Para alguien a quien le gusta escribir y compartir sus letras, como es mi caso, el hecho de saber que hay personas que por algún motivo siguen tus idas y venidas, es una gran satisfacción. La mayoría de la gente que a menudo entra a mi página WEB, lo hace desde el cariño.

Otras por mi forma de expresar lo que siento en cada momento.

Hay quienes lo hacen porque comparten la afición de escribir, y también las hay (aunque me consta que son la minoría), que lo hacen simplemente esperando encontrar un escrito con el que puedan deducir que mi vida no anda bien. 

A esas personas es a quien les dedico hoy estas letras. A esas personas que prefieren culpar a los demás, de sus fracasos personales, emocionales o sentimentales. Cuando son ellas, las únicas culpables de cómo han manejado los hilos de su vida. A esas personas que entran aquí a cotillear en busca de algún episodio de novela negra, algún capítulo del que pudiera avergonzarme o alguna página que debiera arrancar de mi vida. 

A esas personas sólo quiero decirles, que estoy plenamente orgulloso de cada una de las cosas que he vivido (buenas, malas o regulares). Orgulloso de cada uno de mis tropiezos, porque de ellos he aprendido y madurado. Orgulloso de cada una de las personas que han entrado en mi vida. De las que se han ido y de las que se han quedado, porque de todas aprendí algo…con todas viví algo único e irrepetible.

El tiempo no se puede detener ni rebobinar. El pasado es eso, pasado. Experiencias y lecciones que conforman nuestro particular cuaderno de vida. Orgulloso de mis fracasos porque han supuesto una nueva oportunidad de recomponerme y mirar al frente. Con cada uno de ellos he madurado, me he enriquecido y sobre todo, me han demostrado lo fuerte que soy. 

Orgulloso de las lágrimas que he derramado, porque la vida me ha compensado con un montón de sonrisas. Orgulloso de lo que he hecho, aún cuando mis acciones hayan sido erróneas, porque tengo la tranquilidad de que jamás he hecho nada con la intención de hacer daño gratuito. A esas personas que se atreven a hacer juicios de valor sobre mi persona, sin tan siquiera conocerme, sólo puedo darles las gracias. Gracias por hacerme importante en sus vidas, porque aunque sólo sea para juzgarme o criticarme, se toman la molestia de tenerme presente.

Sé que es mucho más fácil arremeter contra los demás, en lugar de mirarnos en el espejo y preguntarnos cuál es nuestro nivel de responsabilidad en esto o en aquello. Es menos doloroso buscar culpables a nuestra infelicidad fuera de casa, fuera de nuestro alcance, porque así podemos justificar mejor nuestros propios errores. Es más sencillo pensar que nada hubiera pasado si tal persona, no se hubiera cruzado en nuestra vida, pero nadie se cruza en la vida de nadie por casualidad, y la decisión de si ese alguien se queda o no, es nuestra. Somos nosotros quienes abrimos o cerramos la puerta a quienes aparecen en nuestra vida. Somos nosotros quienes tenemos la última palabra. 

Cuesta menos criticar e injuriar a otro, que hacer examen de conciencia. Sí, me he podido equivocar en muchas de mis decisiones, pero soy el único responsable de ellas. Cada uno de los escritos de esta WEB, es un pedazo de mi vida. Cada uno de mis retales es un trozo de mi alma.

He amado y he querido (que no es lo mismo), y también he confundido alguna vez el amor con otros sentimientos. He sido el primero para algunas personas, y el ultimo para otras tantas. Me han querido con locura, y también me han querido desde la locura. Me han desarmado el corazón y también me lo han recompuesto. Me han dado nuevas oportunidades y también las he dado. Me han hecho grande y también pequeño. Me han hecho creer en la vida por encima de todo y también me han matado en vida. 

Me han regalado lunas y estrellas y también me han bajado a los infiernos, han perdonado mis errores y yo también he perdonado. Me han hecho sentir el hombre más feliz del mundo y también el más desdichado. Me han endulzado el oído, mientras me daban de beber el veneno de la traición. Y me quedo con TODO…porque todo forma parte de mi vida.

He perdido muchas batallas, pero voy a ganar una guerra. La más importante, la única que me preocupa… la guerra contra mí mismo. La guerra contra mi “quiero y no puedo”. Por eso no me avergüenzo de NADA de lo que he hecho. He sorteado las muchas dudas que me han traído hasta aquí. He cometido muchos errores pero que nadie olvide que en la oscuridad es muy fácil tropezar con cualquier obstáculo. 

Así que a esas personas que me siguen, con el único interés de abrir un día mi página WEB y encontrar algo que les haga regocijarse en mi dolor, sólo decirles que ese día, también estaré orgulloso. Lastimado, pero orgulloso, porque el dolor también es un sentimiento, y mientras sea capaz de sentir, significará que estoy vivo. 

Antes de concluir, sólo una cosa más: 

No te culpo de culparme, ni te juzgo por juzgarme. Puedo llegar a entender tu rabia y hasta tu dolor, porque como sé que me sigues, sabrás que he pasado por algo similar. Sólo permíteme que te recuerde que el amor todo lo puede, y todo lo perdona. Es duro darse por vencido cuando aún se siente, pero para que el amor se sostenga tienen que haber dos corazones latiendo al mismo son.

He dicho...
                 Patricio Varsariah.
No puedo enseñarle nada a nadie, solo puedo hacerles pensar.