Los argumentos
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, octubre 2, 2017



Cuando piensas en un argumento que es lo que viene a la mente? ¿Intensidad? ¿Combatividad? ¿Conflicto?
Los argumentos provocan palabras como estas porque estamos culturalmente condicionados a considerar el argumento como una guerra. Usamos términos como "atacar una posición", "ganar o perder terreno" y "derribar un argumento". Debido a la forma en que vemos el argumento, el objetivo es, sin duda, para ganar.
Pero, ¿debería ser realmente ese caso? Por definición, un argumento es simplemente un desacuerdo que por sí solo no implica un ganador y un perdedor. Sin embargo, las palabras y metáforas que atribuimos a la argumentación nos han convencido de lo contrario.
Todos somos culpables de adherirse a la visión cultural de que ganar es importante y perder es vergonzoso. Sin embargo, imaginar lo que sería la vida si los desacuerdos que están vacíos de los ganadores y los perdedores y las nociones de la victoria estaban ausentes de la discusión.
Imagine una cultura donde un argumento es visto como una danza, los participantes son vistos como intérpretes, y el objetivo es realizar de una manera equilibrada y estéticamente agradable.
En tal cultura, la gente vería los argumentos de otra manera, los experimentaría de manera diferente, los llevaría a cabo de manera diferente y hablaría de ellos de manera diferente".
Tal vez las metáforas que usamos influyen en la forma en que interactuamos con los demás más de lo que nos gustaría reconocer.
¿Qué pasa si en vez de ganar y perder, vimos los argumentos exitosos como llegar a un acuerdo, o absorber múltiples puntos de vista, o donde todos se alejan?
¿Podría esto fomentar un deseo más grande en todos nosotros de simplemente aprender de los demás en lugar de ponerlos en su lugar? Debemos considerar si dejamos que nuestras opiniones culturales inhiban nuestra voluntad de aprender.
El objetivo del debate o de la discusión no debe ser la victoria, sino el progreso.
Ahora cómo puedes discutir con eso.