Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. 
    Mi pequeño sitio donde digo libremente lo que pienso y siento.   

Todos tenemos obligaciones y deberes hacia nuestros semejantes. Pero parece bastante curioso que, en la sociedad neurótica moderna, las energías de los hombres se consuman en ganarse la vida y rara vez en la vida misma. Se necesita mucho coraje para que un hombre declare, con claridad y sencillez, que el propósito de la vida es disfrutarla. Hay tanto que amar y admirar en esta vida que es un acto de ingratitud no ser feliz y estar contento en esta existencia.                                                        Mis escritos están encauzados como un camino de crecimiento personal y espiritual.

Que le vamos hacer.

marzo 24, 2024



Que le vamos hacer, soy un tipo loco que hace muchos años he  saboreado la quinta esencia de la vida. Pero hay dos tipos de locos: los que no saben que van a morir y los que olvidan que están vivos. Casi siempre, sentimos a la muerte lejana; y algunas veces, muy cercana. Lejana, porque comúnmente creemos que llegará más tarde; y cercana porque, de pronto, nos sorprende en cualquier momento.

Cuando se presenta, no hay elocuencia que la disuada. Ningún poder hace que retroceda. No hay riqueza que la soborne ni belleza que la seduzca.

Sin embargo, los que ya hemos saboreado la quinta esencia de la vida, no la consideramos decadencia final, sino sereno colofón de un tiempo bien vivido. El desenlace de una vida bella… ¡es una bella muerte! El epílogo de una vida feliz es una muerte gloriosa. 

Si excluyes a la muerte de tu vida no vivirás plenamente; pero si la acoges en tu corazón, desarrollarás y enriquecerás tu vida.

No vivas aterrado ante su sola mención ni finjas que no existe. Si la contemplas con serenidad apreciarás mejor cada instante, descubrirás la verdadera dimensión de la vida y ya no dilapidarás tu tiempo en vanas distracciones.

Quien ha vivido trabajando para ser mejor y ha contribuido a la felicidad de los demás, legítimamente… ¡podemos morir en paz!

Patricio Varsariah.
(Compártela, te sentirás mejor)
 

Existen dos formas de vivir.

marzo 19, 2024


Si el hoy se repitiera indefinidamente, sin falta, una y otra vez, ¿Cómo vivirías? 

Esta mentalidad influye en mis decisiones diarias y me ayuda a hacer lo mejor que puedo en todas las áreas de mi vida todos los días.

Solo hay dos maneras de vivir tu vida. Uno es como si nada fuera un milagro Y la otra es como si todo fuera un milagro.

Analicemos: Si el camino del “nada fuera un milagro”:   La mayoría de las personas van por la vida como un cursor parpadeante, esperando la siguiente instrucción. ¿Hermoso amanecer? Meh, es solo otra rotación del planeta. ¿Buen sabor del café? No, es solo café; hace el trabajo”. Ven el mundo como una colección de "cómo" y "por qué" con respuestas predecibles.

Se despiertan, van a trabajar, comen, duermen, repiten... todo eso es bastante estándar. No hay lugar para la magia, ni para lo inesperado.

Es el camino del cínico: el camino del “he estado allí, he hecho eso”. Te despiertas, haces los movimientos y esperas que salga el mismo sol de siempre y que el mismo café de siempre te despierte. La magia, el misterio sobrecogedor de la existencia, se desvanece con cada amanecer. Te acostumbras a lo extraordinario, ciego al nuevo comienzo cada mañana.

Es seguro, claro, pero ¿realmente estan vivos?

El enfoque de “nada es un milagro” es la vida de las personas que encuentran consuelo y emoción al predecir lo predecible. Este camino genera eficiencia. Te conviertes en un planificador maestro, un hacedor, una fuerza que da forma al mundo según tu voluntad. Hay un poder innegable en esto.

Ah, pero no debemos permitir que el reloj y el calendario nos cieguen ante el hecho de que cada momento de la vida es un milagro y un misterio. 

Pero espera.

¿Dónde está el asombro, la sensación de estar disfrutando el presente? Aquí es donde la perspectiva de “todo es un milagro” lleva la vida a otro nivel.

La vida “todo es un milagro”

La única manera de vivir es aceptar cada minuto como un milagro irrepetible, que es exactamente lo que es: un milagro e irrepetible. Me despierto con una mentalidad milagrosa, lista para disfrutar plenamente del maravilloso día que me espera. Soy plenamente consciente de la vida y la belleza que me rodea y estoy listo para apreciar las muchas, aunque simples, alegrías de la vida.

Las personas que abordan la vida con una “mentalidad milagrosa” salen y sienten una conexión con algo más grande, un sentimiento universal que vibra a través de todo.

El amanecer, un milagro. El canto de los pájaros, un milagro. El solo hecho de que existas, un milagro. Este camino, amiga y amigo mío, es el camino del asombro y el aprecio.

¿Maravillarte ante lo cotidiano no te hace apreciarlo más? Una vida vivida con asombro es una vida saboreada. Las conexiones entre cosas aparentemente dispares se vuelven luminosas. Te vuelves más presente, más apreciativo de las pequeñas cosas que, cuando te detienes a pensar en ellas, en realidad son bastante milagrosas.

No tienes que elegir. No abogo por que abandones la razón, te propongo una forma de ser, una lente a través de la cual se puede experimentar el mundo. Puedes ser un escritor de día, planificando meticulosamente tu próxima publicación, y un observador de estrellas de noche, humillado por la inmensidad del espacio. La dualidad no se trata de fe ciega versus lógica fría.

El enfoque de la dualidad te permite asimilar plenamente la riqueza de la experiencia humana. Es reconocer el asombroso poder del universo, la delicada danza de causa y efecto que te ha traído a este mismo momento, leyendo estas mismas palabras. También es reconocer el milagro en lo mundano y lo extraordinario en lo ordinario.

El mundo que te rodea es complejo y caótico, pero innegablemente hermoso. Maravíllate ante la complejidad de la conexión humana, la empatía que nos une. Abre tus ojos a los milagros que te rodean.

Transforma tu mundo, un amanecer, un latido del corazón, un milagro magnífico e improbable a la vez. Un poco de admiración puede ser de gran ayuda. Tómate un descanso, mira al cielo y maravíllate ante la pura audacia de todo esto. Deja que la belleza se lleve tus preocupaciones y aprecia el simple acto de respirar.

Es un cambio de perspectiva, claro, pero uno que podría cambiar tu forma de ver el mundo y tal vez, solo tal vez, inspirarte a estar más presente.

Puedes quedarte ciego si ves cada día como uno similar. Cada día es diferente, cada día trae su propio milagro. Es sólo cuestión de prestar atención a este milagro.

Una vida de asombro no significa ignorar la realidad. Significa abordar todo lo que hacemos con un sentimiento de asombro y la determinación de abordar las experiencias, tareas y actividades de forma plena y activa.

¿Qué tan genial es que podamos siquiera hacerlo?

Haz que tu vida sea milagrosa. Ella está haciendo maravillas por ti.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
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Soy un rebelde ante el estancamiento.

marzo 18, 2024


Soy un escritor accidental. Empecé a escribir para compartir lo que estoy aprendiendo. Me ha ayudado a combatir el estancamiento que es como una plaga. Todo lo que aprendo alimenta mi motor de notas. Las ideas de mis notas se convierten en historias y publicaciones potenciales. Es emocionante porque me ocupo mucho más de temas que me hacen cobrar vida.

Ahora es un ciclo. Aprender. Escribir. Publicar. Repetir. Ese proceso es como supero el estancamiento mental. Es una de las muchas cosas que hago para alterar mi rutina a propósito. Es una situación en la que todos ganan. 

Aprendo y comparto porque me impuesto una misión una misión en la vida que es lograr que más personas lleguen a sentirse como yo, en ese estado completo de asombro, en los cortos años que dura esta maravillosa existencia.

Siempre tendré algo que compartir mientras siga aprendiendo algo nuevo. Disfruto tanto el proceso que lo he convertido en un hábito de por vida. La droga más adictiva del mundo no es la cocaína, la heroína o el alcohol. Es la comodidad.

La vida es una curiosa paradoja. Es un crecimiento estimulante o un estancamiento paralizante. Las experiencias que nos moldean y nos enseñan también pueden adormecernos y convertirnos en una burbuja confortable.

Las rutinas, los rituales y los hábitos diarios pueden apagar tu curiosidad y cegarte ante las maravillas ocultas de la vida. Pueden reducir rápidamente tu mundo, confinándolo a lo familiar, lo predecible, lo seguro.

La vida también puede enmascarar el estancamiento con el ajetreo. Corres de una tarea a otra, llenando tus días de obligaciones y compromisos. Te vuelves muy apegado a tu agenda y a tu lista de tareas pendientes. Pero estar ocupado no es lo mismo que estar satisfecho. Puede ser un disfraz inteligente que enmascara una falta de dirección y propósito.

Te dices a ti mismo que te estás “adaptando a una rutina cómoda” y “haciendo las cosas”, cuando en realidad, poco a poco te estás convirtiendo en una exhibición de tu antiguo yo.

Te convences de que la estabilidad es seguridad, el estancamiento es serenidad. Cambias la emoción de hacer algo diferente por la previsibilidad de lo mundano.

Te despiertas, trabajas, comes, duermes, repites. Los días se vuelven borrosos, las semanas se disuelven y, de repente, los años pasan, dejándote la gran pregunta: "¿Adónde se fue el tiempo?" ¿Qué he estado haciendo con mi tiempo?

Hace muchos años comencé a sentir que la vida era una repetición de lo mismo; que no había nada nuevo ni en mí; y que, por el contrario, continuaba retrocediendo, por así decirlo, sobre lo antiguo. Los estudios muestran una correlación entre el estancamiento y un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Contribuye a los sentimientos de desesperanza, aburrimiento y falta de sentido de propósito.

El precio del estancamiento es demasiado alto para ignorarlo. Te conviertes en un espectador de tu propia vida, viendo pasar el mundo desde los confines seguros pero asfixiantes de tu rutina. La estructura es esencial para hacer cosas reales. Si bien la eficiencia es excelente, un estilo de vida en piloto automático puede restarle importancia. Dejas de elegir activamente tu camino y te conviertes en un pasajero de tu propia vida.

¿Cómo maximizamos el dinamismo de la vida sin sucumbir a su círculo de comodidad?

Comienza con la conciencia. Reconocer las señales de advertencia. La falta de interés real, dar por sentado lo obvio y la curiosidad menguante. El antídoto contra el estancamiento se esconde en nuestras experiencias diarias. Hay oportunidades para romper el molde, para salir de las líneas que con tanto cuidado hemos trazado a nuestro alrededor.

Cuando me siento demasiado cómodo, salgo de mi rutina a propósito para notar más, pensar diferente o probar algo completamente nuevo. A veces, funciona en un entorno nuevo. Muchas veces me toma tiempo apreciar lo ordinario que paso por alto.

Tomo posesión de mi rutina. También busco el malestar, no por sí mismo, sino como catalizador del crecimiento. Ahora estoy alimentando mis curiosidades. Cada paso desconocido es una grieta en el muro del estancamiento. Tu mente, se revelará ante el estancamiento. Puedes prescindir entonces de estimulantes artificiales. 

Encuentra el espacio donde conviven crecimiento y comodidad. Superar el estancamiento consiste en encontrar el equilibrio. No se trata de abandonar por completo la comodidad ni de lanzarse de cabeza a lo desconocido. Piense en ello como un ciclo.

El crecimiento es incómodo a medida que aprendes y te adaptas. Sin embargo, a medida que dominas nuevas habilidades y experiencias, tu zona de confort se expande. Intentas un crecimiento aún mayor sin sentirte abrumado. Entonces, nutre tus intereses. Todo lo que te importa puede guiarte hacia nuevas experiencias. Agitar las cosas. Pero no tiene por qué ser una alteración total.

Un suave empujón es todo lo que necesitas para empezar.

¿Qué fue lo que alguna vez prendió fuego a tu alma? ¿Fue escribir, arte creativo, pintura, codificación, música o un pasatiempo que siempre quisiste explorar? Reconectarse con tus curiosidades infunde significado y propósito a la vida.

Escurécete más allá de lo familiar, incluso si te da miedo. Deja que tu mente divague, sigue tus caprichos y mira adónde te lleva. Te obliga a adaptarte, aprender y crecer, reavivando la chispa de la curiosidad y el compromiso.

La vida es un proceso de devenir, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. En lo que la gente falla es en querer elegir un Estado y permanecer en él. Esta es una especie de muerte.

La vida es un regalo, pero requiere participación activa. El mayor peligro no es el fracaso sino el estancamiento. No estás destinado a vivir en piloto automático. No dejes que la vida te adormezca en un sueño de estancamiento. Sal de las arenas movedizas, quítate el polvo y comienza a vivir tu vida extraordinaria.

Saludos.
Patricio Varsariah.
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Nuestro objetivo debería ser vivir la vida con asombro radical.

marzo 18, 2024

Es lo obvio lo que hace que la vida tenga sentido. Sólo nos damos cuenta realmente cuando se ha ido

Muchas cosas son tan obvias que las damos por sentado. Libertad personal. Buena salud. Buena conversación con un amigo o seres queridos. Incluso un gran entorno natural. Realmente sólo nos damos cuenta cuando desaparece. 

Me mudé de casa y de pais recientemente. Solía vivir en una pequeña ciudad llena de canales. Disfruté de mis paseos en soledad por la orilla del cal. Pasar tiempo cerca del agua puede mejorar tu estado de ánimo y aumentar la sensación de felicidad. Decenas de investigaciones lo demuestran. Tuve que mudarme por motivos personales. Pero extraño la experiencia del canal.

El mundo entero es una serie de milagros, pero estamos tan acostumbrados a ellos que los llamamos cosas ordinarias. Hay miles de experiencias simples pero significativas a nuestro alrededor. Pero estamos demasiado familiarizados con ellos para apreciar lo mucho que significan para nosotros. Nos movemos por la vida como turistas con los ojos vendados, rozando la superficie de lo ordinario, confundiendo familiaridad con comprensión.

Pero ¿por qué deberíamos molestarnos en cuestionar lo aparentemente mundano? Después de todo, ¿no es lo obvio, bueno, obvio?

La verdad es que nuestros cerebros están diseñados para ser eficientes. Filtramos información, descartando el ruido de fondo aparentemente repetitivo. Pero al hacerlo, nos perdemos los detalles intrincados, los matices, la magia de lo ordinario. No valoramos lo suficiente nuestras experiencias presentes.

Por ejemplo, un acto de respiración aparentemente insignificante puede convertirse en una experiencia consciente. Si prestamos suficiente atención, valoraremos el proceso de inhalación y exhalación como una experiencia consciente que da vida. Hacer una pausa y sentir genuinamente cómo el aire llena tus pulmones puede desencadenar un profundo aprecio por el regalo más simple: la existencia misma.

Debemos aprender a sumergirnos en el ahora eterno. El eterno presente es el espacio dentro del cual se desarrolla toda tu vida, el único factor que permanece constante. La vida es ahora. Nunca hubo un momento en el que tu vida no fuera ahora, ni nunca la habrá.

Pasamos por la vida en piloto automático, pasando por lo familiar con facilidad. El amanecer, el sonido de los pájaros, una buena comida, el buen aire, un buen libro y el calor de un café matutino son cosas que aceptamos como ruido de fondo, meros acontecimientos ordinarios.

Lo "obvio" es la clave para desbloquear una existencia más rica y significativa. La vida en la conciencia radical. Nuestro objetivo debería ser vivir la vida con asombro radical. …levántate por la mañana y mira el mundo de una manera que no dé nada por sentado. Todo es fenomenal; todo es increíble; Nunca trates la vida a la ligera. Ser espiritual es asombrarse.

Una experiencia consciente o rica en la vida no es sólo espectacular sino también ordinaria. Imagínese caminar la misma ruta a casa desde el trabajo todos los días. Ves los mismos edificios, escuchas el mismo tráfico y pasas por las mismas caras. Sólo por un día, decide ver de verdad. Observe los patrones de las hojas, las sutiles variaciones en las nubes y las fugaces sonrisas de los extraños.

De repente, lo familiar se vuelve fascinante. Te despiertas en un mundo repleto de detalles, cada elemento es una experiencia para saborear.

Ahora sé lo que estás pensando. ¡Todo esto suena genial, pero estoy ocupado! ¿Quién tiene tiempo para observar y estar atento? 

