Mis sentires sueltos de mi alma.
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, febrero 19, 2021
Este es un escrito que nace de unos días de tristeza y depresión por no encontrar la luz que necesitaba mi alma y con un beso le he cubierto de suspiros para ayudarme a escalar la cumbre de la fe.El alma no crece en los árboles, sin embargo, se nutre de nuestro entorno, como el cuerpo de la comida. El alma necesita ser alimentada con visiones hermosas, palabras que llenen o por quien sabe besar el alma.
Besar el alma es saber tener paciencia, comprensión, y nunca juzgar a nadie, simplemente aceptar las personas como son es abrazarse cuando hay soledad, cuando se está triste sin decir nada, solo sostenerse con ese abrazo de apoyo, es sentarse juntos cuando no hay necesidad de hablar, cuando solo hace falta el silencio, al no hacer preguntas.
Besar el alma, es sentir otras manos que dan apoyo fortaleciendo esa esperanza de vida y de compañía, es decir un te quiero con la mirada, es fácil, solo basta que decidamos bajar del pedestal del orgullo que muchas veces nos rodea y nos consume.
Cuantos de nosotros necesitamos de ese beso en el alma que nunca llega, besar el alma y el corazón de mi entorno con un gesto, una palabra amable, una sonrisa, un “sigue adelante, yo te apoyo” o también algo gracioso que haga sonreír cuando las horas marchitas de la rutina llegan y nos olvidamos de ese acto que relaja los labios y se nos ilumina la mirada, a veces es tan sencillo y nos empeñamos en hacerlo difícil, pero terco o soñador aquí estoy insistiré en que besar el alma sea algo cotidiano, como un Hola, un te Ayudo, un Gracias y un Por Favor, valores que he aprendido y continuo, y por ello también besar el corazón, el alma, el sentimiento que me une a mi familia, a ti que me lees lo haré valer.
Me armé de un manojo inclaudicable de sentires, cubrí mi alma de suspiros, mil jornadas he caído en los brazos del dolor, en las gotas de rocío se humedeció alguna vez mi último sueño, así fui masticando días de triste realidad, gasté mis manos escalando la cumbre de la fe, miré arriba y vi la arrogancia del que jamás miro para abajo, miré para abajo y vi el sin sabor del que nada logró, vi la paz y me pregunté, ¿dónde quedan los muertos en su nombre?
Vi, tanta soledad en un mundo lleno de tanta locura, los pies descalzos de un hombre que toda su vida trabajo y hoy lo cobija la cruel escarcha de un sueño perdido, vi mil rostros inertes buscando a Dios sin mirar su propio corazón, y finalmente vi este nuevo amanecer lejos del tiempo y me sentí vivo, más allá del propio sustento, hoy VIDA te agradezco por esta maleta de sueños, que guardo en mi pecho, hoy siento que SER es sentirse vivo más allá del triunfo o fracaso y sé que están los anhelos nutriéndose en cada paso dado y miro en mi espejo el retrato lucido de mi sentimiento que me lleva a través del tiempo en un eclipse de alados sueños...
Dios ampare el corazón de quién sueña por amor, Yo seguiré soñando por ese necesario amor.
Yo quisiera estar entre vacías tinieblas, porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y la vida me aflige, impertinente amada que me cuenta amarguras. Entonces me habrán abandonado los recuerdos: ahora huyen y vuelven con el ritmo de infatigables olas y son lobos aullantes en la noche que cubre el desierto de nieve.
Para mi compañera del camino: Soy la voz del silencio, soy la sincera expresión de lo que siento, soy quien en la magia de esta vida atesora un sueño, soy yo o acaso soy el reflejo de un amor nacido así, simplemente mágico, soy quien en la noche te susurra al oído, quien en la penitente distancia abraza tu mañana, soy quien va y viene pero deja en ti su alma, soy yo glorificando tu presencia, quien en tantos clamores te dice un todo queriendo sanar su alma probando la miel de tus nobles labios y también soy el ultimo que dibujara tu cuerpo con mi enamorado latido para fundir en ti mi corazón.
En el trote lento de la vida, en los amaneceres del pensamiento, en los tiempos ya sin tiempo, en los que solemos repensar la historia, buscamos en la memoria perdida del pensamiento, caminos y sufrimientos, alegrías verdaderas, buscando hallar la esencia primaria del existir, buscando en el ir y venir las huellas de los pasos perdidos. Tanto buscamos que se nos escapa la vida como el viento pasajero, miramos nuestra vida y nos preguntamos, ¿qué será que el destino nos depara?, nos detenemos y miramos nuestros adentros, queremos mil respuestas, tanto nos preguntamos qué olvidamos vivir.
Yo elijo vivir a la luz de mi corazón, ya que él es mentor de cada sueño de mi alma, guardaré las preguntas para el divino, dedicaré mi vida a sentir sin mirar lo pasado, ya mis manos se han cansado de rasguñar preguntas, hoy más que nunca me empeñare en vivir.
Dios bendiga el camino de mis sueños.
Patricio Varsariah.