julio 21, 2024

Este tema lo escribí hace mucho tiempo (21 de julio 2015) dirigida como un mensaje especial intentando ayudar a reflexionar para un cambio de dirección, lamentablemente no obtuvo el resultado que me había propuesto porque nunca pudo romper el ciclo de la toxicidad.
El escrito se trataba sobre las madres tóxicas, no obstante, cabe aclarar también que hay padres tóxicos y abuelos tóxicos. Pilares en la educación de los niños que lejos de fomentar una madurez personal y una seguridad con la cual, poder abrirse posteriormente al mundo, no hacen más que anclar pesadas cadenas vetando por completo la independencia física y emocional de esa persona.
Ahora bien, cabe decir que el rol de la madre tiene casi siempre, un peso más intenso en la educación de los niños. Es ella quien establece ese vínculo de cuidado y afecto tan estrecho con ese recién nacido, que día a día, irá desprendiéndose de sus brazos para avanzar con seguridad por el mundo sabiéndose amada, teniendo siempre ese referente que le ha aportado un amor incondicional pero saludable, con el que madurar de modo inteligente.
Las madres tóxicas ofrecen un amor a sus hijos hostigante a la vez que inmaduro. Proyectan sobre ellos sus inseguridades para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos - una verdad incuestionable -
Yo me pregunto: ¿Qué hay detrás de la personalidad de las madres tóxicas?
Puede que nos llame la atención, pero detrás del comportamiento de una madre tóxica, está el amor. Ahora bien, todos sabemos que, a la hora de hablar del amor, existen dos caras de una misma moneda: está esa dimensión capaz de propiciar el crecimiento personal de la persona, ya sea a nivel de pareja o a nivel familiar, y a su vez, está también ese lado más tóxico donde se ejerce un amor egoísta e interesado, a veces hasta asfixiante, que puede ser completamente destructivo.
Lo preocupante, es que los familiares que despliegan las artimañas de la toxicidad, lo hacen hacia personas adultas y con baja estima personal y en criaturas que están en pleno proceso de maduración personal, es ahí donde debe asentarse su personalidad, su autoestima… Todo ello, irá esculpiendo en ellos grandes vacíos, grandes inseguridades en ocasiones insalvables.
Las madres o padres tóxicos, en ocasiones, suele esconderse una clara falta de autoestima autosuficiencia que les obliga a ver en sus hijas o hijos “esa tabla de salvación” a la cual modelar y controlar para tener siempre a su lado, para que cubran sus carencias esta es una verdad incuestionable.
El ver por ejemplo que sus hijas o hijos empiezan a ser autónomos, que ya no las necesitan tanto y que poco a poco son capaces de hacer su vida, supone para ellas una gran ansiedad, puesto que temen ante todo quedarse solas. De ahí que sean capaces de desplegar “hábiles artimañas”, para seguir teniéndoles cerca e incluso justificarles que debe ser así, y un modo de hacerlo es proyectando en la niña o niño desde el inicio su misma falta de autoestima, y su misma inseguridad.
La necesidad por tener controlado cada aspecto de sus vidas, hace que acaben haciendo lo mismo en la vida de sus hijas o hijos. No son capaces de ver los límites. Para ellas, control es sinónimo de seguridad, de algo inmanente que no cambia, y lo que no cambia es bueno porque les hace sentir bien. Lo complicado de esta dimensión es que suelen ejercer el control pensando que, con ello, hacen el bien y que así demuestran amor por los demás. “Yo te hago la vida fácil controlando tus cosas para que seas feliz”, “Yo solo quiero lo mejor para ti, y por ello evito que puedas equivocarte” …
El control llevado a cabo desde la justificación del cariño, es el peor acto de la sobreprotección. Impedimos con ello que los niños o las niñas sean autónomos, capaces y valientes. Y aún más, que aprendan de sus errores.
Frases que se repiten a diario en ese ambiente toxico de madre a hija o hijo: “Quiero que consigas lo que yo no tuve “, “No quiero que caigas en mis mismos errores”, “Quiero que llegues a ser aquello que yo no puede conseguir”. Que, si "cómo te atreves a hablar mal de tus padres", que, si "ellos te dieron la vida, eres un ingrato o ingrata", y demás monsergas.
Te hacen sentir totalmente indefenso o indefensa desesperado porque parece que no haya escapatoria de la situación. No solo la estás sufriendo, es que encima ni la puedes comentar porque todos se te ponen en tu contra. ¡Es tu madre y le debes la vida! y ni se te ocurra volver a quejarte de alguno de tus padres. uf... es difícil, porque si tienes la autoestima baja, te sientes culpable por pensar así de tu madre... y no es pensar, simplemente darte cuenta de que es así.
En ocasiones las madres tóxicas proyectan en sus hijos los deseos incumplidos de su propio pasado, sin preguntar si quiera qué es lo que ellos desean, sin darles opción a elegir, pensando que, con ello, les demuestran un amor incondicional, cuando en realidad, es un falso amor.
Un amor interesado. Uno de los problemas de las personas tóxicas, saben mentir y fingir muy bien para quedar bien delante de otros y hacerte quedar a ti como la mala persona. Los roles se invierten y, a ojos de todo el mundo, el verdugo se convierte en víctima y viceversa. la madre toxica es siempre súper agradable y simpática con todo el mundo para caerles bien y tenerlos de su parte y luego ponerlos en contra de quienes le caían mal. Manipuladora nata, pura y dura.
Para enfrentarnos a una madre o a cualquier familiar “tóxico” es importante ser consciente de que debes romper el ciclo de la toxicidad. Has vivido durante mucho tiempo dentro de él, sabes las heridas que te ha dejado, sin embargo, ahora ya comprendes que necesitas abrir tus alas para ser tú mismo.
Para ser feliz. Te va a costar, pero debes empezar a decir “No”, a poner en voz alta tus necesidades y a alzar tus propios muros, esos por los que nadie debe pasar, lamentablemente eso no sucedió... y llego la depresión y te preguntas y te respondes: ¿Es tu madre, o es tu familia, los quieres y sabes que romper ese ciclo de toxicidad puede causar algún daño...?
En ocasiones, decir la verdad de lo que uno siente hace daño a los demás, pero es una necesidad vital. Se trata solo de marcar límites y dejar claro lo que permites o lo que no. No deseas causar daño alguno, debes dejarlo claro, al igual que debe quedar constancia de que tampoco tú quieres ser herido o herida nunca más.
Por qué fracaso, porque no supo reconocer la manipulación. Hay veces que es tan sutil, que no nos damos cuenta, así que la persona debía ser atenta a cualquier palabra, cualquier comportamiento. Y sobre todo, no caer en las redes de la “victimización”, puesto que es un recurso fácil al cual suelen recurrir las personas tóxicas y las madres tóxicas y eso es lo que sucedió...
Esta madre toxica se alzó como la más dolida, la más herida, cuando en realidad, al que han hecho daño fue a su hijo o hija y a las personas que de verdad le ofrecieron un amor incondicional. Lamentablemente no lo tuvo en cuenta y el daño fue irreparable y nunca la hija o el hijo pudo romper el ciclo de la toxicidad.
Patricio Varsariah.
Encuentra paz en el ahora. Sufrirás menos y vivirás más.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 20, 2024

Aunque nos parezca mentira, durante toda la vida estamos dudando, sin querer reconocer que en los momentos clave, si dudamos, fallamos. Cierto es que la vida está llena de dudas y si éstas no existieran, no llegaríamos a la verdad absoluta. Estas dudas hacen que nos bloqueen nuestras capacidades de entendimiento, llegando a un sufrimiento el cual hace que nos impida superarnos.
Partiendo de que la duda es una indeterminación entre dos decisiones o dos juicios, a la que tenemos que afrontar, tratándose ante un hecho, una noticia o una creencia. La duda nos supone siempre un estado de incertidumbre.
¿Cuántas veces no nos atrevemos a ejecutar un paso sin la convicción de qué sucederá en el siguiente?
Parece que dudando siempre de todo y analizándolo todo llegamos a estar más seguro de todos los aspectos que se nos presentan en la vida. Pero visto desde un punto de vista personal, creo que no se debe dudar de todo, ya que esto no llevará una continua incredulidad de todo lo que vemos.
Consideremos pues, que donde hay dudas no hay certezas. Por tanto, si alguien duda sobre algo, debemos estar seguros de que no existe validez en esa cuestión; puesto que la duda llega a un límite de la confianza. Los motivos que originan las dudas pueden ser múltiples: malos entendimientos, desencuentros amorosos, meditaciones, especulaciones, celos, etc.
Simplemente necesitamos una pequeña pausa para analizar determinadas situaciones, cuando las vemos muy claras y seguras, entonces es cuando merece la pena ahondar en ellas. De esta forma es posible que cualquier intento de elección nos conlleve una carga de ansiedad y sobre todo dudas, haciendo que adoptemos decisiones por pequeñas que sean.
Es entonces cuando nos damos cuenta de no haber tomado un “camino” el cual ni habíamos pensado. Luego, cuando empezamos a participar más activamente, vemos el compromiso el cual ya nos resulta amenazante. Todo esto está sujeto a emprender situaciones en la vida en medio de un “mar de dudas”
La inseguridad en uno mismo no es un sentimiento de superioridad, sino de independencia. Esa inseguridad llega a ser una emoción negativa, acompañada de unos sentimientos de inferioridad, como, por ejemplo: no sentirse amado, dudar de uno mismo o miedo a las críticas. Esta tendencia a dudar de uno mismo origina a que tenemos expectativas irreales, debido a opiniones de los demás.
Otras de las razones de porqué dudamos tanto, son experiencias del pasado de haber sido criticado, ignorado, ridiculizado o quizás tengamos tendencia hacia el perfeccionamiento. Si una persona ha sido criticada constantemente, jamás podrá poseer la seguridad en sí misma, puesto que cada vez que quiera emprender “algo” aparecerá la duda. Ese hecho crea un estado de incertidumbre, de incapacidad y de comunicación ante los demás, llegando siempre al sufrimiento con la duda.
Gran parte de las dificultades por la que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes estén completamente seguros de si mismos... y los inteligentes, llenos de DUDAS.
No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué punto se dirige.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Encuentra paz en el ahora. Sufrirás menos y vivirás más.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 17, 2024

Las percepciones erróneas son la raíz del juicio. Creemos que vemos a las personas claramente por quiénes y qué son. Pero no lo hacemos. Nuestras percepciones son subjetivas. No sé ni sabré nunca toda la verdad sobre nadie. Entonces comencé a apreciar a las personas tal como son, sin juzgarlas. Es difícil cuando nuestro ego tiende a interponerse en nuestra percepción. Pero la aceptación ha mejorado mis relaciones.
Cuando sales al bosque y miras los árboles, ves todos estos árboles diferentes. Y algunos de ellos están doblados, otros son rectos, algunos son de hoja perenne y otros son lo que sea. Y miras el árbol y lo permites. Ya ves por qué es así. En cierto modo entiendes que no recibió suficiente luz y por eso giró en esa dirección. Y no te emocionas mucho por eso. Simplemente lo permites. Aprecias el árbol.
En el momento en que te acercas a los humanos, pierdes todo eso. Y constantemente dices: "Tú eres también esto o yo también soy esto". Aparece esa mente que juzga. Y entonces practico convertir a las personas en árboles. Lo que significa apreciarlos tal como son”.
Cuando tengo la oportunidad de pasear por un bosque veo muchos árboles. Cada uno es diferente. Algunos están doblados, otros rectos, algunos altos y algunos pequeños árboles jóvenes. Los veo a todos. Noto las formas. Algunos árboles se tuercen y giran; otros llegan hacia arriba. Cada árbol crece a su manera. Veo la belleza en sus diferencias. Veo cada árbol tal como es sin juzgarlo. Y disfruto de estar en su presencia.
Entiendo por qué son como son: el viento les da forma, el sol los guía y su entorno influye en su crecimiento. Aprendo de los árboles. Me recuerdan que debo aceptarme a mí mismo y a los demás tal como son y lo que son. Entre los árboles no juzgamos.
Ahora, con la gente. Nosotros juzgamos. "No soy lo suficientemente bueno." "Son extraños". "Tú también estás..." "Yo no estoy..." "Ella parece muy estresada". La voz crítica toma el relevo. Nuestro ego se interpone en el camino. Nos volvemos críticos. Olvidamos que nuestras curvas, giros, fortalezas, experiencias y exposiciones son diferentes.
Podemos aplicar la sabiduría de cuando te encuentres juzgando, haz una pausa... Mírate a ti mismo o a los demás sin juzgarte. Aprecia quién eres. Se menos crítica o crítico con los demás. Mira a la persona que tienes delante. Comprender sus propias experiencias, caminos y hasta dónde han llegado. Deja de juzgar y encuentra la curiosidad. Acércate a ellos con la mente abierta, tal como te acercarías a un árbol nuevo y fascinante. Quizás te sorprenda la belleza y la resiliencia que descubres en el “bosque humano”.
Convierte el juicio en aprecio. Puede que lleve tiempo. Pero con cada intento, encontrarás un poco más de paz en ti mismo y un poco más de comprensión en tus interacciones con los demás. Personalmente estoy aprendiendo a practicar esta aceptación a diario. Me recuerdo de los árboles. Veo mis propias fortalezas y debilidades. Veo mi camino único. Esa realidad me trae paz. Mi objetivo es aplicar esas experiencias conscientes cuando estoy en presencia de otras personas. Puedo aprender de los árboles. Puedo aprender de mis “baños de bosque”.
Los árboles enseñan aceptación. Los aprecias tal como son. Les permites serlo. Cuando veas a alguien, piensa en un árbol. Entiende que crecieron de esta manera por una razón. El entorno, las experiencias y los desafíos los moldearon.
Practica ver a las personas como árboles. Cada persona tiene su propia historia. Cada uno crece a su manera. Acéptalos tal como son. Apreciar su singularidad. Ese simple cambio de realidad reduce el juicio y trae paz. Es una comparación extraña. Pero la sabiduría de los árboles tiene sentido.
Acepta tu propia forma. Aprecia tu propio camino. Entiende que cada uno tiene sus razones. Es pura aceptación y menos juicio sobre nosotros mismos y sobre los demás. Los árboles nos enseñan a aceptar el crecimiento. Puedes encontrar paz en esa mentalidad. Como los árboles, cada persona es perfecta tal como es. Deja ir el juicio. Encuentra la paz en el bosque y con los demás.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Encuentra paz en el ahora. Sufrirás menos y vivirás más
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 17, 2024

