Independientemente del motivo que nos esté ‘atando’ al pasado, el problema está en que mientras vivimos nuestro presente añorando ‘lo maravilloso que ya pasó’ o sufriendo por lo que nos causó dolor, se nos está pasando la vida, como se nos pasa el agua entre los dedos cuando intentamos retenerla. Es así como perdemos la posibilidad de vivir y disfrutar un presente diferente, ¡siendo el presente lo único que tenemos! Porque el pasado ya pasó, no lo podemos cambiar, y el futuro no sabemos qué nos traerá. En ese sentido, el presente que vive cada persona puede ser distinto independientemente del pasado ya vivido. 

Me gustaría regresar al principio y empezar de cero. Hacerlo todo otra vez, pero distinto. Arreglaría tantos errores, cambiaría tantas decisiones...Pero no puedo reescribir mi historia. De todas formas me gusta pensar que no hay mal que por bien no venga, y que de cada uno de esos errores puedo sacar algo positivo. En esta vida de todo se aprende algo, y hay lecciones que son necesarias, aunque duelan.
Al fin y al cabo,hoy soy lo que soy porque me equivoqué mucho pero aprendí más, tropecé mucho pero me levanté más (y tendré que seguir haciéndolo). Creo que la vida es bastante justa, o lo ha sido conmigo, porque cada vez que perdemos algo, obtenemos algo a cambio. Yo he perdido el tiempo, he desperdiciado años de mi vida, he maltratado mi cuerpo y mi salud, he dejado escapar oportunidades y he perdido familia y amigos...

Pero también he ganado mucho. He encontrado amistades increíbles, he crecido y he aprendido lecciones que de otra forma no habría aprendido. He vivido experiencias nuevas, he alcanzado metas y me he conocido mejor a mí mismo.Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y ahora entiendo que es verdad.

Hace poco alguien me dijo que puede que todo lo que he pasado, todas las veces que me he equivocado y todo ese dolor... puede que algún día me sirvan para ayudar a alguien que pase por algo parecido. Quién sabe, pero la idea me gusta. Supongo que después de todo, puedo sacar muchas cosas buenas de algo tan horrible.

Y visto así, la cosa cambia. Si tuviera de verdad la posibilidad de volver al pasado y cambiarlo, probablemente no lo haría. Sí, podría ahorrarme muchos malos ratos y ahorrárselos a mi gente... pero creo que la mayor parte de las cosas que la enfermedad me quitó, estoy a tiempo de recuperarlas.

¿Quién no tiene heridas de guerra? Todos tenemos monstruos contra los que pelear. Las batallas perdidas también nos fortalecen o nos enseñan algo. Las heridas con el tiempo cicatrizan, se curan, dejan de doler. Se convierten en historias y nada más. Desaparecen. En cambio, las lecciones aprendidas se graban a fuego en la memoria y nunca dejan de ser útiles. Y´a mí, eso ya no me lo quita nadie.