Pero aquí está el secreto: apreciar lo obvio no requiere grandes gestos ni cambios dramáticos en tu agenda. Empieza pequeño. Tómate un minuto para saborear el sabor de tu café matutino y notar su calidez. Envía un mensaje de texto sincero a un ser querido expresando gratitud por su presencia.

Piense en sus interacciones diarias.

¿Escuchas realmente las historias escondidas en la sonrisa cansada de tu pareja, las ansiedades tácitas detrás de la risa nerviosa de tu amigo? Si comienzas a participar activamente y a hacer preguntas abiertas, encontrarás una conexión profunda que nunca supiste que existía. Presta atención al lenguaje tácito del lenguaje corporal, a la sonrisa vacilante y responde con empatía.

Estos actos aparentemente insignificantes tienen un valor inmenso. Cambian tu perspectiva y te recuerdan que una buena vida no consiste solo en grandes logros. Profundizan tus conexiones con las personas y el mundo que te rodea. 

Cultivan el aprecio y la gratitud, secretos clave para la felicidad que a menudo se pasan por alto en nuestra búsqueda de más, más, más.

Los beneficios de apreciar lo obvio van mucho más allá de la realización personal. Cuando realmente ves el mundo que te rodea, desarrollas empatía. Notas las señales sutiles de las emociones humanas en los ojos de un extraño, el delicado equilibrio de la naturaleza y la intrincada causa y efecto que da forma a cada situación. La conciencia por sí sola mejora tu disposición a conectarse con el mundo de manera más significativa.

Deja de buscar significado en los lugares y experiencias equivocados. Para una vida más espiritual, desafíate a observar más.

Mira de cerca lo aparentemente mundano. Activa tus sentidos: huele la lluvia en la acera, siente el sol en tu piel, escucha el sonido de la ciudad. Así es como despiertas tu sentido de asombro y aprecias más. También es la forma de despertar tu espiritualidad. No olvides que el valor y el interés de la vida no es tanto hacer cosas llamativas… sino hacer cosas ordinarias con la percepción de su enorme valor.

La próxima vez que te encuentres en piloto automático, haz una pausa. Mire de cerca, pregunte profundamente y saboree las maravillas ocultas en lo obvio. Es posible que te sorprenda de la vida extraordinaria que descubres ante ti.

Saludos.

Patricio Varsariah.
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No tienes tiempo; haces tiempo.

marzo 18, 2024



Mientras todavía tienes tiempo, prueba una nueva relación con el tiempo. El tiempo es a la vez una carga y una bendición.

Es hora de salir del estancamiento, despojarnos de nuestra cómoda piel y dar un paso hacia lo desconocido. Es hora de hacer algo por nuestra cuenta. Es hora de ser dueños de nuestro camino.

Cada paso, cada tropiezo, cada triunfo es mío y puedo reclamarlo. Aprovecharé el ahora, porque el tiempo es una responsabilidad. Esto no es sólo una declaración; es una invitación. Para mí, para ti, para cada alma que anhela liberarse de las dudas. “Tengo tiempo”, declaro, pero tú también.

Una buena vida depende de muchas cosas, pero sobre todo de ti. Depende de tu coraje para decir “basta” al status quo, tu voluntad de aceptar lo desconocido y tu creencia inquebrantable de que tu historia importa.

El tiempo es lo que más queremos, pero lo que peor utilizamos. La verdad es que todavía estás a tiempo. No en el sentido abstracto de un reloj que hace tictac, sino en la realidad tangible de este mismo aliento, de este mismo momento.

El tiempo se alarga y acorta dependiendo de nuestra perspectiva. Los momentos de alegría pasan volando, mientras que el dolor persiste, cada segundo es una eternidad. 

¿Es el tiempo objetivo o subjetivo, un flujo constante o una construcción de nuestra mente?

El tiempo no es tangible sino una construcción de nuestras mentes. Lo cortamos, troceamos y empaquetamos en pequeñas unidades ordenadas (segundos, minutos, horas) tratando de controlar su flujo, de cuantificar lo incuantificable.

Estamos constantemente bombardeados con la ilusión del tiempo, cada uno de ellos precioso y fugaz. La presión, la persecución constante, roba la alegría del presente.

El implacable tictac del tiempo puede parecer como un ladrón, que nos roba momentos antes de que realmente los hayamos captado. Los plazos se acercan, las ansiedades corroen y un susurro molesto sigue resonando en nuestro subconsciente: "Se te está acabando el tiempo".

Pero el tiempo no es una carrera rígida. Olvídense de la presión de comparar tu viaje con el de otros. Cada camino se desarrolla a su propio ritmo, moldeado por experiencias y prioridades únicas. Tu camino sinuoso, los desvíos inesperados y los momentos de pausa son exclusivamente tuyos.

Todos ellos son parte de tu historia, enriqueciéndola con profundidad y significado. La única verdadera paradoja no está en la escasez de tiempo sino en el miedo que nos impide reclamar su abundancia.

El tiempo es un regalo, no una carga. Deja de lado la noción de que debes “ponerte al día” o “recuperar el tiempo perdido”. El momento presente es todo lo que tienes y encierra un inmenso potencial. Elige llenarlo de intención, curiosidad y gratitud.

No dejes que el miedo a quedarte sin tiempo te detenga. Todavía estás a tiempo de soñar, crear, amar, aprender y crecer. No estoy descartando la naturaleza fugaz de la existencia. Las vastas posibilidades pueden resultar paralizantes, pero es la verdad liberadora: tu vida se está desarrollando, no ha terminado.

No importa cuánto tiempo hayas perdido en el pasado, todavía tienes un mañana completo.

La falta de tiempo es simplemente un síntoma de una concentración fuera de lugar. Perseguimos tendencias fugaces, sucumbimos a la tiranía de lo urgente y perdemos de vista lo verdaderamente significativo.

Cuando alineamos nuestras acciones con nuestros valores y priorizamos la intención sobre la velocidad, el tiempo se convierte en un aliado maleable, que se estira y se contrae para adaptarse a nuestro crecimiento.

Por lo tanto, no te dejes intimidar por objetivos audaces. Comienza con lo siguiente correcto. Sal a caminar, escribe una carta, aprende una nueva habilidad. Cada acción, por pequeña que sea, es un paso. Celebra esas victorias, por insignificantes que parezcan. Alimentan tu impulso y te recuerdan que la clave es el progreso, no la perfección.

La paradoja del tiempo es dejarse llevar, rendirse a la corriente y confiar en que el río del tiempo nos llevará, incluso cuando no podamos ver lo que tenemos delante. Significa redefinir tu relación con el tiempo. Cambia tu enfoque del “qué” al “por qué”, de la cantidad de experiencias a la calidad de la conexión.

El tiempo se abre ante nosotros, una invitación a explorar, crear y vivir. Aprovéchalo, amiga o amigo mío, con cada fibra de tu ser. El viaje acaba de comenzar.

Es demasiado tarde es mentira. El crecimiento, el amor y el cambio no tienen fecha de caducidad.
La mujer que empieza a pintar a los sesenta encuentra sus colores tan vibrantes como el niño que coge un pincel por primera vez. El hombre que empieza a escribir a los setenta descubre historias esperando a ser contadas, enriquecidas con la sabiduría de los años.

Pensamos en la vida por analogía como un viaje, una peregrinación, que al final tenía un propósito serio, y la cuestión era llegar a ese final, el éxito o lo que sea, tal vez el cielo después de la muerte. Pero no entendimos el punto en todo momento. Era algo musical y se suponía que debías cantar o bailar mientras sonaba la música.

El tiempo es a la vez una carga y una bendición. Apreciamos cada momento, sabiendo que son finitos, al mismo tiempo que lamentamos su paso imparable. El tiempo nos recuerda que debemos reducir la velocidad y acelerar, dejarnos llevar y aguantar. Es un baile.

La verdadera libertad es bailar con el presente. Existimos sólo en el presente, un fugaz fragmento de tiempo. Sin embargo, el presente se disuelve constantemente en el pasado, dejándonos anhelando aferrarnos a él, incluso sabiendo que es imposible.

El tiempo no es una carrera hacia una meta predeterminada. Pero el conocimiento de que nuestros días están contados enciende un fuego dentro de nosotros, una necesidad desesperada de hacerlos contar. Nos empuja a liberarnos de las cadenas de la rutina, perseguir sueños audaces, amar ferozmente, reír a carcajadas y vivir plenamente.

La acción es la manera de darle un uso productivo al tiempo. No espere el “momento perfecto” para comenzar algo que valga la pena ni reparar esa relación rota con el tiempo. El momento perfecto siempre ha sido ahora.

Cada acción, por pequeña que sea, es un paso hacia tus objetivos, un testimonio de tu capacidad de crecimiento y cambio. Todavía tienes tiempo, no sólo para existir sino para prosperar, crear y experimentar la magia que se desarrolla cuando realmente vives o haces algo significativo con el tiempo.

Debes vivir el presente, lanzarte a cada ola, encontrar tu eternidad en cada momento.

No tienes tiempo; haces tiempo. Lo separas del caos, las demandas implacables y la tiranía del “demasiado tarde”. Tienes menos tiempo del que crees, pero más del que crees. La elección es tuya: dejarte gobernar por la tiranía del tiempo o bailar con él, creando una vida verdaderamente tuya.

Gracias por tu interés y tu tiempo.

Patricio Varsariah.
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La meta en la vida es la plenitud de tu interés presente.

marzo 18, 2024


Cambiamos, cuerpo, mente y corazón. El mundo abre nuevos caminos en el camino. A medida que crecemos, buscamos nuevas oportunidades, actividades, proyectos, trabajos y experiencias.

El propósito es un enigma. Es una fuerza impulsora, la razón de ser, pero no hay una gran revelación al final del camino. El propósito evoluciona.

A medida que nuestra vida y nuestros valores cambian, nuestro propósito también puede cambiar. A lo largo de nuestra vida, el propósito de las personas cambia según sus circunstancias.

El propósito no es la cima de una montaña que se conquista; es un río. Justo cuando crees que lo has comprendido, cambia de rumbo. Tus pasiones cambian. Tus prioridades se realinean. Descubres nuevas facetas de ti mismo.

Y es glorioso, me encanta la emoción de las muchas fases de nuestro propósito. Creo que está bien vagar por la vida buscando cosas interesantes hasta morir.

Nuestra misión en la juventud no puede ser la misma que en nuestros años crepusculares. Debe transformarse. Tú, como ser, debes transformarte. Esa es la belleza y la carga.

Imagínese el estancamiento interior si su propósito fuera dejar de evolucionar. Sería una especie de muerte mientras aún respiras.

La vida es un proceso de devenir, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. En lo que la gente falla es en querer elegir un Estado y permanecer en él. Esta es una especie de muerte.

El propósito es adaptativo, debe reinventarse en muchas etapas de la vida. Quizás la búsqueda sea el propósito. ¿Podemos encontrarlo en el acto mismo de buscar?

Piénselo: si finalmente encontró su propósito final, ¿entonces qué? Estancamiento. Aburrimiento. Muerte del alma, incluso si tu vida parecía objetivamente exitosa. Es el esfuerzo lo que nos mantiene vivos.

El propósito es el motor de la evolución personal. Todo organismo vivo busca, se esfuerza, anhela. Ese anhelo nos empuja a crecer, cambiar y ser más de lo que éramos antes. Es lo que obliga a la semilla a germinar, al pájaro a migrar y a los humanos a alcanzar la Luna (o Marte, si eres Elon Musk).

Un único propósito que lo define todo es una trampa. Lo único que tiene sentido para cambiar la vida es un espejismo. No tienes un propósito; lo creas en el acto mismo de vivir. Cada año que pasa, adquieres nuevos intereses, tal vez bajo el mismo gran paraguas. El dinamismo es lo que nos mantiene en marcha.

Evoluciona. No esperes ser la misma persona a los 40 que a los 20. La vida te moldea. Depende de ti evitar que se endurezca hasta adoptar una forma fija. El mundo que te rodea evoluciona.

Buscar un propósito estático es como intentar clavar una nube. El estancamiento en nombre de alguna meta difícil de alcanzar no le hace ningún favor al ser dinámico que eres. Acepte el cambio no como un obstáculo sino como un catalizador. Deja que te moldee y te refine, pero no dejes que te vuelva quebradizo.

Mantente fluido y adaptable. Esa es la clave para prosperar en un mundo que cambia constantemente bajo tus pies. La belleza de la vida es que nunca "descubres" tu forma final. Exploras, experimentas y defines quién eres a través de la acción. Cada nueva etapa de la vida trae consigo nuevos intereses y nuevos roles.

Sumérgete y sumérgete. La meta es la plenitud de tu interés presente. Me encanta. Encárnalo. Deja que te lleve tan lejos como puedas. Disfrútalo mientras dure. El propósito se forja a diario: en las decisiones que se toman, en los desafíos que se enfrentan y en la exploración interminable de tus capacidades. No anheles un destino final. No hay ninguno.

Tu propósito es simplemente participar en el acto de llegar a ser. Puedes conformarte con períodos, pero nunca debes dejar de participar. O transformarte.

Tienes el potencial de una reinvención constante, y eso es lo bonito. Rechaza la imagen falsa de encontrar el propósito como tu pináculo. No se llega a la cima de la montaña y se planta una bandera de finalidad. En cambio, subes, desciendes y vuelves a subir.

Es inherente a nuestra existencia que aprendamos, nos adaptemos y crezcamos. La salud, la felicidad y la longevidad son los beneficios de esto.

Nunca dejaré de buscar cosas significativas que hacer. No porque espere atraparlos sino porque sé que encontraré la versión más verdadera de mí mismo en la búsqueda constante. El propósito no espera en la línea de meta. Nace de nuevo con cada paso que doy.

Saludos.

Patricio Varsariah.
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Los verdaderos tesoros de la vida.

marzo 11, 2024


La vida secreta de las personas que acumulan experiencias, sentimientos y recuerdos que el dinero no puede comprar. Una “buena vida” se mide por la profundidad de tus conexiones, la amplitud de tus experiencias y la cantidad de recuerdos que creas.

Valoro conscientemente las experiencias por encima de las cosas. No siempre obtengo lo que necesito, pero apunto a ello. Interrumpo deliberadamente mi rutina para experimentar algo nuevo al menos una vez al mes. 

Hacer las cosas de manera diferente conduce al "flujo", un estado de inmersión profunda y motivación intrínseca. Las investigaciones muestran que el flujo contribuye al crecimiento personal, el desarrollo de habilidades y la sensación de realización. 

El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, buscar con entusiasmo y sin temor experiencias más nuevas y ricas. Lo que experimentamos, sentimos y recordamos son los verdaderos tesoros de la vida. Son las verdaderas fuentes de felicidad.

Decenas de investigaciones lo demuestran que gastar en experiencias se correlaciona directamente con una mayor felicidad, independientemente de cuándo se mide la felicidad (antes, durante o después del consumo). Otra investigación encontró una correlación negativa entre el materialismo y la satisfacción con la vida. Otros estudios muestran que tendemos a valorar más las posesiones simplemente porque las poseemos (el efecto dotación). Sin embargo, los recuerdos no están sujetos a este sesgo. Siguen siendo valiosos independientemente de su forma tangible, lo que los hace **intrínsecamente valiosos.

La buena noticia es que no necesitas mucho dinero para acumularlos. La satisfacción o plenitud de la vida no proviene de lo que poseemos sino de lo que experimentamos. El placer de adquirir el último dispositivo y presenciar un impresionante amanecer en la cima de una montaña no es el mismo. 

Si bien las cosas que compramos pueden brindarnos un placer fugaz, el mirar un amanecer garantiza asombro, asombro y una conexión con algo más grande que nosotros mismos. Crea un recuerdo duradero que atesoramos por el resto de nuestras vidas. La vida no es sólo el paso del tiempo. La vida es la colección de experiencias y su intensidad.

Las experiencias, los sentimientos y los recuerdos son más ricos que las cosas porque son únicos y personales. No se pueden replicar ni comprar en el mercado. Una risa compartida con un ser querido. La emoción de superar un desafío. La tranquila satisfacción de ayudar a los demás. La alegría de lograr una meta. El amor genuino compartido con una pareja. Estos son momentos que moldean quiénes somos y dejan una impresión que recordamos de por vida.

