La sonrisa de la infelicidad consiste en hacer creer a los demás que todo va bien, con una amplia sonrisa, que muestra que eres feliz. Mientras que en realidad estás por los suelos, mientras que en la realidad te has vuelto a caer otra vez, mientras que lloras en la oscuridad. 

Es irónico sonreír cuando lo de dentro está destrozado .Pero a veces es mejor no preocupar a los demás, no darles más problemas. Sacar lo que te atormenta a solas, sin nadie. No es falta de confianza, ni sobrades de orgullo. Es intentar levantar solo, sin ayuda. Estoy orgulloso de mi corazón, ha sido despreciado, roto y engañado... Pero todavía funciona de maravilla!!!  

Lo curioso del destino es que está escrito con tinta invisible. Lo perseguimos con sin descanso, a veces con los ojos entreabiertos, como intentando no mirar a donde vamos. O quizás sea que pretendemos engañar a nosotros mismos o algún otro, y quitarle mérito al destino. Que es el único que desentraña, desata, destapa, descubre. Tantas cosas que deshace cuando en realidad tan solo construye. Se necesita tristeza para conocer la felicidad, ruido para apreciar el silencio y ausencia para valorar la presencia. 

No se puede luchar contra el destino, lo tiene que tiene que ser será. 

Dios perdóname por los días en que me pongo triste y desesperado, cuando tú me das muchas razones para estar feliz y tranquilo.

Así es a veces mi vida.