Nuestra capacidad para tomar mejores decisiones y cambiar la vida depende de nuestros patrones de pensamiento. Y estos patrones están determinados por las creencias y suposiciones que adquirimos de nuestra familia inmediata, nuestro entorno y las influencias a las que nos exponemos inconsciente y deliberadamente. 

Si se enseña a las personas a pensar de forma racional, analítica y clara, aprenderán a equivocarse menos con mayor frecuencia. Si no sabes pensar con claridad, podrías pasar la mayor parte de tu vida intentando corregir tus errores del pasado. Una sola decisión mejor puede cambiar el rumbo de tu vida.

La buena noticia es que podemos aprender a equivocarnos menos. Aprender a pensar significa aprender a ejercer cierto control sobre cómo y qué piensas.

La única manera de mejorar tu nivel de pensamiento es exponerte a herramientas de pensamiento. Puedes aprender a resolver problemas, tomar decisiones inteligentes y pensar con claridad sobre muchos problemas de la vida si adoptas la mentalidad de crecimiento.

Los que piensan de forma racional, analítica y clara conocen su ignorancia. Saben que no saben. Invierten en libros que invitan a la reflexión y dedican tiempo a leer y comprender incluso las ideas con las que no están de acuerdo. Tienen una mente abierta y no se apegan emocionalmente a las ideas que encuentran.

Los que piensan de forma racional, analítica y clara se interesan en demostrar que están equivocados. Se plantean mejores preguntas sobre sus suposiciones sobre la vida y buscan un mayor conocimiento que les ayude a convertirse en pensadores racionales, no es necesario convertirse en un gran filósofo o científico para convertirse en un pensador de alto nivel. El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, y tú eres la persona más fácil de engañar.

Las personas intelectualmente humildes comprenden el alcance de su ignorancia, por lo que se centran en mejorar sus hábitos de pensamiento racional. Cuanto más leo, más aprendo, más seguro estoy de que no sé nada. La mente no es un recipiente que se llena, sino un fuego que se enciende.

Quienes provocan el pensamiento se interesan en descubrir un mayor conocimiento para vivir una vida mejor. Les interesa la verdad objetiva y cómo esta impacta sus decisiones. Las personas en la parte media de la pirámide del pensamiento son aprendices de por vida interesados en convertirse en mejores versiones de sí mismos.

Las personas intelectualmente humildes invierten en libros, cursos y recursos para nutrir sus mentes. Les interesa encontrar claridad y dedican tiempo a enriquecer sus mentes con los descubrimientos, ideas, experiencias y pensamientos de otros. Quienes provocan el pensamiento saben que podrían estar equivocados con sus creencias. Asumen que no lo comprenden completamente ni lo saben todo.

Esta mentalidad crea humildad intelectual que les permite explorar la mente racional. Es un paso esencial para pensar con claridad. A la gente no le gusta pensar; si uno piensa, debe sacar conclusiones. Las conclusiones no siempre son agradables. Muchas personas en la base de la pirámide de pensamiento rara vez piensan más allá de la superficie de sus problemas. Buscan soluciones a corto plazo para problemas a largo plazo.

Si se enfrentan a obstáculos, se refugian en su zona de confort y buscan soluciones externas a corto plazo. En lugar de aprender una nueva habilidad para volverse indispensables, confían en habilidades obsoletas y sobrevaloran su incompetencia.

Las personas en la base de la pirámide tienden a albergar muchas creencias falsas sobre sus habilidades, carácter y el futuro. La ignorancia genera más confianza que el conocimiento.

A los pensadores de primer orden no les importan las consecuencias secundarias de sus decisiones a corto plazo. Ni el impacto que sus elecciones tendrán en su futuro. Simplemente no les interesa. Piensan que todos los que no están de acuerdo con ellos son irracionales o estúpidos. Las personas en la base de la pirámide de pensamiento tienen una mentalidad fija. No se les puede cambiar de opinión. Pero sí se les puede animar a explorar sus curiosidades.

Aprender a pensar mejor es un proceso. Un viaje de descubrimiento. Se puede pasar fácilmente del pensamiento de primer orden al pensamiento de nivel superior. Pero sin duda es rápido. Quienes no aprecian el conocimiento profundo sobre sí mismos, los demás y el mundo, quizá nunca lleguen a pensar mejor. 

Nuestro conocimiento siempre es incompleto. O bien contiene puntos ciegos personales, o bien el mundo ha evolucionado y cambiado. Lo que una vez fue cierto podría ser irrelevante mañana. Es nuestra responsabilidad actualizar constantemente nuestros hábitos de pensamiento, herramientas, modelos, narrativas y percepciones.

Pregunta: "¿Qué es lo que más anhelas? ¿Anhelas defender tus propias creencias o anhelas ver el mundo con la mayor claridad posible?"

Saludos y gracias por tu tiempo.

Patricio Varsariah.