Sufro dos veces si me quedo en el pasado o en el futuro. Estoy cambiando activamente mi forma de vivir. No puedo sufrir el pasado ni el futuro; ellos no existen. Si estoy sufriendo en el presente, es porque sigo visitando un recuerdo o imaginación de una dimensión temporal que no puedo controlar.
Algunos de mis recuerdos causan dolor, pero los acontecimientos en sí ya pasaron. Es mi propia interpretación de ellos la que causa los sentimientos que perturban mi paz. Cuando sufro en el presente, estoy sufriendo mi memoria, no el pasado. Repito el dolor del pasado en mi mente. Cada vez, me recuerdo a mí mismo que esto es solo mi pasado. No son la realidad.
Los recuerdos son sólo eso, recuerdos.
Cuando sufres, vives en tu mente; Pasas una enorme cantidad de tiempo en tu cabeza. Tu mente recuerda el pasado. Tu mente imagina el futuro. Pero tu mente no es el presente. El presente es la única realidad. Ahora mismo es todo lo que hay.
Yo creo mi propio sufrimiento. Mis pensamientos me llevan a un lugar que no es real. Cuando pienso en el pasado, revivo el dolor. Cuando me preocupo por el futuro, temo al dolor. Pero estos son sólo pensamientos. No son hechos reales.
Sufro dos veces si me quedo en el pasado o en el futuro. Yo lo llamo la experiencia de sufrimiento dual: primero, la cruda realidad del momento en que sucede, y segundo, mi interpretación de la experiencia cuando la imagino antes de que suceda.
La ansiedad por un evento, actividad o experiencia inminente puede causar estrés. Si puedes hacer algo al respecto, sigue adelante y haz todo lo que esté a tu alcance para minimizar el sufrimiento. Insistir en ello significa perder el tiempo en la visualización actual de muchos “qué pasaría si” y en el sufrimiento antes de que suceda el evento.
Tu vida futura es sólo una construcción de la mente. Es un conjunto de posibilidades. Cuando te preocupas por el futuro, sólo lo estás imaginando. La imaginación puede dar miedo, pero no es el futuro en sí. Si sientes ansiedad o depresión, no estás en el presente. O estás proyectando ansiosamente el futuro o estás deprimido y estancado en el pasado. Lo único sobre lo que tienes control es el momento presente; Los ejercicios de respiración simples pueden calmarnos y hacernos presentes al instante. La gente sufre porque está atrapada en sus cabezas.
Las imaginaciones del pasado o del futuro pueden atraparnos. Cuando te aferras a ellos, dejas de vivir en el presente. Libéralos para encontrar la libertad. Deja ir los pensamientos que te hacen daño. Los pensamientos y las visualizaciones no son hechos. Son sólo perspectivas.
No es saludable sufrir dos veces, en la realidad y en la imaginación. Estemos "listo para el presente”. El presente es tangible. Es con lo que puedo interactuar ahora mismo. Cuando estoy presente, me libero de la carga del pasado y del futuro. En el presente puedo actuar, tomar decisiones y encontrar la paz. Soy consciente de ello ahora.
Siento mi cuerpo, observo lo que me rodea y asimilo las muchas experiencias hermosas que me rodean. En el presente realmente vivo. Dedico tiempo a trabajar a mi favor.
Mi objetivo es la conciencia pura. Quiero basarme en el presente porque hay más que ganar. Cómo paso mi presente es cómo vivo. Pero el “estado mental preparado para el presente” requiere trabajo. Se necesita conciencia. Entonces, cuando los pensamientos del pasado o del futuro se apoderan de mi mente, los dejo ir. Son sólo recuerdos y visualizaciones. No tienen poder sobre mí.
Cuando los miedos al futuro me roban el presente, me digo a mí mismo que no están sucediendo ahora. Redirijo mi atención a mi experiencia en tiempo real. Me concentro en el ahora. El pasado y el futuro no pueden hacerme daño. Sólo mis pensamientos pueden hacerlo.
Si puedo cambiar mis pensamientos constantemente, cambiaré mi experiencia. El presente es el único tiempo que realmente tengo. Cuando permanezco presente, me libero del dolor pasado y de la ansiedad futura. Encuentro paz. Estar. Ser libre. Ese es mi mantra. Está funcionando para mí hasta ahora.
Hago planes para el futuro y lo dejo ir. No me apego a cómo debería resultar. No tengo control sobre el futuro, así que estoy haciendo todo lo que puedo para evitar pasar tiempo en mi cabeza.
Si lo que pasa dentro de mi cabeza saca lo peor de mí, no lo quiero. Mi pasado no debería perseguirme en el presente. Puedo aprender de ello y tomar decisiones informadas en el presente. Nada puede hacerte más daño que tus propios pensamientos desprotegidos.
Centrarse en el presente te ayuda a reducir el sufrimiento. El presente es real. Puedes tocarlo. Puedes verlo. Puedes vivir en él. Cuando vives en el presente, ves la vida con claridad. Ves que la mayor parte del sufrimiento proviene de tu mente.
Tu mente podría divagar. Podría deberse a arrepentimientos del pasado. Podría pasar a preocupaciones futuras. Es normal. Tráelo de vuelta con cuidado. Tráelo al presente. Cada vez que lo haces, fortaleces tu capacidad de permanecer presente. Cada práctica exitosa reducirá tu sufrimiento mental. Es un ejercicio sencillo, pero puede cambiar tu estado mental.
Todos los días me recuerdo a mí mismo que el pasado se fue. Me digo a mí mismo que el futuro no está aquí. Me concentro en el ahora. Se necesita práctica, pero funciona. Aporta paz y claridad a mi vida, reduce mis experiencias de ansiedad y preocupación.
Tú controlas tu concentración. Puedes elegir hacia dónde dirigir tus pensamientos. Dirígelos al presente. Deja ir el pasado. Deja de temer al futuro. Vive ahora. Encontrarás más paz y menos sufrimiento.
Recuerda, tú no eres tus pensamientos. No eres tus recuerdos. No eres tu imaginación. Estas aquí ahora. Este minuto es tu realidad. Vívelo. Y encontrarás la paz.
Una vida consciente requiere una presencia consciente. “Di siempre ‘sí’ al momento presente… Ríndete a lo que es. Di “sí” a la vida y verás cómo la vida de repente comienza a trabajar a tu favor en lugar de en tu contra.
El estrés, la negatividad, la ansiedad, el dolor de mi pasado y la reflexión sobre mi futuro no pueden sobrevivir cuando estoy plenamente consciente y presente. El estado mental preparado para el presente está haciendo más por mi salud mental que cualquier hábito de atención plena que haya practicado. Estoy encontrando paz en el ahora. Sufro menos y vivo más.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Encuentra paz en el ahora. Sufrirás menos y vivirás más.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 16, 2024

La verdadera paz es la libertad y la presencia de preocupaciones, molestias y perturbaciones. No es un escape de todo sino paz con todo. Es aceptar el caos, pero superarlo. Me tomó un tiempo aceptar que la resistencia es inútil.
Lo que seguí resistiendo persistió. La paz con todo es la de la conciencia, donde su nivel de paz no puede ser perturbado por influenciadores externos como el deseo, los logros, las acciones de otras personas o incluso los altibajos de las emociones.
Mi objetivo siempre ha sido la conciencia pura, alejada del deseo o de la mente, sin verse afectada por las circunstancias externas. “Para alcanzar la verdadera libertad interior, debes ser capaz de observar objetivamente tus problemas en lugar de perderte en ellos.
Estar en paz con todo cambia tu forma de afrontar la vida. Podemos controlar muy poco en este mundo. Si todo perturba tu paz interior, pasarás toda tu vida pensando que el mundo está en tu contra y sintiendo lástima de ti mismo. La armonía interna, a pesar de todo, es la forma de mantener la cordura. También es la forma de encontrar claridad mental. Así es como evitas hundirte.
Los barcos no se hunden por el agua que los rodea; Los barcos se hunden por el agua que entra en ellos. No dejes que lo que sucede a tu alrededor entre dentro de ti y te agobie. La vida no se interpone en el camino de nuestra cordura. Tu mente o todo lo que crees que es la única verdad para la paz interior es tu único obstáculo para una vida pacífica.
La verdadera paz es una batalla interna. La mayoría de la gente quiere la paz en todo. Pero el verdadero secreto del tipo de paz que desea es aspirar a la paz con todo. Dentro de esa aceptación, encontrarás un mejor camino a seguir. En paz con todo tiene mucho en común con la sabiduría de acción sin esfuerzo, que fluye con el orden natural del universo.
Nunca tengas prisa; Haga todo en silencio y con un espíritu tranquilo. No pierdas tu paz interior por nada, aunque todo tu mundo parezca trastornado.
Para estar en paz con todo, debes alinearte con el fluir de la vida, aceptar lo que es y responder con sabiduría en lugar de optar por resistir. La aceptación hace que todo sea mucho más fácil y mejor.
Estar en paz con todo es paz lejos de la mente. La batalla más grande de la vida ocurre en tu mente. Si superas el ruido y la resistencia, encontrarás algo hermoso. Todo lo que realmente importa en la vida se vuelve más significativo cuando eliges la aceptación.
La buena noticia es que la paz con todo es tu estado natural. Si estás constantemente perturbado, mira más intensamente en tu interior para despertar tu paz interior. No nos damos cuenta de que, en algún lugar dentro de todos nosotros, existe un yo supremo que está eternamente en paz
El mundo nunca será tan pacífico como quisieras. Pero puedes hacer las paces con eso. Usa tu quietud interior para estar en paz con el caos. Es tu derecho de nacimiento. La conciencia dichosa siempre ha estado ahí. Pero estamos demasiado ocupados buscando la paz mental en lugar de la paz mental.
Una vez que me comprometí a liberarme de la batalla constante con las muchas experiencias incontrolables que me rodeaban, recuperé la calma interior. Estoy aprendiendo a reconocer cuando no estoy sincronizado para convertirlo en un hábito. Cuando dejo de fluir, rápidamente recobro la conciencia y entro en mí mismo. Me estoy entrenando para dominar la autoconciencia.
Observo mis pensamientos, emociones y reacciones ante situaciones. Cuando siento un compromiso familiar con mi mente o resistencia al flujo, presiono el botón de pausa. Respiro profundamente, me reconecto y vuelvo a la serenidad interior. Es la forma más rápida de seguir experimentando paz interior, incluso si el caos me rodea.
Cuando sientas falta de armonía, da un paso atrás, reconéctate y recupera tu paz interior. “Cuando un problema te inquiete, no preguntes: “¿Qué debo hacer al respecto?” Pregúntate: "¿Qué parte de mí está perturbada por esto?".
La paz interior siempre está ahí, esperando que la elijas. Presta atención a los cambios sutiles en tu interior. Cuando el flujo se interrumpe, cuando la calma comienza a ondear o cuando comienzas a sentir que el mundo te hunde, elévate por encima de él con conciencia. La paz no se escapa del mundo; es aprender a vivir con ello y aún mantener la cordura. Sólo tú puedes quitarte la paz interior o dártela a ti mismo.
La paz interior, no el control exterior, es la forma de vivir una vida más presente. Controla tu paz interior, no el caos externo. Domina tus reacciones, no las incontrolables. La verdadera paz no es la ausencia de sufrimiento o la exclusión del mundo, sino el retorno a la paz interior.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 15, 2024

Es importante que con frecuencia recordemos quienes somos, por lo que hoy día Intentaré escribir una especie de mi autorretrato.
Alguien me dijo hace unos días, que yo era una persona paradójica (no es la primera vez que me lo dicen), además me dijo que era una persona muy dura en ocasiones, capaz de llegar hasta el cinismo. Y saben lo gracioso de esta historia, es que la persona que se atrevió a decirme eso no tiene ni la más remota idea de cómo soy yo. Por supuesto así mismo se lo hice saber de inmediato.
Es cierto, a veces soy muy duro y hasta cínico. Quienes verdaderamente me conocen dicen que de esa forma oculto mi verdadero yo y que lo hago por temor a mostrar todo lo bueno que hay en mí y que me hagan daño. Puede ser.
Me considero como una persona que vive en busca de lo que falta por conocer, no sé si es una definición, pero estoy siempre buscando algo, aprendiendo, conociendo, observando. Me he dado cuenta que la gente que siempre busca MÁS, somos la gente que estamos aquí, la gente que sueña, que sostiene la fe, que busca y que además encuentra y eso no es cosa fácil, la vida no es fácil sobre todo cuando hay que luchar con tanta maldad, inhumanidad para lograr un mundo mejor, más humano, más justo, pero bueno como bien se ha dicho siempre, las cosas fáciles cualquier fulano es capaz de hacerlas, pero las cosas difíciles y buenas sólo la gente extraordinaria son capaces de lograrlas.
Una vez alguien que yo quiero mucho hizo una breve descripción de mí y puso: “fuerte, autoritario, seguro, voluntarioso, mandón, inteligente, decidido, cínico, rebelde, irónico y detrás de esa coraza que todos ven está un ser que muy pocos tienen el placer de conocer, malicioso, revoltoso, romántico y muy apasionado. Cuando lo leí no me quedó de otra que proyectar a sorprenderme, porque creo que lo digo casi todo, esa es la dualidad que hay en mí.
Una vez más diré algunas cosas de mí, algunas quizás ya dichas otras no. Intento escribir una especie de autorretrato, ¿será posible? Lo intentaré. Mm… ¿cómo empezar? Trataré de ser objetivo.
Así es como YO me veo:
La mayoría de las veces soy todo lo que la gente evita ser o tiene miedo de ser, la sinceridad es una herramienta a la que acudo con demasiada frecuencia y es la culpable de que me cataloguen como una persona antipática (aunque no me importa).
Soy un alma solitaria (soy un lobo u OSO solitario), pero con un sentido de la lealtad hacia los amigos que quizás raya en lo "estúpido". Me considero una persona sencilla, pero con carácter duro y obstinado, aunque de corazón blando y esponjoso.
Soy terriblemente amante de la música, no hay momento que este sin ella no importa mi estado de ánimo porque hay para toda ocasión. Amante fiel de la música, pero mal bailador (en una época bailaba mucho, aunque no lo hacía muy bien, pero lo hacía porque me encanta). Me gusta beber desde un buen vino hasta una cerveza, pero con mucha medida, me gusta leer, y escribir es mi obsesión, mi adicción y mi razón de vivir, me gusta desvelarme viendo las estrellas acompañadas de la luna, disfrutar del amanecer o del ocaso y si es junto al mar me fascina más.
Disfruto de un buen debate (con gente inteligente claro está) y una copa de vino en compañía. Soy incondicional con la gente que quiero, apasionado por la vida, impaciente, impulsivo, sensible. Medidor de mis palabras (no siempre), no me mezclo con extraños, y soy un amante de los animales.
Si estoy enojado es aconsejable no estar cerca. Voluntarioso, siempre quiero hacerlo todo a mi forma, muy independiente, muy bueno con los niños y amante incondicional de los animales, como es mi gato Vito Corleone.
Emprendedor, perseverante, me gustan los retos, conversador, dueño de mi tiempo, abierto al conocimiento. Amante de la naturaleza. Me conmueven muchas cosas. Disfruto la soledad y la compañía a partes iguales y siempre estoy buscando una cosa y la otra.
Odio repetirme, tengo un genio terrible. No soporto la gente hipócrita, ni interesada, ni superflua, ni los que se creen por encima de los demás. No me gusta el abuso ni la injusticia. No me importa que la gente hable de mí, que digan que soy paradójico o cualquier otra cosa, me tiene sin cuidado. Detesto que me manden a callar o que entorpezcan lo que estoy haciendo. Sin faltar a la verdad, es más o menos todo lo que se me ocurre en este momento.
Como ven, como cualquier mortal tengo defectos y virtudes, casi innumerables, pero lo que he escrito es lo que me hace ser "Yo". En fin, hay días en que soy bueno y otros muy malo, a veces encantador y otras veces insoportable, pero siempre sin dobleces, por suerte todavía me soporto... Soy como soy, eso no lo puedo cambiar ni yo ni nadie. Los que me quieren me aceptan con todos mis errores porque si no los tuviese, no sería el mismo.
Siempre leo y a veces releo los mensajes, comentarios que recibo en mi página web y en Facebook, con mucha atención y les confieso que me sorprende encontrar gente tan interesante reunida en un mismo lugar.
Ya nos conocemos un poquito porque en cada mensaje, en cada saludo, en cada opinión todos dejamos traslucir un poco de lo que llevamos dentro.
¡GRACIAS! Por tu tiempo para leerme.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 12, 2024

