Los tiempos peligrosos no son nuevos esconderse en el miedo no cambia nada.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, junio 18, 2025

¿Qué sentido tiene algo cuando todo parece desmoronarse? El miedo nos rodea a diario. Está en las noticias. Está en nuestras redes. Incluso está en nuestras conversaciones. A qué nos enfrentamos. Y qué hacer ahora mismo.
Lo primero que debemos hacer es recomponernos. Si una bomba atómica nos va a destruir a todos, que esa bomba, cuando llegue, nos encuentre haciendo cosas sensatas y humanas: rezando, trabajando, enseñando, leyendo, escuchando música, bañando a los niños, jugando al tenis, charlando con nuestros amigos; no apiñados como ovejas asustadas pensando en bombas. Puede que nos destruyan el cuerpo (un microbio puede hacerlo), pero no tienen por qué dominar nuestras mentes.
Mi mensaje es muy simple: Vive. No en negación, no en desesperación, sino con valentía, propósito y alegría. El peligro es real. No soy ciego al miedo. Lo que digo es que: trasciende el miedo. Sé más valiente. Elige vivir, incluso cuando aún no puedas ver la luz. Incluso ante la destrucción (guerras, pandemias, colapso), seguimos siendo humanos. Y debemos vivir como tales.
El miedo no es el enemigo. La rendición sí lo es. "¿Y si esto sucede?" "¿Y si aquello se derrumba?" "¿Y si el mundo se derrumba?" Todas estas son preguntas legítimas. Tienes todo el derecho a temer por tu vida. Pienso que darles vueltas a estas preguntas es como esperar a que ocurra lo contrario. El miedo puede sacudirte, pero no tiene por qué robarte la mente ni las ganas de vivir. Elige vivir, especialmente cuando la vida se siente peligrosa.
El miedo quiere paralizarte. Quiere que te obsesiones con desastres que no puedes controlar. Deja que lo peor venga, pero no dejes que te robe el hoy. Puedes ver las noticias, pero luego cierra la puerta y cena con tus seres queridos. Prepárate sabiamente. Pero no dejes que la ansiedad se apodere de tu mente.
No deseo instruir en la ignorancia. Mi deseo es enseñarte al desafío. Existe esta simple verdad: sigo teniendo la posibilidad de decidir qué tipo de persona soy, incluso en tiempos peligrosos. O permito que todo lo que veo, leo o escucho se apodere de mi vida o me hago cargo de lo que puedo controlar. El mundo puede sentirse frágil ahora mismo, pero puedo seguir haciendo las cosas pequeñas, hermosas y normales.
Haz lo que debas. Empieza tu día con un propósito. Prepara ese café. Pasa tiempo de calidad con tus amigos y familiares. Pon tu música favorita en repetición. Da ese paseo. Enséñale a alguien algo que no sabía ayer. Sigue escribiendo. Sigue amando. Preséntate por ti mismo y por tus seres queridos. Es lo humano. No se trata de si estoy a salvo o no, sino de si estoy vivo o no. Eso es lo que hago. Es lo único que puedo controlar. Tienes esa opción a diario.
Debemos elevarnos por encima del caos. No dejar que todo lo que lees en las noticias te secuestre el alma. No controlamos lo que los políticos deciden arriesgar. Ni el rumbo de la economía. Pero sí controlamos cómo vivimos hoy. Puedes cenar con amor. Puedes sentarte y tener mejores conversaciones con tus seres queridos. O reír, incluso cuando tengas miedo. Eso no es negación. Eso es valentía.
No esperes a que pase la incertidumbre. O a que el cielo se despeje. No lo hará. No esperes a que las cosas se calmen. Siempre hay algo incierto. La gente ha visto cosas peores. Vive ahora. No después de que pase el caos. No cuando sea seguro. Ahora. Pueden que nos destruyan el cuerpo… pero no tienen por qué dominar nuestra mente.
Vive con la mano abierta. Y el corazón. El mundo se siente peligrosamente incierto. Cuando el miedo te invada, elige lo sobrehumano. Vive. Es aún más difícil si estás atrapado en una guerra que no pediste. Pero es lo único que puedes controlar. Si dejas que el miedo gane, el peligro no tiene por qué destruirte.
Ya te lo has hecho a ti mismo. Cada vez que otra crisis amenaza con apoderarse de nuestras vidas. No quiero darle demasiadas vueltas ni congelarme. No necesitas resolver los problemas del mundo tú solo. No necesitas cargar con todo el peso. Solo necesitas mantenerte humano, especialmente cuando parece imposible. Es algo radical. Pero es la forma de recuperar la cordura.
Haz esa llamada que has pospuesto por mucho tiempo. Abraza a tu hijo. O a tus seres queridos. Di una palabra amable. Crea algo. Baila en la cocina. Ríe incluso cuando te sientas mal. Eso es resistencia. No somos impotentes, incluso cuando las cosas se sienten frágiles. La única verdad que olvidamos es que no controlamos lo que nos sucede. Pero siempre controlamos lo que sucede en nosotros. Puedes elegir cómo te enfrentas al peligro. No fingiendo que no existe. Sino negándote a dejar que envenene tu alegría. Haz lo normal mientras el mundo arde. Se siente mal. Pero ¿qué preferirías hacer? ¿Esconderte? ¿Dejar de vivir? Desafía la lógica.
Por supuesto, mantente a salvo si tu mundo inmediato se derrumba. Haz lo que debas para sonreír es una práctica diaria. Vive. Vive de verdad. No solo sobrevive. No tienes que ganarte el derecho a vivir. No tienes que esperar a que las cosas mejoren. Puedes empezar ahora mismo. Con lo que tengas. Si mi parte del mundo empieza a arder mañana, quiero que me encuentre amando, riendo y haciendo algo significativo. Quiero que me encuentre humano. Y quiero lo mismo para ti. No vivas con miedo. Supéralo. Un día a la vez. Un acto de bondad a la vez. Una experiencia ordinaria y hermosa a la vez.
El miedo vive en las mentes ociosas. La acción lo mata de hambre. Trabaja. Lee. Juega. Arregla lo que puedas. Ignora lo que no puedas. Esconderse en el miedo no cambia nada. Vivir con valentía sí. Si la incertidumbre, el peligro o la amenaza a tu vida llegan, deja que te encuentren viviendo. Cuanto más caos lees, más necesitas alegría interior. Música. Libros. No son distracciones. Son tu salvavidas. Deja que el caos te encuentre vivo.
Los tiempos peligrosos no son nuevos. Tampoco lo es la elección: acobardarse o seguir adelante. Yo elijo seguir adelante. Apaga el "desplazamiento por el miedo". Toma un libro. Llama a un amigo. Vive como si el mundo no se estuviera derrumbando. ¿Y si se derrumba? Deja que te encuentre intacto.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer.
Patricio Varsariah