Las experiencias emocionales que cambian la vida crean “recuerdos flash”, que son muy detallados y duraderos. Las investigaciones sugieren que estos recuerdos se convierten en parte de nuestra narrativa de identidad, moldeando nuestra autopercepción y proporcionando un significativo a la vida. 

Las experiencias se convierten en las historias que contamos, las lecciones que aprendemos y la fuente de fortaleza y esperanza cuando la vida nos presenta obstáculos. Recordar la calidez de una amistad de la infancia o el regocijo de lograr una meta largamente perseguida puede levantarnos el ánimo y reavivar nuestras pasiones incluso cuando luchamos por afrontarlo.

La riqueza intangible de buenos sentimientos puede incluso contribuir al crecimiento y la conexión personal. Cada nueva experiencia abre la puerta al autodescubrimiento, empujándonos fuera de nuestra zona de confort y ampliando nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Compartir estas experiencias con otros fortalece nuestros vínculos, creando recuerdos compartidos que el dinero simplemente no puede comprar. 

La experiencia de la vida no tiene precio. El dinero puede comprar un billete de avión, pero no puede replicar la emoción de alcanzar la cima o la satisfacción de ayudar a los demás.
Los recuerdos de buenas experiencias pasan a formar parte de nuestra narrativa personal. Nos recuerdan quiénes somos, dónde hemos estado y lo que realmente importa.

El dinero puede comprar souvenirs, pero no puede capturar el sentimiento de un atardecer compartido o la risa de una buena amistad. Vale la pena priorizar las experiencias, los sentimientos y los recuerdos sobre las posesiones. Es un estilo de vida que cambia la vida y que cambia nuestro enfoque hacia el crecimiento, la conexión y el significado personal. 

Con los años he aprendido que debemos invertir en nosotros mismos y en las relaciones que importan, creando una vida rica en buenas experiencias y emociones felices, no solo en riqueza material, si no también aportando felicidad a nuestras experiencias cotidianas en lugar de intentar extraer felicidad de ellas y, sea cual sea el aspecto de la vida, seremos felices. 

Busca experiencias que te desafíen, sentimientos que te conmuevan y recuerdos que permanecerán contigo mucho después de que olvides el precio. Es la clave para la mayor riqueza. 

Una “buena vida” no se mide en dólares, euros, pesos y centavos, sino en la profundidad de tus conexiones, la amplitud de tus experiencias y la cantidad de recuerdos que creas.

Una gran vida no se trata necesariamente de lo que posees. Es la riqueza de tus experiencias, los sentimientos que has cultivado y los recuerdos que aprecias. "Comprar posesiones puede resultar agradable durante un breve período de tiempo, pero crear recuerdos a través de experiencias significativas suele ser más gratificante a largo plazo. 

Sal, crea tus propias aventuras, recopila recuerdos invaluables y descubre el verdadero significado de una gran vida.

Que cada viaje, decisión o paso que den hoy, los acerque un poco más a sus sueños y metas.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
*Agradezco tu visita si pasas por aquí. -
 

A veces hay días...

marzo 9, 2024


El día de ayer tuve la oportunidad de visitar a un amigo que esta pasando por una experiencia de deterioro de su salud. Su situación me obliga a pensar sobre la fragilidad de la vida y me estremece, me da miedo lo impredecible, los momentos duros de la vida que son inexcusables, de repente siento un dolor en el estómago con tan solo pensarlo.  

Con el pasar de los años, me queda claro que debo intentar aprovechar el tiempo e intentar adaptarme a lo que viene y va. Aunque no sea fácil, no hay más opción que seguir el camino. La vida sigue. Lo he mencionado muchas veces, si hablamos de miedos yo tengo muchos, pero un miedo que me mueve tanto es,  justamente ese, decir adiós para siempre. No solo por mí sino por aquellos que amo y por quienes tengo un aprecio. 

Hoy me invadió la tristeza porque no me lo esperaba lo que lo que le esta sucediendo a mi amigo, porque aparentemente todo estaba bien. A veces me dejo llevar por la inercia del día a día, creer que lo que hoy está, estará igual mañana. Dicen que la ley de la vida es nacer, crecer, reproducir y morir, pero esta última, todavía, me cuesta tanto aceptarla. Alguien me dijo una vez que la vida no esta para entenderla sino para vivirla tal y como es. 
Muchas ocasiones me olvido que dar por sentado todo en un futuro puede ser contraproducente porque todo cambia, tenemos un tiempo predestinado para estar aquí y nuestro propósito en esta tierra esta dentro de ese tiempo que nunca podremos cuantificar con anticipación. 

A veces hay días que la vida se pone brava y como mínimo tenemos dos alternativas: sucumbimos o seguimos andando. En la primera perderemos mucho tiempo estancados y quizás sea muy tarde cuando nos demos cuenta. En la segunda, aunque sea pesada la carga, seguiremos andando hasta que poco a poco podamos recuperar las fuerzas y otra vez nos devuelvan las sonrisas.

Me he dado cuenta de una cosa muy importante, y es de la fuerza que hay que recobrar para levantarse, que lo más peligroso no es caerse, no es equivocarse, o fallar… lo más peligroso es no volver a encontrar las fuerzas para continuar, para levantarse, para sobreponerse… Es esa falla que se origina por dentro, ese sentirse roto e inhabilitado lo que paraliza… Hay que sobreponerse, no importa lo que digan los demás, no importa lo inadecuado que podamos parecer…, hay que levantarse, dar la cara.. Hay un poder que se halla en lo profundo, que se pierde cuando perdemos toda esperanza de ver aquello que nuestro corazón tanto ansia y que más que ansiar, necesita… 

Lo más peligroso del fracaso reiterado es esa perdida, de las ganas, de la ilusión cuando se rompe, cuando te das cuenta que no será más un frío recorre el cuerpo y te sientes como muerto pero ya lo sabías, que todo es tan simple, para vivir, solo hace falta respirar y abrir los ojos y mirar y darte cuenta que aun estas aquí,  lo peor era perder esa fuerza vital que por dentro nos anima. 

¿Quién o qué puede quitarnos eso, la fuerza para sobreponernos esa fuerza original, llámese animo, llámese alegría, que no me refiero a la felicidad, sino a esa sonrisa que desde adentro se improvisa ?

Es esa sonrisa que en mi caso aflora cuando miro a un pequeño moverse con cierta torpeza sobre sus primeros pasos, cuando miro un amanecer que pareciera prometer tanto y tanto, la aurora que no se da por vencida con ese regalo de cada día. Esa sonrisa del alma sincera es lo que nunca se puede perder, a veces, en lo más profundo parece perderse pero siempre alrededor todo respira, y nos recuerda que adentro estamos hecho de lo mismo que las plantas, de lo mismo que la tierra, que vienes de allí y que eres en último caso de ella, y también del cielo que el agua refleja y que somos polvo al fin y al cabo o quizá un poco de niebla…

La lecciones de la vida siguen siendo muchas para aprender. Después de todo, espero que cuando me vaya pueda dejar un recuerdo indeleble en vuestras memorias.

Lo más difícil, creo, es vivir intensamente en el presente, sin dejar que lo mancille  o estropee el temor al futuro o los remordimientos por un pasado mal llevado.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
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No te quedes sin pasión por la vida.

marzo 9, 2024


Un tema que me inquieta mucho es la falta de sensibilidad en el mundo actual, la velocidad, las ambiciones, el placer por el placer, sin base ni roca de apoyo,  sin más crecimiento que el externo…

La abundancia de formas, que distraen el pensamiento y los sentimientos. Difícil es mirar cuando vas apurado, corriendo en el vehículo, contestando llamadas telefónicas… perdido en la televisión o el internet. Habría que disminuir la velocidad, apagar el teléfono.  Abrazar el silencio.  Mirar el vacío y volver la mirada hacia adentro. Todo lo que terminamos encontrando afuera es un eco, un reflejo de lo que esta creciendo adentro.

La sensibilidad, que no es sensiblería, sino la capacidad de sentir lo ajeno como propio simplemente, darse cuenta de esa palabra que falta, del gesto emitido con la cara, y llegar a ver lo que no esta implícito. Creo que estamos envueltos en un mundo tan físico que terminamos por juzgar tan a la ligera.  Se que la experiencia tiene un gran peso y nos muestra su sabiduría, pero ella, la experiencia, también termina siendo un obstáculo a la hora de notar las diferencias presentes a cada momento.

Pensando en mis pensamientos me decía que no se puede ser tan sensible, que hay que endurecer un poco el corazón porque sino nos la pasaríamos llorando.  Aunque creo que no es cuestión de estar llorando, más bien se trata de abrir los ojos, de hacerse responsable. Es el caso, por ejemplo, de aquellos médicos que son excepcionales porque a todos sirven, aquellas personas que cuando llegan a un lugar el sitio se ilumina porque llego el que puso a todos en marcha a moverse, que se dio cuenta de lo que no funcionaba y empezó a mejorarlo o a cambiarlo inmediatamente, son aquellos que están alertas, los que siempre se ponen manos a la obra.  Porque quizá tienen un corazón que se duele, pero saben que pueden hacer algo, y lo hacen, para crear ese cambio o avanzar hacia ese lugar anhelado…

No te quedes sin pasión por la vida, no te endurezcas porque eso te salva pero te salva de todo, de vivir de verdad, de amar de verdad, y de ser feliz de verdad… Te salva de muchas cosas, por ejemplo, de la satisfacción de hacer algo y de hacerlo bien, de darte cuenta de lo que falta cambiar y de hacer el intento, al menos. En este mundo tan físico nos hace falta, y me incluyo, mirar más allá de las apariencias  y empezar a enriquecer ese mundo interior que puede llegar a ser más grande y más rico de lo que podemos visualizar tan solo con nuestros ojos.

De vez en cuando es bueno apagar todo y escucharnos un poco de lo que vive allí adentro…, y en la medida en que se descubren los secretos y se despierta lo dormido, podemos empezar a andar al lugar anhelado.  Hacer los cambios necesarios.  En la medida que uno se da cuenta de donde está, puede contribuir un poco a que ese mundo anhelado sea un poco más real, cuando ayudamos a mejorar el mundo, cambia toda una actitud de indiferencia por una atenta, pero hace falta sentir la necesidad para que sea real…

Recuerdo unas palabras de Neruda en las que decía “siempre estoy escribiendo el mismo libro”, y a mí, respetando las distancias, me sucede lo mismo, creo que siempre estoy escribiendo las mismas palabras, el mismo mensaje… y siendo así, creo que simplemente lo voy mostrando desde distintos ángulos, a diferentes distancias…

Si hay algo que me inquieta es pensar que hay cosas que quizás nunca descubra, pero mientras, trato de mantener mi mente lo más abierta posible para poder ver lo que la vida me presenta, pues todavía se que hay muchos amaneceres, soles, estrellas y lunas por ver, diferentes sonrisas por ver nacer, nuevas… inspiración que llevar, aunque a veces a mi mismo la inspiración quiera fallarme, pero me enfrentare a ella, me prometo… será mi amiga…

Gracias por tu interés y tu tiempo.

Patricio Varsariah.

 

Nuestra percepción de la buena vida.

marzo 6, 2024


La mayor sorpresa sobre la humanidad no es la violencia ni el odio, sino una peculiar paradoja autoinfligida sobre cómo buscamos una buena vida.

Que es lo que más me sorprende de la humanidad y de la realidad actual del “buen vivir”.

La mayoría de seres humanos sacrifican su salud para ganar dinero. Luego sacrifican el dinero para recuperar su salud. Y luego está tan ansioso por el futuro que no disfruta del presente; el resultado es que no viven en el presente ni en el futuro; viven como si nunca fueran a morir, y luego mueren sin haber vivido nunca.

Somos terribles viviendo. Perseguimos el dinero, sacrificando nuestra salud, la base misma que nos permite perseguir cualquier cosa.

Luego, cuando nuestros cuerpos inevitablemente se descomponen, luchamos por recuperar esa salud, utilizando el mismo dinero que tan desesperadamente perseguimos. Es un ciclo de la vida que no deja lugar al presente. Estamos consumidos por la búsqueda incesante de más o por el miedo a perder lo que tenemos.

Quemamos la vela por ambos extremos, sacrificando el sueño, la comida sana y el movimiento en el altar de la super-productividad. Entonces, inevitablemente, el cuerpo se rebela. Pero incluso cuando estamos sanos, el futuro todavía nos paraliza.

Nos preocupamos por los ascensos, las facturas y la jubilación, y nuestras mentes analizan constantemente los peores escenarios. La ansiedad implacable proyecta una larga sombra que oscurece la alegría del presente.

La tragedia es esta: vivimos como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, un futuro perpetuamente extendido ante nosotros. Posponemos el presente, esperando algún momento mágico en el que se paguen las cuentas, la casa esté limpia y las estrellas finalmente se alineen.

Pero la muerte, la verdadera fecha límite, se avecina. Nos acecha, a menudo cuando menos lo esperamos, y nos arrebata la vida que estábamos tan ocupados planeando vivir.

La ironía es deprimente pero cierta.

La vida es lo suficientemente larga, y se nos ha dado una cantidad suficientemente generosa para los logros más elevados, si todo se invirtiera bien. Pero cuando se desperdicia en lujos descuidados y se gasta en actividades no buenas, finalmente nos vemos obligados por la limitación final de la muerte a darnos cuenta de que hemos fallecido antes de que supiéramos que estaba pasando.

La verdadera paradoja es que cuando llega lo inevitable, miramos hacia atrás y nos damos cuenta de que nunca vivimos realmente. Pasamos nuestros días obsesionados con un futuro que tal vez nunca llegue, descuidando el único momento garantizado: este instante.

Nos volvemos como el mítico avaro, que atesora oro, pero nunca disfruta de su calidez. Olvidamos que el tiempo se lo lleva todo, robándonos nuestra juventud, energía y nuestras propias vidas. Un día, miramos hacia arriba, con la bóveda llena pero nuestros cuerpos frágiles, y nos damos cuenta de que hemos estado caminando sonámbulos por la vida.

Nuestra obsesión por "más" nos ciega ante el "suficiente" que ya está presente

El dinero por sí solo como objetivo es la receta para una existencia vacía.

Debemos afrontar lo absurdo de nuestras prioridades.

¿De qué sirve acumular riqueza si estás demasiado enfermo para disfrutarla? ¿Cuál es el punto de preocuparse infinitamente por un futuro que tal vez nunca llegue si se pierde la belleza del presente?

¿Es éste, entonces, el defecto inherente de buscar una vida mejor?

¿Estamos destinados a quedar atrapados en este bucle autodestructivo? Talvez no. 

Merece la pena reflexionar. Sobre una realidad para replantear nuestra percepción de la buena vida.

La verdadera riqueza es la riqueza de nuestras experiencias, la profundidad de nuestras conexiones y la vitalidad de nuestra salud. La verdadera riqueza es también el enfoque consciente en el aquí y el ahora, el único lugar donde la vida realmente ocurre.

No debemos quedarnos atrapados en los extremos. Encontremos el “medio dorado”. Ya que las mejores cosas se sitúan entre los extremos.

Podemos asegurar nuestro futuro, sí, pero no a expensas de nuestro yo presente. Reconocer que el dinero es una herramienta, no un fin en sí mismo. Una herramienta para mejorar nuestra vida, no consumirla. No desperdiciemos el presente en una loca lucha por más.

Encontremos alegría en lo ordinario, conectémonos con quienes importan y crean recuerdos que inspirarán a otros mucho después de que ya no estemos. Una vida consciente basada en el presente es una riqueza sin medida. Prioricemos nuestra salud. Un cuerpo sano te permite experimentar la vida plenamente, saborear el presente y afrontar el futuro con la cabeza despejada y el corazón agradecido.

La vida se divide en tres partes: lo que fue, lo que es y lo que será. De estos tres períodos, el presente es corto, el futuro es dudoso y sólo el pasado es seguro. La elección es nuestra: vivir o simplemente existir.

Podemos liberarnos del ciclo abrumador. Podemos elegir estar presentes, saborear alegrías simples y nutrir nuestro cuerpo y nuestra mente. Podemos elegir vivir de verdad antes de que sea demasiado tarde.

Tu vida no es un ensayo general, ponte lo mejor que puedas hoy.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
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Ama la vida que tienes, no la que esperabas tener -

febrero 14, 2024



No pierdas el tiempo recordando lo que has perdido. La vida no está hecha para viajar hacia atrás. La vida que tienes es la realidad.

