La búsqueda de la verdad es un esfuerzo humano atemporal. Pero no cuando se trata de nosotros mismos. Nos quedamos sin comprender nuestros valores reales, motivaciones y lo que nos hace cobrar vida. Desde las profundidades de la sabiduría antigua hasta las fronteras del pensamiento contemporáneo, las personas han lidiado con las complejidades del autoengaño, reconociéndolo como un obstáculo para el autocontrol. 

Pagamos mucho por ello.

Nada es tan difícil como no engañarse. Esta frase destaca el desafío de ser honesto con nosotros mismos, especialmente con respecto a nuestros pensamientos, sentimientos y motivaciones. Todos en algún momento hemos lidiado con las complejidades de la percepción humana y cómo el lenguaje da forma a nuestra comprensión de la realidad. Pero debemos reflexionar sobre los desafíos inherentes del autoengaño y las dificultades que enfrentamos para mantener una verdadera honestidad con nosotros mismos.

Hay que reconocer de la profunda dificultad para lograr la verdadera autoconciencia y evitar las dificultades del autoengaño, esta afirmación se basa en el reconocimiento de que nuestras mentes poseen una notable capacidad para la autoconservación, a menudo nos lleva a distorsionar o ignorar las verdades incómodas para proteger nuestra autoimagen o mantener un sentido de estabilidad psicológica.

Vemos el mundo como deseamos que sea. Vemos el mundo, no como es, sino como somos, como estamos condicionados a verlo. El autoengaño es el delicado baile entre lo consciente y lo inconsciente, donde nuestros deseos y temores se entrelazan con nuestras percepciones de la realidad. Surge cuando nuestros sesgos, mecanismos de defensa y las complejidades de nuestro ego se esfuerzan por protegernos de incomodidad y preservar nuestro frágil sentido de sí mismo.

El autoengaño es una fuerza siempre presente que teje su red a nuestro alrededor, distorsionando nuestra comprensión del mundo y, quizás más significativamente, distorsionando nuestra comprensión de nosotros mismos.

En el proceso de autogestivo, erigimos fortalezas mentales y construimos narraciones que protegen nuestras apreciadas creencias, aislándonos de los desafiantes vientos de la realidad objetiva. El auto-engustaje puede tomar muchas formas, como racionalizar nuestro comportamiento, ignorar la información que entra en conflicto con nuestras creencias o no reconocer nuestros prejuicios y prejuicios.

Hay muchas razones por las que podríamos engañarnos.
Podríamos hacerlo para protegernos del dolor o la decepción. Podríamos hacerlo para evitar sentirnos culpables o avergonzados. Podríamos hacerlo para que nos veamos mejor a los ojos de los demás. O podríamos hacerlo simplemente porque desconocemos nuestros prejuicios y prejuicios. Es una forma de hacer frente a emociones o situaciones difíciles. Por ejemplo, las personas que temen el fracaso pueden evitar correr riesgos o probar cosas nuevas. O alguien temeroso de ser rechazado puede evitar sentirse socialmente.

Es muy importante la influencia del lenguaje en nuestra percepción y comprensión del mundo. Pienso que las palabras que usamos para describir nuestras experiencias y creencias podrían dar forma a nuestros pensamientos, construyendo un marco a través del cual interpretamos la realidad. Sin embargo, este marco lingüístico también puede convertirse en una herramienta para el autoengaño mientras manipulamos y torcemos el lenguaje para que se ajuste a nuestras narraciones deseadas o nos protegemos de verdades inconvenientes.

El lenguaje está sujeto a sus propias reglas y limitaciones y que hay aspectos de la experiencia humana que trascienden el ámbito del lenguaje y la representación lógica. En este contexto, la dificultad de no engañarse a sí mismo surge de las limitaciones inherentes del lenguaje y la naturaleza esquiva de capturar la completa complejidad de la experiencia subjetiva. Además, nuestros sesgos cognitivos, deseos inconscientes y miedos juegan un papel importante en el autoengaño.

A menudo nos involucramos en ilusiones, creando ilusiones y racionalizaciones que se alinean con nuestros deseos o nos protegen de enfrentar las incómodas realidades de nuestras vidas. Estos mecanismos de autoengaño pueden estar profundamente arraigados dentro de nuestra psique, por lo que es un desafío formidable liberarse de su agarre. Creo que las personas a menudo están cegadas por prejuicios, lo que hace que sea difícil ver las cosas de manera objetiva.

Debemos participar en una rigurosa autorreflexión y un examen crítico de lo que hacemos para encontrar un mejor camino en la vida. Los animo a analizar vuestras creencias, motivaciones y prejuicios cognitivos y a luchar por la honestidad intelectual y la autoconciencia. La búsqueda del autoconocimiento genuino requiere un compromiso implacable para enfrentar las verdades incómodas dentro de nosotros. Pienso que un mejor enfoque para liberarnos de los confines del autoengaño y buscar una comprensión más clara de nosotros mismos y del mundo que habitamos.

Sobre todo, no te mientas a ti mismo. El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto de que no puede distinguir la verdad dentro de él, o alrededor de él, y así pierde todo respeto por sí mismo y por los demás. Y no teniendo respeto, deja de amar.

Los humanos poseemos una capacidad innata para la autoconservación y, a veces, este instinto nos obliga a engañarnos a nosotros mismos, difuminando los límites entre la verdad y la ilusión. Superar el autoengaño requiere un alto nivel de autoconciencia. Reconocer la inmensa dificultad de no engañarse a uno mismo es embarcarse en un viaje de autoconciencia de inmensa profundidad y complejidad. Nos obliga a desafiar nuestras suposiciones y cuestionar los cimientos sobre los que se construyen nuestras creencias.

Nos invita a analizar los motivos detrás de nuestras acciones, las narrativas que construimos y las innumerables formas en que doblamos la realidad para adaptarse a nuestros deseos o protegernos de verdades dolorosas. La autoconciencia requiere rigor intelectual, introspección y un compromiso implacable con la verdad. Al desentrañar las capas de autoengaño, descubrimos el profundo potencial de crecimiento, autenticidad y una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

Retirar las capas de autoengaño es exponer vulnerabilidades, enfrentar la incomodidad de la incertidumbre y enfrentar la disonancia entre quién creemos en nosotros mismos y quiénes somos realmente. Es un desafío desalentador. Pero puede conducir a un profundo crecimiento y transformación. Es un acto valiente de despegar las capas, abrazar la vulnerabilidad y abrazar las incertidumbres en el corazón de la existencia humana. El autodescubrimiento nos lleva a cuestionar si somos simplemente receptores pasivos de nuestras narrativas o si poseemos el poder de dar forma a nuestras propias realidades. Nos obliga a enfrentar la incomodidad de enfrentar nuestras limitaciones, prejuicios y distorsiones cognitivas a medida que nos esforzamos por vislumbrar la verdad más allá de las sombras del autoengaño.

La autoconciencia es crucial para el crecimiento y el desarrollo personal. Nos permite vernos claramente y hacer cambios significativos que conducen a una vida más satisfactoria.

Gracias por tu generosidad y la paciencia de leerme, espero que hayas encontrado algo útil y si deseas puedes compartirlo ya que el saber aumenta si se comparte.

Saludos.

Patricio Varsariah.