Somos presos de cadenas encadenadas por eslabones que sumamos a lo largo de nuestra vida, pueden llegar a ser un peso insoportable para nuestra existencia o simplemente un amarre más que necesario para no perder nunca el momento y estar anclado en el sitio perfecto y necesario para que todo salga bien.
Algunos eslabones parecen débiles por el paso del tiempo, pero forman una parte importante de nosotros para mantener unido ese largo metraje de cadenas impuestas, deseadas, conseguidas o simplemente desafortunadas por el devenir de la vida.
Uno desde una perspectiva astral en la que se pudiera observar como mero espectador se asustaría al comprobar como puede llegar a pesar tanto atamiento de vida y añorar como un preso esa libertad utópica que todos desean y que nadie necesita,
¿Alguno de ustedes sería capaz de ser feliz sin un sólo eslabón de vida?, personalmente uno no podría, cada eslabón es tan necesario que si fallase cualquiera de ellos rompería la cadena y teñiría la vida de un sin rumbo tan expectante como desesperante.
De vuelta a esa perspectiva astral en la que uno valora cada atadura, cada eslabón que forma mi cadena que le ata a mi vida se da cuenta que uno se siente orgulloso de que la suya sea pesada, larga, vieja y sobre todo segura, porque para que no te pese la cadena de ataduras que vives a diario lo mejor es formar parte de ella y tener presente que el tiempo es esa variable tan constante como imperceptible en la que todo pasa tan deprisa o tan despacio desde el punto vista que tenga el observador que lo mejor es ver cada eslabón con la fuerza del cariño con el que llegó para unirse y mirar con orgullo aquellos que se llevan obligados pero que se soportan con dignidad constante.
Mis cadenas son mías y no pueden ser cargadas por los demás, todos soportan las suyas y así aunque a veces podamos entrelazar algún eslabón para compartir el peso de la vida no nos ata más que el amor y es la única forma que puede servir para forjar un rumbo y llegar a buen puerto.
Vuelvo a ver mis eslabones, mi cadena encadenada y vuelvo a sentir que sin ellas no sentiría la vida como hoy la siento.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 10, 2024

Imagina que estas frente a una gran escalera, junto a ti está esa persona que es tan importante, (novio/a, esposo/a, amigo/a etc.) y os encontráis fuertemente tomados de la mano... Mientras estas en el mismo nivel todo está perfecto, es magnífico. Pero de pronto tu subes un escalón, y esa persona no, esa persona prefiere mantenerse en el nivel inicial, de acuerdo no hay problema aun así es fácil estar tomados de las manos.
Pero tu subes un escalón más y esa persona no puede hacerlo, las manos ya han empezado a estirarse y ya no es tan cómodo como al principio. Subes un escalón más y el tirón ya es fuerte, ya no es cómodo, empiezas a sentir que te frena en tu avance, pero tú quieres que esa persona suba contigo para no perderla.
Desafortunada-mente para esa persona no ha llegado el momento de subir de nivel así que se mantiene en su posición inicial, subes un escalón más y ahí sí que es muy difícil mantenerte unido, te duele mucho, luchas entre tu deseo de que esa persona suba para no perder la pero tú ya no puedes ni quieres bajar de nivel.
En un nuevo movimiento hacia arriba viene lo inevitable y se sueltan de las manos. Puedes quedarte ahí y llorar y patalear tratando de convencerte de que te siga, que te acompañe, puedes incluso intentar ir contra todo y bajar de nivel con tal de no perderle, pero después de esa ruptura en el lazo ya nada es igual, así que por más doloroso y difícil que sea entiendes que no puedes hacer nada más que seguir avanzando y esperar que algún día volváis a estar al mismo nivel.
Eso pasa cuando inicias tu camino de crecimiento interior en ese proceso, en ese avance puedes perder muchas cosas, pareja, amigos, trabajos, pertenencias, todo lo que ya no coincide con quien te estas convirtiendo, ni puede estar en el nivel al que estas accediendo... Puedes pelearte con la vida entera pero el proceso es así.
El crecimiento personal es eso, personal, individual, no en grupo. Puede ser que después de un tiempo esa persona decida emprender su propio camino y te alcance o suba incluso mucho más que tú, pero es importante que seas consciente de que no se puede forzar nada en esta vida.
Llega un momento en tu escalera que te conviertes en una mejor persona, puedes quedarte solo un tiempo, y eso duele, claro que duele, mucho. Pero luego, conforme vas avanzando te vas encontrando en esos nuevos niveles con personas mucho más afines a ti, personas que gracias a su propio proceso están en el mismo nivel que tú y del mismo modo que tu sigues avanzando ellos también. En esos niveles ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento. Hay amor, comprensión, respeto absoluto...
Así es nuestra vida, una infinita escalera donde estamos con las personas que están en nuestro mismo nivel y si alguien cambia, la estructura se acomoda. Me costó mucho soltarme, aún después de una fuerte ruptura seguía mirando para atrás esperando un milagro y, el milagro apareció, pero no de la manera en que yo hubiera supuesto, apareció bajo otros nombres, otros cuerpos, otras actividades.
Cada pérdida, cada cosa que sale, es porqué así tiene que ser. ¿Déjales ir y prepárate para todo lo bueno que viene a tu vida, tu sigue avanzando y confía porque esta escalera es mágica y si no me crees...por qué no lo compruebas por ti mismo?
AHORA, TODOS PODEMOS ENTENDER PORQUE NOS ENCONTRAMOS CON DIFERENTES PERSONAS EN LA VIDA Y PORQUE OTRAS SE QUEDAN ATRÁS.
Gracias por tu interés y tu tiempo.
Publicado por Patricio Varsariah.
julio 1, 2024

Los momentos crean recuerdos. Los recuerdos son la suma de la vida. Juntos, crean una imagen impresionante, un reflejo de lo lejos que hemos llegado. No importa el tamaño de las experiencias de la vida. Es la calidad, la riqueza y la forma en que se conectan lo que marca la diferencia. La vida es bastante larga si valoramos nuestras experiencias momento a momento.
Me pregunto: “¿Por qué las semanas, los meses y los años pasan tan rápido, todo borroso, pero los momentos duran para siempre?” Porque el tiempo se siente más largo cuando estamos fluyendo (completamente inmersos en una experiencia con toda nuestra conciencia). Cuando estamos plenamente presentes en el momento, el tiempo parece ralentizarse. Si estamos muy concentrados en algo, puede parecer que el tiempo se alarga. El opuesto es verdad. Si estamos en piloto automático, el tiempo puede pasar volando. Cuando estamos atrapados en una situación repetitiva, perdemos el verdadero valor del tiempo.
Hay momentos que tienen cierto sabor a eternidad. No mido la vida en años sino en momentos. En cinco minutos buenos y concentrados, puedo estar más presente; Puedo regalar atención, tiempo o soledad y hacerlo valer. En un momento logro una sensación de paz y claridad que dura horas. En cinco minutos puedes decirle a alguien que lo aprecias. Esos cinco minutos podrían construir un vínculo más fuerte, un recuerdo que atesorarán para siempre.
En un momento, podrás salir, respirar profundamente y reconectarte contigo mismo. Cinco minutos de conexión con la naturaleza pueden ser un poderoso calmante para el estrés. Puede leer un artículo, escuchar un podcast o ver un vídeo educativo. En cinco minutos puedes aprender algo nuevo para la vida. Estos momentos aparentemente pequeños se convierten en los pilares de una vida plena.
Deja tu teléfono. Silencia la charla interna. Aprenda a experimentar verdaderamente un momento consigo mismo o con las personas que te importan. Los estudios sugieren que el tiempo excesivo frente a una pantalla puede hacer que parezca que el tiempo pasa más rápido. No pierdas el tiempo cuando estés con las personas que amas. El momento entre lo que una vez fuiste y lo que te estás convirtiendo ahora es donde realmente tiene lugar la danza de la vida.
Una buena vida comienza con un momento de tu tiempo. Si lo repites el tiempo suficiente, construirás una buena vida. La clave es reconocer el poder de los "micro momentos". Así es como construimos vidas significativas. No necesitamos grandes gestos ni vacaciones extravagantes para crear momentos significativos. No necesito más tiempo; Sólo necesito un poco de tiempo de calidad. Si me sobrecargo con demasiados compromisos, quedaré atrapado en la trampa del ajetreo. Confundiré actividad con experiencia.
Por eso mi objetivo es no perder el tiempo en el momento. Minimizo las actividades que me quitan la vida para tener tiempo libre para lo que realmente importa. Estamos tan obsesionados con hacer que no nos queda tiempo ni imaginación para serlo. Como resultado, los hombres no son valorados por lo que son sino por lo que hacen o lo que tienen: por su utilidad.
Hoy es un nuevo comienzo. No puedes cambiar el pasado, pero puedes elegir cómo inviertes tu tiempo ahora. Insistir en arrepentimientos del pasado es una pérdida de tiempo. La mayoría de las personas pierden más tiempo mentalmente que en la vida real. Aprende de ellos y déjalos ir. Concéntrate en crear momentos positivos ahora mismo. Hoy es un regalo. El tiempo es fugaz. Pero puedes invertirlo.
Cada momento es una oportunidad de crecimiento, conexión y alegría. “No perder el tiempo”, una mentalidad que está cambiando mi enfoque de lo que me falta a la abundancia que me rodea. No debemos permitir que el reloj y el calendario nos cieguen ante el hecho de que cada momento de la vida es un milagro y un misterio.
Decídete a no estar nunca inactivo. Nadie que nunca lo pierda tendrá ocasión de quejarse de la falta de tiempo. Es maravilloso cuánto se puede hacer si siempre lo hacemos.
Si bien no podemos controlar la velocidad real del tiempo, podemos influir en cómo lo percibimos, lo utilizamos, lo gastamos o lo invertimos. Hay que recuperar ese tiempo para los momentos que importan.
Estoy aprendiendo a vivir mi vida con un respiro, un paso, una experiencia y un momento a la vez.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 25, 2024

Cuando las cosas se vuelven abrumadoras, camino lentamente y en quietud. Hago una introspección. Miro hacia dentro. Callo mi mente. Las respuestas siempre han estado dentro. Si miro lo suficiente, encuentro lo que busco: claridad interior.
Esté vacío. Estate quieto. Simplemente observe cómo todo va y viene.
Un estado de ser en el que observo el mundo sin juzgar ni apegarme ha hecho más por mí que todos los consejos que he leído para mejorar mi paz interior.
La vida es un flujo en constante cambio. Las personas, las emociones y las cosas van y vienen. Todas las cosas evolucionan o pasan. La quietud es cómo aprendo a aceptar la naturaleza cambiante de la vida sin aferrarme ni quemarme.
Así es como noto mis pensamientos y emociones sin quedar atrapado en ellos. Me siento más en sintonía con las señales sutiles internas y externas cuando estoy quieto. Mejoro mi perspectiva de la vida. Es un camino poderoso para despertar la paz interior. Es encontrar el observador tranquilo dentro de nosotros para liberarnos de preocupaciones innecesarias, ansiedad y muchos desencadenantes del estrés.
Eres testigo de cómo todo va y viene. Deja que la mente se calme. Las diez mil cosas suben y bajan mientras el Yo observa su regreso. Crecen y florecen y luego regresan a la fuente. Regresar a la fuente es la quietud, que es el camino de la naturaleza.
En el vacío, nuestras preocupaciones, ansiedades y responsabilidades estresantes no desaparecerán, pero el ruido en tu cabeza cederá. Darán paso a tu desapego activo de ellos. Reconoces el ruido, pero no perturba la paz del observador.
Cuando no puedes controlar las fuerzas externas, convocas a tu fuerza interna para anularlas. El poder de la quietud dentro de nosotros es más que suficiente para devolvernos a nosotros mismos. Dentro de ti hay una quietud y un santuario al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo.
Las exigencias del trabajo, las relaciones e incluso la charla constante dentro de nuestras cabezas pueden parecer una charla interminable. Podríamos sentirnos perdidos en nuestras tareas y responsabilidades, inseguros de quiénes somos o qué queremos. Aquí es cuando nuestro santuario interior se vuelve tan valioso. Podemos ver las cosas desde nuevas perspectivas cuando nuestra mente está tranquila y clara.
Simplemente tomarse el tiempo para alejarse por un momento, por pequeño que sea, puede ayudarlo a respirar profundamente y liberar la tensión. No dejes que el estrés del día te siga a todas partes.
No importa cuánto lo intentemos, no podemos silenciar el ruido que nos rodea, pero podemos aprender a no dejarnos arrastrar en todas direcciones. Desconecta para reconectar contigo mismo por completo.
La quietud no es la ausencia o negación de energía, vida o movimiento. La quietud es dinámica. Es movimiento sin conflictos, vida en armonía consigo mismo, habilidad en acción. Se puede experimentar siempre que haya una participación total, desinhibida y sin conflictos en el momento en el que te encuentras, cuando estás presente de todo corazón en cualquier cosa que estés haciendo.
Mi tiempo alejado del ruido es un espacio de renovación. Algunas personas encuentran su calma interior a través de retiros y prácticas meditativas nocturnas.
Encuentro el mío pasando tiempo al aire libre, en un espacio verde tranquilo. La paz de un bosque en calma tiene un poderoso efecto calmante. Incluso unos pocos centrados en mis sentidos y el sonido de la naturaleza me ayudan a reconectarme conmigo mismo.
Lo importante es encontrar lo que funcione para usted. No existe una forma correcta o incorrecta de conectarse con su quietud interior. La clave es ser consistente. Practico “caminatas en quietud” al menos tres veces por semana. Así es como vacío mi mente o vuelvo a mi interior. Es mi espacio para simplemente estar, sin apegos ni presiones.
Quizás para ti sea perderte en un buen libro, escuchar música relajante o simplemente dar un paseo en silencio. Cuanto más tiempo dediques a “estar vacío” del ruido, más fácil te resultará encontrar el camino de regreso a ti mismo y más te beneficiarás de su presencia calmante.
Poner en práctica significa notar tu diálogo interior. Y elegir no juzgar sino observar. Significa familiarizarse con su yo interior. Y encontrar tiempo para acceder a él en cualquier momento y lugar.
Cuando lo hagas, te elevarás por encima de todo lo que perturbe tu paz. Responderás a las experiencias difíciles de la vida con una sensación de calma y concentración en lugar de reaccionar impulsivamente. Sé el observador silencioso de tus pensamientos y comportamiento. Estás por debajo del pensador. Eres la quietud debajo del ruido mental. Eres el amor y la alegría debajo del dolor.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 23, 2024