Ama la vida que tienes, no la que esperabas tener. La vida no se detendrá por tus pausas y dilaciones. No se detendrá por tu confusión o miedo. Continuará sin ti. Ya sea que participes activamente o no, el espectáculo continuará. Es una percepción poderosa de la realidad real de la vida y de vivirla.

La gente prospera gracias a las expectativas. Desde nuestros sueños de infancia hasta planes quinquenales meticulosamente elaborados, trazamos nuestras vidas anticipando resultados específicos. 

Sin embargo, la vida rara vez se ajusta a nuestros guiones. Los desvíos, los callejones sin salida y los giros inesperados son la norma. Esa realidad crea una disonancia entre la vida que queremos y la que tenemos.

Cuando navegamos muchas veces no podemos controlar la dirección del viento, pero podemos ajustar las velas. La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta.

No siempre es fácil amar lo que ya tenemos. Alejarte del camino esperado puede ser un desafío emocional. Lamentamos la vida que pensamos que tendríamos, la persona que imaginamos que seríamos. 
El dolor es válido y negarlo sólo prolonga la lucha. Sin embargo, revolcarnos en los “qué pasaría si” nos mantiene anclados a un pasado que nunca existió, lo que obstaculiza nuestra capacidad de abrazar el presente.

Hacer las paces con tu vida inesperada requiere un cambio de perspectiva. En lugar de aferrarse a una imagen rígida de éxito, mantén la mente abierta y adáptate para seguir avanzando. El arte de vivir... no es ni una deriva descuidada, por un lado, ni un aferramiento temeroso al pasado, por el otro. Consiste en ser sensible a cada momento, en considerarlo completamente nuevo y único, en tener la mente abierta y totalmente receptiva.

Aprecia la trayectoria única que tienes delante, porque cada momento, experiencia e interacción tiene su belleza y significado únicos. Piensa en cómo la vida pasó a tu favor, no en tu contra. Los desvíos podrían haberte presentado intereses inesperados, haberte acercado a ciertas personas o haberte ayudado a perfeccionar habilidades que nunca supiste que tenías.

Amar la vida que tienes no significa aceptar pasivamente ni conformarte con menos de lo que mereces. Se trata de aprovechar todo el poder del presente para crear un futuro que se alinee con tu yo en evolución.

No siempre obtendremos lo que queremos. Pero podemos utilizar las lecciones aprendidas en nuestro camino actual para construir una vida intencional. Los cambios de perspectiva, desde perseguir ciegamente una imagen predefinida hasta crear una vida que resuene con sus valores y deseos actuales, le permitirán moldear activamente sus elecciones actuales. La vida es una danza entre aferrarse y soltar.

Para amar verdaderamente la vida que tenemos, debemos cultivar el hábito de la gratitud. Aprecia las alegrías simples, las relaciones de apoyo y las bendiciones y la belleza inesperada que te rodean.
Reconoce tus desafíos, pero no permitas que eclipsen lo bueno. La gratitud perfecciona la satisfacción y cambia nuestro enfoque de lo que nos falta a la abundancia que ya poseemos.

Aferrarse al modelo de tus expectativas te hace infeliz. Es un camino hacia la miseria porque te obsesionas con lo que "debería ser" en lugar de apreciar lo que "es". La comparación alimenta la frustración y te atrapa en un estado constante de anhelo. A medida que crece, tu perspectiva y comprensión de la vida y tus objetivos evolucionan. 

La única manera de darle sentido a tu vida actual es concentrarte en lo que puedes hacer con ella ahora. No pierdas el tiempo recordando lo que has perdido. La vida no está hecha para viajar hacia atrás. La vida que tienes es la única realidad ahora.

Este es el único baile que tenemos. Resistirse o negarlo no funciona. Reconocer y hacer las paces con tu presente puede ayudarte a avanzar con claridad y empoderamiento. Deje de lado las expectativas rígidas sobre cómo “debería” ser la vida. 

La vida rara vez se desarrolla exactamente como planeamos o esperamos. No te dejes consumir por la decepción o el arrepentimiento por expectativas no cumplidas. Encuentre formas de aprender y crecer a partir de sus experiencias. Fortalecerá tu capacidad de felicidad y realización en tu camino actual.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.

*Agradezco tu visita si pasas por aquí.
 

Céntrate en la acción, no en la recompensa.

febrero 12, 2024


En la vida, cada acción que emprendemos suele estar motivada por el deseo de obtener alguna recompensa. Esta anticipación de la recompensa da origen a nociones de bien y mal, de éxito y de fracaso. Por ejemplo, asistimos a la escuela con el objetivo de obtener buenas calificaciones, que a su vez se convierten en el trampolín hacia una universidad prestigiosa. Una educación universitaria se convierte entonces en el camino hacia una carrera gratificante. Una carrera gratificante suele implicar una ganancia monetaria.

El dinero se convierte entonces en el medio para adquirir comodidades en la vida: un bonito coche, una casa grande, atraer una pareja, formar una familia. La familia se convierte entonces en nuestro refugio contra la soledad. Esa es nuestra vida.

Siempre existe este movimiento egocéntrico hacia un futuro idealizado, que se cree que trae felicidad. No somos capaces de ver que este futuro nunca surge y que la felicidad nunca está ahí fuera, sino aquí.

Además, cuando la realidad no cumple con estas expectativas idealizadas, nos encontramos con decepción, frustración y angustia. Cuanto mayor es la desviación de la realidad del ideal, más fuertes son las emociones negativas que tendemos a experimentar.

Sin embargo, ¿y si hubiera otra manera?

Céntrate en la acción, no en la recompensa. El verdadero dominio en acción consiste en ir más allá de los conceptos de éxito y fracaso. Se trata de aprender a dejar de lado nuestro apego profundamente arraigado a cómo suceden las cosas. 

Este tipo de desapego no significa que dejemos de actuar o ignoremos nuestras responsabilidades. Se trata más bien de no dejar que nuestras emociones y pensamientos queden esclavizados por los resultados de lo que hacemos.

No exijamos que los acontecimientos sucedan como deseamos; pero deseemos que sucedan como suceden, y toda ira bien. Se trata de hacer lo mejor que podemos en cada tarea, pero luego dejarlo ir, confiando en que, ya sea que tengamos éxito o fracasemos, todo es parte de un plan mayor, un diseño divino que está más allá de nuestro control.

Y cuando digo "Divino" no me refiero necesariamente a una deidad o un concepto religioso. Simplemente quiero decir, cualquier cosa fuera de la esfera de nuestro control.

Encuentra tu pasión y deja que te impulse. Lo que te llama la atención no es aleatorio. Síguelo. Dale energía. Deja que te tome el control, te consuma. Si descubres lo que te encanta hacer, la acción misma se convierte en la recompensa. ¿Hay entonces éxito o fracaso?

Así que debemos hacer el bien por el bien del bien, no con la esperanza de recibir una recompensa; debemos trabajar por el bien del trabajo, no con la esperanza de ver el resultado; debemos entregarnos al servicio del mundo porque lo amamos y no podemos evitar entregarnos a él.

Estoy escribiendo aquí en mi página web principalmente NO para llamar la atención o recompensas monetarias, realmente estoy saboreando cada momento que escribo.  Continuare haciéndolo incluso si a nadie le importara, incluso si no recibiera nada a cambio. 

En las relaciones, a menudo nos importa lo que sucede. Damos con la expectativa de recibir a cambio. Y cuando no recibimos lo que creemos merecer, experimentamos un gran dolor. Ésa es la fuente de todos los conflictos en las relaciones humanas. Expectativas, es decir, la ausencia de amor verdadero e incondicional.

Todo lo que deseamos en esta vida es ser amados y aceptados incondicionalmente. Sin embargo, a menudo cargamos con una bolsa de condiciones: condiciones sobre nosotros mismos, condiciones sobre los demás y condiciones sobre la vida misma.

Creemos que la verdadera felicidad y paz sólo se pueden alcanzar cuando se cumplen estas condiciones. Sin embargo, a menudo pasamos por alto lo absurdo de esta búsqueda. Son estas mismas condiciones las que nos impulsan implacablemente a buscar algo externo que nos complete. Estas condiciones nos mantienen “allá afuera” en lugar de “aquí adentro”.

En esencia, la calidad de nuestra vida es un reflejo directo de nuestra capacidad de actuar desinteresadamente, sin imponer condiciones ni exigencias. Eso es lo que significa que realmente no te importe lo que suceda. Debemos ser la Encarnación completa del amor.

No me importa si fracaso o tengo éxito, si tengo dinero o no... No tengo ningún problema porque no exijo nada a nadie ni a la vida.

He dicho….

Patricio Varsariah.
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El despertar de uno mismo.

febrero 12, 2024


La mayoría de las personas viven sólo una fracción de sí mismas. Se conforman con rutinas predeterminadas, atenúan su luz interior y permiten que el miedo y la duda les corten las alas.

El mayor regalo que puedes ofrecerte a ti mismo y al mundo es tu completo despertar o auto transformación. Es un proceso. Toma tiempo. Pero tu mejor vida depende de ello. Es un regalo basado en el coraje, en la voluntad de enfrentar las sombras internas y dejar que se disuelvan a la luz de la autoconciencia.

Pienso que despertar tu ser completo es tu mejor regalo para el mundo. También es lo mejor que te puede pasar. Si quieres despertar a toda la humanidad, entonces despierta todo ti mismo, si quieres eliminar el sufrimiento en el mundo, entonces elimina todo lo negativo que hay en ti mismo. En verdad, el regalo más grande que tienes para dar es el de tu propia auto transformación.

El auto despertar lo cambia todo: tus creencias, tus percepciones sobre la vida, lo que esperas de ti mismo y tu reacción ante el mundo.

El despertar comienza con salir de la vida en piloto automático. Examinas las historias que hemos heredado, las narrativas que nos contamos sobre quiénes somos y de qué somos capaces. Cuestionamos las creencias limitantes que nos atan, los miedos que nos mantienen en patrones familiares pero insatisfactorios.

El camino del despertar no se trata de convertirte en quién eres. Más bien, se trata de ser impropio de quien no eres.

Es un proceso de auto liberación: un desprendimiento de piel muerta para revelar las capas vibrantes de nuestro verdadero yo. El acto de despertar se convierte en despojarnos de capas de nosotros mismos para asumir plenamente nuestro ser completo. Piensa en una oruga preparándose para convertirse en mariposa.
Te abres a nuevas experiencias y perspectivas más allá de las tuyas. Te permites sentir todo el espectro de tu ser (conocido y oculto), incluso los confusos e incómodos. Reconoces la oscuridad interior, pero te niegas a dejar que te defina. Te adentras en los reinos del autoconocimiento que generan nuevas formas de ser. Quien mira afuera, sueña; Quien mira hacia adentro, despierta.

La buena noticia es que no es una experiencia única. Es una evolución continua. La vida es un proceso de devenir, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. En lo que la gente falla es en querer elegir un Estado y permanecer en él. Esto es una especie de muerte.

No lamentes el paso de fases familiares. Recibe los nuevos capítulos con los brazos abiertos. Acepta los muchos altibajos, los giros inesperados y tu ser en constante evolución. El despertar de uno mismo no se trata de convertirse en alguien nuevo; se trata de liberar quién ya eres. O mejor aún, redescubrir tu yo olvidado que yace dormido en tu interior.

Despertar es atreverse a estar aquí como todo lo que eres. Es la esencia del despertar. Se trata de aceptar y encarnar todos los aspectos de nosotros mismos, la luz y la sombra, las alegrías y las tristezas. Se trata de despojarnos de máscaras y fachadas y permitir que nuestro yo auténtico brille. Se trata de vivir con valentía, vulnerabilidad y apertura a toda la experiencia de la vida.

La gente se acerca a él por varios caminos. Algunos inician el proceso con ejercicios diarios de auto introspección. Otros a través de expresiones artísticas radicales, exploración intelectual o relaciones profundas con la naturaleza. La trayectoria de cada uno es única para ellos.

Lo más importante es encontrar lo que resuena con tu despertar interior. Ya sea a través de la autoexpresión o simplemente tomándose el tiempo para escuchar la voz interior, la clave es estar presente, estar abierto y permitirse transformar.

La transformación no es simplemente un beneficio personal. Es una onda que se extiende hacia afuera e impacta el mundo que te rodea. Hay que tener caos en uno mismo para poder dar a luz una estrella danzante. Pienso que el despertar de uno mismo afirma la vida en su totalidad, tanto en sus alegrías como en sus tristezas. No rehúyes de ti mismo ni de la vida.

Este proceso de devenir, no está orientado hacia un destino u meta final. La clave del proceso es el compromiso continuo, el reexamen y el nuevo desafío de las propias creencias, más que un sistema para alcanzar un determinado estado del ser.

La auto transformación se convierte entonces en un regalo que sigue dando, irradiando hacia afuera y creando un efecto dominó de cambio, despiertas a toda la humanidad a tu manera.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Llevar una vida más plena y satisfactoria. -

febrero 9, 2024


La felicidad es una parte esencial de la vida. Cuando estamos felices, tendemos a ser más productivos, saludables y exitosos.

Además, la felicidad es contagiosa y puede tener un efecto positivo en quienes nos rodean. Es más probable que seamos amables y compasivos cuando estamos felices, lo que puede ayudar a construir una comunidad positiva y solidaria.

Además de sus beneficios, la felicidad también tiene importantes implicaciones para la sociedad.

Es más probable que las personas felices estén comprometidas e involucradas en sus comunidades, lo que puede fomentar un sentido de pertenencia y conexión. En resumen, la felicidad es un aspecto crucial de la vida y tiene muchos beneficios para los individuos y la sociedad.

Te comparto algunos pensamientos que podrías adoptar y aplicar para ser más feliz.

Sea conscientemente agradecido. - La gratitud es el sentimiento de aprecio y agradecimiento por lo que tenemos, ya sean posesiones materiales, relaciones o cualidades personales.

Las investigaciones han demostrado que cultivar la gratitud puede tener un impacto positivo significativo en nuestra felicidad y bienestar. Una razón para esto es que la gratitud nos ayuda a concentrarnos en los aspectos positivos de nuestras vidas, en lugar de insistir en experiencias negativas o cosas que nos faltan.

Este cambio de perspectiva puede conducir a una sensación general de satisfacción y realización.

La gratitud también nos ayuda a sentirnos más conectados con los demás, ya que nos permite apreciar las contribuciones y el apoyo de los demás en nuestras vidas. Este sentido de conexión puede aumentar los sentimientos de apoyo social y pertenencia, que son factores importantes de la felicidad.

Un ejemplo de cómo la gratitud puede aumentar la felicidad se puede ver en la práctica de llevar un diario de gratitud. Al escribir periódicamente las cosas por las que estamos agradecidos, podemos entrenarnos para centrarnos en los aspectos positivos de nuestras vidas y cultivar un sentido de aprecio. Este simple hábito puede conducir a una mejora general del estado de ánimo y el bienestar.

Deberías empezar a cuidarte. - Una de las razones por las que el cuidado personal es importante para la felicidad es que nos ayuda a controlar el estrés y mantener un equilibrio saludable en nuestras vidas.

Cuando no nos cuidamos, podemos sentirnos abrumados y agotados, lo que genera emociones negativas y un menor bienestar. Al realizar actividades de cuidado personal, como ejercicio, relajación y alimentación saludable, podemos afrontar mejor las exigencias de la vida diaria y mantener una sensación de equilibrio y control.

El autocuidado también puede mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás. Al tomarnos el tiempo para atender nuestras propias necesidades y deseos, podemos sentirnos más realizados y satisfechos con nuestra vida. Esto puede conducir a una mayor confianza en uno mismo y a una mayor autoestima, lo que a su vez puede mejorar nuestras relaciones con los demás.

Además, el cuidado personal puede ayudarnos a sentirnos más conectados con nosotros mismos y con nuestros valores, lo que puede darnos una sensación de propósito y dirección. Esto puede conducir a una mayor felicidad y bienestar.

Relaciones Saludables. - Una de las razones por las que las relaciones saludables son importantes para la felicidad es que brindan una sensación de apoyo social.

Cuando tenemos personas en quienes podemos confiar y en quienes podemos confiar, nos sentimos menos solos y aislados, lo que puede mejorar nuestro bienestar emocional. Ser parte de una comunidad solidaria puede brindar un sentido de pertenencia y conexión que puede aumentar la felicidad y la satisfacción.

