​​ Nadie muere antes de que le haya llegado su hora. A veces nos gusta creer que controlamos nuestro destino, que nos cuidamos, que no nos exponemos a peligros, que somos positivos y vivimos del lado de la luz y del bien, que entonces estamos generando un "buen karma" que dicen por ahí y eso nos librará de todas las desgracias. Según esas leyes que algunos pregonan sin conocimiento, la vida te devuelve lo que tú le das.

En fin, permítanme discrepar, al menos de ese concepto malentendido de karma que está tan extendido en occidente y que se usa hasta la saciedad en miles de páginas de pensamiento positivo y desarrollo personal.

Profundizando y leyendo los textos adecuados se ve que el karma dista mucho de esa idea simplona. Cuando ves morir a un ​ser querido te preguntas : ​ ¿Qué habré hecho yo tan malo en esta vida como para merecer esto? Pero entonces no tienes más que encender la televisión o abrir un periódico, ¿Qué han hecho todas las víctimas de las guerras, accidentes, enfermedades, atentados y violencia de todo tipo? ¿A caso están pagando un mal que cometieron? No, al menos no por nada que hayan hecho conscientemente en esta existencia. Dejemos a un lado filosofías orientales que aún nos son lejanas. Si algún día te preguntas por qué a mí, respóndete por qué no.

 Nada protege frente a la muerte. Ni siquiera el amor. Pero el amor es lo único que la vence, aunque no en este plano físico. ​

Muerte, entiendo que cumples tu misteriosa función que es de ese modo y de ningún otro puede ser. Muerte, te llevas tanto... pero lo que a lo mejor no sabes es que siempre se queda mucho más de lo que se va.