En esta vida hace falta gente que comprenda mas y que critique menos. Hoy quisiera dedicar este escrito a las personas que les gusta criticar a los demás y pienso firmemente sin lugar a duda que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya.
Ellos saben tu nombre, pero no tu historia, no han vivido en tu piel, ni han calzado tus zapatos. Lo único que los demás saben de ti es lo que tú les has contado o lo que han podido intuir, pero no conocen ni a tus ángeles ni especialmente a tus demonios.
Con frecuencia nos cuesta entendernos a nosotros mismos, pero nos aventuramos valientes a descifrar el código del sentir ajeno. No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten. De la misma forma, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no. Por lo tanto, no deberíamos darle importancia a lo que los demás dicen de nosotros, pues sus palabras obedecen a una realidad ilusoria que su mente ha creado con el afán de saberlo todo.
Hay personas que dan su opinión sobre ti, sobre tu vida y sobre tus decisiones, aunque nadie se la haya pedido. Suelen ser opiniones malintencionadas o carentes de todo criterio cuyo único objetivo es hacer daño, menospreciar y disfrutar del pesar ajeno.
Generalmente, es gente con baja autoestima que no se acepta a sí misma, por lo que difícilmente puede aceptar a los demás. Estas personas ponen etiquetas que reflejan la realidad de cómo se sienten ellas mismas, proyectando así sus dificultades emocionales.
Vive tu vida de la forma que quieras, no de la que los demás quieren que vivas. Es probable que, si nos pudiésemos meter en el cuerpo y la mente de los demás, no nos atreviésemos a juzgar. No obstante, valdría la pena el ofrecimiento para poder valorar nuestra valentía. Sería una verdadera prueba de fuego.
Fantasías aparte, debemos asumir como única la responsabilidad de valorarnos y dejar de condenarnos.
Lo que los demás piensen de nosotros no nos pone un precio. Es decir, del mismo modo que no dejamos que nos digan qué ropas tenemos que ponernos o cómo debemos vestirnos, no tenemos que permitir que los demás elijan nuestro armario emocional. Si vivimos conforme a lo que los demás piensen de nosotros, perderemos nuestro estilo y nuestra personalidad. Nos veremos obligados a colocarnos una máscara y nuestra imagen en el espejo solo reflejará nuestra inseguridad y la inexistencia de una autoestima saludable.
Las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás. Para sanar las heridas emocionales que nos causa la crítica, debemos de tener claro, en primer lugar, que somos personas únicas y excepcionales. Conforme a esto, debemos perderle el miedo a sentir y a pensar por nosotros mismos. Son los demás los que están juzgando y criticando, no tú.
La crítica no constructiva lleva consigo gran pobreza emocional en el mundo interno de quien la realiza. Por lo tanto, si la persona no se deja enriquecer, en estas ocasiones te conviene ser emocionalmente egoísta y “que cada palo aguante su vela”.
Así pues, despréndete de la negatividad y piensa que tu vida es mucho más fácil sin meterte en la vida de los demás. Si me lo permites quisiera darte claves que a mí me han ayudado para que te reclames a ti mismo:
Como he comentado, la consecuencia directa de dar crédito a lo que los demás piensen y digan es que acabamos convirtiéndonos en alguien que no somos. Y, por supuesto, querer complacer a otros a costa de nuestra identidad no es para nada saludable.
¿Eres una buena madre? ¿Eres una persona con éxito? ¿Eres inteligente? ¿Realizas bien tu trabajo? ¿Les gustas a los demás? Date cuenta de toda la energía que pierdes preocupándote por estas cuestiones. De todas maneras, los demás piensan sobre nosotros mucho menos de lo que creemos. Es decir, solemos sentirnos el centro de las miradas del resto de la gente cuando, en realidad, puede que lo que hagamos no sea relevante para muchos de los de nuestro alrededor. Quítate ese miedo, es en gran parte producto de tu imaginación.
Da igual lo que hagas y como lo hagas, siempre habrá alguien que lo malinterprete. Así que intenta vivir y actuar con naturalidad. Lo que tú haces porque lo sientes siempre será lo correcto. No solo no te podrás justificar, sino que te sentirás falso si no sintonizas contigo mismo.
Finalmente, no esperes que los demás comprendan tu viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer tu ruta ya que somos los únicos que podemos recorrer nuestro camino.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 22, 2024

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HOY casi todos están con los ojos y la atención puestos en el teléfono móvil que llevan en la mano. Pareciera como si siempre estuvieran inmersos en una comunicación impostergable. Tanto, que toda su atención está centrada en ella. En casi todos los lugares públicos de las ciudades en el mundo, se ha vuelto constante la misma escena, es un fenómeno que todos podemos apreciar en nuestro día a día y que ha venido a remplazar entre la juventud la buena costumbre que teníamos de míranos entre sí, ni habla entre sí.
Sin duda alguna, el teléfono móvil es el símbolo por excelencia del mundo actual. Antes, las personas entraban en contacto con la virtualidad a través de los ordenadores de escritorio, por lo que existía una limitante definida para establecer esa conexión. Después vinieron los computadores portátiles y vencieron el obstáculo del espacio fijo. Con los Smartphone la portabilidad de los computadores ha roto todas las barreras. El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para “ganar tiempo” o para “pasar el tiempo”, se apoderan del tiempo.
De ahí que el teléfono móvil se haya convertido casi en una extensión del cuerpo, pero también de la persona. La mano de las personas ya no termina en los dedos, sino en el teléfono. Las orejas ahora terminan en los audífonos. La boca, en el micrófono. Y todo el mundo parece más interesado en hacer presencia en el mundo virtual, que en el real.
Yo me pregunto: El móvil, es ¿un medio o un escudo?
Cuando uno mira a tantas personas pendientes de su móvil a todas horas, me pregunto qué será eso tan importante que están mirando o cuál será esa actividad tan determinante que los absorbe todo el tiempo en las pantallas del teléfono. Lo desconcertante es que, si se mira en detalle, lo que tanto llama la atención de los usuarios es, por lo general, algo completamente trivial.
Parece haberse instalado una compulsión que lleva a “estar conectado” todo el tiempo para mantenerse al tanto de lo que ocurre en el mundo virtual: las redes sociales, las noticias, el WhatsApp, o lo que sea. Y lo que ocurre usualmente son hechos insignificantes que, sin embargo, despiertan la mayor atención.
Con el móvil, la gente vagabundea por la red. Va de una página a otra, de una red a otra, buscando algo que le resulte interesante. Es un correr eterno, una especie de caminar errante o de itinerancia, que ayuda a pasar el tiempo, pero también a abstraerse (¿o defenderse?) del mundo real circundante.
Tener los ojos puestos sobre el móvil equivale a ponerse un letrero que les dice “Favor, no molestar” a los presentes.
Con un móvil en la mano, “ya nadie está solo”. Ya nadie tiene que afrontar el hecho de tenerse solo a sí mismo en una situación determinada. Con el celular en la mano ya no es necesario encontrarse con la mirada de los demás, ni fijarse en el lugar que nos circunda, ni tender un puente de comunicación con el que está al lado. El teléfono termina convirtiéndose en una coraza invisible que aísla y protege.
Hoy existe más cercanía y más distancia, la paradoja de toda esta situación es que las personas parecen cada vez menos capaces de experimentar la soledad y que, a la vez, se sienten más solas que nunca. Lo primero se expresa en esa necesidad compulsiva de “estar conectados”. Lo segundo, en esa dificultad cada vez mayor de establecer vínculos con los demás sin la mediación de la tecnología.
Los móviles nos han enseñado a ver todo lo que pasa en el mundo a través de una pantalla.
Hay personas que experimentan una profunda angustia, que a veces raya en el pánico, cuando no disponen de su teléfono. Es como si se sintieran perdidos, aislados, excluidos del mundo. Como si por fin tuvieran que vérselas a solas consigo mismos y esto fuera un trance aterrador.
El móvil se ha convertido en el mejor amigo de muchas personas. Sin este aparato, se sienten irremediablemente solos. Más que en un medio para comunicarse con quienes están lejos, cuando se hace necesario, el teléfono celular hace las veces de un escudo para enfrentar un entorno que, evidentemente, perciben como amenazante. El móvil ayuda a eludir una cierta sensación de vulnerabilidad.
En el mundo virtual es más fácil romper las barreras, manteniendo las distancias. Acercarse a otros sin quedar expuestos al desafío de mirarlos y que nos miren a los ojos. El móvil y la comunicación que se establece a través de él nos ayuda a camuflarnos un poco, a “retocar” nuestra imagen, a controlar mejor lo que deseamos dejar ver. Es así como el móvil termina siendo ese mejor amigo que secunda nuestras extravagancias sin decir ni comentar nada.
El descanso es un tiempo sagrado para el ser humano. Sin embargo, la sociedad actual nos empuja a convertirnos en seres que jamás paran y siempre quieren ver y tener mas…
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 20, 2024

Las creencias controlan cómo se desarrollan nuestras vidas. Son tan poderosos que determinan nuestra trayectoria de vida y carrera. Creencia disfuncional: la felicidad es tenerlo todo. Replantéate: la felicidad es dejar ir lo que no necesitas.
Cada área de tu vida (mental, espiritual, física, familiar, financiera, personal y profesional) se basa completamente en lo que piensas, sabes y crees que es la forma correcta de vivir. Si tu objetivo es la felicidad o la satisfacción en la vida, todo lo que sabes que es el secreto de la felicidad influye en tus acciones para lograr ese resultado.
Lo que sea que consideres el secreto de tu felicidad es cómo inviertes tu tiempo o vives tu vida. Por eso, dejar de lado las cosas que no nos sirven es vital para nuestra felicidad.
Una de las mejores cosas que ha contribuido a mi satisfacción con la vida es dejar de lado lo que no puedo cambiar: cosas que escapan a mi control. Ha hecho más por mi paz interior que cualquier cosa que haya buscado como clave para mi felicidad.
La idea de que vas a cambiar algo en el mundo exterior y eso te traerá felicidad es una ilusión fundamental que todos sufrimos. Hay muchas más cosas de las que me he desapegado para liberarme de apegos innecesarios. He dejado muchas cosas que me impiden centrarme en lo esencial.
Me he desprendido del ajetreo, del miedo, del arrepentimiento, de aferrarme al dolor o la ira, pasar demasiado tiempo en mi cabeza y buscar mi felicidad en los demás. También dejé de hacer de las “cosas” una fuente de felicidad. “
Quieres algo porque crees que te hará feliz, y tal vez lo haga, brevemente. Pero entonces lo nuevo pierde su brillo y vuelves a tu estado anterior, menos feliz. Ésta es la “cinta de correr del sensualista” y todos parecemos estar atrapados en ella. Cuando finalmente lo solté, me sentí libre. Me sentí más ligero.
Estoy encontrando más libertad para concentrarme en cosas esenciales como pasar tiempo de calidad con mis conexiones cercanas, hacer tiempo para relajarme en la naturaleza y hacer un trabajo más significativo. El objetivo es encontrar flujo (experiencia inmersiva) en todas mis fuentes de felicidad. Dejar ir nos da libertad y la libertad es la única condición para la felicidad.
La felicidad es dejar de lado lo que la sociedad cree que debe ser la vida y hacer más de lo que te hace vivir. Es celebrar tu vida por lo que es, no por lo que se supone que debe ser. Las cosas a las que nos esforzamos tanto por aferrarnos y que ya no nos sirven, nos distraen de todo en lo que deberíamos centrarnos. La felicidad es dejar de lado los compromisos que nos agotan y no dejan espacio para lo que realmente importa.
Dejar a un lado lo que perturba la paz interior. Es clave para encontrar la libertad de ser feliz. Mereces vivir sin cargas innecesarias. Empieza a soltar lo que se ha convertido en una carga, en una fuente de miseria. No sucederá de la noche a la mañana. Pero cada paso que des te acercará a la vida que deseas.
Elijo rodearme de cosas que me hagan sonreír. Dejar ir es un cambio de perspectiva. Es un estado mental desde las expectativas hasta la vida consciente. Crea espacio porque tu mente se libera de cargas innecesarias.
El desorden material, las relaciones tóxicas y las expectativas poco realistas no crean el espacio para la paz y la satisfacción. El pasado, lo que debería haber sido y lo que podría haber sido dan paso a una vida presente lenta. Así es como encontré aprecio por las alegrías simples de la vida, una sensación de paz dentro de mí y la libertad de vivir de verdad.
No digo que me haya librado por completo del desorden mental, pero como soy consciente de aquello a lo que no quiero apegarme, elijo mis experiencias "esenciales" con sabiduría. Es difícil, pero con la práctica me concentro menos en el arrepentimiento, la ira, la pérdida, el dolor y todo lo que no tengo o lo que se supone que debo tener.
Comienza con pequeños cambios; compromisos que puedes dejar ir fácilmente. Reconoce los patrones que sacan lo peor de ti y suelta suavemente el control. Siente el levantamiento de peso. Respirar. Comenzará a disfrutar de la nueva libertad y duplicará lo que está funcionando. La vida es un equilibrio entre aferrarse y dejarse llevar.
Me planteo algunas preguntas para discernir la diferencia entre lo que perturba mi paz interior y lo que no: ¿Esta relación, trabajo o posesión me trae alegría y satisfacción? ¿O está drenando mi energía? ¿El miedo a dejarme ir me está frenando?
La presencia es cómo lo descubres. Observa cuándo se está aferrando con demasiada fuerza y cómo todo lo que se aferra le está haciendo a tu paz interior. Aferrarse y soltarse son habilidades valiosas. Has más de lo que haces que la vida valga la pena y libera el resto.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 17, 2024