Las relaciones sanas también pueden mejorar nuestra autoestima y confianza. Cuando tenemos relaciones positivas con los demás, es más probable que nos sintamos valorados y apreciados, lo que puede aumentar nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos. Esto puede conducir a una mejora general de nuestro bienestar emocional.

En general, tener relaciones sanas con los demás es un aspecto importante para mantener la felicidad y el bienestar. Las relaciones sólidas y de apoyo pueden proporcionar un sentido de conexión, pertenencia y apoyo que puede ayudarnos a afrontar los desafíos de la vida y aumentar nuestra satisfacción general con la vida.

Practica la atención plena. - La atención plena puede aumentar la felicidad porque nos ayuda a ser más conscientes y apreciar el momento presente.

Cuando somos conscientes, podemos concentrarnos en lo que está sucediendo ahora mismo, en lugar de perdernos en arrepentimientos por el pasado o preocupaciones por el futuro. Este cambio de enfoque puede ayudarnos a sentirnos más presentes y comprometidos con nuestras vidas, lo que nos lleva a una mayor felicidad y satisfacción.

La atención plena también puede ayudarnos a gestionar nuestras emociones de forma más eficaz. Al volvernos más conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos, podemos comprender y regular mejor nuestras emociones, en lugar de quedar atrapados en ellas o reaccionar impulsivamente.

Esto puede conducir a una mayor estabilidad emocional y resiliencia, lo que puede contribuir al bienestar y la felicidad generales.

La meditación de atención plena es una técnica útil para traer más conciencia a la vida cotidiana. Para ello, reserva un tiempo cada día para sentarte quieto y prestar atención a tu respiración o a las sensaciones de tu cuerpo. Con la práctica regular, uno puede aprender a reconocer y aceptar sus experiencias internas, lo que en última instancia puede conducir a una mayor satisfacción y bienestar.

Pensamientos finales. - En conclusión, existen varias mentalidades y prácticas que pueden aumentar la felicidad y el bienestar. Estos incluyen gratitud, atención plena, aceptación, mentalidad de crecimiento, autocompasión, propósito, relaciones positivas, cuidado personal, flexibilidad y perdón. Cada una de estas mentalidades o prácticas puede contribuir a una mayor sensación de satisfacción, realización y bienestar general.

Al centrarnos en estos aspectos de nuestras vidas y convertirlos en una prioridad, podemos mejorar nuestra felicidad y llevar una vida más plena y satisfactoria.

Saludos y gratitud.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

¿Por qué estresarse por cosas que prácticamente no se pueden cambiar?

febrero 3, 2024


La tarea principal en la vida es la de tener dos opciones: control y rendición. Si te preocupas por las cosas que están más allá de tu alcance, te sentirás constantemente frustrado y decepcionado.

La tarea principal en la vida es simplemente esta: identificar y separar asuntos para poder decirme claramente cuáles son cosas externas que no están bajo mi control y cuáles tienen que ver con las elecciones que realmente controlo, por lo tanto, clasifico cada experiencia en dos círculos.

• El círculo de control (mis pensamientos, acciones, hábitos y reacciones)
• El círculo de aceptación (las acciones de otros fuera de mi control)

Luego utilizo estos círculos para tomar decisiones proactivas y reactivas en la vida. Elimina la mayoría de las frustraciones de la vida, especialmente si no puedes hacer nada al respecto. ¿Por qué estresarse por cosas que prácticamente no se pueden cambiar?

Reconoce el caos que te rodea. A menudo reaccionamos impulsivamente sin detenernos a considerar el origen de nuestras emociones y acciones. Tómate un momento de quietud, respira y observa tu mundo interior.

¿Cuáles son los desencadenantes de tu reacción ante cualquier cosa? ¿Están impulsados por factores externos como atascos o notificaciones de redes sociales, o están arraigados en sus propios valores y deseos?

Se más consciente de los exteriores. Observa tus experiencias diarias. ¿Está estresado porque el tráfico retrasa tu reunión? ¿Frustrado por el correo electrónico grosero de un amigo o familiar? Observa cuánta energía se desperdicia pensando, reflexionando y enojándose por ellos.

Una vez que reconoces estos “exteriores”, desarmas tu poder sobre tu estado emocional. Si bien a menudo nos sentimos tentados a preocuparnos por las acciones de los demás, aceptar su naturaleza incontrolable es el primer paso hacia la serenidad mental.

Ahora, dirige tu atención a los “cajones” de tu control.

¿Qué opciones tienes en esta situación? ¿Puedes elegir tu actitud hacia el evento externo? ¿Puedes optar por actuar con integridad y razón, independientemente de las circunstancias? Aquí es donde reside tu poder y hacia donde debes dirigir tu energía.

Concéntrate en tus propios pensamientos, reacciones y elecciones.

En lugar de reflexionar sobre el tráfico incontrolable, concéntrese en salir más temprano. ¿No puedes cambiar el correo electrónico de tu amigo o de tu familiar? Elije responder con calma. Inicia una conversación profesional con ellos si es necesario. Los ecuánimes recomendarían defender sus propios valores personales y su código de conducta.

Nuestras únicas influencias internas son nuestros pensamientos, hábitos, acciones, creencias, reacciones, perspectivas y esfuerzos. Perfeccionar estas habilidades nos permite vivir con mayor propósito y resiliencia.

Establece objetivos para las cosas que puedes controlar. 

Si lo que desea es tranquilidad, comience a practicar el arte de la separación. Una promoción perdida, una discusión acalorada, un aguacero, una tormenta de nieve: todas estas son oportunidades para practicar nuestro mecanismo de clasificación mental.

¿Puedes ver el evento externo tal como es (una circunstancia neutral) y concentrar tu energía en tu respuesta interna? ¿Podemos elegir reaccionar con calma, comprensión o incluso aceptación en lugar de enojo, frustración o desesperación?

A medida que dominas el arte de la separación, cultivas una sensación de control interior. Te das cuenta de que tu tranquilidad no está a merced de las experiencias externas. Puedes elegir estar contento incluso en medio de las dificultades, encontrar alegría en el momento presente y afrontar los desafíos con sabiduría estoica.

Cada día presenta oportunidades para practicar el arte de la separación. Un atasco puede convertirse en una oportunidad para concentrarse en otra cosa, una oportunidad perdida, una lección de resiliencia y una palabra dura, un recordatorio para concentrarte en tu reacción ante ello.

Elija no sufrir ningún daño y no se sentirás perjudicado. No te sientas perjudicado, y no lo has serás.

Aplicar este principio te ayudará a desarrollar resiliencia mental contra todo lo que no puedes controlar. Es un camino hacia la paz. Nadie puede controlar lo incontrolable. Déjate llevar y libérate de la tiranía de las circunstancias externas.

Concéntrate en tu poder: el poder de elegir tus respuestas, dar forma a tus pensamientos y diseñar tus respuestas proactivas ante cualquier cosa. Domina tu propio dominio (tus pensamientos, reacciones y elecciones) mientras aceptas la inevitable aleatoriedad del mundo externo.

Aunque lleva tiempo. La clave es cultivar el hábito de la observación atenta y la acción intencional. Con cada práctica, te volverás más experto en identificar y separar, reclamar tu espacio interior y dirigir tu energía hacia lo que realmente importa.

Habrá momentos de frustración y debilidad. No lo harás bien todo el tiempo. Todavía me recuerdo constantemente que debo separar los eventos. A veces, lo “incontrolable” resultará abrumador.

Pero con cada intento, cada elección consciente, te acercarás cada vez más a una vida más consciente. Una vida donde la tarea principal en la vida resuena no sólo como sabiduría sino como una forma práctica de vivir: ¿Dónde, pues, busco el bien y el mal? No a cosas externas incontrolables, sino dentro de mí a las decisiones que son mías.

¿Quieres cambiar tu vida? Concéntrate en tu círculo de influencia.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Hoy día, hagamos nuestro mejor esfuerzo...

enero 31, 2024


Por experiencia propia cuanto más viejos nos hacemos, más silenciosos nos convertimos y menos drama y caos inútil nos involucramos. La vida nos humilla gradualmente a medida que envejecemos. Nos damos cuenta de cuánto tonterías hemos perdido el tiempo. A decir verdad, la tarde siempre entiende lo que la mañana ni siquiera sospechaba.

Demasiado a menudo dejamos que las pequeñas frustraciones de cada día nos oculten a la belleza delante de nosotros. Nos quedamos atrapados en nuestras propias cabezas, y literalmente no sabemos que nuestras vidas sean mejores que las pocas cosas que no van a nuestro camino. Llamamos a los amigos, familiares, etc. a quejarnos o vomitamos nuestras quejas en las redes sociales. "¡La vida es tan injusta!" Gritamos. Y todo el mundo está de acuerdo y lanza sus dos centavos en la piscina de chismes.

Otras veces hablamos de una gran charla sobre un montón de cosas que realmente no importa mucho. Escudriñamos y dramatizamos lo insignificante hasta que estemos azules en la cara, y luego nos sentamos y nos rascamos la cabeza desconcertada de lo insatisfactoria que se siente la vida.

Por mis años vividos he aprendido finalmente algunas cosas que tendemos a gastar mucha energía mental y física en cuando somos más jóvenes, que finalmente nos damos cuenta de la materia mucho menos de lo que originalmente pensamos. Las inevitables frustraciones de un día normal. 

El 99.9% de lo que te estresa hoy no importará en un mes a partir de ahora. Tarde o temprano lo sabrás con certeza. Así que haz tu mejor esfuerzo para dejar de lado las tonterías, mantente positiva y sigue adelante con tu vida.

Cuando nos fijamos metas y tomamos riesgos calculados en la vida, aprendemos eventualmente que habrá épocas en que tendremos tiene éxito y habrá épocas en que fallaremos, y ambos son igualmente importantes a largo plazo. 

La comprensión de la diferencia entre el esfuerzo razonable y el perfeccionismo es fundamental para dejar ir las fantasías y recoger nuestra vida. El perfeccionismo no sólo te causa estrés innecesario y la ansiedad de la necesidad superficial de siempre "hacerlo bien", que realmente le impide obtener algo que vale la pena hacer en absoluto.

Tener total confianza antes de dar el primer paso es muy importante ya que la confianza es esa inercia interior que nos impulsa a evitar nuestros temores vacíos y dudas de uno mismo. En el camino de la vida, nos damos cuenta de que rara vez tenemos confianza cuando empezamos de nuevo, pero a medida que avanzamos y aprovechamos nuestros recursos internos y externos, nuestra confianza se fortalece gradualmente. 

Un error común que muchos jóvenes hacen es querer sentirse seguros antes de empezar algo, ya sea un nuevo trabajo, una nueva relación, vivir en una nueva ciudad, etc. Pero no sucede así. Tú tienes que salir de su zona de confort, y el riesgo de tu orgullo, para ganar la recompensa de encontrar tu confianza.

El tiempo nos enseña que no guardamos nada en esta vida hasta que la regalemos. Esto es cierto para el conocimiento, el perdón, el servicio, el amor, la tolerancia, la aceptación, etc. Tienes que dar para recibir. 

Un punto tan simple, y sin embargo es tan fácil olvidar que la entrega de nosotros mismos, sin un precio, ¡tiene que venir primero! Es el don que nos abre a la gracia. Así que no sólo debemos ser solidarios a través de internet para crear un mundo mejor debemos primero amar a la familia. Ser un buen vecino. Practicar la bondad y construir puentes hay que demostrar con acciones lo que predicamos.

Cuando somos jóvenes parece que más rápido es mejor, pero con el tiempo vemos el poder de 'lento y constante' en el trabajo. Llegamos a aprender que ningún acto de amor, amabilidad o generosidad, por pequeño que sea, se pierde. El hecho de que puedas plantar una semilla y se convierta en una flor, comparte un poco de conocimiento y se convierte en otro, sonríe a alguien y recibe una sonrisa a cambio, es prueba de que puedes hacer una gran diferencia en la vida y los negocios, incluso No se puede hacer de una vez.

Mientras más viejos más crecen nuestros ojos, más claramente podemos ver a través del humo y los espejos de cada solución rápida. Cualquier cosa que valga la pena requiere esfuerzo diario. Honestamente, solía creer que pedir deseos y decir oraciones solo cambiaba las cosas, pero ahora sé que los deseos y las oraciones nos cambian, y nosotros cambiamos las cosas. En última instancia, nos convertimos en lo que hacemos repetidamente. 

La adquisición de conocimientos no significa que estás creciendo, el crecimiento sucede cuando lo que sabemos cambia la forma en que vivimos diariamente. 

Tener un calendario atestado de emocionantes y elaborados planes no es saludable. No te metas en la vida con planes. Deja espacio. Con el tiempo aprenderás que muchas cosas grandes suceden sin planificar, y algunos grandes arrepentimientos ocurren al no alcanzar exactamente lo que estaba planeado. 

Así que mantengamos nuestra vida ordenadamente y nuestro horario bajo reserva. Estando en control constante de todo es la idea por que cuanto más viejos nos hacemos, más nos damos cuenta de lo poco que realmente controlamos. 

Y no hay una buena razón para mantenerse firme con cosas que no puedes controlar. Aprende a confiar en el viaje, incluso cuando no lo entiendes. A menudo lo que nunca quería o esperaba resulta ser lo que necesitabas.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Miedo al compromiso...

enero 30, 2024


Benditas madrugadas que me inspiran para calmar la frustración de no poder dormir, es curioso lo que me ocurre con mis escritos, escribo de una forma que tengo que releer para analizar los conceptos ya que por la forma lo suscribiría todo punto por punto. 

¿Tiene sentido lo que digo? y he aquí el tema de hoy sobre una teoría que siempre hay que tener presente tanto si estás soltero, como si estás en pareja, estate al 100%. No tiene sentido estar en un amanecer mirando al Oeste ni en un atardecer mirando al Este. Que donde estés, estés.

Vivimos bajo una oleada de cobardía. La mayoría de relaciones fracasa por la inoperancia de unos amantes que lejos de lanzarse con todo se rondan a medio gas. Bajo el nombre de la libertad escondemos nuestro miedo al compromiso. Siempre tenemos una excusa. Decimos “no, es que no quiero esto” o “es que prefiero aquello”, cuando en realidad lo que nos arde dentro es un “no me atrevo”.

Antes, cuando conocías a una persona que te gustaba, el miedo era a terminar, pero te arriesgabas; ahora, aunque encuentres a una persona que te encanta, el miedo es a empezar. Hemos pasado del miedo a la independencia al miedo a la dependencia, del miedo a estar solos al miedo a vivir acompañados, del miedo a morir al miedo a vivir.

Conocemos a las personas con ganas de huir. Cada persona es un mundo entero, y nosotros, en lugar de viajar por ellas, hacemos turismo. Sentimos que si nos quedamos más tiempo del que dura la reserva tenemos que mudarnos allí, y eso nos supone un peso tan grande que hacemos rápidamente las maletas.

Confundimos compromiso con esclavitud, pero la esclavitud es solo esto: vivir bajo los mandatos del miedo. Vivimos en una constante contradicción, en una lucha de fuerzas centrífugas y centrípetas que acaban por paralizarnos. Es una lucha entre huir y quedarse. Necesitamos amor, pero cuando lo tenemos nos resulta una carga… ¡para seguir buscando amor! Pensamos que quedarse es perder libertad porque eso nos obliga a renunciar. Es una sensación de “y ya nunca más podré…” que nos cae encima como una enorme losa.

Sentimos que al comprometernos se cierran puertas a nuevas posibilidades y que con ello se empobrece nuestra vida, y es en ese momento cuando nos vamos en busca de nuevas oportunidades que nunca agarraremos porque siempre nos quedará la sensación de que nos dejamos algo en algún lugar. Lo queremos todo y queremos estar en todas partes, ignorando que estar en todos lados es la mejor forma de no estar en ningún sitio. 

La omnipresencia es la forma más sutil de ausencia que la soledad conoce.

La principal razón para temer el compromiso es que no sabemos lo que es. Confundimos compromiso con esclavitud. Es curioso cómo a una mujer se le llama esposa, a una pulsera, esclava y al dedo en que ponemos el anillo de boda, anular. La idea de que compartir vida nos hace esclavos y nos anula ha inundado nuestro vocabulario. Sin embargo, la esclavitud es solo una cosa: vivir bajo los mandatos del miedo.

No existe un siempre ni existe un mañana. La eternidad es un engaño de nuestra mente. Tratar de prometer la eternidad es, además de falso, absolutamente aterrador. Decir “quiero estar siempre contigo” es más irreal que decir “quiero que siempre sea como hoy”. 

