no se puede dar marcha atrás..
Publicado por Patricio Varsariah el domingo, octubre 23, 2016
No estamos tan mal, no todo es malo en la vida, pero aun así añoramos cosas del ayer. No podemos dar marcha atrás, lo pasado, ya pasó. Tenemos que seguir adelante, y lo haremos: valorando el ayer, pero pensando en lo bueno de hoy, sintiendo, amando, y sintiéndonos realizados.
Aprendí con los años que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante, es una gran verdad.
Con el paso del tiempo aprendemos los valores de la vida, inculcamos esos valores a nuestros hijos y llevamos en el pensamiento el temor de un día verlos partir de nuestro lado, el temor de no estar ahí para protegerlos, para cuidarlos para darle el cereal en las mañanas y la bendición en las noches… pero la vida se empeña en pasar y pasar, y no podemos evitar recordar y añorar ese momento en el cual nos quedamos tal y cual como la iniciamos.
No podemos dejar de sentir esa melancolía de mirar atrás y recordar los primeros pasos de nuestros hijos, la primera palabra, los primeros pasos, todos esos detalles que nos hacían sonreír, sus abrazos, sus besos, algunos ya no están a nuestro lado porque se han ido para siempre, y otros que se han separado porque la vida así se los ha exigido…
Recordamos y añoramos cómo era la vida antes, pero siempre con la plena conciencia de saber que en este mismo presente, alguien nos ama.
No podemos dar marcha atrás cuando la vida nos ha golpeado o nos ha quitado algo, porque tenemos que seguir adelante. ¡Aun con los ojos llenos de lágrimas, hay que seguir adelante!, ¡y si tenemos el corazón roto, también!, aún con el dolor a cuestas por lo que se ha perdido y se ha quedado en el camino, hay que seguir adelante… Pero sobre todo, no solamente seguimos adelante para amar, ni para saber que aún podemos albergar ese sentimiento… no. Lo que verdaderamente importa es demostrar día a día lo mucho que se ama, con detalles, con palabras, ¡y con hechos! Demostrar que el amor todo lo puede, el amor todo lo da. No midas el amor que des, no raciones, y no olvidemos que cerca o lejos existe una madre, un padre o un ser amado que piensa en ti, que te extraña y que siempre está con los brazos abiertos por si decides volver.