El cerebro humano es bueno inventando cosas y formando hábitos inconscientes que a veces sabotean lo mejor de nosotros mismos. Así que estoy recuperando el control. Estoy pirateando mi propia psicología para lograr la paz interior.
Los psicólogos, terapeutas y maestros espirituales comprenden la mente humana. Entonces, estoy usando algunos de sus conceptos para crear un conjunto de herramientas mentales para la vida. Estos increíbles trucos han transformado mi salud mental. Han cambiado mi percepción de la realidad. Con suerte, uno de ellos iluminará tu propio camino.
Truco n.º 1: reformula tu sufrimiento. - Nuestros cerebros no perciben el mundo objetivamente. Ellos lo crean. Nuestra percepción da forma a nuestro mundo. El replanteamiento aprobado por un terapeuta te ayuda a ver las situaciones de manera diferente. El sufrimiento es inevitable. Nadie puede escapar de ello. La pérdida, la pena, el dolor, el fracaso y la decepción son increíblemente humanos. Hacer las paces con ello es el primer paso para volver a la paz interior, incluso cuando el dolor nos atraviesa.
No deseches que estás sufriendo. Toca tu sufrimiento. Enfréntalo directamente y tu alegría se hará más profunda. Sabes que tanto el sufrimiento como la alegría son impermanentes. Aprende el arte de cultivar la alegría. Practica así y llegarás al tercer giro de la Tercera Noble Verdad, la “Realización” de que el sufrimiento y la felicidad no son dos. Cuando llegas a esta etapa, tu alegría ya no es frágil. Es verdadera alegría.
Replantear el sufrimiento para superarlo. Es un cambio de mentalidad que me mantiene en control de mi salud mental. Me da control sobre mis sentimientos y emociones. Insistir en emociones dolorosas es una receta para la miseria. Reconócelos, pero aléjate de ellos. Incluso en mi experiencia más oscura, busco lecciones para mi camino. Utilizo preguntas como "¿Qué puedo aprender de esto?" Luego, uso ese conocimiento para hacerlo mejor la próxima vez.
Truco n.º 2: no eres tus pensamientos. - Nuestras mentes son como salas de chat ocupadas. Los pensamientos negativos siempre encontrarán su camino sin ser invitados. La clave es no creerles. Utiliza el principio del "observador" para presenciar su ruido mental. Me recuerdo a mí mismo que no soy mis pensamientos sino el observador de ellos. El desapego me permite dejar de lado la negatividad y elegir mi enfoque. Es liberador.
La mente es un instrumento magnífico si se usa correctamente. Sin embargo, si se utiliza incorrectamente, se vuelve muy destructivo. Para decirlo con mayor precisión, no se trata tanto de que uses tu mente de manera incorrecta: normalmente no la usas en absoluto. Te utiliza. Esta es la enfermedad. Crees que eres tu mente. Éste es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti
Poco a poco me estoy convirtiendo en el observador. El objetivo es elevarme por encima del ruido de mi cabeza. Soy la suma de mucho más, incluidas mis buenas intenciones y acciones.
Truco #3: conoce tus emociones. - Las emociones no son enemigas. Son mensajeros. Solía esconderlos, lo que sólo los hizo explotar más tarde. Ahora reconozco mis sentimientos. Rellenar las emociones no funciona.
Los psicólogos recomiendan reconocer nuestros sentimientos. ¿Se siente abrumado? Respire profundamente y nombre el sentimiento: "Está bien, me siento estresado". ¿Estoy triste? ¿Enojado? ¿Frustrado? Me permito sentirlo, pero no dejo que me controle. Luego, utilizo mecanismos de afrontamiento saludables, como ejercicio o caminatas en soledad, e introspección para procesar esas emociones.
Una emoción es tan fuerte como tú permites que sea. Siempre que experimentes un sentimiento negativo, en lugar de concentrarte en él, ponte a trabajar de inmediato. Si estás enojado por algo, tacha algo de tu lista de tareas pendientes. Si es posible, has algo que requiera toda tu atención. Interrumpir: hacer algo tonto o inusual para romper el patrón. Grita, haz un baile tonto o habla con voz extraña. Muévete: ponte de pie, sal a caminar, haz flexiones, baila o adopta una postura poderosa. Al cambiar tu fisiología, puedes cambiar la forma en que te sientes.
Truco nº4: Perdónate a ti mismo (y a los demás). - Perdonar no es sólo para el beneficio de otra persona. Es algo que haces por ti mismo. Así es como tomas el control total de tu curación. Así es como permites que entre la luz. Perdonar no es algo que se hace por otra persona. Es algo que haces por ti mismo. Estás diciendo: “No eres lo suficientemente importante como para tener dominio sobre mí”. Está diciendo: No puedes atraparme en el pasado. Soy digna o digno de un futuro. La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz puede hacer eso. La herida es el lugar por donde la Luz entra en ti.
Lo que resistas seguirá persistiendo. Guardar rencor es como contener el fuego y esperar que otros ardan con él. Si alimentas tu odio y tu ira, te quemas. El perdón no es tolerar las acciones de alguien. Es dejar ir la negatividad y liberarse. También me perdono a mí mismo por los errores del pasado. Me permite aprender, crecer y seguir adelante sin equipaje.
Truco n.º 5: encontrar flujo. - El flujo es ese estado mental donde se fusionan la acción, el tiempo y la conciencia. O un estado de completa inmersión y disfrute de una experiencia. El flujo es estar completamente involucrado en una actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Cada acción, movimiento y pensamiento es consecuencia inevitable del anterior, como tocar jazz.
Identifica actividades que desencadenen tu flujo, ya sea pintar, escribir, tocar música o desafíos al aire libre. Programar actividades fluidas con regularidad puede aumentar tu felicidad y productividad y hacer maravillas con tu salud mental.
Tuno estás sola o solo. Todos luchamos de una forma u otra. Habla con amigos cercanos. Habla con tus seres queridos. Nadie debería pasar demasiado tiempo solo en sus cabezas. Habla con tu paz.
Pedir ayuda no es un signo de debilidad; es una señal de fuerza. Una sólida red de apoyo te ayudará en tiempos difíciles.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 17, 2024

Estamos programados para permanecer en nuestras cabezas. Analizamos decisiones pasadas, repetimos conversaciones y nos preguntamos: "¿Y si hubiera dicho algo diferente?" Incluso de vez en cuando pensamos en la otra vida que podríamos haber tenido.
Es reconfortante. Es familiar. Estamos atrapados reviviendo el pasado. La vida se ha convertido en un gran espejo retrovisor. Deseamos tener control sobre el pasado. No podemos cambiarlo, pero moldea quiénes somos y cómo abordamos nuestras vidas.
Es una paradoja. Entendemos el mundo sólo a través de la lente borrosa del pasado. Esa, sostengo, es la lamentable carga de la vida.
El hecho lamentable de nuestra realidad es que la vida siempre se vive en retrospectiva. Nunca sabemos lo que está por venir y la mayoría de nosotros no hemos aprendido a vivir el ahora. Como tal, todo lo que tenemos es el pasado.
La vida, en retrospectiva, es la tiranía de la retrospectiva. Tomamos decisiones y sentimos emociones en el presente, pero la verdadera comprensión de esas decisiones, experiencias y emociones sólo llega en retrospectiva. Pero la perspectiva retrospectiva es un arma de doble filo.
La sabiduría del pasado también es un sesgo. Sobreestimamos lo que podríamos haber sabido. Y a veces convertirnos en víctimas pasivas de la mala suerte en lugar de participantes activos en una cadena de nuestras experiencias que sólo conduce a más arrepentimiento, una emoción paralizante que nos mantiene atrapados en lo que podría haber sido.
El sesgo retrospectivo tiene efectos perniciosos en las evaluaciones de quienes toman las decisiones. Lleva a los observadores a evaluar la calidad de una decisión no por si el proceso fue acertado sino por si su resultado fue bueno o malo.
Una obsesión con mi pasado no me hará ningún bien. Solo estaré permanentemente apegado a “qué pasaría si” y “debería haberlo hecho” o a la trampa de la retrospectiva que distorsionará mi presente y me robará la realidad necesaria para diseñar mi futuro.
Cuestioné mis elecciones, por temor a haberme perdido un giro óptimo en la vida. Me detendré en las heridas del pasado y viviré con amargura. Entonces el futuro se convierte en una fuente de ansiedad porque el pasado me dice que todo podría salir mal.
Si bien la retrospectiva es valiosa, se puede hacer más con el poder de la previsión. Establezca metas, tome decisiones conscientes y actúe ahora para lograr el futuro que desea. La vida sólo puede entenderse al revés; pero hay que vivirlo hacia adelante.
El pasado es un maestro poderoso, pero no es nuestro entrenador de vida. Podemos aprender de sus lecciones, pero no podemos insistir en sus errores. Los efectos negativos del sesgo retrospectivo son demasiado graves para ignorarlos. El único camino verdaderamente abierto para nosotros es el que se extiende hacia adelante.
Si hubiera un mensaje por el que pudiera ser conocido en los años y siglos posteriores a mi partida, un mensaje por el que me recuerden, si es que me recuerdan, sería los escritos que estoy entregando aquí mismo. y ahora: dónde estás ahora y qué eres ahora, en este preciso momento, está absolutamente, cien por ciento bien... y aceptarte ahora mismo por quién, qué y dónde estás no sólo es tu mejor apuesta, es tu única apuesta.
Camina con propósito, con intención y apreciando la vida que tienes ahora. El peso del futuro invisible o la carga del pasado no deben paralizarte.
El deseo perpetuo de estar en otro lugar distinto de donde estás es una trampa. Pero no es permanente. Puedes cambiar tu realidad ahora. Pero vivir hacia adelante y juzgar hacia atrás es una habilidad. Como cualquier habilidad, requiere práctica. Es la única manera de vivir verdaderamente.
Si pudiéramos vivir al nivel del alma todo el tiempo, no habría necesidad de mirar en retrospectiva para apreciar las grandes verdades de la vida. La retrospectiva puede ser un maestro duro. Pero visto desde el nivel consciente, es un empujón en el camino del crecimiento. Resiste la tentación de apegarte al pasado.
Si supiera entonces lo que sé ahora es una lección del error de mi ego. Estoy experimentando la vida con el corazón abierto. Tengo la intención de fluir como un río: no me dejaré atrapar por el sesgo de la retrospectiva.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 16, 2024

Las emociones son como nubes pasajeras. No podemos desear que desaparezcan, pero podemos disfrutar de los felices y ver a los oscuros pasar a través de nosotros sin apegarnos. No todas las nubes son iguales. Saborea los felices, los momentos de alegría y satisfacción. No existen las emociones “malas”. Aceptarlos sin juzgarlos es clave para dejarlos ir.
Una emoción es como una nube que atraviesa el cielo. A veces es miedo o ira, a veces es felicidad o amor, a veces es compasión. Pero ninguno de ellos constituye en última instancia un yo. Son simplemente lo que son, cada uno manifestando su propia cualidad. Con esta comprensión, podemos cultivar las emociones que parecen útiles y simplemente dejar que los demás sean, sin aversión, sin supresión, sin identificación.
Mi trabajo no es controlar el clima sino aprender a vivir con él. Noto las nubes y las veo pasar, pero reduzco la velocidad para apreciar una buena nube.
Todo el mundo experimenta una amplia gama de emociones a lo largo de su vida. Si puedes sentirlos sin sentirte abrumado, te vuelves emocionalmente resiliente. Cada día aprendo más sobre mis emociones reales, confusas y complejas. Solía reprimir mis emociones. Alejé la tristeza y la ira. Pero cuanto más lo hacía, más surgían en los peores momentos posibles.
Hoy en día, utilizo una mentalidad estoica para responder en lugar de reaccionar ante emociones difíciles. Nombro mis emociones. Es el primer paso para gestionar mis emociones. ¿Me siento frustrado, ansioso o abrumado? Le puse un nombre. Ese simple acto de etiquetar me ayuda a desapegarme de la emoción y observarla objetivamente. Cuando etiqueto mis emociones, recupero el control. Se convierten en "cosas que estoy experimentando" en lugar de "cosas que me están experimentando a mí".
Un cambio de perspectiva significa que elijo mi respuesta en lugar de reaccionar impulsivamente. También significa que reconozco y acepto mis sentimientos como parte natural de la experiencia humana. La vida es mucho menos estresante ahora. Está bien sentirse deprimido a veces. O incluso enojarse. Pero no te detengas en eso. Llora, desahógate con un amigo, grita contra una almohada. Pero permanecer en un solo estado emocional, especialmente cuando te hace sentir peor, es una receta para la miseria. Reconoce tus emociones y luego sigue adelante.
Tus emociones deben fluctuar, al igual que tu presión arterial debe fluctuar. Es un sistema que se supone que va y viene, entre la felicidad y la infelicidad. Así es como el sistema te guía por el mundo. Siente tus emociones, todas ellas. Son clave para seguir adelante. Míralos pasar y vive tu vida. Las emociones nos guían hacia donde debemos ir. Si estás pasando por una relación difícil, expresa cómo te sientes de forma saludable. Reprimir el dolor sólo lo prolonga. Pero podrías comenzar a sanar una vez que hables de la experiencia para encontrar una mejor manera de avanzar.
No te juzgues por sentirte triste, enojado o asustado. Crea un espacio seguro para que experimentes toda tu gama de emociones. Aprender a aceptar y gestionar nuestros sentimientos tiene un efecto dominó a lo largo de nuestras vidas. Nos volvemos más resilientes, nuestras relaciones mejoran y nos volvemos emocionalmente disponibles. Y no olvidemos la tranquilidad que se obtiene al dejar de lado la necesidad de controlar cada sentimiento.
Todos los días tenemos muchas oportunidades de enojarnos, estresarnos u ofendernos. Pero lo que estás haciendo cuando te entregas a estas emociones negativas es darle a algo externo a ti poder sobre tu felicidad. Puedes optar por no dejar que las pequeñas cosas te molesten.
Son pistas de nuestras necesidades y deseos. La clave es escuchar esos mensajes sin quedar atrapado en el drama. La tristeza puede indicar una necesidad de descanso o conexión. La ira puede significar “¡apártate del camino!” o “tómate unos minutos” para responder racionalmente y arreglar algo. La soledad o la culpa también son señales, señales de que algo necesita cambiar.
Aprenda a leer los mensajes de sus emociones y responderá a la vida con mayor conciencia y propósito. Nómbralos para entenderlos. Todo lo que sentimos en cualquier momento es válido. Los altibajos son parte de la experiencia de vida completa.
Las emociones no son enemigos a conquistar; son mensajeros que deben ser escuchados. ¿Sentirse triste? Date permiso para sentirlo y comprender por qué está ahí. Encuentra las raíces de tu tristeza. Así es como adquieres sabiduría sobre ti mismo, tus valores y tus deseos. La autoconciencia te ayuda a desapegarte de la tristeza sin dejar que te consuma.
Intentar forzar la felicidad es como intentar controlar el clima. Es una receta para la frustración. Pero puedes mejorar tus fuentes de felicidad, hábitos y experiencias que saquen lo mejor de ti. Haz las paces con el flujo natural de tus emociones. Aprende de ellos, crece a partir de ellos y míralos como a las nubes.
No podemos ser felices todo el tiempo. Incluso una vida feliz no puede estar exenta de oscuridad, y la palabra feliz perdería su significado si no estuviera equilibrada por la tristeza. Es mucho mejor afrontar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad.
Las nubes oscuras como la ira, la tristeza y la frustración son desagradables, pero no van a ninguna parte. Alejarlos sólo crea una olla a presión a punto de explotar. Deje que sus bajas experiencias te enseñen, fortalezcan y preparen para tu mejor vida. Ponte a prueba para encontrar formas saludables de expresar tus sentimientos y luego sigue adelante. No te quedes atrapado en el patrón climático emocional.
Cuando siento que se acumula una nube emocional, no entro en pánico. Respiro profundamente, lo veo pasar y trabajo en mis factores desencadenantes "felices".
No soy mis emociones. Soy el cielo que los ve ir y venir.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 16, 2024