Nadie sabe lo que querrá en el futuro. No existe bolígrafo ni boda que pueda firmar un para siempre. El amor se da, pero no se puede prometer, pues a toda promesa le sigue una deuda y a toda deuda una obligación. Nadie puede entregarse al máximo a una exigencia. Y de eso se trata, de entregarse al máximo. 

Por eso el amor puede ser doloroso, decepcionante o incierto, pero siempre será libre. (Libertad es el apellido del amor omitido por redundante).

La eternidad no es estar juntos en el futuro, sino estar juntos en el presente.

Contra el miedo al compromiso solo hay una solución: comprometerse. Comprométete, pero no te comprometas con él, ni con ella, comprométete con el momento y contigo mismo. Cuando estés con él, o cuando estés con ella, estate ahí y no en ningún otro sitio, porque la eternidad no es estar juntos en el futuro, sino estar juntos en el presente, y no importa tanto el tiempo que compartes como que os esforcéis por vivirlo al máximo y hacer de él una experiencia auténtica. Solo cuando uno extrae lo máximo de una situación puede decidir en libertad si quiere más o no.

Por eso, tanto si estás conociendo a alguien como si ya conociste desde hace tiempo, olvida que le debes algo, porque a la única persona a quien debes es a ti. Y recuerda que el mejor favor que podemos hacerle a ese “para siempre” y la mejor forma de honrar a la eternidad es entregarnos en cuerpo y alma a nuestro momento, a quien tenemos a nuestro lado y no estar en ninguna otra parte.

Finalmente Yo creo que todos o casi todos tenemos miedo al compromiso y pensamos demasiado en el futuro con esa persona que está a nuestro lado cuando en realidad es más fácil. Estar juntos aquí y ahora. Sin miedo a fracasar. 

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

La felicidad es una elección, no un resultado.

enero 27, 2024


Hay dos maneras de ser feliz: mejorar tu realidad o bajar tus expectativas. 

Felicidad es una palabra que utilizamos mucho. Hay suficiente contenido sobre la felicidad como para llenar la biblioteca de una ciudad. Pero, ¿Qué pasa si todo lo que creemos sobre la felicidad en realidad nos frena? ¿Qué pasa si nos aferramos a ilusiones que nos impiden experimentar la verdadera alegría?

La felicidad es una elección, no un resultado. La vida te traerá dolor por sí sola. Tu responsabilidad es crear alegría. Elige encontrar alegría en lo ordinario y deja de lado las falsas creencias que te hacen sentir miserable. La felicidad se cultiva, no se puede lograr. Pero puedes practicarlo a diario. La felicidad no es una ganancia inesperada que se produce una sola vez; es un jardín que necesita un cuidado constante.

Para encontrar la verdadera felicidad hay que:
- Romper los espejos que reflejan las ilusiones.
- Deshacerse de las suposiciones falsas que alimentan realidades falsas.
- Abrirte a la posibilidad de disfrutar de lo ordinario.

Desmantelemos juntos las falsas realidades de la felicidad.

#1: La felicidad es una meta/destino.

La felicidad no es la cima de una montaña que conquistar. Perseguimos ascensos, casas de ensueño, vacaciones exóticas, la relación soñada o el cuerpo ideal, convencidos de que alcanzar estos hitos desbloqueará un estado permanente de felicidad.

A menudo pensamos en la felicidad como un estado final de dicha perpetua. Cuando no logramos alcanzar estas cumbres imaginadas, nos desanimamos y pasamos por alto los momentos de alegría esparcidos a lo largo de la subida.

Pero la felicidad no es el resultado al final de una experiencia; es el viaje mismo. Se encuentra en los momentos cotidianos, las pequeñas cosas, las risas tranquilas compartidas con los seres queridos, el calor de una taza de té, el silencio de los paseos por la naturaleza y la emoción de aprender algo nuevo.

La felicidad no depende de lo que tenemos, pero sí de cómo nos sentimos hacia lo que tenemos. Podemos ser felices con poco y miserables con mucho.

En el trabajo, puedes encontrar la felicidad en el proceso de hacer las cosas, las conexiones que construyes con tus colegas y el tiempo que dedicas a recuperarte, reconstruirte y reconectarte contigo mismo. Perseguir un destino singular sólo nos prepara para la decepción porque la felicidad no es una experiencia única; es una forma de ser.

#2: La felicidad es la ausencia de problemas.

La vida es desordenada. Es una experiencia dual. Experimentas alegría y tristeza, triunfo y derrota. Nadie puede ser feliz todo el tiempo.

La felicidad prospera en el crecimiento. La gente lucha por una vida libre de dolor, dificultades y desafíos. Pero estos son precisamente los ingredientes que hacen que la alegría sea tan preciosa. Superar obstáculos, aprender de los errores y abrazar la resiliencia: estas son las claves para desbloquear una felicidad más profunda y significativa.

La felicidad es una elección, no un resultado. Nada te hará feliz hasta que elijas ser feliz. Ninguna persona te hará feliz a menos que tú decidas ser feliz. Tu felicidad no llegará a ti. Sólo puede venir de ti.

Creer que la felicidad significa vivir una vida libre de problemas es negar la esencia misma de la experiencia humana. Los desafíos son inevitables, pero también son oportunidades de crecimiento, resiliencia y una conexión más profunda.

En lugar de sucumbir a la desesperación, encuentre asombro y significado en lo absurdo de la vida. La verdadera felicidad no significa que la vida será una trayectoria lineal. Todo consiste en afrontar los altibajos con sabiduría, valentía y sentido del humor.

Acepta la impermanencia de la vida. Celebre los altibajos, pero no tema los bajos. Abraza todas tus emociones. No temas a la tristeza, la ira o el miedo. Reconócelos, comprende sus mensajes y permíteles fluir a través de ti.

Desarrollar la resiliencia emocional, la capacidad de recuperarse de desafíos y reveses. Incluso la noche más oscura da paso al amanecer. Encuentra tu fuerza, tu confianza y tu valor dentro de ti mismo.

#3: Todos los demás son más felices que yo.

La comparación genera insuficiencia. Te quita toda la alegría.

Algunas personas creen que la felicidad está reservada para quienes lo tienen todo bajo control. Olvidan que todo el mundo enfrenta desafíos y luchas y que la perfección es una ilusión inalcanzable. Las redes sociales son lo más destacado, no un reality show. Es fácil creer que todos los demás lo tienen todo resuelto mientras tú estás atrapado en aguas poco profundas.

Ser feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que has decidido mirar más allá de las imperfecciones.

Cada uno enfrenta sus propias luchas, sus momentos de duda y desesperación. La verdadera felicidad es encontrar alegría en las pequeñas experiencias, incluso cuando las cosas son difíciles. Es apreciar las cosas buenas de tu vida y dejar de lado la necesidad de compararnos con los demás.

La verdadera realización consiste en aceptar nuestras imperfecciones y elegir prosperar independientemente de nuestras debilidades. Abre tu corazón a la vulnerabilidad y la conexión. Construye un sistema de apoyo de personas que te animen e inspiren. La felicidad es reconocer que nuestros defectos nos hacen únicos e identificables.

Tu felicidad es un trabajo interno. Si bien los factores externos pueden influir en tu estado de ánimo, generar alegría desde adentro hacia afuera es la clave para una alegría genuina. Rompe los espejos engañosos y acepta el complicado proceso de vivir tu mejor vida.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

La preocupación es una experiencia común.

enero 27, 2024


Escribo para personas que sepan tocar el corazón de los demás. Quienes, a través de los golpes del destino, supieron levantarse y mantener la suavidad del alma. Mis escritos buscan que las personas ejerzan sobre todo su libertad, desde la conciencia plena de lo que viven y de su situación, cualquiera que sea esta y que decidan lo que decidan llevar a cabo en su vida, sea para sentirse mejor, evidentemente, en sentido muy amplio.

Si te preocupas demasiado por situaciones que te pasan día a día, me gustaría compartir contigo, 17 pequeños cambios de hábitos, para lograr un gran cambio mental.

Para muchas personas, esto se siente como una rueda de hámster, para mí la preocupación es como una mecedora: te da algo que hacer, pero no te lleva a ninguna parte.

Nuestras mentes giran llenas de ansiedad, atravesando desastres imaginados. Desproporciona los inconvenientes menores y evoca los peores escenarios. Perdemos sueño, productividad y alegría, todo mientras la rueda de las preocupaciones sigue girando. Pero hay maneras de liberarse de las garras de la preocupación y cultivar una mente más tranquila y pacífica.

Preocúpate un poco todos los días y en tu vida perderás un par de años. Si algo anda mal, arréglalo si puedes. Pero entrénate para no preocuparte: la preocupación nunca soluciona nada.

Estos son principios, hábitos y mentalidades con los que me he encontrado después de años de investigación y escritura sobre superación personal. Ya sea que sea un experimentado preocupado o recién esté comenzando a sentir que la rueda del hámster gira, puedes recuperar tu tranquilidad. No existe un enfoque único para salir de la trampa de la preocupación.

Entonces, ¿mi recomendación? 
Experimenta con estas ideas, adáptelas a tu vida y ve cuáles resuenan más. Sigue repitiendo aquellos que dan resultados. Dale unos meses de práctica constante. Si rompes la cadena, no te preocupes. Simplemente regresa a lo que está funcionando.

Lo que te preocupa, te domina y he aquí los cambios de hábitos:

1. Céntrate en los hechos. 
Separa las preocupaciones válidas de los escenarios catastróficos y peores. Piensa en la evidencia: "¿Cuál es la evidencia de esta preocupación?"
2. Limite el pensamiento "qué pasaría si". 
Los escenarios de tipo “¿Qué pasaría sí?” pueden volver loco a cualquiera. Trate de detenerte cuando comiences a caer en ellos y desafía esos pensamientos con evidencia y razón. Puede ser bastante enriquecedor.
3. Cuestione los "¿y sí?" 
En lugar de reflexionar, desafíe activamente tus preocupaciones. Pregúntate: ¿Qué tan probable es realmente este escenario? E incluso si sucede, ¿podrás soportarlo?
4. Deja ir lo que piensan los demás. 
Se más proactivo acerca de tus propios pensamientos, elecciones y acciones. Concéntrate en lo que puedes controlar y deja de lado el resto. No te apegues demasiado a las opiniones de los demás.
5. Desarrollar una perspectiva objetiva. 
Las preocupaciones suelen ser temporales e insignificantes en el gran esquema de las cosas. Póngalos en perspectiva con el panorama más amplio. ¿Qué importancia tiene el resultado en tu vida?
6. Reformular los escenarios negativos. 
Busca los aspectos positivos de las situaciones en lugar de insistir en los negativos. ¿Qué se puedes aprender de la experiencia, aunque sea negativa? o “¿Cómo puedes utilizarlo como una oportunidad de crecimiento?
7. Resolver problemas. 
Si hay algo que puedas hacer con respecto a tu preocupación, actúa. Haz un plan y concéntrate en lo que puedes controlar. Mantente en tu círculo de control. Piense en soluciones, no en problemas.
8. Limite el tiempo de preocupación. 
Programa un tiempo para preocuparte cada día, digamos 15 minutos, para abordar tus ansiedades. Fuera de ese tiempo, concéntrate en otras actividades. Cuando rompas la cadena, repítete a ti mismo que volverás a ella y pasarás a otra cosa.
9. Reconoce el ciclo de preocupación. 
Identifica los desencadenantes de tu preocupación, los pensamientos acelerados y las sensaciones físicas que los acompañan. Rompe el ciclo reconociendo la preocupación y eligiendo activamente redirigir tu atención.
10. Distinguir la preocupación de la resolución de problemas. 
La preocupación a menudo se centra en posibilidades negativas sin una acción concreta. Cambia tu enfoque a identificar soluciones y tomar medidas viables cuando sea posible.
11. Desafiar lo catastrófico. 
Nuestras mentes tienden a pensar en los peores escenarios. Cuestiona estos pensamientos con evidencia y lógica. ¿Cuál es el resultado más probable? ¿Hay algo que puedas hacer para prepararte o influir en la situación?
12. Practica la aceptación. 
Algunas cosas están fuera de tu control. Deje de lado la necesidad de controlar cada resultado. La vida es naturalmente impredecible. Aceptar la incertidumbre puede reducir la ansiedad y liberarte para vivir más plenamente el presente.
13. Cuestiona la probabilidad. 
¿Qué posibilidades hay de que esta preocupación se haga realidad? A menudo, nuestras preocupaciones están infladas y se basan en los peores escenarios. Busca evidencia que contradiga tus miedos.
14. Define lo que controla frente a lo que influye. 
Acepta que no puedes controlarlo todo, pero puedes influir en tus pensamientos y acciones. Concéntrate en lo que puedes controlar.
15. Mejora tus herramientas de gestión del tiempo. 
A menudo, la preocupación surge cuando te sientes abrumado por las tareas y los plazos. Crea un horario o una lista de tareas pendientes para ayudarte a organizar tu tiempo de manera efectiva. Tachar cosas de tu lista puede resultar satisfactorio y reducir la ansiedad.
16. Si tanto te molesta, escríbelo. 
Escribir tus preocupaciones puede ser terapéutico. Le ayuda a organizar tus pensamientos y obtener una perspectiva de lo que realmente te molesta. Además, es una buena referencia para seguir tu progreso.
17. Por último, no seas demasiado duro contigo mismo por preocuparte. 
Es una parte natural del ser humano. Reconocer tus preocupaciones y trabajar para gestionarlas es un paso importante en la dirección correcta.

Saludos.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Cuando dices "sí" a la vida tal como es.

enero 25, 2024



El “sí” a la vida comienza con la conciencia. He estado allí. El único resultado cuando me detengo en mis decisiones pasadas o en cómo espero que cambie el futuro es la miseria. Pierdo el presente en el proceso. Y cada vez que paso demasiado tiempo en mi cabeza, rápidamente me recuerdo a mí mismo lo precioso que es el "eterno ahora".

La mayoría de las veces, la gente lucha con la disonancia de realidades no deseadas. Anhelan una realidad diferente del tiempo: el futuro o el pasado perfecto. Quieren todo lo demás menos el presente.

Cuando luchamos contra la marea de la vida, terminamos deprimidos y ansiosos.

¿Qué tal rendirse a su fluir de vida?

Cuando dices "sí" a la vida tal como es, cuando aceptas este momento tal como es, puedes sentir dentro de ti un espacio profundamente pacífico. Es un simple acto de aceptación que contiene la clave para la claridad interior. No es negación ciega, resignación o complacencia. Se trata de reconocer la realidad del momento presente y sus imperfecciones e incertidumbres y elegir estar presente en él.

“¡Di “sí” a la vida! “Sí” al asombro, a la alegría, a la desesperación. “Sí” al dolor, “sí” a lo que no entiendes. Prueba "sí". Prueba "siempre".

La aceptación no es un enfoque pasivo de la vida. Es un compromiso activo con la vida ahora, una conciencia consciente de tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales. Se trata de observar tu vida interior sin juzgar, dejando espacio para que fluya todo lo que sucede a tu alrededor o para ti. La observación atenta crea un desapego del constante parloteo mental, revelando una paz más profunda que garantiza satisfacción.

Decir sí a la vida ahora es un compromiso proactivo. Es encontrar paz en el flujo orgánico de la vida. También es aceptar y reconocer la vida tal como está sucediendo ahora. Y elegir ser proactivo con tu tiempo presente. Cuando aceptamos la vida, reconocemos nuestra influencia activa. Reconocemos nuestra capacidad de elegir cómo respondemos o canalizamos la energía de resistencia hacia algo significativo ahora. La aceptación se convierte en una herramienta para encontrar la plenitud en el presente.

Sí a la vida es dejar ir cosas que están más allá de tu círculo de influencia. Hay poder en renunciar a la necesidad de que las cosas salgan de cierta manera. Desarma a tu crítico interior, la voz que te recuerda constantemente tus insuficiencias. Silencias la versión de ti que alimenta el descontento. Te liberas de expectativas poco realistas. La carga de perseguir un espejismo futuro es pesada.

El “sí” a la vida comienza con la conciencia. Ríndete a lo que es. Di “sí” a la vida y verás cómo de repente la vida empieza a trabajar a tu favor en lugar de en tu contra.

