Los verdaderos tesoros de la vida.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, marzo 11, 2024

La vida secreta de las personas que acumulan experiencias, sentimientos y recuerdos que el dinero no puede comprar. Una “buena vida” se mide por la profundidad de tus conexiones, la amplitud de tus experiencias y la cantidad de recuerdos que creas.
Valoro conscientemente las experiencias por encima de las cosas. No siempre obtengo lo que necesito, pero apunto a ello. Interrumpo deliberadamente mi rutina para experimentar algo nuevo al menos una vez al mes.
Hacer las cosas de manera diferente conduce al "flujo", un estado de inmersión profunda y motivación intrínseca. Las investigaciones muestran que el flujo contribuye al crecimiento personal, el desarrollo de habilidades y la sensación de realización.
El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, buscar con entusiasmo y sin temor experiencias más nuevas y ricas. Lo que experimentamos, sentimos y recordamos son los verdaderos tesoros de la vida. Son las verdaderas fuentes de felicidad.
Decenas de investigaciones lo demuestran que gastar en experiencias se correlaciona directamente con una mayor felicidad, independientemente de cuándo se mide la felicidad (antes, durante o después del consumo). Otra investigación encontró una correlación negativa entre el materialismo y la satisfacción con la vida. Otros estudios muestran que tendemos a valorar más las posesiones simplemente porque las poseemos (el efecto dotación). Sin embargo, los recuerdos no están sujetos a este sesgo. Siguen siendo valiosos independientemente de su forma tangible, lo que los hace **intrínsecamente valiosos.
La buena noticia es que no necesitas mucho dinero para acumularlos. La satisfacción o plenitud de la vida no proviene de lo que poseemos sino de lo que experimentamos. El placer de adquirir el último dispositivo y presenciar un impresionante amanecer en la cima de una montaña no es el mismo.
Si bien las cosas que compramos pueden brindarnos un placer fugaz, el mirar un amanecer garantiza asombro, asombro y una conexión con algo más grande que nosotros mismos. Crea un recuerdo duradero que atesoramos por el resto de nuestras vidas. La vida no es sólo el paso del tiempo. La vida es la colección de experiencias y su intensidad.
Las experiencias, los sentimientos y los recuerdos son más ricos que las cosas porque son únicos y personales. No se pueden replicar ni comprar en el mercado. Una risa compartida con un ser querido. La emoción de superar un desafío. La tranquila satisfacción de ayudar a los demás. La alegría de lograr una meta. El amor genuino compartido con una pareja. Estos son momentos que moldean quiénes somos y dejan una impresión que recordamos de por vida.
Las experiencias emocionales que cambian la vida crean “recuerdos flash”, que son muy detallados y duraderos. Las investigaciones sugieren que estos recuerdos se convierten en parte de nuestra narrativa de identidad, moldeando nuestra autopercepción y proporcionando un significativo a la vida.
Las experiencias se convierten en las historias que contamos, las lecciones que aprendemos y la fuente de fortaleza y esperanza cuando la vida nos presenta obstáculos. Recordar la calidez de una amistad de la infancia o el regocijo de lograr una meta largamente perseguida puede levantarnos el ánimo y reavivar nuestras pasiones incluso cuando luchamos por afrontarlo.
La riqueza intangible de buenos sentimientos puede incluso contribuir al crecimiento y la conexión personal. Cada nueva experiencia abre la puerta al autodescubrimiento, empujándonos fuera de nuestra zona de confort y ampliando nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Compartir estas experiencias con otros fortalece nuestros vínculos, creando recuerdos compartidos que el dinero simplemente no puede comprar.
La experiencia de la vida no tiene precio. El dinero puede comprar un billete de avión, pero no puede replicar la emoción de alcanzar la cima o la satisfacción de ayudar a los demás.
Los recuerdos de buenas experiencias pasan a formar parte de nuestra narrativa personal. Nos recuerdan quiénes somos, dónde hemos estado y lo que realmente importa.
El dinero puede comprar souvenirs, pero no puede capturar el sentimiento de un atardecer compartido o la risa de una buena amistad. Vale la pena priorizar las experiencias, los sentimientos y los recuerdos sobre las posesiones. Es un estilo de vida que cambia la vida y que cambia nuestro enfoque hacia el crecimiento, la conexión y el significado personal.
Con los años he aprendido que debemos invertir en nosotros mismos y en las relaciones que importan, creando una vida rica en buenas experiencias y emociones felices, no solo en riqueza material, si no también aportando felicidad a nuestras experiencias cotidianas en lugar de intentar extraer felicidad de ellas y, sea cual sea el aspecto de la vida, seremos felices.
Busca experiencias que te desafíen, sentimientos que te conmuevan y recuerdos que permanecerán contigo mucho después de que olvides el precio. Es la clave para la mayor riqueza.
Una “buena vida” no se mide en dólares, euros, pesos y centavos, sino en la profundidad de tus conexiones, la amplitud de tus experiencias y la cantidad de recuerdos que creas.
Una gran vida no se trata necesariamente de lo que posees. Es la riqueza de tus experiencias, los sentimientos que has cultivado y los recuerdos que aprecias. "Comprar posesiones puede resultar agradable durante un breve período de tiempo, pero crear recuerdos a través de experiencias significativas suele ser más gratificante a largo plazo.
Sal, crea tus propias aventuras, recopila recuerdos invaluables y descubre el verdadero significado de una gran vida.
Que cada viaje, decisión o paso que den hoy, los acerque un poco más a sus sueños y metas.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.
*Agradezco tu visita si pasas por aquí. -