Sumérgete completamente en la vida. Deja que la vida te sorprenda. Está ahí, esperando que lo veas en todas sus experiencias ordinarias y extraordinarias.
Sin asombro y asombro, la vida puede perder su entusiasmo y convertirse en un ciclo monótono. La privación del asombro hace que las personas se sientan desconectadas de los demás, sin inspiración y atrapadas en una rutina aburrida.
Hay magia en todas partes. Si aprendes a vivirla, la vida es nada menos que un milagro diario. Solo hay dos maneras de vivir tu vida. Uno es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro. El asombro y los milagros de la vida tienen que ver con las cosas pequeñas. La forma en que ríe un niño es desinhibida y pura. La fuerza en la sonrisa de un extraño en la calle. La resistencia de una maleza que se abre paso a través del suelo. Cada experiencia habla de la tenacidad de la vida.
El asombro puede parecer un lujo inalcanzable para muchos, pero, con el enfoque correcto, puedes disfrutarlo a diario, sin necesidad de montaña. Pero estamos tan ocupados que damos por sentado muchas experiencias. Quedamos atrapados en el ruido. Nos volvemos insensibles al milagro de la vida porque nos concentramos en lo que no tenemos. Lo que nos falta. El trabajo que no tenemos, la relación que fracasó y el sueño que parece fuera de nuestro alcance.
Para muchas personas, la vida es una lista de verificación: una serie de metas a alcanzar: trabajo, relaciones y posesiones. Nada menos que eso es un milagro. Olvidan que incluso en su rutina diaria hay sabiduría oculta y cosas que apreciar. Incluso la simple capacidad de respirar, pensar y sentir es nada menos que un milagro.
Si bien el asombro hace que nos centremos menos en nosotros mismos, la evidencia sugiere que también nos hace sentir más conectados con otras personas, más parte de un todo mayor y algo más grande que nosotros mismos. De esta manera, crea un puente entre lo que llamo el "yo predeterminado" (nuestro impulso por hacerlo bien, alcanzar nuestras metas, protegernos, ascender de estatus) y nuestro deseo, y de hecho nuestra necesidad, de ser parte de la sociedad y ayudar. otros.
Tengo que protegerme, pero tengo que servir al colectivo; esa es una de las grandes tensiones en la identidad y en nuestra evolución. — Cómo experimentar más sorpresa. Si puedes reducir la velocidad, notarás los muchos milagros diarios que te rodean. Verás los detalles.
Piensa en todo como un regalo. Deja que la vida te sorprenda. Está ahí, esperando que lo veas en todas sus experiencias ordinarias y extraordinarias. Abre los ojos y el corazón y observa la magia que te rodea.
Sumérgete completamente en la vida.
¿Qué hace que valga la pena vivir la vida?
Ningún niño se hace esa pregunta. Para los niños la vida es evidente: si es buena o mala, no importa. Esto se debe a que los niños no ven el mundo, no observan el mundo, no contemplan el mundo, sino que están tan profundamente inmersos en el mundo que no distinguen entre él y ellos mismos.
A veces, respiro profundamente para sentir el reconfortante peso de mi aliento en mis pulmones. Es sorprendente cuánto tiempo nuestros pulmones y corazones mantienen el flujo de aire y sangre durante décadas. Ese detalle complicado pero que fácilmente se pasa por alto potencia la conciencia. Somos un milagro andante. Toma un respiro. Siente cómo el aire llena tus pulmones, un acto sencillo que tan fácilmente se olvida. Siente la vida corriendo a través de ti.
Recuerdo que alguien dijo una vez esto: “Considerando todo lo que puede salir mal en el cuerpo; cada día que vivimos y sobrevivimos es un milagro”. Cualquier cosa puede matarte, incluso tu propio cuerpo. Pero peor que eso es dejar que el miedo, la preocupación y la ansiedad acaben lentamente con tu salud, paz y alegría.
Despierta a la magia. Aprende a vivir como si todo fuera un milagro y dura toda la vida. Pero se necesita tiempo para empezar a apreciar lo que sucede a tu favor: la vida sucede a tu favor, no en tu contra. Es un cambio de perspectiva, una voluntad de estar presente con todo uno mismo, de asimilar las cosas simples, las complejidades y las experiencias temporales.
Deja tu teléfono. Da un paseo por la naturaleza. Escuche profundamente una conversación. Involucra tus sentidos, prueba nuevos alimentos y siente la presencia de un ser querido. Sumérgete completamente en las conversaciones que tienes y en las experiencias en las que te encuentras. Escucha atentamente lo que dicen los demás, no solo esperes tu turno para hablar.
Construye puentes, forja conexiones. Comparte risas, comparte lágrimas, comparte tu historia. Al dar y recibir, te conviertes en parte de algo más grande. Construye relaciones significativas con aquellos que lo inspiran y desafían. Se vulnerable y comparte tus alegrías y miedos. La verdadera conexión proviene de corazones abiertos y de la voluntad de ser vistos.
Nunca dejes de aprender. Sumérgete en nuevos temas, cuestiona tus suposiciones y explora diferentes culturas. Alimenta tu curiosidad. Explora un nuevo camino, lee un libro desafiante o conversa con un extraño. Es el combustible que mantiene mi vida en constante expansión. Estoy agradecido por las muchas fuentes de aprendizaje.
Perdónate a ti mismo, perdona a los demás. Guardar rencor es como llevar una piedra pesada al cuello. Libera la negatividad y abraza la ligereza del perdón. Te liberará para experimentar plenamente las alegrías de la vida.
No te límites a tomar, contribuye. Ofrece voluntariamente tu tiempo, tus habilidades y tu amabilidad. Al ayudar a los demás, marca la diferencia y obtiene una comprensión más profunda de sí mismo. Escribir o compartir ideas en público es una forma de retribuir.
Deja ir el miedo. Miedo al fracaso, al juicio, a lo desconocido. Nos paraliza, nos mantiene en el círculo de la seguridad, observando la vida desde la distancia. La única manera de experimentar verdaderamente la vida es sumergirse por completo en ella. Aprecia los momentos de tranquilidad tanto como la adrenalina.
Cuando te tomas el tiempo, a menudo para reflexionar sobre el milagro de la vida, el milagro de que incluso puedas leer este escrito, el don de la vista, el amor y todo lo demás, puede ayudarte a recordar que muchas de las cosas que piensas que son “cosas grandes” en realidad son solo “cosas pequeñas” que estás convirtiendo en grandes cortezas.
No te estoy pidiendo que escapes de la realidad. Sólo te estoy recordando las experiencias extraordinarias que se esconden a plena vista. Estarás agradecido si abordas tu día con una sensación de asombro. Aprender a vivir se trata de aceptarlo todo. Lo bueno, lo malo, lo bello, lo aterrador. Se trata de deshacerse de las inhibiciones que te mantienen aferrado al ajetreo.
Aprende a vivir, no sólo a existir. Conviértete en un participante activo de tu propia vida, no en un observador pasivo. No te arrepentirás.
Que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 16, 2024

La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino sólo por la falta de significado y propósito. Cuando perdemos precisamente las cosas que hacen que la vida valga la pena, algunas personas se desesperan. La libertad, el trabajo significativo, el amor, las relaciones y la familia son vitales para una buena vida. Pero ¿qué harías si te despojaran de una de las cosas más esenciales para una buena vida?
Un simple cambio en la realidad lo cambia todo.
La forma en que nos aferramos a la vida después de una pérdida, pena, dolor o sufrimiento inimaginable determina nuestra próxima actitud ante la vida.
Al hombre se le puede arrebatar todo menos una cosa: la última de las libertades humanas: elegir su actitud en cualquier conjunto de circunstancias, elegir su propio camino.
Cuando por circunstancias de la vida nos sentimos despojados de todo, perdemos las ganas de vivir. La desesperación te quita toda esperanza. Otros se aferraron a algo significativo: el recuerdo de un ser querido o la esperanza de que el próximo día será mejor.
Encontrar propósito en pequeños actos de desafío, en ayudar a otra persona en sufrimiento o incluso en el simple acto de aferrarse a tu dignidad interior. Reconocer la oscuridad, pero lo más importante es que hay que buscar la luz de tu pasado o la alegría de la libertad nuevamente algún día. Busca tu “por qué” (la razón para seguir adelante por la mañana). Porque cuando tienes sentido, la vida se vuelve llevadera.
No son las muchas fuentes de sufrimiento en la vida las que hacen que la vida sea insoportable, sino la ausencia de algo mucho más crucial: el significado. La “voluntad de significado” es un impulso humano que cambia la vida. Y gran parte de ello se debe a cómo interpretamos los eventos y las experiencias. Si el sufrimiento es inevitable, la forma en que percibes la pérdida, la pena, la lucha o el dolor define tu experiencia.
Cambiar tu actitud de “mi vida es insoportable” a “qué lección o sabiduría puedo extraer de esta experiencia” para seguir adelante es la diferencia entre una vida miserable y una vida significativa.
Busco activamente significado en casi todas las experiencias. Así es como sigo adelante. O mejor aún, mantén la mente sana. No puedo perderme en el sufrimiento inevitable de la vida. Quiero ser mejor para las personas cercanas a mí. No significa que sea indiferente. Simplemente no quiero apegarme a una emoción pasajera. No es el “qué” de la vida, las circunstancias, lo que nos destroza, sino el “por qué”: la falta de propósito.
¿Quieres hacer tu vida soportable de una manera significativa?
Invierte en los tres ingredientes para una buena vida:Encuentra algo que hacer que te haga sentir vivoAlgo que esperar que saque lo mejor de tiY alguien a quien amar o con quien conectar que te haga perderte en una conversación real.Esas tres experiencias están cambiando mi vida. Decenas de estudios respaldan el argumento de que son las mejores fuentes de felicidad.
El propósito puede ser tan simple como querer ser el mejor ser humano posible, hacer un gran trabajo todos los días, aprender una habilidad para la vida que te haga feliz o hacer algo que te haga querer levantarte de la cama por la mañana, incluso cuando el mundo parece sombrío.
El desafío para la mayoría de las personas es encontrar ese propósito. Comienza con lo que te hace sentir realmente vivo, tus valores o el impacto que quieres tener, por pequeño que sea, en ti mismo o en los demás.
En lo más profundo de tu desesperación, encontraras un propósito al ayudar a los demás, compartir tu historia y convertirte en una inspiración en la etapa más oscura de su vida. Realmente no importaba lo que esperáramos de la vida, sino lo que la vida esperaba de nosotros. Necesitábamos dejar de preguntarnos sobre el significado de la vida y, en cambio, pensar en nosotros mismos como aquellos a quienes la vida cuestionaba, a diario y a cada hora.
Nuestra respuesta debe consistir, no en palabras y meditación, sino en acción y conducta correctas. En última instancia, la vida significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a tus problemas y cumplir las tareas que constantemente asigna a cada individuo.
Si muchas personas hemos encontrado un significado mientras atravesábamos un horror inimaginable, entonces tú, amigo mío, absolutamente puedes encontrar significado en el tuyo.
Sí, la vida es dura. Pero encontraré una razón para seguir adelante, seguir creciendo, seguir viviendo una vida que importe. La ausencia de significado es lo único que realmente puede hacer la vida insoportable.Entonces, enciende tu propio fuego. Sin duda, la búsqueda de significado por parte del hombre puede despertar tensión interna más que equilibrio interno. Sin embargo, precisamente esa tensión es un requisito previo indispensable para la salud mental.
No hay nada en el mundo, me atrevo a decir, que ayudaría tan eficazmente a uno a sobrevivir incluso en las peores condiciones como el conocimiento de que la propia vida tiene un significado. Hay mucha sabiduría en las palabras: “Quien tiene un por qué vivir puede soportar casi cualquier cómo. Encuentra tu por qué. Tu mejor vida depende de ello.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 13, 2024