La conciencia abre la puerta a la apreciación. Cuando estamos verdaderamente presentes y conscientes, notamos las pequeñas cosas. El calor del sol en nuestra piel, la sonrisa genuina de un ser querido. Sí a la vida es elegir disfrutar de tu café o de la vulnerabilidad de una conversación sentida.

Estos pequeños momentos, que a menudo pasamos por alto en nuestro modo de piloto automático, se convierten en fuentes de alegría y gratitud. Reconocerlos es el primer paso para decir “sí” a la riqueza y belleza de la vida. Es la experiencia humana completa; abriéndote a la riqueza de este mismo momento, su belleza y asombro, sus desafíos y lecciones.

Cuando aprendemos a decir “sí” a todo el espectro de experiencias, incluso a las dolorosas, cultivamos una profunda paz interior. Las tormentas pueden azotar, pero en nuestro interior permanece una serenidad constante, el conocimiento de que no importa lo que la vida nos depare, tenemos la fuerza interior para manejarlo con sabiduría. 

Decir sí a la vida no sólo es significativo en todas las circunstancias, porque la vida misma lo es, sino que también es posible en todas las circunstancias.

Ser consciente de tu vida tal como está sucediendo ahora se extiende más allá de ti mismo. Cuando estás sintonizado con el presente, te vuelves más receptivo a las personas y al mundo que te rodea. Notas las señales sutiles en el lenguaje corporal de alguien, las necesidades tácitas de un ser querido y la interconexión de todas las cosas. Esa nueva sensibilidad le permite construir relaciones más profundas y significativas.

El sí a la vida requiere práctica y paciencia. Empieza pequeño. Tomarse un tiempo cada día para simplemente observar tus pensamientos y sentimientos sin juzgar puede aumentar tu conciencia del momento presente. Sumergiéndote en cada tarea, experiencia o evento, uno a la vez. Con cada paso, romperás los muros de resistencia y disfrutarás de una paz real.

Cuando dejamos de resistirnos al flujo de la vida, nos invade una profunda sensación de calma. El parloteo frenético de la mente se ralentiza y es reemplazado por una amplitud que nos permite simplemente ser. Es una paz que trasciende las circunstancias, un conocimiento tranquilo de que no importa lo que la vida nos depare, podemos afrontarlo.

El sí a la vida es para toda la vida. Habrá días en los que la conciencia será difícil de alcanzar, y eso está bien. Lo importante es seguir practicando y cultivando ese aprecio y reconocimiento interior de tu presente. Mientras lo hace, se encontrará abrazando la vida con mayor alegría, propósito y conexión.

La única manera de encontrarle sentido al cambio es sumergirse en él, moverse con él y unirse a la danza. Baila con la vida en lugar de luchar contra ella, y en esa danza descubrirás que la serenidad es la aceptación de la vida no como esperas que sea sino tal como es.

Saludos.

Patricio Varsariah.
Un lector vive mil vidas antes de morir. El hombre que nunca lee vive solo una vez.
 

La verdad sin sublimar de la vida es incómoda.

enero 22, 2024


Hoy escribo sobre 6 verdades sin sublimar que posiblemente te sacudirán de tu realidad (pero que pueden hacerte libre). Puede que sean difíciles de aceptar, pero liberarán tu mente para centrarte exactamente en lo que necesitas en la vida. Úsalos para deshacerte del peso de las falsas expectativas y las presiones sociales. Al final, serás libre de seguir tu propio camino sin pedir disculpas.

La mayoría de la gente preferiría aferrarse a la ilusión de previsibilidad. Las amargas realidades que a menudo decidimos ignorar son las únicas cosas que necesitas para obtener lo que deseas de tu vida. 

Tu mejor vida comienza cuando desafías tus suposiciones más profundas, sacudes tu sentido de estabilidad y comienzas a cuestionar todo lo que creías saber sobre ti mismo.

¿Es tu vida producto de la realidad objetiva o simplemente estás reaccionando a realidades falsas? ¿Cuánta influencia tienen las narrativas que te transmiten en tu dirección en la vida?

Estas verdades no están destinadas a quebrarte sino a restablecer tus prioridades. Por más duras que parezcan, son tu invitación a participar activamente en tu propia vida, libre y sin cargas.

1. Tu propia historia (narrativa) no es la única que se desarrolla.

Eres único, pero no el único. 

Esto no quiere decir que seas insignificante, pero tu narrativa es una entre miles de millones de otras. Cada uno lleva su universo de experiencias y metas. Reconocer la interconexión de casi todo. Somos como islas en el mar, separadas en la superficie, pero conectadas en las profundidades. Cuando nos centramos únicamente en nuestras propias narrativas, nuestras ansiedades y ambiciones se vuelven abrumadoras. 

Dejar ir nos permite escuchar la risa de un extraño, el dolor silencioso de un ser querido y las muchas historias que nos rodean. Es una liberación de la obsesión por uno mismo. Abre puertas a la empatía y la comprensión. Te libera de la carga de la comparación. Dejemos de lado la necesidad de un significado universal.

2. El control es una ilusión.

La vida lanza vicisitudes muy difíciles. Si puedes encontrar formas de afrontarlo, todo cambia a partir de ese momento. Cada giro equivocado o revés encierra el potencial de extraer lecciones invaluables. Un obstáculo no es un callejón sin salida.

Acepta el desorden. Pero requiere un cambio de mentalidad. Aferrarse al control es una batalla inútil que te deja tenso y exhausto. Cultivar la resiliencia. Adáptate cuando las cosas se pongan difíciles. La tarea principal en la vida es simplemente esta: identificar y separar asuntos para poder decirme claramente cuáles son cosas externas que no están bajo tu control y cuáles tienen que ver con las elecciones que realmente controlas.

El coraje de trascender el cambio cambia la vida. La única manera de encontrarle sentido al cambio es sumergirse en él, moverse con él y unirse a la danza. Suelta el volante y aprende a bailar con lo desconocido.

3. La mayoría de las cosas no importan (y eso está bien).

La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos. No te resistas, eso sólo crea tristeza. Deja que la realidad sea realidad. Deje que las cosas fluyan naturalmente como quieran. Gastamos tanta energía en cosas que, en última instancia, tienen poco significado. Esa oportunidad perdida, el error vergonzoso, la vida aparentemente perfecta en Instagram: en el gran esquema, a menudo se convierten en problemas.

El post perfecto o la aprobación fugaz de los demás se desvanecerán. Deje de lado la necesidad de impresionar y lograr logros constantemente. Centrarse en las experiencias, las relaciones y el crecimiento personal.

Las cosas y experiencias que realmente importan son las conexiones profundas, el crecimiento interno y las experiencias que enriquecen tu vida. La verdadera realización reside en los pequeños momentos, no en las grandes narrativas.

4. Recuerda que morirás.

Empiesa a hacer lo que quieras hacer ahora. No vivimos en la eternidad. Sólo tenemos este momento, brillando como una estrella en nuestra mano y derritiéndose como un copo de nieve.

"Recuerda que morirás". Lleva un peso que puede resultar inquietante. Pero dentro de esta inquietante verdad se esconde una profunda libertad para vivir. En lugar de sucumbir al miedo o al nihilismo, contemplar nuestra mortalidad puede convertirse en un empujón para vivir una vida más intencional.

"Recuerda que morirás", nos confronta con nuestro final inevitable, despojándonos de la ilusión de permanencia y obligándonos a reconocer la naturaleza fugaz de nuestro tiempo en esta tierra.

Reflexionar sobre la naturaleza transitoria de la vida puede ser la realidad más inquietante, pero también la más liberadora. Nuestra mortalidad proporciona una preciosa urgencia a la vida. Nos obliga a vivir con intención, aceptar la vulnerabilidad y aprovechar al máximo cada momento. Saber que nuestro tiempo es limitado lo hace aún más valioso.

Vivir con la conciencia de nuestra mortalidad no es una práctica morbosa. Es un acto radical de empoderamiento. Se trata de elegir vivir la vida en nuestros propios términos, con propósito y amor abundante.

5. Tu zona de confort es una jaula dorada.

La gente anhela estabilidad y previsibilidad. Construimos rutinas, nos aferramos a lugares familiares y evitamos la incertidumbre. Pero aquí está la dura verdad: tu zona de confort, al igual que ese lujoso sillón, puede parecer cómoda, pero en realidad es una trampa. Es una jaula dorada que te impide experimentar todo el espectro de posibilidades de la vida. 

El crecimiento florece en los límites, más allá de lo familiar.

La aventura debería contener un 80 por ciento de 'Creo que esto es manejable', pero es bueno tener ese último 20 por ciento donde estás justo fuera de tu zona de confort. Sigue siendo seguro, pero fuera de tu zona de confort.

Cuando te apegas a lo familiar, tu cerebro funciona en piloto automático, sofocando la exploración significativa. Salir te obliga a adaptarte, improvisar y pensar más. Probar cosas nuevas amplía tus horizontes, te expone a diversas perspectivas y enriquece tu vida de maneras que nunca imaginaste.

El crecimiento real se encuentra fuera de nuestra zona de confort. Es al superar los límites, probar cosas nuevas y aceptar lo desconocido que descubrimos fortalezas ocultas. Es la única manera de experimentar la vida al máximo.

Así que sal de tu burbuja, aunque sea un poco al principio. Quizás te sorprendas con lo que encuentres.

6.- Eres suficiente, exactamente como eres.

Compararse con historias seleccionadas y vidas filtradas en línea es una receta para la desesperación. La verdad es que tu estás conectado de manera única y tienes un conjunto de experiencias y perspectivas que nadie más puede replicar.

Ser tú mismo en un mundo que constantemente intenta convertirte en otra cosa es el mayor logro.

Nadie en todo el universo puede recorrer tu camino, ver el mundo a través de tus ojos o reír y llorar con los mismos matices que tú. Tus peculiaridades, tus pasiones y tus defectos son exclusivamente tuyos.

Solo sé tú mismo. Deja que la gente vea la persona real, imperfecta, defectuosa, peculiar, extraña, hermosa y mágica que eres.

Cada tropiezo o cada paso en falso te enseña algo y te convierte en el ser resiliente y compasivo en el que te estás convirtiendo. Corre con tus fortalezas y tus defectos. Sólo hay uno y eso es más que suficiente.

El mundo te necesita a ti, no a una versión filtrada de otra persona. No te dejes estancar por el ideal que crees que deberías ser. Celebra tu vida, tu crecimiento y las pequeñas victorias en el camino.

Saludos.

Patricio Varsariah.

 

Nuestros bajos, reveses y frustraciones.

enero 22, 2024


Los desvíos inesperados son inevitables en la vida. Ya sea que se pierda un tren, un café derramado, un colega desafiante o una fecha límite de trabajo imposible, estos obstáculos a menudo amenazan con arruinar nuestro día. Nuestros bajos, reveses y frustraciones a menudo emergen como adversarios formidables.

Sin embargo, la forma en que respondemos a estas frustraciones puede afectar profundamente nuestras vidas. Cómo reaccionas ante cualquier cosa es cómo vives.

Pregunto:
1. ¿Qué pasaría si nuestras frustraciones y los muchos obstáculos que se interponen en el camino de un día ideal fueran oportunidades excepcionales para la resiliencia mental?

2. ¿Qué pasaría si, en lugar de desinflarnos, pudieran actuar como fuentes de crecimiento?

La madurez es la capacidad de pensar, hablar y actuar según tus sentimientos dentro de los límites de la dignidad. La medida de tu madurez es qué tan espiritual te vuelves en medio de tus frustraciones.
La frustración no es un obstáculo sino un desvío. Es un empujón hacia el autodescubrimiento. Una oportunidad para descubrir fortalezas y debilidades.

En lugar de sucumbir al peso de las exasperaciones diarias, aprovechemos su energía para el crecimiento personal. Los inconvenientes pueden llevarnos a descubrir nuevos caminos de autodescubrimiento. 
Convirtamos las quejas cotidianas en motivación para convertirnos en lo mejor de nosotros mismos.

Te comparto algunas lecciones que he aprendido con los años:

1. Reformula tu perspectiva.

Al final del día, eres responsable de ti mismo y de tus acciones y eso es todo lo que puedes controlar. Entonces, en lugar de frustrarte con lo que no puedes controlar, intenta arreglar las cosas que sí puedes. 
El primer paso es cambiar tu percepción de la frustración. Es una molestia. Sí. Pero considérelo como una señal, un suave empujón hacia un área de mejora. Podría ser una señal de advertencia que insta a tener precaución en el futuro.

¿Qué lecciones puedo aprender de este desvío? ¿Qué revela este obstáculo sobre mis objetivos? Las frustraciones son indicadores de presión interna. Nos dicen áreas que necesitamos ajustar o adaptar. 

Reconocerlos puede ayudarnos a liberar tensiones y encontrar formas más saludables de afrontarlas.

¿Perdiste los estribos con un colega o con un familiar?

Quizás sea una oportunidad para perfeccionar tus habilidades comunicativas. Conecta la frustración con un área específica de crecimiento. Puede ser regulación emocional, establecimiento de límites o gestión de expectativas.

Replantea las dificultades como oportunidades para aprender, experimentar y perfeccionar tus habilidades. Ese simple cambio de mentalidad puede permitirle superar la irritación inmediata. Es una gran oportunidad para la evolución personal.

Preguntas clave para reflexionar:
• ¿Qué desencadenó esta frustración?
• ¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
• ¿Cómo puedo utilizar esto para crecer?

2. Busca la lección oculta.

Sin frustración no descubrirás que puedes hacer algo por tu cuenta.
Cada frustración es una lección valiosa.
Reflexiona sobre la situación, pregúntate qué desencadenó tu malestar e identifica el problema subyacente. 

Si falta a una reunión o cita importante, tómate un momento y pregúntate:
• ¿Es éste un patrón recurrente? ¿A menudo llego tarde?
• ¿Qué hay detrás de la procrastinación? ¿Miedo a salir temprano? ¿Perfeccionismo? ¿Falta de gestión del tiempo?

Una vez que identificas la causa raíz, surge la lección: prioriza mejor o perfecciona tus habilidades de gestión del tiempo.

¿El conflicto en la oficina o en la familia expone tu miedo a la confrontación?

Los desacuerdos con colegas o familiares, pueden hacer que tú te sientas infravalorado y no escuchado. La ira estalla, las palabras duelen. Pero antes de permitir que las llamas te consuman, da un paso atrás y reflexiona:
• ¿Qué desencadenó el conflicto? ¿Es un choque de estilos de comunicación? ¿Prioridades diferentes? ¿Expectativas poco claras?
• ¿Cómo puedo expresarme más eficazmente? ¿Cómo puedo practicar la escucha activa o centrarme en las soluciones en lugar de culpar?

Una vez que encuentres la lección oculta, podrás tomar medidas proactivas antes de que vuelva a suceder.

3. Elévate, canaliza tu energía.

Ve las posibilidades positivas. Redirige la energía sustancial de tu frustración y conviértela en una determinación positiva, efectiva e imparable. La frustración es una potente fuente de energía. En lugar de dejar que hierva a fuego lento y se convierta en negatividad, aprenda a canalizarlo hacia algo positivo.

Canaliza tu irritación en un entrenamiento productivo. Sal a correr o caminar. Ir al gimnasio. La actividad física elimina el estrés de forma comprobada, y el subidón de endorfinas puede hacer que te sientas lleno de energía y empoderado, listo para afrontar el día con una concentración renovada.

Utiliza el conflicto con tu colega o con un familiar, como inspiración para un proyecto creativo. Escribe, pinta, dibuja o escucha música. Deja que tu frustración fluya a través de tu arte y crea algo hermoso.

Transformar la frustración de una fuerza debilitante en un catalizador para la acción. Ya sea escribiendo o trabajando en proyectos personales, convertir la frustración en energía creativa puede generar resultados satisfactorios.

La frustración es una poderosa fuente de energía. Es nuestra elección dejar que nos controle o aprovecharlo para siempre. Entonces, la próxima vez que surja la frustración, elija desatar tu poder sabiamente.

Saludos.

Patricio Varsariah.

El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Una medicina de estilo de vida para toda la vida.

enero 22, 2024


La mayoría de las personas pasan sus días a la deriva. Sus rutinas se han convertido en una cómoda confusión. Trabajar, quehaceres, dormir, repetir; pero anhelan algo más, algo impactante, algo significativo.

¿Pero por dónde empiezas? ¿Qué podemos hacer a diario que pueda tener un efecto dominó en nuestra salud mental y estado de ánimo?

