En continua discordia están los acentos del alma, la fragilidad de nuestras emociones, la continua disputa entre las luces y sombras que proyectan nuestra realidad... Siempre andamos dejando cabos sueltos, pedacitos de nosotros mismos que a veces cuesta recomponer, podemos empezar por abrir los ojos al amanecer, perdiéndonos el final de aquel sueño donde podíamos sentirnos como peces en el agua, felices de revolotear con las burbujas en la danza de las olas, sin ganas de despertar, detrás de los espejos existe el no reflejado, el yo inventado, delante de los espejos el yo reconocido, el yo consumado, ¿de qué lado del espejo quieres estar...? 

La negatividad es un postizo cercenado que nos sugiere las partes desgajadas de nuestro propio yo, de alguna forma los primeros rayos de sol o una sonrisa de buenos días, vienen a suplir esos pedazos extirpados, recreando la positividad al llenarlo con otros pedazos, posiblemente imaginados, como el país de las maravillas, pero necesariamente admitidos como posibilidad de volvernos a reinventar...

Quiero estar siempre de lado de la ilusión y la esperanza, pensar que cada día que nace, es un mundo nuevo por conquistar, donde podemos avanzar y lograr mucho si así lo queremos. Somos los dos polos, lo mejor es encontrar ese equilibrio, aquel donde encontremos la paz... y el podernos reinventar cada día y seguir soñando, es vital para seguir adelante....más allá de lo que pensemos que somos.. más allá de lo que podamos imaginar, cada molécula de nosotros que se vierte al aire, cada día, cada hora, cada segundo.. cada vez que expiramos, de sueño o despiertos.. volvemos a inspirar y somos. Podemos ser lo que imaginamos que somos.

Demasiadas veces la vida se vuelve dura, impenetrable, irremediablemente descomunal a nuestros ojos, variopintas discusiones se generan desde adentro, a veces sin posibilidad de extraerlas, otras muchas explotan cuando surgen los inconvenientes para poder reinventarse e intentar ser feliz.

Cuando respirar es solo una formalidad, algo encubre la verdadera razón de la situación, sinfonía propia de expansión, a golpe de esos imaginarios deseos que involucran la reacción, fantástica presunción, elástica la disposición, pero dura la elección de regenerar la eterna cuestión, es más fácil lograr la clasificación que la satisfacción propia de quien osa maniobrar en los suburbios de la razón, no siempre se camina del mismo lado, adelante o hacia atrás, se evoluciona según el viento de cara o de costado, eternos veletas que empañan la verdadera noción de la complicidad, donde más vale amansar tiempos perdidos que lograr el significado de los mismos.

Demasiadas veces los que creemos amigos solo son espejismos que desaparecen cuando menos te los esperas… Es cierto, hay amistades que por infinidad de razones se esfuman en el camino y otras hasta un mal sabor nos dejan, pero lo importante es que al final siempre quedaran solo los verdaderos amigos. Y son ellos, a quienes aprendemos a valorar más y aunque sean pocos valen por un millón.

Saludos.

Patricio Varsariah.