Encontrar un “yo” cómodo (un ritual, una rutina, un hábito, una forma de vida o de pensar) y decidir que eso es todo, que eso es lo que soy, es negar el significado mismo de estar vivo.
He observado a lo largo de los años un peligro real para la vida: vivir en un estado fijo. Deseando que las cosas fueran iguales. Esperando que te aferres a tu antiguo yo. Y haciendo todo lo posible para no renunciar a una versión específica de ti mismo.
Pienso que la identidad evoluciona y que elegir seguir siendo el yo del “pasado” era una receta para una muerte lenta y silenciosa.
La vida es un proceso de devenir, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. En lo que la gente falla es en querer elegir un Estado y permanecer en él. Esta es una especie de muerte. La mayoría de las personas fracasan en la vida porque se fuerzan activamente a entrar en el mismo estado emocional y mental, dejan de vivir y lo llaman existencia.
Los síntomas de la hibernación son fácilmente detectables: primero, inquietud. El segundo síntoma (cuando la hibernación se vuelve peligrosa y puede degenerar en la muerte): ausencia de placer. Eso es todo. Parece una enfermedad inofensiva. Monotonía, aburrimiento, muerte.
Millones de personas viven así (o mueren así) sin saberlo. Trabajan en oficinas. Conducen un coche. Hacen un picnic con sus familias. Crían niños. Y luego se produce un tratamiento de shock, una persona, un libro, una canción, que los despierta y la salva de la muerte. Aunque lamentablemente algunos nunca despiertan.
Negar el “devenir en uno mismo” es negar el significado mismo de estar vivo. Pienso que experimentamos diferentes fases, emociones y situaciones de la vida que moldean quiénes somos. En el momento en que dejamos de evolucionar, comenzamos a morir.
Hace años hice las paces con las muchas etapas de la vida. He tenido diferentes responsabilidades y experiencias. Algunas cosas que pensaba que eran importantes hace unos años ahora me parecen ridículas. Algunas cosas para las que no tuve tiempo, como las relaciones y conectarme mejor con las personas que amo, ahora están entre mis “esenciales”.
Muchas cosas compiten por mi tiempo en cada etapa de la vida. Pero evolucionan.
Nadie se baña dos veces en el mismo río, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre. No puedes aferrarte a tu yo de ayer ni esperar que el de mañana sea el mismo. O estás cambiando conscientemente a la versión que deseas para tu yo futuro o evolucionando inconscientemente hacia alguien que quizás no reconozcas mañana.
Encontrar un “yo” cómodo (un ritual, una rutina, un hábito, una forma de vida o de pensar) y decidir que eso es todo, que eso es lo que soy es negarme a mí mismo el vivir “verdadero”.
La clave para permanecer vivo, verdaderamente vivo, es participar activamente en tu devenir. Aprende de las experiencias que dieron forma a tu yo pasado. Siéntate orgulloso de influir en la persona en la que te estás convirtiendo. Pero lo más importante es entusiasmarse con lo que aún está por llegar a ser.
No crecemos de manera absoluta y cronológica. A veces crecemos en una dimensión y no en otra; de manera desigual. Crecemos parcialmente. Somos relativos. Somos maduros en un ámbito, infantiles en otro. El pasado, el presente y el futuro se mezclan y nos empujan hacia atrás, hacia adelante o nos fijan en el presente. Estamos formados por capas, células, constelaciones.
No somos un yo único e inmutable. Tu propia vida puede estar llena de contradicciones. Es un proceso en constante cambio. Por eso a veces nos sentimos sabios e imprudentes al mismo tiempo. O feliz y triste el mismo día. Los eventos y experiencias se apoderan de nuestro ser tan rápido que fácilmente puedes pasar por alto lo extraordinario.
El devenir de uno mismo no es lineal. No es que todo, en todas partes, suceda al mismo tiempo. No es subir una escalera. Podrías dar un gran salto en tu carrera, sintiendo que tienes el control total, pero luchando en tus relaciones. Está bien. Todos nos quedamos estancados en algún momento, resolviendo todo.
El medio complicado les sucede a todos. No somos sólo una cosa: somos una constelación de experiencias. Algunos días brillarás y otros días la oscuridad puede hacerte sentir desesperación existencial.
Cada una de nuestras experiencias nos está moldeando. No eres la persona que eras ayer y mañana volverás a ser diferente. Haz las paces con tu propia evolución, pero toma el control total de las distintas etapas de tu vida.
Cada experiencia, desafío y sabio paso adelante da forma a una versión nueva e incluso mejor de ti. El mayor riesgo es seleccionar un estado fijo y elegir no vivir de verdad. También está optando por permanecer apretado en una burbuja.
Y llegara el día en que el riesgo de permanecer firme en un capullo fue más doloroso que el riesgo de florecer. La gente que vive profundamente no teme a la muerte, temen simplemente existir.
Tengo tanta sed de lo maravilloso que sólo lo maravilloso tiene poder sobre mí. Todo lo que no puedo transformar en algo maravilloso, lo dejo ir. La realidad no me impresiona. Sólo creo en la intoxicación, en el éxtasis, y cuando la vida ordinaria me encadena, me escapo, de una forma u otra. No más muros.
No le falles a tu yo futuro. Elige vivir. La mera existencia no es la meta.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 9, 2024

Por qué algunas cosas nos irritan tanto. Todo lo que nos irrita de los demás puede llevarnos a comprendernos a nosotros mismos.
La molestia es una percepción de la autoconciencia. La irritación no tiene por qué ser un fin en sí misma, especialmente cuando perturba nuestra calma interior. Si odias a una persona, odias algo en ella que forma parte de ti mismo. Lo que no forma parte de nosotros mismos no nos perturba.
Las pequeñas cosas pueden ponerte de los nervios rápidamente. Las molestias diarias pueden dejarnos frustrados, agotados y dispuestos a gritar. Molestias aparentemente triviales pronto pueden convertirse en frustración e ira.
Los desencadenantes de la irritación, como personas que se saltan la cola, llegan tarde, retrasos en el transporte público, ruidos fuertes en espacios tranquilos, una cafetera vacía cuando realmente la necesitas en la oficina, un compañero de trabajo que mastica ruidosamente y muchos más, pueden molestarte fácilmente.
A veces, incluso las personas que tienen una opinión de ti, consideran claramente errónea pueden alterarte los nervios. La persona que se interpone en la fila puede revelar nuestra impaciencia, mientras que el sabelotodo refleja nuestras inseguridades sobre nuestro conocimiento.
Podemos utilizar nuestras reacciones emocionales como un espejo para reflejar algo dentro de nosotros. Hay un nombre psicológico para esto: proyección. Todos proyectamos: es un mecanismo de defensa inconsciente. Colocamos nuestros propios pensamientos, sentimientos y defectos no deseados sobre los demás.
Como sabemos, no es el sujeto consciente sino el inconsciente quien proyecta. Por eso uno se topa con proyecciones, no las hace. El efecto de la proyección es aislar al sujeto de su entorno, ya que en lugar de una relación real con él ahora sólo existe una relación ilusoria. Las proyecciones transforman el mundo en la réplica del propio rostro desconocido.
Lo que nos molesta en los demás pueden ser aspectos que no nos gustan o que repudiamos de nosotros mismos. Por ejemplo, si alguien se jacta constantemente de sus logros, podría provocar sentimientos de insuficiencia que no ha abordado por completo. Es una verdad inquietante que la mayoría de la gente no está preparada para entretener. Es mucho más cómodo señalar con el dedo que hacer introspección, ¿verdad?
Nuestros puntos ciegos tienen más que enseñarnos que el conocimiento externo. La mayoría de las personas pasan por alto lo que les irrita de los demás. La incómoda verdad es que es clave para comprender las partes ocultas de uno mismo.
Quizás la masticación ruidosa de tu compañero de trabajo te recuerde una inseguridad infantil sobre tus propios modales en la mesa. Si alguien que parece atribuirse el mérito de tu trabajo te irrita constantemente, puede significar una necesidad profundamente arraigada de reconocimiento en ti mismo.
Los aspectos inconscientes de nuestra personalidad son particularmente relevantes para conocerse mejor a uno mismo. Tu sombra no es inherentemente mala, pero su represión no desaparecerá.
Cuando proyectamos nuestra sombra sobre los demás, creamos conflictos innecesarios en nosotros mismos. A menudo proyectamos nuestros rasgos en los demás, magnificándolos y alimentando nuestro enfado. Pero puedes cambiar eso. Puedes integrar estas partes ocultas en un yo más completo.
Un cambio hacia adentro no significa excusar el mal comportamiento. No estoy sugiriendo que guardemos silencio ante la injusticia o las experiencias moralmente incorrectas. Está bien poner límites a quienes realmente nos faltan el respeto. La gente siempre actuará mal y es perfectamente razonable sentirse molesto por ellos.
Sin embargo, sugiero que miremos más profundamente.
¿Por qué ese rasgo específico desencadena en ti una reacción tan fuerte? ¿Es porque refleja algo que no te gusta dentro de ti, un aspecto oscuro que preferiríamos no reconocer? ¿El comportamiento de la otra persona es un reflejo de ti o de ella o de el?
Simplemente debemos responder con mayor conciencia, tanto para uno mismo como para la persona que provocó tu irritación inicial. Si alguien critica constantemente a los demás, podría irritarlo porque tiene un crítico interno molesto.
Quizás no te elogiaron lo suficiente cuando eras niño o niña y ahora tienes un miedo profundamente arraigado a la insuficiencia que la negatividad de esta persona amplifica. Si te sientes nervioso porque alguien se interpone en la fila, podría significar confrontar tu impaciencia, mientras que el sabelotodo refleja nuestras inseguridades enterradas sobre nuestro conocimiento.
A menudo es trágico ver cuán descaradamente un hombre o una mujer arruina tu propia vida y la de los demás, pero sigue siendo totalmente incapaz de ver en qué medida toda la tragedia se origina en él mismo, y cómo continuamente la alimenta y la mantiene viva. No conscientemente, por supuesto, porque conscientemente está ocupado o ocupada en lamentarse y maldecir a un mundo infiel que se aleja cada vez más en la distancia. Más bien, es un factor inconsciente que hace girar las ilusiones que velan su mundo. Y lo que se está hilando es un capullo, que al final lo envolverá por completo.
La introspección sobre nuestras inseguridades es incómoda. Pero vale la pena. Nuestra autoconciencia depende de ello. La proyección es una poderosa herramienta para el autoconocimiento. Una buena comprensión de la fuente de su irritación puede ayudarte a elegir cómo reaccionar. Puedes optar por ser consciente de tu sombra y utilizarla para convertirte en una mejor versión de ti mismo.
La próxima vez que alguien te moleste, respira profundamente y responde con virtud. “¿Qué pasa con esta persona que te molesta? ¿Qué parte de ti refleja? Puede que la introspección no siempre sea cómoda, pero puede desbloquear un nuevo nivel de autoconciencia. La persona que alguna vez te presionó podría convertirse en tu fuente de crecimiento. Podrían ser la clave de una parte oculta de ti.
También podría ser su secreto para tener relaciones más sanas y una vida más plena.
Que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
junio 9, 2024
Publicado por Patricio Varsariah.
mayo 13, 2024

Photo by Dominika Roseclay: https://www.pexels.com/photo
Los documentales sobre el cosmos me parecen absolutamente alucinantes. ¿Son infinitos el espacio y el tiempo? El concepto de infinito me hace apreciar la insignificancia de lo no esencial
El mar siempre me hace darme cuenta de que mis preocupaciones son minúsculas comparadas con la inmensidad del agua. Es a la vez humillante y extrañamente estimulante.
El milagro de mi propio cuerpo. Respiro profundamente en el momento en que me doy cuenta de que no estoy respirando correctamente. ¿Pero cómo han funcionado mis pulmones sin esfuerzo durante décadas? ¿Cómo es posible que un sistema tan complejo funcione tan perfectamente, momento tras momento, año tras año? ¿Es mi cuerpo sólo una máquina o existe una conexión más profunda entre la mente y la materia?
Considero que la resistencia de una telaraña es un milagro de la naturaleza. Delicada pero notablemente fuerte, una telaraña es una imagen del genio de la naturaleza en acción, a la vez hermosa y práctica en su diseño. La fuerza no siempre ruge.
Las relaciones hermosas me dejan boquiabierto. ¿Cómo es posible que dos seres completamente separados puedan crear conexiones tan profundas? ¿Qué hace funcionar el amor, la amistad o incluso el odio? ¿Estamos preparados para conectarnos o es una elección que hacemos? Todos somos extraños, pero establecemos relaciones increíbles si lo hacemos bien.
El camino del agua. Los ríos rara vez fluyen en línea recta. Deambulan, se adaptan y fluyen alrededor de los obstáculos. Los ríos siguen fluyendo y ajustan su curso en función de los desafíos. ¿Puedo fluir como el agua? O mejor aún, mejor: “¿Ser como el agua?
A lo largo de la historia, las personas se han enfrentado a un caos e incertidumbres increíbles, pero han demostrado una resiliencia notable. Las historias de superación de la adversidad me inspiran y me hacen cuestionar los límites del potencial humano.
La belleza de lo ordinario. Los placeres simples de la vida. A veces, una simple experiencia sensorial como el sabor de una fruta perfectamente madura o un plato delicioso puede desencadenar una avalancha de recuerdos y emociones.
Los semáforos. Están sincronizados. Son orden cuando aguarda el caos. Rojo, amarillo, verde: las opciones de cordura cuando funcionan. Me hace preguntarme si el universo es sólo una serie de señales de tráfico y códigos complejos que aún no hemos descifrado.
La risa de un extraño. Dependiendo del contexto, el sonido puede ser contagioso, reconfortante o inquietante. Pero de todos modos lo intentan. El espectro de experiencias humanas que suceden a nuestro alrededor es alucinante. Cada uno es una historia completa por sí solo.
El poder de la memoria. Cada vez que me encuentro con algo que solía hacer hace décadas, me transportan a un recuerdo de la infancia. ¿Cómo pueden mis sentidos desbloquear experiencias tan reales del pasado? ¿Los recuerdos son instantáneas perfectamente conservadas o maleables, moldeadas por el tiempo y las emociones?
La naturaleza de la conciencia. La capacidad de pensar, sentir y ser consciente de mí mismo sigue siendo un enigma. Me hace reflexionar sobre la naturaleza de la realidad, la conexión mente-cuerpo y lo que realmente significa ser humano.
Me gusta viajar a las ciudades principalmente para ver gran arquitectura y arte. Las ciudades asombrosas son redes de infraestructura increíble. Los sistemas invisibles que mantienen las ciudades en funcionamiento son alucinantes. Muchas grandes ciudades han requerido siglos de trabajo. Mi autoconversión es un proceso. Seguiré trabajando en ello.
El silencio después de la lluvia me parece contener la respiración después de un aguacero. Hay claridad en el aire, una sensación de renovación y la promesa de nuevos comienzos. Es casi como una invitación a reflexionar sobre el poder limpiador del cambio.
La paradoja de la identidad: ¿quién soy yo realmente? Detrás de la crianza social y las experiencias personales, ¿cuál es el verdadero "yo" detrás de todo esto? Todavía estoy luchando con la tensión entre la autoexpresión y las expectativas sociales.
Ya sea el sueño de un niño o una ambición de toda la vida, la capacidad de visualizar posibilidades más allá de la realidad actual es una capacidad humana influyente. Me hace apreciar el papel de los sueños en nuestras vidas y el coraje que se necesita para perseguirlos.
La resiliencia de la naturaleza. Una maleza que se abre paso a través de las grietas del concreto, una flor que crece después de un incendio forestal, una pequeña semilla que se abre paso implacablemente en el suelo para alcanzar la luz del sol: la naturaleza persiste. Eso es pura sabiduría. Enseña adaptación, perseverancia, resiliencia y el poder de la vida para encontrar un camino.
La naturaleza subjetiva de la realidad. Mi percepción del mundo es una suma de mis sentidos, experiencias y prejuicios. ¿Existe una realidad objetiva que existe independientemente de mi percepción? ¿Cómo puedo estar seguro de que mi comprensión del mundo es precisa? ¿Cómo distingo entre verdad e ilusión, percepción y realidad?
Estamos construidos con una capacidad casi infinita para creer cosas porque es ventajoso para nosotros mantener las creencias, más que porque estén remotamente relacionadas con la verdad. La ilusión del control. A pesar de mis mejores esfuerzos por imponer orden en el caos de mi vida, sigo siendo un simple pasajero. ¿Cómo conciliar mi deseo de control con la imprevisibilidad de la vida?
Los documentales sobre el cosmos me parecen totalmente inspiradores. ¿Son infinitos el espacio y el tiempo? El concepto de infinito me hace apreciar la insignificancia de lo no esencial. ¿El universo realmente sigue y sigue, o hay un borde finito en algún lugar ahí fuera?
¿Qué es la felicidad? He escrito y leído mucho sobre ello. Pero ¿qué es realmente la felicidad? ¿Es una emoción fugaz, un estado del ser, algo que creamos nosotros mismos, algo que esperar? ¿Existe realmente la verdadera felicidad?
No tengo respuestas, pero me hago muchas preguntas.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
mayo 13, 2024