Lo más impactante es tener una conversación significativa con alguien que realmente te guste, cara a cara" si es posible todos los días. "Alguien que realmente te gusta" no significa necesariamente una conexión romántica. Podría ser un amigo de la infancia que te conoce bien, un mentor cuya sabiduría resuena contigo o incluso un conocido casual que abre una ventana a tu yo en la sombra.

Lo que los une es esa conexión genuina, el sentimiento de ser verdaderamente visto y escuchado. El intercambio sin filtros cultiva un sentido de aceptación.

Defino conexión como la energía que existe entre las personas cuando se sienten vistas, escuchadas y valoradas; cuando pueden dar y recibir sin juzgar; y cuando obtienen sustento y fuerza de la relación. 

¿POR QUÉ es tan importante esta CONEXIÓN diaria?

La conexión social es un pilar de la medicina del estilo de vida. Los seres humanos estamos programados para conectarnos y esta conexión afecta nuestra salud. Estos intercambios ofrecen una intimidad, una comprensión y una conexión emocional más profundas que la comunicación virtual simplemente no puede replicar.

Una conversación cara a cara con alguien que realmente te gusta puede parecer mundana, incluso corriente. Pero ese intercambio aparentemente ordinario es clave para una vida más conectada, más rica y alegre.

Las conexiones reales rompen el ciclo de aislamiento y soledad.

La risa compartida te saca de la cabeza. Aprendemos no sólo de estas conversaciones con las personas en las que confiamos o nos agradan, sino también del lenguaje tácito del lenguaje corporal y la resonancia emocional.

Una conversación con alguien que te gusta no se trata de una charla informal; el intercambio de palabras también despierta curiosidad. Lo que se obtiene es un cambio de perspectiva y crecimiento. Las conversaciones significativas abren nuevas vías de desarrollo personal: nos empujan hacia lo mejor de nosotros mismos.

Más allá de la dosis diaria de alegría, estas conversaciones actúan como espejos, reflejan tus puntos ciegos y abren nuevas vías de crecimiento. Desafiamos las suposiciones de los demás, ampliamos nuestras realidades y descubrimos partes ocultas de nosotros mismos.

Los hilos invisibles son los lazos más fuertes. Cada intercambio con alguien a quien admiras es una oportunidad para perfeccionar tu propia brújula, agudizando tu comprensión de ti mismo y del mundo.
No persigas grandes gestos; profundizar en la intimidad de la conexión genuina. Una conversación diaria significativa con alguien con quien realmente haces clic es un superpoder secreto.

Cómo añadir una dosis diaria de significado a tu vida. Prioriza eso.

Crea un espacio diario, aunque sea solo 15 minutos, para fomentar una conexión real. Un paseo matutino para tomar café, una cita rápida para almorzar o una charla nocturna después del trabajo: el entorno importa menos que la intención.

Las conversaciones significativas no tienen por qué ocurrir en un momento determinado o en un entorno formal. No tienen por qué alterar tu agenda. Las rutinas diarias, como tomar una copa con un amigo, dar un paseo con un ser querido o simplemente dedicar tiempo a una conexión ininterrumpida, pueden hacer maravillas con tu estado de ánimo.

Aléjate de las muchas distracciones y dedícalo a este ritual sagrado. Busca aquellos que resuenan con su espíritu y participa en conversaciones que vayan más allá de la superficie. Pregunta, escucha atentamente y se vulnerable con ellos. Esté presente, no sólo físicamente, sino con todo su ser.

El verdadero significado está en las pausas tranquilas, en el espacio pausado de una conversación cara a cara con alguien con quien no te reprimes.

La clave es estar presente, escuchar activamente y crear un espacio para un intercambio auténtico. No subestimes el poder de la intimidad "real" diaria. En el acto silencioso de compartirte con otra persona, desbloqueas el significado.

Conocer gente de una manera genuina y sentir que existe una conexión vital y significativa nos hace cobrar vida.

No espere la conversación "perfecta". Abrir. Comparte tus pensamientos no filtrados, tus tontas esperanzas, tus miedos no expresados. Comparte tus alegrías y tristezas. Es la “medicina del estilo de vida”, para una vida feliz y significativa.

Gracias por tu visita.

Patricio Varsariah.

El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Bailar con la realidad que está en constante cambio.

enero 20, 2024



La única constante en la vida son los cambios de realidad. Todo ser vivo está evolucionando, transformándose y convirtiéndose. La vida no es una experiencia rígida sino una realidad en constante cambio. Veo la realidad como un flujo continuo de energía, una danza con un mundo en constante cambio, somos parte de ello, participantes en el gran desarrollo de la vida. La única manera de encontrarle sentido al cambio es sumergirse en él, moverse con él y unirse al baile.

La vida es algo que disfrutas mientras aún está sucediendo. Si la realidad cambia constantemente, entonces aferrarse al pasado o intentar controlar el futuro es inútil. En cambio, fluir con la corriente en constante cambio. Fluir como un río. Debemos estar abierto y receptivos a la naturaleza impredecible de la vida. Actuar sin resistencia y apreciando la impermanencia de todas las cosas.

Resistirse al cambio, intentar aferrarse a la vida, es, por tanto, como contener la respiración: si persistes, te matas.

Por supuesto, aprender a bailar con la vida lleva tiempo. Se necesita práctica.

A menudo encontramos consuelo en lo familiar, lo predecible. Pero esta resistencia es como una fuente de sufrimiento es como intentar nadar contra la corriente, una lucha inútil contra la corriente. Creo que debemos aprender a “surfear las olas del cambio” para subir a la cima de lo desconocido con gracia y aceptación.

Déjalo ir. Suelta lo fijo, lo predecible y la narrativa cuidadosamente ordenada que pensabas que sería tu vida. Afloja los puños. Abraza lo desconocido, no con miedo, sino con curiosidad, con el asombro de un niño. Es un salto, sí, pero el aire debajo de ti no te dejará caer. Es el aliento de la vida misma, esperando llevarte. Y luego bailas.

No necesitas conocer los pasos ni las rutinas. Siente el ritmo, deja que te mueva. Cada giro inesperado, cada tropiezo es una oportunidad para improvisar, para adaptarse al gran desarrollo del universo. Es posible que te encuentres surfeando las olas del cambio, no sólo capeándolas sino con significado.
Si la vida es la corriente, surca las olas. En el proceso, una transformación te inunda. El miedo se desvanece y es reemplazado por una libertad feroz y estimulante. Abrasa plenamente la experiencia completa. Ríete ante lo absurdo.

Todo es cambio. No te puedes aferrar a nada. Y si te dejas llevar por el flujo, fluyes con él. Sin embargo, si te resistes a la corriente, ésta lucha contra ti. Si te das cuenta de esto, nadas con la corriente, te dejas llevar y estás en paz. Esto es particularmente cierto cuando se trata de esos momentos en los que la vida realmente parece estar llevándonos y la corriente del cambio nos va a tragar por completo. 

No eres sólo un pasajero en la vida, sino un piloto que se abre camino. A medida que el mundo se abre, las posibilidades se extenderán ante ti. Sumérgete en lo que resuena contigo: abraza el presente en constante cambio.

La libertad aguarda, no en ausencia de cambio, sino en el abrazo de su danza. No sólo encontrará sentido al cambio; te convertirás en parte de ello. No significa que debamos ser pasivos. De nada.

Creo firmemente en que debemos tomar medidas y dar forma a nuestras vidas dentro del contexto de un flujo más amplio. Pero pienso que la conciencia de la interconexión de todas las cosas debería guiar la acción. Llamó a esto “acción correcta”, una acción que está en armonía con el flujo natural del universo.

Se trata de reconocer que el río de la vida, aunque impredecible, contiene una sabiduría mucho más significativa que la nuestra. Se trata de salir de las comodidades de nuestra zona segura y permitirnos vivir plenamente, bailar con la marea. Y en ese baile, quizás te encuentres a ti mismo.

Quizás encuentres la libertad que nunca supiste que existía, la alegría que surge del corazón mismo del cambio. Es posible que, para tu sorpresa, descubras que la incertidumbre no es algo que debes temer, sino una fuente de asombro sin fin.

Cuando te liberas de ciertos conceptos fijos sobre cómo es el mundo, descubres que es mucho más sutil y mucho más milagroso de lo que pensabas. Cuanto mayor es la resistencia, mayor es el dolor. No lo olvides.

La vida no es un problema que hay que resolver sino un misterio que hay que experimentar. La única manera de disfrutar de nuestro paso “temporal” único en el tiempo es dejar de lado nuestras expectativas y miedos y simplemente bailar con la realidad en constante cambio que nos rodea.

La aceptación y conexión profunda con nosotros mismos y el mundo, es un camino hacia una vida de alegría. Resistirse al cambio es permanecer en terreno inestable, preparándose siempre para el próximo torrente. Pero vivir de verdad, darle sentido a una vida en constante cambio, es bailar con el cambio.

Todo se vuelve constantemente nuevo. Pero el proceso no es lineal; eso sí, los momentos de incertidumbre y duda están garantizados. Pero en lo desconocido hay posibilidades. Cada nuevo giro de la experiencia fortalece el siguiente.

Cuando la vida te ponga una piedra en tu camino y caes, no te prepares para el impacto. Respira hondo, déjate llevar y únete al baile. La música ya está sonando. La única manera de darle sentido a una realidad cambiante es convertirse en parte de ella.

Antes de irte, reflexiona sobre lo siguiente: "¡Déjalo ir!" y "¡Sigue caminando!" Deja el anhelo de ti mismo, de permanencia, de circunstancias particulares, y sigue adelante con el movimiento de la vida.

Gracias por leerme.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
 

Reglas de vida tácitas que todo el mundo conoce, pero sólo unos pocos las siguen.

enero 20, 2024


Tengo preguntas:

¿Por qué algunas personas se deslizan con gracia por la vida, dejando estelas de luz y risas a su paso? ¿Y por qué otros tropiezan, perpetuamente frustrados e insatisfechos?

¿Qué separa estos dos caminos?

¿Algunas personas son simplemente más afortunadas y nacen con una existencia encantada? ¿O hay un código oculto, un conjunto de reglas de vida tácitas, que sólo los “sabios” siguen?

Las reglas de la vida son complicadas. La gente juega con reglas diferentes. Pero existen reglas fundamentales que las personas con mejor desempeño utilizan para guiar sus acciones. Es posible que le resulten menos cómodos. Pero vale la pena conocerlos. O mejor aún, saber qué funciona para quienes están ganando es fundamental.

Dos reglas básicas de la vida son: 1) El cambio es inevitable. 2) Todo el mundo se resiste al cambio. La mayoría de la gente nunca aprende las numerosas reglas de la vida. Eligen hacer las mismas cosas una y otra vez, pero esperan resultados diferentes. Eso es locura, dijo Einstein.

Comparto 5 reglas de vida tácitas que todo el mundo conoce, pero sólo unos pocos las siguen. Existen en el aire que respiramos, pero es fácil pasarlas por alto, ahogadas por las distracciones de las expectativas, las presiones sociales y el ruido seductor de nuestras inseguridades. No garantizan una vida libre de desafíos. Pero pueden empoderarte para tomar decisiones conscientes, desarrollar mejores hábitos y tomar posesión de la trayectoria de tu vida.

1. La competencia de la vida con un espectro de definiciones.
Es doloroso creerlo, pero en realidad es verdad. Todos somos jugadores que intentamos abrirnos camino y ganar el complicado juego de la vida. Pero ganar adopta muchas formas. Puede ser la euforia de superar sus límites, la profunda alegría de forjar conexiones profundas con los demás, la tranquila satisfacción de dominar una habilidad, conseguir un trabajo o contratar un nuevo cliente. También puede ser el impacto que generas en el mundo, el legado que dejas y el simple hecho de vivir cada día con propósito y pasión.

La voluntad de ganar, el deseo de triunfar, la necesidad de alcanzar su máximo potencial… estas son las llaves que te abrirán la puerta a la excelencia personal.  No existe un camino correcto o incorrecto, ni una tabla de clasificación obligatoria. En verdad, debes competir contigo mismo para mejorar o convertirte en una gran versión de ti mismo. Nadie necesita perder para que tú ganes.

En lugar de fijarte en una definición singular de ganar, toma la libertad de definir tus victorias. Redefinir el éxito no como un objetivo final sino como un viaje continuo de crecimiento, aprendizaje y autodescubrimiento. Establece el listón tú mismo. Canaliza tu energía competitiva para cumplir con tus estándares y expectativas.

2. El mundo real recompensa a quienes hacen las cosas.
Si bien tener metas e intenciones es importante, el mundo real tiende a valorar y recompensar a las personas que van más allá de la planificación y realmente toman medidas para implementar sus ideas y planes.

El mundo real está impulsado por el progreso y el logro de objetivos. Las personas que consistentemente entregan resultados, resuelven problemas y hacen avanzar las cosas son naturalmente valoradas en la mayoría de los campos. Hacen que las cosas sucedan, traspasan los límites y contribuyen al progreso real.
Gran parte del estrés que siente la gente no proviene de tener demasiado que hacer. Viene de no terminar lo que comenzaron.

Las personas que pueden “hacer las cosas” a menudo se consideran proactivas. Toman la iniciativa, identifican oportunidades y abordan los desafíos de frente. Esta mentalidad es muy valorada en muchos aspectos de la vida, incluido el lugar de trabajo y las relaciones personales. En muchos contextos, lo que en última instancia importa es el resultado. El mundo real tiende a reconocer y recompensar a las personas que pueden ofrecer resultados tangibles.

3. Lo que te trajo aquí no te llevará allí.
Los ganadores aprovechan múltiples conjuntos de habilidades. El dominio de algunas habilidades relacionadas te hace más adaptable y capaz de aprender cosas nuevas rápidamente. Puede adaptar fácilmente sus habilidades para adaptarse a las demandas cambiantes y aprovechar nuevas oportunidades.

Por ejemplo, un escritor sólido con conocimientos básicos de codificación puede crear contenido interactivo, mientras que un analista de datos con habilidades de comunicación puede presentar sus hallazgos de manera efectiva.

La vida es una progresión continua de acumulación de habilidades. Las habilidades relevantes que aprendas hoy se pueden utilizar no sólo mañana sino por el resto de tu vida. En lugar de dominar una habilidad, desarrolla un conjunto de habilidades.

Aprende y combina habilidades nuevas, incluso no relacionadas, para volverte más eficiente o valioso. Explora y profundiza en las habilidades que despiertan tu curiosidad. Tu motivación intrínseca alimentará tu vida y la hará más gratificante.

4. La vida es un juego largo: tu estrategia (hábitos, decisiones y elecciones) determina cuánto duras.
Tus decisiones diarias determinan dónde terminas (feliz, saludable, realizado) o miserable. Si aplicas las reglas correctas en cada etapa de tu vida, es posible que dures un poco más. La vida es un desafío, ¡enfréntalo! ¡La vida es un sueño, date cuenta! ¡La vida es un juego, juégala! La vida es amor, ¡disfrútala! 

Elegir hábitos saludables como el ejercicio y una nutrición adecuada puede influir en el bienestar físico y mental, mientras que fomentar relaciones más profundas y realizar actividades significativas puede hacer maravillas para tu satisfacción emocional.

El objetivo no es necesariamente añadir años a nuestras vidas sino vida a nuestros años. Las decisiones que tomamos, grandes y pequeñas, son la forma en que vivimos.

5. La felicidad es ser responsable de la propia experiencia.
La felicidad significa tomar posesión. Eso significa un compromiso activo con tu vida. Tomar decisiones deliberadas sobre tus pensamientos, hábitos y acciones también significa establecer metas, perseguir tus intereses, cultivar relaciones y participar en actividades que te brinden alegría.

Si esperas que los demás te hagan feliz, siempre te decepcionarás. Ser responsable significa no culpar a los demás por tu infelicidad. Hasta que no te hagas cargo de tu vida, siempre estarás persiguiendo la felicidad.

La verdad más importante sobre la felicidad es ésta: tu felicidad es tu responsabilidad personal. En lugar de buscar ser feliz gracias a una persona, un trabajo o un factor externo, considera las relaciones y el trabajo como salidas para la felicidad y concéntrate en cómo puede brindar más felicidad.

La felicidad es un trabajo interior. No le des a nadie tanto poder sobre tu vida. Todo lo que está fuera de ti puede ayudarte a mejorar en la vida, pero no es el medio para tu felicidad.

Patricio Varsariah.

El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.