Que el año 2018 te traiga cambios positivos a tu vida
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, diciembre 29, 2017

2018, no quiero tener miedo a los cambios que me traiga la vida, quiero respirar, quiero confiar y asumirlos sin resistencia para evitar el sufrimiento, porque en mi día a día quiero estrellas que me guíen por el sendero de la felicidad.
Esto es lo que todos queremos, no hay duda. Ahora bien, decir en voz alta que no tenemos miedo a los cambios no es del todo cierto, porque de algún modo, todos nosotros tememos la incertidumbre y más aún, a esas variaciones que nosotros no provocamos y que la vida nos trae por sí misma.
Si deseamos que la vida cambie no debemos quedarnos sentados, porque nuestra existencia nunca cambiará si no cambiamos: el engranaje que pone en marcha la magia de la existencia, está siempre dentro de nosotros. Estoy seguro de que a estas alturas de tu vida ya has tenido que asumir más de un cambio. Algunos llegaron de improviso, y otros, los iniciaste tú mismo por necesidad. Y todo ello es bueno, porque si lo pensamos bien, a lo único que debemos tenerle miedo es a que llegue un momento, en que lamentemos no haber hecho un cambio determinado.
El no habernos atrevido a decir que sí a aquella propuesta, haber hecho aquel viaje, haberlo dejado todo por alguien… Todo ello aparece en ocasiones en nuestra mente como puertas que jamás nos atrevimos abrir, cerraduras para las cuales, jamás volveremos a encontrar la llave.
El no habernos atrevido a decir que sí a aquella propuesta, haber hecho aquel viaje, haberlo dejado todo por alguien… Todo ello aparece en ocasiones en nuestra mente como puertas que jamás nos atrevimos abrir, cerraduras para las cuales, jamás volveremos a encontrar la llave.
Los cambios son giros de sentido en el camino de nuestra vida, que a veces aparecen de improviso, y otras, surgen para ponernos a prueba. Si vienen cambios, que sean para permitirme crecer. Esta es la verdadera actitud que deberíamos asumir: todo cambio es un momento para crecer, y dependiendo de cómo lo asumamos obtendremos algo más o menos positivo. A menudo suele decirse que los cambios, por sí solos no son dolorosos.
El auténtico sufrimiento llega cuando mostramos una férrea resistencia al propio cambio. Queda claro además, que a veces, los cambios son traumáticos: una pérdida, un fracaso un desengaño… No obstante, nuestra actitud y fuerza interior será nuevamente esa llave que habrá de ayudarnos a cruzar las puertas del sendero de nuestra vida con mayor dignidad y entereza, habiendo obtenido sabiduría.
El auténtico sufrimiento llega cuando mostramos una férrea resistencia al propio cambio. Queda claro además, que a veces, los cambios son traumáticos: una pérdida, un fracaso un desengaño… No obstante, nuestra actitud y fuerza interior será nuevamente esa llave que habrá de ayudarnos a cruzar las puertas del sendero de nuestra vida con mayor dignidad y entereza, habiendo obtenido sabiduría.
Quien se resiste al cambio queda en un espacio entre dos mundos donde a un lado está el pasado y al otro, el sufrimiento. No podemos quedarnos sumidos en el recuerdo de esa relación fracasada, o llorando durante años la muerte de un ser querido. Debemos avanzar, permitirnos sufrir día a día un poco menos hasta que el recuerdo sea nuestro homenaje tranquilo a quien ya no está, pero recuperando de nuevo la ilusión por seguir caminando.
La adaptación al cambio es en realidad algo inherente al ser humano. Podría decir que genéticamente, estamos predispuestos a cambiar para mejorar, para descubrir nuevas habilidades, nuevos contextos, nuevas competencias… En realidad, se trata de “saber fluir”, si nos quedamos adheridos al recuerdo, al miedo o a esa línea de nuestra zona de confort, lo que conseguiremos es que tarde o temprano aparezca la frustración personal. Así pues, si vienen cambios confía en ti mismo: es una oportunidad para crecer.
Siempre he mencionado que cuando menos lo esperas, las cosas buenas llegan. Y cuando menos lo esperas ¡Todo sale bien! Las cosas buenas llegan en algún momento para todos, son puertas entornadas que siempre esconden detalles... A las personas nos da miedo cualquier cosa que esté fuera de lo corriente, cualquier variación que nos aleje de nuestro centro, de nuestra cotidianidad, porque es como perder el control y dejarnos caer en el océano de lo imprevisible.
En ocasiones, pequeños cambios hacen una gran diferencia y es entonces cuando de pronto, nos crecen las alas: porque recuerda, sin cambios no hay mariposa. Si bien es cierto que todos ansiamos disfrutar de una existencia serena donde la felicidad esté casi garantizada, nada de eso podrá ocurrir si primero no aprendemos a aceptar los cambios e incluso promoverlos.
En ocasiones, pequeños cambios hacen una gran diferencia y es entonces cuando de pronto, nos crecen las alas: porque recuerda, sin cambios no hay mariposa. Si bien es cierto que todos ansiamos disfrutar de una existencia serena donde la felicidad esté casi garantizada, nada de eso podrá ocurrir si primero no aprendemos a aceptar los cambios e incluso promoverlos.
Porque son muchas las veces en que nos veremos obligados a “pasar página” a avanzar para cuidar de nuestra salud emocional o para mejorar nuestra vida profesional. La vida es cambio y es un eterno fluir donde aprender a “dejarnos llevar” por el afluente que nosotros creamos adecuado. Para ello, debemos tener en cuenta lo siguiente:
Hagamos frente a la resistencia emocional: Debemos comprender nuestras emociones y entender que el miedo tiene como finalidad poner una cadena a nuestros pies, trasformando la inquietud por seguridad, debemos convencernos de que dar el paso nos traerá mejoras personales. Cambiemos nuestros pensamientos y cambiara nuestra realidad. Es así de fácil, sólo con enfocar las cosas de otro modo, las propias cosas cambian y ya has iniciado el engranaje, ya has encendido la magia.
Concentrémonos en los aspectos positivos, evitando caer en la balanza de lo negativo y demos aliento a nuestras esperanzas. Si deseamos que las cosas buenas lleguen a nuestra vida, pensemos en ellas, focalizándolas en nuestro horizonte para que sean nuestra guía en el día a día.
Concentrémonos en los aspectos positivos, evitando caer en la balanza de lo negativo y demos aliento a nuestras esperanzas. Si deseamos que las cosas buenas lleguen a nuestra vida, pensemos en ellas, focalizándolas en nuestro horizonte para que sean nuestra guía en el día a día.
Nunca olvidemos que en la vida todo llega, todo pasa y todo cambia…
Que el año 2018 te traiga cambios positivos a tu vida y a los de tus seres queridos, deseos que salen de lo mas profundo de mi corazón.
Patricio Varsariah.