La primera pregunta que debes hacerte antes de decir sí a cualquier cosa es: "¿Esto se alineará con mis valores y objetivos a largo plazo?"

Protege tu tiempo como si tu vida dependiera de ello porque así es. “Sí” a menudo se siente como una reacción automática. Pero no debería ser así.

Un sinfín de solicitudes, exigencias y oportunidades no deberían apoderarse de tu calendario. Desde lo aparentemente trivial (“¿Puedes tomar un café?”) hasta lo que cambia la vida (“¿Debería aceptar este trabajo?”), las decisiones nos llegan a un ritmo alarmante.

Es fácil dejarse llevar por el impulso y decir “sí” en piloto automático sin considerar realmente el impacto en tu tiempo o en tu vida.

Pero, ¿Qué pasaría si hubiera una pregunta sencilla, un filtro universal, que pudiera ayudarte a tomar mejores decisiones y evitar compromisos innecesarios? Hay.

La única pregunta que debes hacerte antes de decir sí a algo es: "¿Esto se alinea con mis valores?"
O mejor aún: "¿Esto se alineará con mis valores y objetivos a largo plazo?"

Es simple, pero profundamente poderoso. Te obliga a hacer una pausa, dar un paso atrás y considerar el panorama más amplio. Porque, en última instancia, cada “sí” que das moldea tu vida, tu tiempo y tu energía.

Cada posible camino o compromiso representa un potencial "sí". Pero sin una idea clara de hacia dónde vas, ¿cómo puedes elegir el que te acerque a donde realmente quieres estar?

Si no estableces límites, no los habrá. O peor aún, habrá límites, pero serán establecidos de forma predeterminada (o por otra persona) en lugar de por diseño.

Por qué esta UNA pregunta es tan importante:

Claridad: Te ayuda a definir tus prioridades y lo que realmente te importa. ¿Lo impulsa la creatividad, la seguridad financiera, el crecimiento personal o algo completamente distinto? Conocer tus valores te proporciona una brújula para orientarte en las decisiones de la vida.

Enfoque: cuando comprendas tus objetivos a largo plazo, podrás filtrar las distracciones y oportunidades que pueden parecer tentadoras pero que lo desvían del rumbo. Di “no” a lo bueno para dejar espacio a lo bueno.

Alineación: cuando tus “síes” se alinean con tus valores y objetivos, encontrarás una sensación de propósito y satisfacción en tu vida. Tus acciones se vuelven intencionales y tu energía se dirige hacia cosas que realmente importan.

Cada elección nos acerca o nos aleja de algo. ¿Adónde están llevándote tus decisiones tu vida? ¿Qué demuestran tus comportamientos a lo que estás diciendo sí o no en la vida?

¿Cómo ayuda en las muchas áreas de la vida?

En tu trabajo, cuando estés considerando un nuevo proyecto o asumiendo responsabilidades adicionales, pregúntate si se alinea con tus objetivos profesionales.

¿Te ayudará a desarrollar tus habilidades? ¿Te dará más autonomía? ¿O simplemente aumentará tu carga de trabajo sin ofrecer ninguna recompensa significativa?

En tus RELACIONES, antes de decir sí a una cita, un compromiso o incluso un simple favor, pregúntate si se alinea con los valores de tu relación.

¿Respeta tus límites?

¿Te hace sentir bien contigo mismo? ¿O se basa en la obligación o el miedo a decepcionar a alguien?

Puede postularse en tus elecciones personales. Al decidir cómo gastar tu tiempo libre o tu dinero, pregúntate si se alinea con tus valores.

¿Preferirías pasar una tarde viendo televisión en exceso o aprendiendo una nueva habilidad? ¿Preferirías comprar el último dispositivo o invertir en una experiencia que enriquecerá tu vida?

Has de tus objetivos o valores a largo plazo tu brújula. Así es como tomo decisiones que son más intencionales y satisfactorias. Digo no a las cosas que probablemente saquen lo peor de mí. Y decir sí a las cosas que me acerquen a la vida que quiero que yo quiera para mí y las personas que me importan.

Por supuesto, siempre habrá ocasiones en las que la respuesta no sea clara. Habrá oportunidades que serán tentadoras pero que no se alinearán perfectamente con tus valores. En estos casos, es importante sopesar cuidadosamente los pros y los contras y tomar la decisión que te parezca adecuada en ese momento.

Pero incluso en estas situaciones, simplemente hacer la pregunta te obligará a ser más consciente e intencional acerca de tus elecciones. Protege tu tiempo como si tu vida dependiera de ello porque así es.

Aquí está el quid de la cuestión, la esencia destilada, lo único que debes recordar: al considerar si decir sí o no, debes elegir la respuesta que te parezca libertad. 

Cómo poner en práctica la pregunta. Haz una pausa consciente. Antes de dar una respuesta inmediata, tómate un momento para respirar y reflexionar. Salga del circuito reactivo y tome una decisión consciente y proactiva. Conéctate con tu yo interior. Escribir cosas o simplemente pasar tiempo en la naturaleza para reflexionar puede ayudarte a reconectarte con tus valores y objetivos.

Visualiza tu futuro ideal. ¿Cómo será tu vida dentro de cinco o diez años? ¿Qué estás haciendo? ¿Con quién estás? La visualización puede ser una herramienta poderosa para guiar tus decisiones en el presente. 

“No” no es egoísta; es un acto de autorrespeto y autocuidado. Protege tu tiempo, energía y concentración en las cosas que realmente sacan lo mejor de ti.

"¿Esto se alineará con mis valores y objetivos a largo plazo?" darle tiempo para reconectarse con tu panorama más amplio: quién eres tú y qué quieres lograr. Has que tus “síes” sean intencionales y que tus “noes” sean auto-empoderantes. Elige el camino que te acerque a la vida que realmente deseas para ti.

Tu capacidad de decir "No" determina tu capacidad de decir "Sí" a cosas más importantes. No significa que debamos decir “no a todo”. Habrá ocasiones en las que decir “sí” se alineará con tus valores, incluso si te lleva a desviarte. Quizás sea ayudar a un amigo necesitado, emprender un proyecto desafiante que amplíe tus habilidades o aprovechar una oportunidad inesperada de crecimiento.

La clave es ser consciente de tus elecciones y asegurarte de que te lleven en la dirección que deseas.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.