A todos nos gusta pensar que tenemos razón acerca de nuestras creencias arraigadas. Tendemos a confiar en nuestras suposiciones. modelos mentales y opiniones, convencidos de que son la verdad absoluta. Sin embargo, la realidad está lejos de serlo.

La vida es un fenómeno complejo y en constante cambio, y nuestra comprensión de ella es limitada. Es posible que nos equivoquemos en muchas cosas, que van desde los asuntos mundanos del día a día hasta las decisiones importantes de la vida.

Es parte de la naturaleza humana querer tener confianza en nuestras creencias y opiniones.
Pero, ¿y si nos equivocamos en nuestras suposiciones?
¿Qué pasa si las cosas de las que estamos tan seguros no son realmente ciertas?

Admitir nuestros sesgos cognitivos puede ser incómodo, pero es necesario para el crecimiento y el aprendizaje. Nos ayuda a ampliar nuestro conocimiento y comprensión, desarrollar nuevas habilidades y mejorar nuestra capacidad de toma de decisiones. Reconocer que podemos estar equivocados también nos ayuda a construir relaciones más sólidas. Demuestra que somos humildes, honestos y dispuestos a aprender. Reconocer la posibilidad de equivocarnos puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas.

Cuando somos conscientes de que podemos estar equivocados, es más probable que busquemos nueva información y perspectivas y que estemos abiertos a cambiar de opinión. También puede ayudarnos a evitar tomar decisiones basadas en nuestras emociones.

Cuando estamos involucrados emocionalmente en una decisión, puede ser un desafío ver las cosas con claridad. Reconocer la posibilidad de estar equivocados puede ayudarnos a dar un paso atrás y observar la situación de manera más objetiva.

En la ciencia, los nuevos descubrimientos y la evidencia pueden desafiar las teorías existentes. Al reconocer la posibilidad de estar equivocados, los científicos pueden estar abiertos a revisar sus teorías a la luz de nueva evidencia. Cuando reconocemos nuestra ignorancia, nos abrimos a nuevas experiencias y perspectivas. Cuidado con la ignorancia invisible. Ser ignorante no es tanto una vergüenza como no estar dispuesto a aprender.

Todo el mundo es ignorante de alguna manera. Todos vivimos nuestras vidas pensando que sabemos todo lo que hay que saber, pero en realidad, podemos estar equivocados en muchas cosas. Es fácil ver el mal en los demás, pero reconocerlo en nosotros mismos es una historia completamente diferente. Todos somos culpables de ello, es una tendencia humana natural.

Nuestra ignorancia es invisible para nosotros porque tendemos a centrarnos en nuestras fortalezas e ignorar nuestras debilidades. Se conoce como el sesgo egoísta. También nos comparamos con personas que están peor, haciéndonos sentir mejor con nosotros mismos. Hay un término para ello: el sesgo de comparación social a la baja.

Muchas personas también sobrestiman su conocimiento porque no son conscientes de todas las cosas que no saben. Cuidado con el conocimiento falso; es más peligroso que la ignorancia.

El efecto puede tener un impacto negativo en nuestras vidas. Por ejemplo, puede llevarnos a tomar malas decisiones, creer en información falsa y confiar demasiado en nuestras habilidades. La verdad es que no lo sabemos todo y, a veces, nuestras percepciones y suposiciones pueden desviarnos. Todos tenemos puntos ciegos y sesgos que pueden impedirnos ver el panorama general. Pero tendemos a aferrarnos a nuestras opiniones e ideas con fuerza, a menudo sin darnos cuenta de que pueden ser defectuosas o incompletas.

Nuestra ignorancia es invisible para nosotros. Reconocer la posibilidad de su falibilidad en casi todas las áreas de tu vida le permite mantener una mente abierta. También puede ayudarlo a sentir más curiosidad por otras ideas que pueden mejorar tu modelo mental de vida.

La humildad intelectual es la clave para desbloquear nuestro potencial de crecimiento y aprendizaje, y comienza con el reconocimiento de que podemos estar equivocados. Estar equivocado puede ser una experiencia humillante, pero también puede ser una forma poderosa de convertirte en una mejor versión de ti mismo. Requiere que confrontemos nuestros prejuicios y suposiciones y que veamos el mundo a través de una lente diferente. Nos permite desafiar nuestras creencias y abrirnos a nuevas perspectivas e ideas. 

Vale la pena ser dueño de tus puntos ciegos cognitivos.

Un poco más de escucha para entender, un poco menos de tratar de convencer, y mucha más humildad intelectual haría mucho bien a todos. La humildad intelectual es un rasgo raro y valioso en un mundo donde las personas argumentan y defienden rápidamente sus propias opiniones. Admitir que podemos estar equivocados puede ser difícil, pero es esencial para el crecimiento y desarrollo personal. Nos permite aprender de nuestros errores y ser más abiertos y empáticos.

Cuando somos capaces de dejar de lado nuestros propios egos y considerar perspectivas alternativas, nos convertimos en mejores oyentes, comunicadores y solucionadores de problemas. Es importante recordar que estar equivocado no refleja nuestra inteligencia o valor. Todos somos humanos, y todos somos falibles. 

La clave es abordar la vida con un sentido de curiosidad y apertura y estar dispuesto a aprender de nuestras experiencias.

Cuando aceptamos la posibilidad de equivocarnos, nos abrimos a un mundo de conocimiento y comprensión que de otro modo nos perderíamos. Abordamos las conversaciones con la mentalidad de que no tenemos todas las respuestas correctas. También tendemos a tener conversaciones más productivas y respetuosas con otras personas que tienen puntos de vista diferentes.

Al escuchar activamente a los demás y considerar sus perspectivas, podemos ampliar nuestra comprensión y, potencialmente, refinar nuestras creencias y opiniones. Al reconocer la posibilidad de estar equivocado, puede evitar ser demasiado confiado o cerrado de mente en sus creencias y opiniones. 

Solo desafiando nuestras propias creencias y suposiciones podemos realmente crecer y evolucionar.

La sabiduría tiende a crecer en proporción a la conciencia de la propia ignorancia. Por lo tanto, la próxima vez que te encuentres en una situación en la que no estes seguro de tus creencias u opiniones, acepte la posibilidad de que puedas estar equivocado. Tómate el tiempo para escuchar a los demás y considerar sus puntos de vista.

Acepta tu ignorancia y utilízala como plataforma de lanzamiento para el crecimiento y el descubrimiento. ¿Quién sabe qué cosas increíbles podrías encontrar? 

Pero, de nuevo, podrías estar equivocado.

He dicho…

Patricio Varsariah