Todo lo que escribo en esta página web (www.patriciovarsariah.com) y en Facebook, es sueño y pensamiento. Es un poco de dolor mezclado con esperanza. Un poco de esperanza envuelta en algunos temores ocultos que salen al sol y desaparecen al compartirlos con el mundo y descubrir que no son únicos.
Recuerdos. Pedazos de fotos antiguas que reclaman no ser olvidadas. Complejos absurdos. Migajas de cariño repartidas a modo de palabra. Angustias tragadas con embudo, risas a medias esperando desatarse para encontrar bocas necesitadas. Besos pendientes. Miradas torpes que buscan otras miradas.
Un vacío latente y tan grande que de momento se llena con susurro esperando encontrar abrazos, caricias, perdones y todos los arrumacos posibles e imposibles.
Lo imposible es lo verdaderamente necesario. Lo necesario es, a menudo, lo imprudente. Yo amo la imprudencia de mis palabras. Con ellas he creado mundos, he borrado amarguras, he sembrado ganas e ilusiones.
No existe el tiempo. La vida madura a cada deseo. Cada vez que desistes te haces más viejo. Cada vez que haces el ridículo por algo que sueñas eres más eterno.
Escribo sobre las últimas consecuencias de ser uno mismo. Sobre amar sin medida y vencer al cansancio. Sobre vivir a pesar de buscar y no encontrarse la cola y no reconocerse el rostro. Sobre mis miedos y mis ganas enormes de salir de mí mismo.
No tengo respuestas, pero me hago muchas preguntas.
Gracias por tu generosidad y la paciencia de leerme.
Publicado por Patricio Varsariah.
mayo 11, 2024

En este momento específico, mi conciencia es todo lo que tengo. Respiro, pienso y siento. Pero el universo es indiferente. No le importa lo que haga con mi breve vida. Estoy en tiempo prestado. Sucumbiré a lo inevitable. Se me acabará el tiempo. Se te acabará el tiempo. Es una verdad aterradora.
La carrera está amañada desde el principio y el reloj cuenta atrás sin piedad hacia un final singular e irreversible. Sin embargo, no es la muerte lo que un hombre debe temer, pero sí debe temer nunca comenzar a vivir”. No puedo conservar mi vida para siempre. No. Entonces, ¿por qué tanta prisa? ¿A qué final? No importa cuántas velas de cumpleaños apague, cuántas metas logre o cuántas experiencias acumule, llegará un momento en que se me acabará el tiempo.
La pregunta es: ¿me arrepentiré o me sentiré realizado?
Cuando se me acabe el tiempo, el universo será indiferente a mi ausencia. El conocimiento de que el tiempo es finito se cierne sobre nosotros como una nube gris y baja. La realidad de la falta de tiempo puede parecer abstracta, casi surrealista. No para mí. La conciencia de mi mortalidad es la forma en que me recuerdo a mí mismo que debo elegir vivir ahora. Me dan ganas de agarrar la vida por el cuello, exprimir hasta la última gota de alegría, aventura y conexión todos los días.
No me malinterpretes, no estoy ante el riesgo de una enfermedad terminal (al menos, que yo sepa). Pero últimamente, el tiempo parece arena que se me escapa entre los dedos. ¿En mi infancia el tiempo se prolongaba para siempre? Sentí que los días tenían más que suficiente para estar feliz y alegre. Ahora, las semanas y los meses se evaporan como agua derramada.
¿A dónde se fue todo ese tiempo?
Nuestra aversión a la brevedad de la vida es lo que nos paraliza. Nos aferramos a la ilusión de la abundancia del tiempo y nos olvidamos de vivir de verdad. La ilusión del tiempo significa que postergamos casi todo lo que nos hace vivir. Esperamos el momento “perfecto”, la circunstancia ideal, para empezar a vivir de verdad. El mañana no es un regalo.
Ya no puedo permitirme esa mentira. Se me acaba el tiempo. Sabiendo esto, ¿cómo vivo? ¿Utilizo la desesperación existencial a mi favor?
Quiero que mi vida se base en experiencias: las cosas que vemos, saboreamos, olemos, tocamos y oímos. Quiero centrarme en el significado, el gran trabajo que me hace cobrar vida, las relaciones que significan mucho para mí y los elementos esenciales de la vida que me ayudarán a evitar arrepentimientos en el futuro. No se trata sólo de cuánto tiempo vivo sino de la calidad de mi existencia.
Dado que la vida es corta y el mundo es amplio, cuanto antes empieces a explorarlo, mejor. No quiero perder mi corto tiempo reflexionando sobre "qué pasaría si" y "debería haberlo hecho". Quiero vivir, vivir de verdad. Para aprovechar al máximo mi breve tiempo,
Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio que es estar vivo, pensar, disfrutar, amar…” Y luego Pregúntate: ¿cómo me involucro plenamente en mis relaciones, mi carrera y mis curiosidades? Podría dejar la vida ahora mismo; eso determina cómo invierto mi tiempo. Algún día no tendré todo bajo control.
Nadie en la historia de la humanidad ha logrado jamás el “equilibrio entre vida personal y laboral”, sea lo que sea. Siempre habrá más que hacer, más que ver y más que experimentar. El universo se extiende infinitamente. Pero yo no soy el universo. Soy una mota fugaz de conciencia, que existe por un abrir y cerrar de ojos en el gran esquema de las cosas. Entonces debo vivir ahora.
No me concentraré en ganar en algún momento de la vida o en lograr una gran meta cuando lo resuelva todo. No me obsesionaré con la eficiencia y los logros. La vida no se trata de ganar; se trata de correr con todo el corazón, respirar el buen aire y maravillarse ante la belleza del amanecer, sabiendo que el amanecer de hoy, como mi propia existencia, es un regalo precioso y fugaz.
Así que corro despacio. Corro con propósito, pasión y sabiendo que el tiempo es un ladrón. Corro con la conciencia de que el tiempo es un regalo, no una maldición. Corro sabiendo que la brevedad de la vida significa frenar para volver a vivir. O mejor aún, apurarse poco a poco.
Nos esforzamos, perseguimos y anhelamos algún gran logro que lo justifique todo. Pero ¿y si dejáramos de pedir justificación? ¿Qué pasaría si empezáramos a apreciar el viaje en sí, los pequeños momentos de alegría, nuestras relaciones y las cosas significativas que hacemos en el trabajo?
No significa abandonar nuestros objetivos por completo. Significa replantearlos. En lugar de perseguir el próximo ascenso como un intento desesperado por sentirse significativo antes de que se acabe el tiempo, ¿qué pasaría si lo buscara porque realmente disfrutan el trabajo? En lugar de tachar frenéticamente aventuras de una lista de deseos, ¿qué pasaría si saborearas las experiencias, la emoción de lo desconocido y la conexión con una nueva persona o lugar?
Al aceptar la brevedad de mi existencia, he superado la carga de tener que lograrlo todo, verlo todo y serlo todo. Me he liberado para centrarme en lo que realmente importa ahora. No me estresaré por mi libro inacabado. Estoy disfrutando el proceso de poner la pluma sobre el papel y la satisfacción de juntar palabras diariamente. Eso es lo que puedo controlar. He perdido el control sobre los resultados perfectos.
La verdad es que no tengo todas las respuestas. No lograré hacer todo, ver todo, ser todo. Habrá caminos no tomados, sueños no realizados, conexiones sin explorar. Pero elijo el proceso sobre el resultado. Elijo trabajar con el tiempo en lugar de intentar controlarlo, sabiendo que se me acabará el tiempo.
Elijo vivir ahora y vivir hasta el punto de llorar.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.
mayo 8, 2024

Existen bastantes respuestas viables y válidas a la pregunta de por qué tomamos las cosas en forma personal. Pero el más común es la tendencia que todos tendemos a ponernos en el centro, y de ver todo: cada evento, conversación, circunstancia, etc., desde el punto de vista de cómo se relaciona con nosotros. Y esto puede tener todo tipo de efectos adversos, desde sentirse herido cuando otras personas son groseras, hasta sentirse mal por nosotros mismos cuando las cosas no salen según lo planeado, hasta dudar de nosotros mismos cuando no somos perfectos.
Por supuesto, no estamos realmente en el centro de todo. Así no es cómo funciona el mundo. A veces nos parece así. Echemos un vistazo rápido a algunos ejemplos ...
Alguien irrumpe en la habitación de mal humor, jadeando y resoplando, y se dirige a nosotros de una manera muy grosera. Inmediatamente pensamos para nosotros mismos, "¿Qué está pasando aquí? No merezco que me traten así. ¡Deberían saberlo mejor! "Y nos quedamos agitados, ofendidos y enojados.
Pero la verdad es que el comportamiento de la otra persona tiene muy poco que ver con nosotros. Se enojaron con algo fuera de la habitación, y ahora están expresando de manera reactiva sus frustraciones. Simplemente, estamos en el lugar equivocado en el momento equivocado. Esto realmente no justifica su comportamiento grosero, pero necesita ser conscientemente reconocido para que no desperdiciemos toda nuestra energía mental posicionándonos en el centro de la situación y tomando todo personalmente.
Ahora, supongamos por un momento que las acciones de una persona realmente parecen relacionarse con nosotros directamente: inadvertidamente hicimos algo que molestó a alguien, y ahora están reaccionando muy groseramente con nosotros. Una situación como esta puede parecer personal, ¿pero realmente es así? ¿La magnitud de su reacción grosera se trata de nosotros y la única cosa que hicimos para desencadenarlos? No, probablemente no.
En su mayoría, se trata simplemente de una declaración sobre las reacciones de la otra persona, los juicios precipitados, los problemas de ira y las expectativas del universo. Nuevamente, somos solo una pequeña parte de una historia mucho más larga.
Y del mismo modo, cuando alguien más nos rechaza, nos ignora, no nos llama cuando dijeron que lo harían, no muestra que les importa, etc. ... estas reacciones tienen mucho menos que ver con nosotros de lo que tienen que ver con los otros antecedentes personales de la persona.
Pero debido a que vemos todo a través de una lente de cómo nos afecta a nosotros, una lente que hace un trabajo pobre de ver el panorama general, tendemos a reaccionar a las acciones y palabras de los demás como si fueran un juicio o afirmación personal acerca de nosotros. Por lo tanto, la ira de otras personas nos enoja. La falta de respeto de otras personas nos hace sentir indignos. La infelicidad de otras personas nos hace infelices. Y así continúa.
Si estás asintiendo con la cabeza a algo de esto, es hora de que recuerdes de verdad que:
Lo que otras personas dicen y hacen, y la actitud que tienen rara vez tienen algo que ver contigo. Las reacciones y los comportamientos de las personas son sobre sus perspectivas, heridas y experiencias. Si la gente te trata como si fueras increíble, o si actúas como si fueras el peor, de nuevo, se trata más de ellos y de cómo están viendo el mundo en un momento dado en el tiempo.
Ahora, ciertamente no estoy sugiriendo que debamos ignorar por completo todos los comentarios y opiniones que recibimos de los demás. Simplemente digo que un porcentaje significativo del dolor emocional, la decepción y la tristeza en nuestras vidas provienen directamente de nuestra tendencia a tomar las cosas de manera demasiado personal. En la mayoría de los casos, es mucho más beneficioso y saludable dejar de lado las creencias y conductas de otras personas y operar con su propia intuición y sabiduría como su guía.
La clave está en recordarse a sí mismo para desviar con gracia la negatividad sin sentido que le rodea. Cuando sientas que la negatividad viene hacia ti, dale un pequeño empujón con un pensamiento como: "Ese comentario (o gesto) no es realmente sobre mí, se trata de ti". Recuerda que todas las personas tienen problemas emocionales con los que están lidiando (como usted), y los hace desafiantes, groseros y francamente irreflexivos a veces. Están haciendo lo mejor que pueden, o ni siquiera son conscientes de sus problemas.
En cualquier caso, puedes aprender a no interpretar sus comportamientos como ataques personales, y en su lugar verlos como encuentros no personales (como un perro ladrando en la distancia, o un zángano zumbando) que puedes responder con gracia o no responder a todos.
Pero, nuevamente, esto no es algo natural, NO tomar las cosas en forma personal es una habilidad que se debe perfeccionar. La calma es una superpotencia. La capacidad de no reaccionar de forma exagerada o tomar las cosas en forma personal mantiene la mente despejada y el corazón en paz. Incluso cuando parece personal, rara vez las personas hacen cosas por ti, hacen cosas por ellos. Es posible que no pueda controlar todas las cosas que las personas le dicen y le hacen, pero puede decidir no ser reducido por ellas.
Hay una gran cantidad de libertad que te llega cuando te separas de las creencias y conductas de otras personas. La forma en que la gente te trata es su problema, cómo reaccionas es tuyo. A menudo las personas hacen cosas y dicen cosas porque han sido condicionadas, no porque conscientemente lo quieran.
No puedes controlar cómo las personas reciben tu energía. Lo que sea que alguien interprete, o proyecte sobre ti, es al menos parcialmente un problema o problema que ellos mismos están tratando.
Tome la crítica constructiva en serio, pero no personalmente. Pese a lo que escuchas de los demás en contra de lo que sabe en su corazón para ser verdad. Si está dispuesto a ver el comportamiento de otras personas como indicativo de su relación consigo mismo, inevitablemente tomará las cosas de manera menos personal. Si realmente desea mejorar su autoconfianza, y autoestima, permite que otras personas sean responsables de ellos, permite que otras personas dominen tus emociones.
Todas las personas más duras y frías que conoces alguna vez fueron tan suaves como un bebé. Y esa es la tragedia de vivir. Entonces, cuando la gente es grosera, sé amable, ten cuidado, sé lo mejor. Dale a los que te rodean el "descanso" que esperas que el mundo te dé en tu propio "mal día" y nunca lo lamentarás jamás.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
Publicado por Patricio Varsariah.