luchando por vivir...
Dedicado
a la familia que hoy sufre por la situación que tiene que enfrentar
al ver a su ser querido luchando por vivir.
La
vida en ocasiones se torna difícil de entender y parecen lejanos
esos tiempos en los que lo vivenciado fluía ágil y liviano.Cuando
la vida nos trae momentos desgarradores, necesitamos distancia,
buscar la brújula maestra que esperaba paciente en algún rincón
para darnos la fuerza que nos haga entender y enesenar el camino que a veces
toma la mente cuando decide de manera aleatoria tocarte cual varita
mágica.
A veces fallan las fuerzas sin ninguna razón
aparente y el mundo entero parece convulsionarse a tus pies. Y no hay
tristeza ni cansancio, no hay dudas ni olvidos. Sencillamente un
sentimiento desconocido que parece querer coger un protagonismo que
no le ha sido cedido y de una manera silenciosa se va adueñando de
un terreno con ansias de ser abonado.
A veces miras de reojo
cuando sientes que eres el único o la inica protagonista de esta historia, tu
historia. Y aunque sabes que no estas sol@ porque sientes los pasos
de aquellos que te acompañan te estremeces al pensar que quizá no
estas preparado, pero de alguna manera ya aceptaste el reto, ya no
hay marcha atrás.
Y es que así se conjuga la vida, el
péndulo no se mantiene inerte y en ese trayecto de ida y vuelta
recoge y suelta, apaga y enciende, da y quita. sientes que
necesitas parar detenerte, reposar y mirar lo creado. Aceptar que el
día es perecedero, que tras la noche siempre llega el alba y con
ella vuelve el ascenso deseado que nos traerá nuevos retos, nuevas
miradas que nos harán crear, vivir y sentir mas allá de los
sentidos.
Perder gran parte de una vida peleada a fuerza de
sacrificios, renuncias y dosis controladas de amor y preguntarse y
entender porqué me resultaba altamente difícil.
Cuando todos
los recuerdos se limitan a los posos que a fuerza de ser sufridos
quedaron sumidos en lo más profundo de un subconsciente que a los
demás nos resulta prácticamente ajeno por no vivido. Y miras esos
ojos en los que apenas queda un vago recuerdo de quien fue y sólo
puedes sonreírle para que en ese gesto encuentre algún signo aún
viviente de complicidad porque el presente, su presente, se limita al
instante sin más pretensión y te aferras a el porque sabes que acto
seguido te mirará de nuevo sin reconocer quien eres.
Y solo
te queda la caricia cálida de un último intento por hacerle sentir
la energía sagrada de aquél cordón que les mantuvo unidos y que
permanecerá a través del tiempo más allá de esta vida, más allá
de ese mágico momento en el que su mirada parece reconocer a quien
tiene delante aunque sólo sea en el segundo incierto de un
suspiro.
Y te aferras a un recuerdo y acaricias esa cara y
esas manos y preguntas a esos ojos, “Dónde estás”… Y no hay
respuestas, pero aciertas a descubrir un punto de brillo en la mirada
y te conformas y le sonríes de nuevo porque sabes que el amor se
reconoce más allá del tiempo, más allá del instante.
Porque en el
fondo de tu corazón sabes que hay cosas que no caducan.
Porque
sabes que en el fondo el amor, no olvida.
Saludos.
P.Varsariah.