber muerto su amigo fueron encontrados. No se sabe porque aquel amigo se rindió, porque no lucho… son cosas que a veces nos entristecen como les paso a los otros dos que si sobrevivieron.
He visto personas que piensan que la esperanza no es algo a lo que aferrarse, que no tiene sentido para ellos, por ejemplo esperar que triunfe la justicia en un país tomado por la maldad o el egoísmo personal. Sin embargo la historia no miente y la gente se cansa, la mayoría no soporta el mal demasiado tiempo, la balanza lucha por ese equilibrio, esa balanza que representa la justicia. Y aunque no lo creamos la misma naturaleza cada día busca ese equilibrio, lo podemos ver cada vez al observarla, al estudiarla con detenimiento.
Nosotros los humanos no somos muy diferentes, la naturaleza corre en nuestras venas, en nuestra parte biológica… Mientras más conectados estemos con nuestra realidad más cuenta nos daremos que también buscamos ese equilibrio sin el cual no hay ninguna paz posible, ni en nosotros mismos, ni en ningún lugar.
Pero uno tiene que tener la certeza de que ese paraíso existe… para poder mirarlo aunque sea de lejos como lo miró Moisés… ¿quién puede dudar que sus lagrimas corrieron por sus ojos cuando el Señor le permitió mirarlo aun desde lejos?
¿Quién no quisiera poder mirar su sueño, sentirlo real y vivo aun desde lejos… ¿No le daría todas las fuerzas que necesita para seguir andando hacia adelante, toda la esperanza necesaria para llenar su corazón, sabiendo que no camina en vano..?
Esperanza, bendita esperanza… no necesito ser tanto sino saber que me espera allá, sea yo como sea, un bendito jardín, un paraíso que de lo hermoso no alcanzo a concebir…
Sí, puede que sea una metáfora, una analogía, que importa… lo importante es que sea real.